Capitulo 1 (reescrito)

02/02/xx

La mañana, igual que cualquier otra, daba la sensación de paz y calma que a todos les gusta sentir en algún momento. Para ser tan sólo las 07:15 am, la Universidad ya se encontraba con gran cantidad de estudiantes rondando por sus pasillos y jardines.

- ¿quieres dejar de insistir con eso? Ya sé muy bien que tengo que presentarme a tus padres- un chico de cabello castaño oscuro caminaba discutiendo por su celular, perdido en la conversación acabó por llegar a la sala de computación del lugar- mira Doll, ahora estoy ocupado y en cuarenta y cinco minutos tengo clase, luego discutimos el tema.

"-Mikey, yo solo espero que no se te olvide como la última vez. Recuerdo que papá estaba furioso"

- sí, sí, hablamos luego- corto la llamada para quedarse mirando fijo la pantalla del celular- que fastidio son las novias.

- mientras no cometas el error de embarazarla, estarás bien- una voz algo ronca y más profunda que la suya lo hizo sobresaltarse- me sorprende que no te haya terminado hace mucho.

- Doll me ama, está dispuesta a aguantarse mis estupideces- cruzándose de brazos dirigió su mirada hacia el chico que le hablaba- ella no es como Susan.

- la diferencia es que Susan es una zorra y Doll no- murmuro el peli-morado con una sonrisa burlona- buenos días Mike.

- buen día Vincent- Mike miró con curiosidad a su compañero, estaba usando los lentes de Marco negro que solía cargar en la mochila para trabajar en el computador.- ¿se puede saber qué hace en afamado rompe-corazones a estas hora de la mañana frente a un computador?

- un trabajo para el gordo de matemáticas- respondió con simpleza, anotando un par de cosas en su cuaderno- se supone que debí entregar esto ayer, pero falte por culpa de mi hermano.

- no te lo va a recibir- anunció con tono neutro el oji-azul, acercándose a su compañero- sabes bien cómo son.

El peli-morado solo se encogió de hombros y siguió anotando las cosas que había en la pantalla; poco después estaba empujando y botando de la silla a Mike para ir a buscar al maestro de matemáticas.

Corría por los pasillos seguido de Mike, empujando a los que se quedaban parados como retrasados mirando a alguna chica linda o hablando entre ellos, ganándose varios insultos. Sin embargo, la única oportunidad de entregar a tiempo el dichoso trabajo se fue al demonio cuando chocaron con una chica.

- ¡con cuidado par de idiotas!- gritaba con odio la rubia tirada en el piso, sobando su nariz y viendo con odio a los dos chicos- si me la rompieron me la pagan.

Vincent pasó el trabajo a Mike y ayudó a la chica a levantarse- mis disculpas señorita, la prisa no me permitió fijarme en el camino- como de costumbre, la chica suspiro enamorada y lo dejó ir con su número de celular- son demasiado fáciles.

- tienes razón- hablo Mike pasándole el trabajo y comenzando a correr de nuevo. Aunque él no ganaba nada acompañando al chico de ojos grises, tenía ganas de ver qué se le ocurría para que le recibieran el trabajo.
.

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- joven Allen, soy bastante claro en mis clases- un viejo gordo, calvo y de lentes escurridos le estaba reprochando con el trabajo en mano- los trabajos solamente se reciben el día indicado, ni antes ni después.

- señor, sé muy bien que lo que hago es contra sus normas- Vincent sonreía con tranquilidad, recargándose en el escritorio del maestro- pero entienda que mi hermano tuvo un problema y me vi obligado a ayudarlo, faltando todo el día de ayer a clases.

- que no se repita- amenazó con voz ronca el hombre, empujando y sacando casi a patadas del lugar al chico.

- fue muy fácil- alardeó Vincent con voz victoriosa- es bueno ser buen alumno.

- te aprovechas de eso- reprocho con algo de envidia Mike, cruzándose se brazos y mirándolo de reojo- algún día te va a fallar todo lo que haces.

- no lo creo~ en fin, nos vemos luego Schmidt, tengo que irme- con un simple movimiento de mano, el peli-morado se alejó con su típica sonrisa felina. Poco después comenzó a jugar con una pequeña navaja que traía guardada en el bolsillo.

- ¡CUIDADO!- le gritaron antes de ver cómo alguien se estrellaba de frente contra él, cállenlo ambos al piso.

- ¡ahg! Duele- murmuro sobando su cabeza, abriendo los ojos para encontrar un cómica escena- ¿estás bien?

Frente a él estaba un chico de cabello castaño, rodeado por papeles, libros de texto y cuadernos esparcidos por el piso. El chico sobaba su frente con la mano oculta tras la manga de un suéter de lana verde.

- s-si... lamento esto- susurro apenado, tratando de no ver al peli-morado a los ojos- estaba algo distraído.

- no te expliques, no hay problema- Vincent se acercó al chico, tomando algunos de los libros y papeles que habían caído y organizándolos a medias para, seguido, entregárselos al castaño que le miraba curioso- aquí tienes, y perdón por eso de la caída- el chico no aparto su curiosa mirada del peli-morado, poniéndolo algo nervioso- ¿tengo algo en la cara?

- no, solo me parecen lindos tus ojos- un tenue color rosa se alojó en las mejillas del castaño, dejando a Vincent con una expresión algo confundida- perdón por eso, gracias y adiós.

El oji-gris solo sacudió su cabeza algo confundido, se encogió de hombros y siguió su camino, escuchando atentamente como las chicas (y algunos chicos) suspiraban al verlo pasar. Desde que había cumplido los 18 años se había ganado fama de rompecorazones, y no era para menos; tras de él había una larga lista de chicas que habían sido sus novias, quedando con el corazón roto cuando él llegaba y les terminaba sin razón. Todo por sus ojos, el tono grisáceo de sus ojos cautivaba a muchos, la forma algo almendrada de estos y el hecho de que su pupila era el único punto obscuro en sus ojos llamaba bastante la atención.

La única que no tenía el "corazón roto" era su última exnovia, Susan; la chica era guapa, de buena figura y largo cabello ondulado, pero Vincent había metido la pata con ella, la había embarazado. La relación termino luego de eso, pero mantenían comunicación por la pequeña niña, parte de un acuerdo legal que arreglaron los padres de la chica.

El celular de Vincent comenzó a sonar, sacándolo de sus pensamientos, dejando en su mente la melodía de Mess de get scared. Con algo de molestia atiende la llamada.

- diga- murmura con fastidio, sabiendo lo que se le venía encima.

"¡hermano querido!" habla Roy con voz animada y nerviosa, esperando un futuro regaño de parte de su hermano mayor "¿recuerdas lo que hablamos ayer? Bueno, resulta que me echaron de la universidad y si regreso a casa me ganare un sermón y me veré obligado a estudiar psicología, así que ¿me puedo quedar contigo un tiempo?"

- serás idiota, te dije que cuidaras tu cupo, retrasado; atente a las consecuencias- recargándose contra una pared, cruzando su brazo izquierdo por su estómago y mirando al techo- mira Roy, sabes que yo soy de los desgraciados que tienen que vivir en el campus de la universidad, no puedo llegar de la nada y decirle al director que mi inútil hermano menor quiere quedarse conmigo.

"inventa una excusa, genio" dijo como lo más obvio del mundo "miente, es lo que mejor haces, además, es solo por mientras termina el invierno, en primavera estaré bien lejos de allí"

- veré que hago- murmuro luego de unos segundos de silencio, cortando la llamada antes de que su hermano volviera a hablarle. Suspiro fastidiado y retomo su caminata hacia la cafetería, con el plan de comer un poco antes de su primera clase.

- es gracioso ver como salta del miedo- se escuchaba al final del pasillo, acompañado de un barullo de risas- venga, cierren el paso.

"retrasados aprovechándose de los débiles... que estúpido" pensó y acelero el paso, se le hacia una idea de a quien molestaban. Y tal como imagino, el pelinegro de lentes estaba acorralado entre una pared y cinco chicos un poco más altos que él; todos reían de cómo, poco a poco, se encogía y trataba de escapar de sus manos.

. vamos, caminando jóvenes, que él no es un juguete- hablo con seriedad, y un poco de enojo, al ver como solo lo ignoraban y seguían con lo suyo- dije que dejen en paz a mi amigo- esta vez, como tenia acostumbrado, saco y blandió su preciada navaja de bolsillo, rasgando un poco la chaqueta del más alto del grupo.

Los demás miraron con algo de temor al peli-morado, sabiendo bien que no se detendría de apuñalarlos una o dos veces, solo por divertirse un rato. Los cinco se fueron con expresiones de miedo y fastidio combinadas, dejando a un frustrado Vincent y un sorprendido Scott.

- con esta ya son seis las veces que te ayudo- hablo guardando la navaja y volteando a ver los verdes ojos del chico- ¿te hago una cuenta de deudas o las anotas por ahí? 

- no necesito que me ayudes cada que me molestan- susurro sacando su teléfono y anotando algo en este- además, nadie te ha pedido que lo hagas Vincent, así que no te molestes la próxima vez.

El más alto de los dos rio con gracia, negando con la cabeza y siguiendo a Scott hacia la cafetería, enrollando la bufanda en su cuello- si no lo hago, estarías entrando en pánico o golpeando a todos.

- cállate idiota- Scott aparto la mirada hacia el frente y trato de ignorar a quien lo seguía, pero le resultó imposible con el vapor chocando contra su cuello- deja de hacer eso.

-¿Qué cosa?- pregunto inocentemente, repitiendo la acción.

- respirar en mi cuello, es fastidioso.

Vincent rio y se adelantó, dejando atrás a su "amigo". Lo había ayudado a finales del semestre anterior, cuando lo encontró rodeado de chicos y chicas intentando tocarlo. Al principio se le hizo extraño e incluso perturbador, luego entendió que le aterraba tocar a otros y que otros lo tocaran, cosa que dejo muy en claro cuando casi golpea a una chica por poner su dedo sobre su mejilla.

Poco después se hizo costumbre para ellos el encontrarse en algunas clases y los pasillos, lo ayudo en tres ocasiones más antes que el año terminara. Se hicieron algo parecido a amigos durante una noche de invierno en la que la nieve obstruyo la salida de la biblioteca; a pesar del frio que sentían, él simplemente eligió casi morir a abrazarlo para guardar calor.

Le comento a su padre (que por cierto es psicólogo) acerca del pequeño miedo que sentía su "amigo", modo en que descubrió la fobia que Scott negaba rotundamente padecer, aunque era más que obvio que la tenía.

Por su parte, Scott había investigado a su manera a Vincent; navegando por internet se enteró de su extenso historial psicológico y su aducción a los objetos corto-punzantes, cosa que al principio le asustó un poco. También se enteró de sus relaciones familiares y amorosas, se enteró de su pequeña hija de dos años y medio y unas cuantas cosas más que no le interesaban realmente.

No sentía ganas de relacionarse con una persona con tan extenso historial psicológico, pero termino entrando en el reducido grupo de amigos que poseía, a razón claro de las seis deudas que tenía con él. Curiosamente todas ocurridas en el periodo de otoño-invierno.

El su teléfono tenía anotada la mayor padre su información personal, edad, altura, peso. Se le podía pasar por acosador de no ser porque varios habían visto a Vincent seguirle por los pasillos de forma sigilosa. Era una curiosidad mutua, que solo se saciaba cuando descubrían algo nuevo del otro.

Vincent sabía in formación interesante de Scott que:
- tenía Hafefobia, aunque lo negaba con su alma.
- amaba su teléfono, era como el amor de su vida y su oxígeno al mismo tiempo.
- tenían a Mike como un amigo en común.
- le gustaba estar despierto hasta tarde.

Scott, por su parte, consideraba interesante de Vincent que:
- tenía tantas ex novias enojadas que era muy posible que alguna quisiera matarlo.
- se llevaba muy mal con su hermano, al punto de tenerlo amenazado de muerte.
- venia de una familia unida, buena y amorosa (todo lo contrario a la suya).
- tenía una aducción a los objetos afilados, y una amplia colección de los mismo.

Ambos deseaban saber más del otro, pero no es como si su relación les permitiera hacer tal cosa.

☆*:.。. ★ .。.:*☆

Bueno, no se parece en nada en realidad a la historia original, pero era necesario reescribirlo.

¿Qué tal? ¿Pueden imaginar los ojos de Vinny? Yo sí y si encuentro a alguien así lo beso y me voy corriendo.

Ojalá les esté gustando, hasta la próxima :)

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