Capítulo 34
—No te escucha, ahora es una simple estatua para decorar un patio, es increíble que la maldición haya funcionado, sabía que iba hacer eso por ti de verdad se nota que te ama, patético. Tengo que sacar las armas, pesadas después de lo que ustedes hicieron con mi casa no saldrán vivos de esto—Medusa amenaza con un tono muy severo.
Un gran enojo recorre mi cuerpo, doy unos puñetazos en el hielo rompiéndolo.
Me coloco al frente de Hades en pose de batalla para defenderlo, mirándola fijamente con una mirada penetrante llena de rabia y furia con los ojos llenos de lágrimas.
Es sólo una simple maldición sus ojos no pueden realmente convertir en piedra.
Estamos lejos de los chicos, no tengo ayuda confío que puedo hacer esto yo sola. Yo creo en mi
Medusa me muestra una pequeña sonrisa llena de orgullo y malicia, pero de pronto empieza a tambalearse un poco como sintiéndose algo cansada.
Me disparo hacia ella rápidamente corriendo gran velocidad, le lanzo un puñetazo, pero ella atrapa mi puño y con la otra mano agarra mi cuello incrusta sus uñas en mi piel, de mi boca se escapa un pequeño grito de dolor. Y de pronto me arroja hacia otro lado cayendo en el Frio suelo.
—Muchas gracias por tu ayuda blanca, pero ahora yo puedo eliminar esta mujer con mis propias manos, disfruta el espectáculo—menciona seriamente Medusa acercándose a mí a pasos lentos como una víbora preparándose para devorar a su presa, mientras saca la lengua repetidas veces como una serpiente. Escucho el grito de un águila algo feliz.
Me pongo de pie de pronto, colocándome pose de batalla mirándola fijamente bastante enojada.
En esa forma es un poco más fuerte de lo que yo recordaba
—¡Voy a matarte! —Le grito muy molesta apretando los puños de rabia.
—Si claro, no te voy a convertir en piedra, tengo algo muy especial para ti. Me siento muy cansada para eso es una técnica secreta que requiere mucha energía además quiero hacerte sufrir por lo que le hiciste a mi casa y arruinar mis planes. Voy a disfrutar mucho haciendo esto tanto como disfruté a torturar Andrés, el pobre fracaso en su misión yo le conté a los jueces lo que pasó después de que él perdió, y le hicieron un juicio—comenta Medusa con algo de molestia se dispara hacia mí.
Llegando justo al frente de mí, me propina un puñetazo en el estómago haciéndome sacar todo el aire seguido de una cachetada en la mejilla.
Me mantengo de pie pisando fuerte el suelo, propinándole un puñetazo en el rostro bien fuerte y seguido de un gancho a la mandíbula.
Saca sus garras haciéndome un corte en el pecho rompiendo un poco mi camisa y el abrigo, provocando varias heridas en mi cuerpo. Retrocedo un poco intentando recuperar el aliento respirando agitadamente.
—Cuando esto termine... Me voy a llevar esa linda estatua de Hades a mi nuevo palacio, dónde estará encerrado por toda la eternidad, siendo sólo mío—menciona Medusa con un tono muy feliz saltando de alegría.
Molestarme mucho más, al escuchar sus palabras. Debo calmarme debo pensar vamos debo tranquilizarme y tener una mente tranquila como lo hice en ese lugar.
—El tiene derecho a elegir. No voy a permitir que le hagas esto, plante la semilla del amor en su corazón, logrando crear un campo de flores, él me devolvió la esperanza y la luz, él creyó en mí y lo amo mucho y no permitiré que una serpiente—
—Tú, no me hagas reír...—menciona muy seriamente—. Dile adiós a Hades...
—¡No!, no te lo vas a llevar a ninguna parte —Exclamo con mucho enfado.
Mi cuerpo desprende un brillo blanco y mi cabello se vuelve más rojizo. Saco el amuleto de estrella, Invoco mi espada apretando muy fuerte el manco. Los árboles empiezan a moverse.
—Ese brillo no puede ser...—comento Medusa con algo de miedo. —No puede ser has vuelto, ¡Eso es imposible! —comenta Medusa paralizada de miedo muy sorprendida.
Me disparo hacia ella en un rápido movimiento, llegando justo al frente de Medusa lanzando una poderosa ráfaga de luz que imparten contra ella haciendo que se eche para atrás y sale volando, chocando en contra de un árbol.
Medusa suelta un grito de dolor que retumba por todo el lugar, escuchándose múltiples veces como un eco.
Hago desaparecer la espada, introduzco el colgante en mi bolsillo y todo mi cuerpo deja de brillar.
Medusa cae al suelo con sus ropajes destruidos y bastante herida en el pecho, mientras se pone a temblar contemplando el cielo.
—Cómo pudiste... —me dice algo molesta con un tono muy débil de voz agonizando—. Entonces volviste a la vida... Perséfone
—¿Perséfone? Creo que te has equivocado...—Le digo bastante molesta acercándome a Hades a pasos lentos.
—Eres igual que ella. Nunca creí que tú podrías volver a la vida. Recuerdo el día que la encontré en los pasillos tuve la oportunidad acabar con ella, asimismo, pero Hades se metió... Se amaban tuvieron poco tiempo para estar juntos. Yo te entregué a Zeus después supe que te mataron, me ordenaron los jueces, prometiéndome un rango más alto y que recibía cambio, encerrada en una caja junto a ellos por mucho tiempo y nunca fui libre ahora lo seré— Medusa cuenta delirando un poco.
Me doy la vuelta contemplando unas flores de color dorada que se encuentran donde yo estaba.
Hades me dijo que los dioses no pueden reencarnar... No creo que sea posible.
Acaso nuestro Cupido ha vencido a Cronos.
—Dime ¿Cómo puedo salvar a Hades? —Le interrogo muy seriamente.
—El estará condenado todo el tiempo permaneciendo en esa forma—Dice mientras se ríe un poco—. Él está condenado a estar así por toda la eternidad.
—Mentira, eso no puede ser posible—Digo algo desesperada apretando los puños con fuerza. Me dirijo rápidamente hacia Hades contemplando convertido en estatua colocando mis manos en mi boca.
He vuelto para estar una vez más contigo y luchar a tu lado, yo te amo mucho por lo que tú eres y siempre seguiré amando te como tú a mí.
—Así que este es mi final, pero nunca podrán contra el amo y eso recuérdenlo, el vendrá por ustedes... Me venció una diosa... que volvió de la muerte... Perséfone la diosa de la primavera— Dice Medusa dando su último aliento con algo de asombro.
—Hades...—le digo con lágrimas en los ojos muy triste mirándolo fijamente, y me acerco a él dándole un pequeño beso en los labios, sintiendo los muy frío y duros.
De pronto Hades empieza a volver la normalidad, cayendo ante mis brazos desmayado.
—Tranquilo amor, estoy para ti todo ha terminado—le digo abrazándolo fuertemente con mucho amor y cariño dándole un tierno beso en su frente.
—¡Esto aún no ha terminado! —Escucho una voz bastante enojada seguido de un aleteo bastante de un ave.
—¡¿Hola?! —Escucho una voz con un tono de preocupación.
Los vientos empiezan a ser más fuertes, golpeando con fuerza el lugar, trayendo consigo un frío bastante congelante. Tiemblo un poco de frío mi abrigo está algo roto. El cuerpo de Medusa desaparece sólo dejando un rastro de polvo.
Me volteo contemplando la figura de una joven acercarse, vistiendo un abrigo de color blanco.
—Vengan conmigo, la casa de mi maestro no está muy lejos—pide la chica algo preocupada, se quita la capucha revelando su cabello de color negro, mirándome fijamente con sus ojos de color azul claro.
No tengo de otra, estamos lejos del campamento y se nota que Hades no va a despertar ahora.
—Está bien—asiento con la cabeza, agarro Hades cargando lo entre mis brazos, colocándome de pie, la chica se da la vuelta y empieza caminar, la voy siguiendo a pasos lentos.
Al poco rato llegamos una cabaña. Colocamos a Hades en una pequeña cama para que pueda recuperarse.
Salimos de aquella habitación cerrando la puerta miro hacia mí alrededor, encontrando piezas de armaduras y algunas estatuas de Hierro. Vaya esto me resulta muy interesante ver todo esto.
La chica me lanzo un silbido, que me saca de mis pensamientos la miró y ella me hace una señal que la siga, mostrando un semblante serio.
Debo mantener la guardia en alto...
Llegamos a la cocina, hay una mesa redonda en el medio con dos sillas, la chica coloca una taza de chocolate caliente en la mesa.
—Vamos toma asiento y disfruta el chocolate o ¿lo quieres frío? —menciona bromeando un poco.
—Gracias por tu ayuda—le agradezco mostrando una pequeña sonrisa—. No quiero un helado de chocolate ahora-digo riendo me un poco.
La chica se echa a reír al escuchar mi chiste, bajando la cabeza un poco cerrando los ojos.
—Por cierto ¿Qué hacen ustedes por aquí? —Pregunta la chica algo curiosa acercándose a mí.
—Sólo somos unos simples turistas que andan por aquí buscando alguna aventura—le miento con un tono muy serio.
—Por aquí no se deja pasar a turistas. Cuales tú nombre el mío es Ana estoy visitando mi maestro —la chica me observa de arriba abajo como analizándome.
—Mi nombre es Valquiria—
—Valquiria... He escuchado sobre ti—dice Ana seriamente sacando de su bolsillo una foto, la mira detenidamente con un semblante algo triste y me la muestra.
La tomo entre mis manos contemplando una foto de mi hermano Alexander junto a Ana dándose un tierno abrazo. Me quedo muy asombrada abriendo los ojos como platos.
—Este hombre es mi hermano—digo con mucho asombro sin apartar la mira de la foto.
—Éramos los mejores amigos estuve estudiando con él, es un gran placer conocerte—menciona Ana sonriendo un poco—. Tu hermano ya me contó sobre ti y me mostró una foto tuya, me describió como eres...
Bajo la cabeza un poco algo triste contemplando la foto. Ana me da un tierno abrazo muy fuerte y escucho que está llorando un poco.
—Tranquila sé la verdad, fue un gran hombre, recuerdo el día que lo conocí a estudiamos juntos en la universidad y tenía un gran futuro como arqueólogo y historiador—confiesa Ana con un tono muy triste.
—Su asesino lo pagó muy caro su atrevimiento, espero que descanse en paz—menciono con un tono algo triste.
—Lo hará, es un gran placer conocer a la hermana de Alexander él me ha hablado mucho sobre ti, —Ana con mucha alegría—. En cuanto al tema de quien lo hizo espero que haya sufrido muchísimo—. Cuando supe la noticia no podía creerlo, la última vez que lo vi me dijo que volvía a casa para hacer algunas cosas y ver a sus hermanos después de mucho tiempo—confiesa Ana con un tono muy triste.
—Para mí también es un gran placer —menciono dedicándole una pequeña sonrisa.
—¡Sal de ahí Hades! —De pronto escucho una voz muy molesta que retumba por todo el lugar—. Sabemos que te encuentras por este lugar, un pajarito los dijo sobre tu ubicación...
Vamos corriendo las dos a la sala, Ana se coloca detrás de mí mientras yo miro fijamente la puerta.
De pronto se rompe la puerta entrando dos sujetos uno con el cabello amarillo, vistiendo un abrigo negro y otro sujeto con el pelo de color blanco bastante mayor llevando puesto un traje muy elegante.
—Somos los jueces del inframundo yo soy Minos que me acompaña es Radamantis, ¿Donde se encuentra Hades? —Pregunta el mayor muy cortésmente.
—¡El no está aquí! —Digo bastante molesta mirándolo fijamente a los dos jueces del inframundo.
—Estás mintiendo, un pajarito los dijo que él andaba por aquí—comento Radamantis con algo de molestia frunciendo el ceño de enojo mirándome fijamente.
—¡Salgan de la casa de mi maestro! —Ordena Ana algo molesta señalándolo la puerta.
Radamantis lanza un poder destruyendo una pared de la casa. Mientras le muestra a Ana una pequeña sonrisa.
—¡Cómo pudiste! — exclama Ana con algo de molestia mirando poco de miedo.
—Qué extraño que no han encontrado el templo los 3 chiflados –comento mirándolo fijamente.
Radamantis al escuchar mis palabras empieza gruñir muchísimo alzando los dos puños a la altura de los hombros, da un paso se delante, pero Minos lo detiene colocando su mano al frente de Radamantis cortándole el paso. El rubio se detiene mirándonos con algo de enfado.
—Al escuchar la noticia de que Hades esta desmayado, hicimos un cambio de planes, igual antes de cumplir nuestro plan, tenemos que juzgará a unos Dioses, ahora mismo hemos mandado un pajarito a matar a sus demás compañeros todo está perdido—informa Minos mostrando una pequeña sonrisa—. Te felicito por derrotar a Medusa, pero aquí se termina todo...
De pronto otra persona entra, éste tiene el pelo rizado de color morado, y se coloca al lado de Radamantis de esbozando una pequeña sonrisa con algo de locura.
—Por fin ha llegado Éaco, es hora de que acabemos con esto Radamantis adelante con la masacre—ordena Minos con un semblante serio retirando la mano del frente de Radamantis.
—Por fin —comenta Éaco bastante alegre dando pequeños aplausos.
—¡Por fin! — exclama Radamantis dando un paso hacia delante sonriendo con malicia—. Así que tú eres la hermana de Andrés. Le regalamos poder fracaso dos veces la tortura que recibió se lo tiene bien merecido, ahora te toca a ti... Después a la chica... Te mandaré al otro mundo junto a tu hermano y tu padre.
—¡Alexander él era inocente! —Comenta Ana algo impresionada.
—Le ordenamos a su hermano acabar con Alexander y esta chica, los entregó buena información sobre su padre a cambio le prometimos que íbamos a revivir a su madre—Explica Éaco riéndose un poco.
—¡Ustedes lo van a pagar muy caro! —Exclama Ana muy molesta
—Quédate detrás de mí, yo me encargo de estos sujetos—Le digo colocándome en posesión de cruz.
—Recuerdo el día que encontré Andrés, estaba junto Aquiles en el patio de la mansión, los dos estaban discutiendo, hasta que el jefe supremo y yo llegamos al lugar, escuchando su conversación matamos a Aquiles, le dije que podría revivir a su madre y le otorgaría poder, el está bien, le ordenamos matar a sus hermanos a cambio todo eso—Narra Minos con mucha tranquilidad.
—¡Ustedes son unos monstros! ¡Él era inocente!—Grita a Ana bastante enojada con lágrimas en los ojos.
Lo van a pagar muy caro por todo lo que han hecho, voy a matar estos tipos de una buena vez por todo lo que han hecho a familia y le hicieron a Hades. Debo concentrarme y relajarme no dejarme llevar por la ira.
—Pero sí me dice donde esta Hades, prometo un castigo menos duro—negociar Minos elegantemente.
Apretó los puños de rabia y tomo el colgante, invocando mi espada apuntándole hacia el cuello dedicándole una mirada de un tigre muy molesto.
—¡Esa espada es estrella fugaz! —Menciona Ana con mucho asombro.
—Crees que una simple guerrera podrá contra nosotros con una simple espada—comenta Radamantis con algo de prepotencia.
De pronto al verme a los ojos se muestra algo sorprendido, gruñendo un poco de enojo.
Esto será una batalla muy difícil. Pero no puedo rendirme debo luchar con toda mi alma, soy una diosa guerrera debo proteger a Hades y esa chica. Chicos espero que estén bien confío que ustedes podrán contra cualquier amenaza.
Yo voy a proteger a Hades y a tu amiga Hermano con todas mis fuerzas.
Continuará...!!!
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