Capítulo 36

Hades se coloca al lado de mí, cubriendo me con sus alas negras como la noche dispuesto a seguir peleando.

De pronto un gran hombre entra la casa colocándose detrás de los jueces, frunciendo el ceño de enojo cruzándose de brazos, tiene una barba negra vistiendo un gran abrigo de piel de oso.

—¡¿Qué hacen en mi casa?! —Pregunta aquel hombre algo molesto, mirando los jueces con los ojos rojos llenos de furia y rabia, un gran resoplido sale de su nariz votando una especie de humo. Los jueces se voltean mirando con asombro aquel sujeto.

—Hefesto—menciona Hades seriamente mirando fijamente aquel hombre.

—¡Maestro! —Se escucha la voz de Ana muy contenta.

Hefesto se calmó un poco y mira directamente a Hades mostrándose algo sorprendido al contemplar al dios.

—Señor Hades es un placer —Hefesto menciona con un tono muy alegre mostrando una pequeña sonrisa al escuchar la voz de Hades.

De pronto al lado de Hefesto aparecen los gemelos, mostrando unas enormes sonrisas asombro y felicidad sonrisas al vernos.

—Disculpa la demora Señor Hades, los perdimos en la tormenta por suerte encontramos al Señor Hefesto, disculpa la demora— Hipnos comenta algo apenado.

—Y llegamos justo a tiempo para romper les la cara a los jueces—menciona Thanatos mostrando una pequeña sonrisa.

—Maestro, ha vuelto de verdad disculpe el desorden—Ana se disculpa algo apenada temblando un poco de miedo.

—No te preocupes nosotros vamos a limpiar este desastre—comento con un tono burlón contemplando los jueces—. Ahora están rodeados ustedes...

Los jueces se quedan asombrados contemplando que están rodeados, se ponen algo nerviosos de pronto todos los jueces abren sus alas salido hacia arriba rompiendo el techo.

—¡Ratones voladores! —Exclama Hefesto dando un pisotón fuerte en el suelo.

Todos juntos salimos de la casa, contemplando los jueces al frente algo molestos.

—¡Hoy es el juicio final para ustedes! —Exclama Minos señalando hacia arriba—. Van a pagar por entrometerse en nuestros planes, tenemos un gran poder y no tenemos miedo en utilizarlo

De pronto veo que llega Poseidón, María, Silena, Atenea y Hera corriendo, colocándose al frente de nosotros. Atenea empuñar su gran escudo junto a su lanza qué brilla con todo su esplendor.

—Llegamos un poco tarde a la fiesta—comenta Poseidón riéndose un poco.

Hera muestra dos grandes abanicos mirando los jueces con desprecio mientras los da la espalda a nosotros.

—Me alegro llegar justo a tiempo la batalla—menciona Atenea con mucho orgullo empuñando su lanza que desprende un aura dorada.

—Esta guerra termina ahora mismo, no voy a permitir que profanan el templo de mi amiga – menciona Hera con un tono muy frío bastante enojada mirando a los jueces.

Los gemelos se acercan a Hades dándole un fuerte abrazo.

—¡Mi Señor! —mencionan los gemelos a unísonos muy contentos.

—Bien hecho hermanitos—comenta Hades dándoles un fuerte abrazo los dos.

—¡Señor Poseidón! —Los gemelos muy sorprendidos deberá a Poseidón.

—Me alegro de ver los chicos, me alegro volver me encontrar con ustedes—Comenta Poseidon muy alegre acercándose a gemelos—. ¿Está bien chicos a Hades y Valquiria? —

—Estoy bien tranquilo—responde Hades cerrando los ojos por un instante mostrando una pequeña sonrisa.

—Estamos bien. Vaya esto es una reunión inesperada —Menciono bastante contenta mirando hacia mí alrededor.

—Sr. Hades lo siento esperamos refuerzos, entre yo y sirenita hablamos con las demás chicas para que puedan ayudar en esta batalla, justo escuchamos un grito de una mujer, rápidamente los fuimos de aquel lugar, logramos encontrarlos ya que vimos a los jueces volando—Explica María un poco triste y se acerca mí dándome un fuerte abrazo.

—Me hacían falta los refuerzos—comento sonriendo un poco apuntando los jueces con la espada.

—llegaron justo a tiempo—menciona Hades bastante serio.

—Esa espada la hice yo, estrella fugaz recuerdo cuando la hice, cayó un meteorito y con ese acero pude construir una espada, ¿Dónde la encontraste? —Pregunta Hefesto contemplando mi espada bastante asombrado.

—Me la regaló mi Padre, hace muchísimo tiempo—le confieso empuñando la espada contemplando la hoja dorada.

—¡Maestro ella es la Hermana de Alexander! —comenta Ana con un tono contento dándole un fuerte abrazo Hefesto.

—¿En serio? eso es fantástico, tiene pinta de ser una gran guerrera su hermano estaría orgulloso, de seguro tu padre la encontró en alguna ruina donde estaba mis forjas, recuerdo que Alexander era como un alumno para mí, le estaba enseñando forjar—comenta Hefesto algo nostálgico acariciándose la barba con tristeza.

—Tengo un gran maestro—comento dedicándole una pequeña sonrisa Hades, el por su parte tan me dedica una sonrisa algo contento por mis palabras.

—¡Hefesto! ¡Es increíble volver te haber! —Comenta muy sorprendido Poseidón con un tono de miedo.

—¿Qué pasa? ¿Porque esa cara Poseidón? —Pregunta Hefesto algo confundido arqueando una ceja.

—Es que... me alegro de verte viejo amigo y compañero de batalla—comenta Poseidón algo nervioso mostrando una pequeña sonrisa echándose un poco para atrás.

—Al fin todos los dioses se han juntado para intentar derrotarnos ¡Que patéticos! —interrumpe Radamantis mostrando una pequeña sonrisa dando un paso hacia delante —. ¡No crean que podrán con nosotros ustedes ¡

—Por fin todos los dioses juntos, bienvenidos, aunque faltan dioses, pero igual perderán—Minos con un tono humilde haciendo una reverencia.

—En serio, yo pensaba que eran más olímpicos, los demás siguen perdidos por ahí— comenta Éaco sonriendo un poco haciendo una bola de fuego en sus manos.

—Podremos eliminar a todos ellos como si nada—menciona Radamantis con mucho orgullo mientras muestra el puño con orgullo—. La verdadera justicia caerá encima de ustedes.

—Hablas mucho y eso será tu perdición—menciono señalándole con mi espada.

—¿Porque? Continúan protegiendo esta tierra inútil que los ha olvidado... La humanidad los ha olvidado nosotros sólo queremos volver a revivir esos viejos momentos—Pregunta Minos con un tono sorprendido colocándose en pose de cruz.

—Cierre el pico, Minos. Ustedes no desean realmente eso desean convertir este mundo en un inframundo nuevo, puede ser que la humanidad los ha olvidado a nosotros del igualmente este mundo bello y hermoso. Merece continuar, no sólo estamos aquí para luchar por nuestra libertad sino también a libertad del mundo—menciona Hades muy seriamente dando un paso se delante.

—Tú eres un simple traidor, el inframundo merece gobernar encima del mundo y que su oscuridad se expanda por todo el universo, yo el juez supremo y el que tiene la última palabra los declaro culpable a todos y lo sentenció a ser encerrados en el inframundo—declara Minos golpeando la punta de su bastón en el suelo.

Atenea lanza un montón de lanzas hacia los jueces. Ellos esquivan el ataque moviéndose a diferentes direcciones.

Mínos se dispara hacia Atenea lanzando le un puñetazo, ella por su parte detiene el ataque con su escudo.

—Este es fin reina de Grecia cuando esto acabe se va a llamar Creta—comenta Mínos muy cortésmente.

—Eso nunca va a pasar —responde Atenea bastante molesta atacando Minos con su lanza, pero este esquiva el ataque echándose un poco para tras.

Hera mueve sus abanicos haciendo una danza disparando varios tornados hacia los demás jueces, pero ellos esquivan aquel ataque moviéndose hacia otros lugares. Por su parte Radamantis se lanza hacia Hera como un águila atacando su presa.

—¡Prepárate anciana para morir! —Exclama Radamantis mostrando una pequeña sonrisa.

—Anciana...—menciona algo ofendida—. ¡Tornado de pavo real! —Hera hace un giro como si fuera una bailarina provocando un gran tornado que atrapa al juez a volar a Radamantis un poco más lejos—. Yo soy Diosa del matrimonio.

—Eso me gusta—Radamantis se muestra algo sorprendido mostrando una alegre sonrisa.

—Es impresionante hace años que no veía esto—menciona sorprendido Poseidón con un tono muy contento abrazando fuertemente a Silene para que no se la lleve el viento.

Hades me da un fuerte abrazo a los gemelos impidiendo que el viento me lleve. Por su parte Hefesto agarra a María y Ana.

Esto es impresionante una batalla increíble yo también quiero entrar a la batalla.

Los fuertes vientos terminan y los espectadores contemplamos el campo de batalla que está al rojo vivo.

Los combatientes se han alejado un poco para seguir batallando en un lugar un poco más abierto, dejando el sitio un poco destruido por los múltiples ataques que se han efectuado.

Éaco aterriza en el campo haciendo desaparecer sus alas de Fénix, mostrando una pequeña sonrisa de orgullo y malicia al vernos.

Los gemelos se colocan delante de nosotros encarando a que el juez del inframundo con una gran valentía y determinación.

—Ha pasado mucho tiempo, niños—comenta Éaco con un tono alegre deberlos.

—Traidor, la vas a pagar muy caro por todo lo que acecho me encargaré de hacerte sufrir toda la eternidad—Declara Thanatos bastante enojado.

—Ustedes ya no son mis jefes. Tú no tienes derecho a juzgar a mí, aquí yo soy el juez—comenta Éaco señalados asimismo con un tono de orgullo—. ¡Ustedes serán juzgados por mí, Éaco!

Thanatos lanza una bola de oscuridad hacia Éaco. Su oponente lo esquiva moviéndose hacia la derecha lanzando unas bolas de fuego, Hýpnos se coloca al frente de su hermano lanzando una onda de viento destruyendo el ataque.

—Yo primero hermano—menciona Hýpnos lanzando un remolino de mariposas hacia Éaco.

—Oye Poseidón debo darte un regalo— Hefesto menciona introduciendo sus manos en su bolsillo sacando un pequeño colgante y de repente se transforma en un tridente lo clava en el suelo.

—¡Ese es mi tridente! —Exclama Poseidón bastante contento con la boca abierta sin poder creerlo.

—Increíble esto es un regalo de Santa, la Navidad ha llegado para mí—comento algo sorprendido contemplando el arma.

—Cuando terminó la batalla una sirena me lo entregó y lo estuve guardando por mucho tiempo para cuando volviera el rey y ese eres tú, el rey de los mares—menciona con emoción Hefesto mostrando una gran sonrisa de orgullo.

Por fin hemos encontrado el tridente esto es increíble puedo ver una pequeña aura que desprende de color azul y el mismo brilla con un gran resplandor.

Poseidón extiende su mano hacia el tridente con mucha emoción, pero detiene su mano a unos pocos centímetros del arma, de repente su semblante alegre cambia a un rostro triste como si algo le hubiera caído mal.

—No soy digno... ni empuñar esta arma y ni ser el rey de los mares. Perdí a mi grupo y se hundió Atlantis, no soy un buen líder—confiesa Poseidón bajando la mano un poco mirando hacia otro lado con un tono muy triste.

Hades se acerca el colocando su mano encima de su hombro izquierdo, Poseidón y lo mira algo extrañado mientras Hades le muestra una pequeña sonrisa.

—Eres digno Hermano, todos hemos cometido errores y hemos hecho mal era una vez es tu oportunidad para reparar esos errores como yo la tengo ahora seguir adelante y salvar este mundo—le comenta Hades con un tono tranquilo.

—Vamos amor sé que tú puedes confía en ti mismo, hace que puede seguir adelante y reparar lo que acecho mal, estoy aquí para ti y que estemos juntos en las buenas y las malas—le comenta Silena con un tono muy alegre colocando su mano en su hombro derecho. Poseidón la mira sorprendido contemplando el rostro su amada.

—Vamos todos confiamos en ti sé que tú puedes—le digo con mucho ánimo mostrándole una sonrisa de alegría.

De pronto Poseidón se muestra alegre y una gran sonrisa se dibuja en sus labios, y su alegría se enciende como una flama brillando con todo su esplendor.

—Ustedes tienen mucha razón, yo soy el dios de los mares y yo puedo—confiesa Poseidón subiendo su mano un poco acercándola al tridente, este de repente como si fuera atraído por un imán se pega a la mano de Poseidón, el apretó el arma con mucha fuerza alzando la para arriba.

De pronto se acerca a Silena y le da un beso en los labios con mucha pasión y amor. Separa sus labios de repente dedicándole, latiendo sonrisa al igual que la peli azul dedica una sonrisa de alegría.

De pronto al frente del caer los gemelos de espaldas algo lastimados. Se colocan de pie quitándose un poco la nieve de sus ropajes.

—¡Gemelos! —Exclama al mismo tiempo yo y Hades algo molestos.

—Por fin el dios de los mares va a pelear, espero que no ocurra lo mismo que pasó hace mucho tiempo, congelado en el norte la historia se va a repetir o través—comenta Éaco caminando mostrando una pequeña sonrisa se detiene mirándonos bastante contento.

De pronto aparece un ave aterrizando al lado de Éaco convirtiéndose en una hermosa mujer de pelo de color negro vistiendo un vestido del mismo color.

—Así que has venido ayudarnos blanca, el jefe debe estar muy molesto, pero lo llevaremos la cabeza de Hades —Éaco muestra una pequeña sonrisa muy seguro del mismo-. Y volvamos a congelar a este pescado.

—El amo supremo está algo molesto, y pide como disculpas la cabeza de Hades—informa blanca señalando Hades.

Yo y Hades vamos caminando hacia los dos oponentes, pero entonces Poseidón se coloca al frente de nosotros cortando el paso, los detenemos en seco mirando su espalda.

—Yo me encargo de esto Hades, no te vas a quedar con toda la diversión en esta pelea yo seré su abogado en este juzgado, además tengo un asunto con esa mujer—menciona Poseidón muy animado caminando hacia delante con la vista en alto contemplando sus dos oponentes.

—Poseidón... hermanito está bien si es lo que quieres—musita Hades mostrando una pequeña sonrisa mirando su hermano con asombro.

—Bueno está bien abogado, suerte en este juicio—le comento sonriendo le un poco.

—Así lo haré Señorita, soy su abogado en esta batalla. No te preocupes hermano me voy a divertir muchísimo—responde Poseidón empuñando su tridente listo para pelear, mostrando una gran sonrisa.

—Yo quiero luchar contra Hades, así que lárgate—ordena Éaco algo molesto frunciendo el ceño de enojo.

—Quieres volver a ser congelado pescadito—menciona blanca con un tono alegre mostrando una pequeña sonrisa.

—Tendrás que pasar encima de mí para luchar contra Hades—comenta Poseidón con algo de enojo empuñando su tridente.

—También sobre nosotros—exclama los gemelos al mismo tiempo colocándose uno a cada lado de Poseidón.

—Bien, primero acabaremos con tu hermano —comenta Éaco mostrando una gran sonrisa con mucha malicia lanzando una bola de fuego ante los pies de Poseidón.

—Igual el tridente no te va a funcionar aquí hay sólo hielo—menciona blanca con un tono de desprecio.

—Hablas mucha chica—dice Hefesto colocándose de rodillas coloca las manos en el suelo.

De pronto siento como la temperatura empieza a elevarse, toda la nieve que hay en el suelo se empieza a derretir convirtiéndose en agua.

—Que comience el baile—dice Poseidón enterrando su tridente en la tierra y unos tentáculos de agua hacen acto de presencia elevándose.

—Esta vez yo iré primero— comenta Thanatos algo molesto

—Yo quiero ir primero o través—dice Hypnos muy valientemente decidido seguir adelante.

—No, iremos todos juntos, tenemos que luchar juntos para acabar con ellos así que vamos todos juntos—menciona Poseidón apuntando con su tridente a los enemigos.

—¡De acuerdo! —Mencionan al unísono los gemelos mostrando unas alegres sonrisas.

—los demás adentro de la casa—ordena Hefesto muy seriamente.

—Hades y Valquiria por favor sígueme quiero hablar con ustedes dentro de la casa—musita María algo seria en la puerta de la casa de Hefesto.

Entramos Hades, María, Ana, Hefesto, Silena y yo adentro.

—Ustedes tienen que irse por la parte de atrás nosotros vamos a derrotar a los jueces, ustedes tienen que ir a un templo—ordena María muy seriamente.

—Hades, olvida tu venganza con ellos no vale la pena, además medusa menciono a un amo es el líder de los jueces tenemos que detenerlo—comento muy seriamente y le extiendo mi mano.

—Entonces hay alguien más, el líder supremo de los jueces, de seguro debe estar en el templo tenemos que ir a ese lugar tienes mucha razón —comenta Hades agarrando mi mano mostrándome una pequeña sonrisa.

—Suerte estrellita y Hades—Silena comenta mostrando una pequeña sonrisa.

—Suerte Valquiria que el poder de tu espada te proteja—Ana con un tono muy animado.

—Suerte, mi Señor y Señorita Valquiria, sigan las indicaciones de papel para poder llegar al templo confiamos en ustedes—María hace una reverencia con un tono muy gentil.

—Habrá un día donde podamos sentarnos a hablar tranquilamente, siempre cuando los juntamos tenemos que despedirnos—dice Hefesto algo nostálgico mirando Hades.

—Algún día viejo amigo, igual me alegra que estés bien—responde Hades cerrando sus ojos mostrando una pequeña sonrisa.

Todas las chicas juntos hacemos un abrazo grupal con mucho amor y cariño.

—Suerte, amigo mío, tendremos tiempo para hablar, después de que esto termine —Se despide Hefesto algo triste llorando un poco.

—Muchas gracias, chicas, les pido por favor que se cuiden volveré por ustedes—mencionamos al mismo tiempo yo y Hades y los vamos corriendo por la puerta de atrás.

Los jueces contra los dioses una batalla impresionante y la carrera 2 amantes para salvar este mundo.

Continuará...!!!

Muchísimas gracias por leer recuerda votar y comentar.

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