Abro los ojos despacio contemplando el techo de la habitación. Han pasado 8 meses... Después de aquel día que fui al trono. No he vuelto a salir, prefiero quedarme al lado de mi esposa ayudándola en un momento tan fuerte como éste.

Me pongo de pie rápidamente sentando me en la cama, soltando un suspiro. Contemplando hacia la ventana observando que está nublado. Los encontramos en Grecia disfrutando de unas buenas vacaciones. Hera lo dijo que era mejor quedarnos aquí el embarazo de una diosa puede ser complicado.

Me doy la vuelta contemplando a Valquiria acostada durmiendo plácidamente boca arriba. Soltando unos pequeños ronquidos.

Miro su abultado vientre. Con cada mes que pasa va creciendo lentamente. Mientras ella se va haciendo más hermosa. Me encanta su cabello pelirrojo tan hermoso como los pétalos de una rosa.

Lleva puesto una bata de color blanco que le queda muy bonita.

Han sido unos meses muy duro para ella, por el tema de los síntomas de embarazo. Pero aquí estoy yo para ella.

De pronto suelta un gran suspiro abriendo los ojos despacio mostrándome sus bellos ojos verdes.

—Buenos días, amor—me dice mostrándome una pequeña sonrisa.

—Por fin ha despertado el sol—le digo gentilmente agarrando su mano mientras le muestro una pequeña sonrisa.

—Y tú no te quedas atrás noche —me dice con un tono de burla riéndose un poco.

Muestro una pequeña sonrisa riendo me un poco.

—Bueno en estos últimos meses duermes muy temprano—le digo colocando mi mano en su vientre. De pronto siento una patada.

Tienes ganas de salir de ahí ver el mundo con tus propios ojos.

—Me he sentido muy cansada y con mucha hambre ¿y tú cómo te sientes? —me dice con un tono gentil.

—Me siento feliz, aunque esté en Grecia, me trae malos recuerdos, pero tú eres mi nuevo amanecer y mi futuro, puedo seguir adelante—le digo algo impresionado agarrando su mano con mucha suavidad.

—Hagámoslo lo mejor de nosotros y seamos buenos padres—me confiesa ella muy entusiasmada.

Entrelazando nuestras manos apretando con fuerza.

De pronto Valquiria muestra un semblante de asombro.

—¿Qué ocurre? —Le pregunto algo preocupado con un semblante sorprendido.

—Ha llegado la hora—me responde con un tono muy feliz mostrando una pequeña sonrisa. Al escuchar tales palabras mi corazón empieza a latir como un tambor llenándose de emoción.

Valquiria empieza a gruñir de dolor, mientras aprieta mi mano con mucha fuerza. Suelto un pequeño gruñido de molestia.

Continuará...!!!

Muchas gracias por leer recuerda votar espero que les guste el tercer libro.