Capítulo 33
El águila continúa volando, se encuentra con un pequeño risco y a las orillas de este se encuentra un ser que viste una túnica negra con capucha que cubre todo su cuerpo. Aterrizo llegando frente del, arrodillándose frente a sus pies. Vuelve la normalidad volviéndose una chica.
—Mi Señor están aquí, Hades y el grupo. María está con ellos—informa la chica con un tono muy alegre.
—Increíble, así que la chica se ha escapado—menciona aquel ser algo molesto gruñendo un poco de molestia.
—Descuida Medusa se está encargando de su error —comenta la mujer con un tono feliz.
—Bien, ayuda a serpiente molesta a completar su plan, pero quédate observándola y cuéntame lo todo—ordena el ser muy seriamente.
—Si mi Señor—concluye la chica volviendo su forma de águila y se larga volando, desapareciendo entre la neblina.
Minos, Radamantis y Éaco salen del bosque y se colocan detrás de aquel sujeto colocándose de rodillas contemplando a su amo. Al sentirlos, se da la vuelta mirando sus sirvientes con un semblante con desprecio. Notando sus expresiones de cansancio.
—No hemos encontrado nada, pero estamos cerca —informa Minos bastante molesto.
Al escuchar sus palabras y una rabia se hace cada vez más grande dentro de él.
—Siempre con lo mismo, desde que los libere me andan fallando—responde el ser bastante molesto, mientras unos pequeños rayos recorren su cuerpo.
—Al parecer hemos cometido un error de cálculos, pero sabemos que debe estar por aquí —comenta Éaco algo pensativo.
—¡Pues dejen de hablar sigan buscando! –les ordeno señalándoles con un tono desprecio hacia ellos.
—Ya estamos cansados—protesta Radamantis bastante molesto tomando un poco de nieve entre sus dedos.
—¡Cállense! —Exclama aquel ser con mucha rabia y enojo, contemplando los jueces con una mirada enojada frunciendo el ceño—. ¡Ustedes hará lo que yo ordené! Recuerden que yo soy su dios si no fuera por mi ustedes estuvieran encerrados por toda la eternidad en esa caja, yo soy su amo, su Señor y su Dios ¡sigan buscando! Me deben la obediencia mí un fracaso más y van a terminar como Andrés. ¡Larga de vistas y no vuelvan hasta que lo encuentren!
Minos se muestra algo frío conservando una postura elegante con la vista mirando al suelo, Radamantis se empieza enojar muchísimo frunciendo el ceño de enojo apretando los puños y Éaco se asustó un poco, por las palabras de su amo y se queda mirando hacia otro lado.
—De acuerdo mi Señor—mencionan al unísono los 3 jueces y sacas sus alas echándoles a volar desapareciendo entre la espesa neblina.
El ser se da la vuelta contemplando la hermosa vista, mientras muestra una pequeña sonrisa.
—Así que has llegado, bueno que empiece el partido de ajedrez, Hades ha llegado la hora de la reunión esperada—dice para el mismo el ser de esbozando una pequeña sonrisa.
❤️❤️❤️/Primera persona Valquiria/❤️❤️❤️
Me encuentro en un bosque nevado caminando hacia delante con la guardia en alto. De pronto veo en el frente Andrés que hace acto de presencia caminando hacia mí mostrando una sonrisa contenta.
—Creíste que podrías librarte de mí, no lo creo sucia rata roja—menciona mostrarme una sonrisa. Conforme sigue avanzando hacia mí, su cuerpo empieza a transformarse en la criatura de ese día con grandes cuernos y cabeza de dragón.
—¡No tengo miedo! —Le grito con mucho valor quedándome justo donde estoy, mirándolo fijamente a los ojos mostrando un semblante serio—. Te daré otra paliza...—Rápidamente me disparo hacia el propinándole un puñetazo en el rostro, cae al suelo, me acerco a él apuntándole con la espada mirándolo fijamente los ojos.
—Matarme ahora, asesina—me dice Andrés con un tono desprecio.
—No Andrés, no vales la pena para nada... Sería una salida fácil para ti. Ya te he vencido tú ya estás muerto...—le digo haciendo desaparecer la espada, dedicándole una mirada penetrante dándome la vuelta.
Ya no te tengo miedo. Suficiente ya tienes con tu conciencia, te vas a enfrentar a los espíritus de tu pasado.
—¡Eres una completa cobarde vuelve aquí! —Me grita Andrés algo desesperado. No le doy mucha importancia y sigo caminando. Si vuelve meterse en mis asuntos voy a darle una paliza tan fuerte que no recordara quien es.
Después escucho sus gritos agonizando de dolor pidiendo la muerte rápida.
Por fin lo he conseguido...
Abro los ojos de golpe observando mí alrededor contemplando los chicos hablando entre ellos. Las nubes se han disipado haciendo desaparecer la tormenta de nieve, dejando un hermoso cielo azul. Han pasado algunas horas y aún seguimos viajando.
Todo fue un sueño... Recuerdo que María me dijo una cosa me contó que Andrés fue condenado a un castigo, falló en su misión y ese fue su peor error, eso se lo dijo Medusa. María fue de las últimas que escuchó su último grito.
Mi hermano me dijo que después de la muerte de Madre no fue el mismo, algo en el cambio, me hacía bromas pesadas. Mi padre siempre quiso que estuviéramos juntos como una familia, pero el mismo se dio cuenta de que era imposible.
Mi padre no estuvo mucho tiempo en la casa debido su trabajo de arqueólogo y mi hermano estaba estudiando.
No tenía de otra más que separarnos no iba a dejar que su hija soportar a todo eso.
Después de que esto termine planeó volver mi vida normal junto al amor de mi vida y retomar mi carrera como artista.
Ahora yo debo construir mi futuro, tengo un grupo de personas porque seguir adelante. Planeó irme a trabajar seguir con mi vida.
Los chicos están para tras y las chicas se encuentran adelante mientras yo estoy en el medio.
Silena y María están hablando, mientras observan el mapa con mucha emoción señalándolo. Mientras tanto Hades está con Poseidón. Estoy escuchando su conversación.
—Odio el frío, después de aquella noche de tormenta. Me estaba dirigiendo a Grecia cuando de repente algo empezó a congelar el mar y salí para afuera, sólo para encontrarme un enorme pájaro de color blanco, tuvimos una batalla, pero al final fui congelado y atrapado en ese lugar por mucho tiempo...—cuenta Poseidón con un tono de molestia gruñendo un poco.
—Ya tranquilízate que ya pasó, al igual que tú yo estuve encerrado, pero en un lugar mucho peor en un agujero mágico, que sólo se podía abrir por fuera, ahí estuve atrapado en la oscuridad por mucho tiempo... Hay peores destinos que la muerte—explica Hades con un tono tranquilo.
—Vaya eso debió ser muy duro para ti... Algún día cuando encuentre a ese el pájaro lo voy a hacer que camine por la plancha—menciona Poseidón alzando la mano hacia arriba bastante enojado—. Recuerdo cuando desperté y me encontré algunas sirenas que me contaron todo lo que ocurrió la Atlántida hundida—explica Poseidón con un tono triste.
De pronto escucho algo un pequeño crujido. El caballo empieza a agitarse coloco mi mano en su cuello, acariciando lo un poco intentando calmarlo. Se calmo un poco moviendo la cabeza echándose un poco para tras.
El suelo debajo de María y Silena se rompe, haciendo que las dos se caigan al agua, mientras se escucha un grito de parte de las dos, mirando como ella se hunden.
—¡chicas! —Grito de montándome del caballo corriendo muy rápido hacia el agujero.
—¡Sirenita! —Exclama Poseidón con un tono muy preocupado corriendo gran velocidad hacia ellas. Llegamos al mismo tiempo los dos. Me quito la mochila arrojándola hacia otro lado.
Sin pensarlo dos veces me arrojo al agua, hundiendo me en la misma mirando como ellas se está hundiendo por el peso de sus mochilas. De pronto siento que mi cuerpo ya no se puede mover. No sé nadar...
De pronto veo a Silena dirigirse a gran velocidad hacia mí me atrapa y junta salimos de aquel agujero dando un salto cayendo en el suelo. Me rasco la cabeza un poco observando a Silena que se ha vuelto una sirena con una hermosa cola de color azul con escamas muy brillantes.
Es bellísima la verdad...
Ella es una sirena esto es impresionante. Muestro una cara de asombro al contemplar aquélla hermosa cola.
Hades se acerca a mí algo preocupado, me quita el abrigo lanzándolo hacia otra parte el mismo cae en el suelo. Empiezo a temblar de frío abrazando mis piernas. Hades me ha ropa con su abrigo dándome un fuerte abrazo por la espalda enrollando me con sus brazos fuertes y musculosos.
—¿Estás bien? —Me pregunta Hades dándome un fuerte abrazo.
—Tranquilo, estoy bien amor sólo quiero un poco de calor...—respondo temblando de frío abrazando a mí misma
—Espérame—menciona Hades apartándose de mí, se dirige a su caballo sacando otro abrigo, y se dirige a María abrigándola con el abrigo.
—Muchas gracias, mi Señor...—le dice María sonriendo un poco con un tono muy alegre abrazándose ella misma.
—No es nada, María—le dice Hades mostrando una pequeña sonrisa acercándose a mí.
—Mi pequeña sirenita me alegro de que estés bien—menciona Poseidón quitándose el abrigo y se lo pone a Silena dándole un poco de calor.
—Estoy bien amor... Vivir aventuras es algo bastante fuerte por lo que me has contado—menciona Silena riéndose un poco—. Recuerdo la historia que me dijiste donde luchas te contra un cráter en plena tormenta... Fue impresionante...
—No es nada fácil, y más en un lugar así...— respondo Poseidón dándole un fuerte abrazo a cerrándola su pecho.
—No quería ser una inútil—menciona algo adolorido.
—No lo eres, nunca lo ha sido...—interrumpe Hades muy seriamente—. Aquí somos compañeros y amigos. Aquí ninguno somos herramientas que quede claro eso.
—Somos una familia—confieso mostrándole una pequeña sonrisa—. No importa lo que sea siempre te vamos a querer.
—Muchas gracias, chicos—Silena sonríe con mucha alegría abrazando muy fuerte a Poseidón a colocándose en su pecho.
—Tenemos que irnos de aquí, no estamos en el suelo estamos en un río congelado—menciona Hades agachándose, quitando un poco de nieve.
—No le dimos cuenta por la nieve que hay que cubre todo el río—comento observando el lugar.
—Vámonos chicos, la cabaña está cerca—comenta Silena volviendo la normalidad.
—Pues vamos—digo colocándome dé pie colocándome bien el abrigo.
Después de un rato llegamos en la cabaña. Una casa de dos plantas en el medio de un pequeño bosque. Cada uno se fue a su habitación, mientras tanto yo me encuentro en la sala contemplando la ventana. Lamentablemente la mochila que se cayó en el fondo del lago fue la de la comida, perdimos muchos alimentos y los demás estaban muy congelados. Hasta que los chicos consigan algo no comeremos en un buen rato. Tengo un poco de hambre creo que no podré aguantar.
Ya quiero salir de una buena vez, tenemos que encontrar esos sujetos y darles una paliza.
Me voy caminando hacia mí habitación, abro la puerta encontrando a Hades sentado en la cama, vistiendo una camisa negra, leyendo un libro que el título dice: tú y yo para siempre.
—Estás leyendo romance, sí que te encanta leer libros—le digo acercándome a él, sentando me justo a su lado.
—Sí me gusta leer libros, es un pasatiempo que tengo con el de tocar piano—me comenta Hades sin quitar la vista del libro dando una pequeña ojeada—. Gracias a una amiga mía que me enseñó valorar más los libros, Hécate... Ella me recomendaba libros de arte e historias griegas, mitología y poemas—cuenta mientras una pequeña lágrima sale de su ojo.
Acerco mi mano su mejilla atrapando esa pequeña lágrima entre mis dedos, me coloco encima de sus piernas a horcajadas. Nuestras miradas entrelazan, coloco mis manos encima de sus hombros mostrándole una pequeña sonrisa uniendo nuestras frentes.
—Debió ser muy duro para ti, pero ella seguirá viviendo en los libros sigue adelante, recordando el pasado y siguiendo delante por ellos
—Le digo sonriendo le un poco mirándolo fijamente a los ojos. Aquella mirada me tranquiliza y me llena de felicidad.
Hades coloca el libro en la mesa sin decir ni una sola palabra sin apartar la mirada de mis ojos.
—Por supuesto que sí, lo seguiré haciendo me gusta fue una gran persona—menciona Hades mostrando una pequeña sonrisa colocando sus manos en mi cintura.
—A mí también me encanta leer libros, leo de aventura y Fantasía. Te escuchado tocar el piano y lo haces genial—le menciono bastante emocionada
—Así es, recuerdo la noche que llegaste toque una nota que me enseñó tu padre hace muchísimo tiempo, me gusta tocar y más las de Beethoven—Hades con mucha emoción. Se le puede notar el brillo de sus ojos de la emoción, mientras muestra una pequeña sonrisa.
—La reconocía mi Padre solía tocarla es muy buena la verdad. Me gusta ese tipo de música al igual que el Rock —comento con algo de nostalgia.
—Cuando volvamos a casa voy a tocar, si eso te hace feliz lo haré—me dice Hades con un tono muy gentil.
—Eso es maravilloso, muchas gracias, amor será un honor para mí escuchar esa bella melodía—le digo muy feliz acercando mi rostro al suyo. Dándole un beso en los labios con mucha pasión y ternura, el corresponde con mucho cariño y dulzura. Sus labios son muy dulces y ricos.
Nuestras almas desean salir de nuestros cuerpos y unirse en una eterna danza por toda la eternidad.
Me separo de sus labios muy despacio sin apartar la mirada de sus ojos, dedicándole una sonrisa traviesa y juguetona acariciando su rostro muy suavemente.
Hades en cambio muestra una pequeña sonrisa bastante alegre con algo de picardía.
En ese momento mi cuerpo empieza a brillar desprendiendo un resplandor blanquecino y mi cabello brilla intensamente que desprende un aura roja. Le doy un fuerte abrazo con mucho cariño y amor, corresponde con mucho cariño. La temperatura ha subido un poco.
Escucho como la puerta se abre. Pero igualmente continúo abrazando a Hades sin darle mucha importancia. Nada más importa sólo él y yo.
—Vaya, llegue temprano antes de la barbacoa—escucho la voz de Poseidón algo alegre con un tono de burla.
Empiezo enojar mí un poco. Poseído Dios mío... Yo quería seguir.
—¿Qué quieres Poseidón? ¿No tenemos una misión? —Pregunta Hades sin dejar de mirarme a mí mostrándome una sonrisa acariciando mi cabello.
Lo había olvidado, estaba perdiendo el amor.
Vuelvo a la normalidad mi cuerpo deja de brillar completamente. Me separo de Hades despacio sentando me en la cama.
—¿Qué hacemos ahora Hermano? —Pregunta Poseidón algo curioso—. Perdone chicos por interrumpir, pero tenemos que trabajar...
—Tienes razón, yo y Valquiria saldremos y vamos a investigar. Tú y las chicas esperando los gemelos—ordena Hades muy seriamente tomando su abrigo colocándose de pie vistiéndose.
—¿Ese es tu plan? —Vuelve a preguntar Poseidón arqueando una ceja no muy convencido por el plan de Hades.
—Pueden estar en cualquier parte, sería muy arriesgado que fuéramos todos—comenta Hades colocándose su abrigo.
—Pensándolo bien tienes razón, pero yo quería ir—menciona Poseidón algo molesto.
—El Capitán no puede dejar el barco, y es mejor que te quedes aquí cuidando las chicas así tendrán más tiempo con tu sirenita no lo crees—digo con un tono picarón mostrando una sonrisa juguetona.
—Tienes razón Valquiria... Pero igual los dos tengan cuidado por ahí, tienen el mapa—recomienda Poseidón algo preocupado.
—Tú tranquilo yo nervioso, por lo demás ustedes deben quedarse aquí de respaldo esperando los gemelos si tenemos el mapa—le informo acercándome a él con un tono tranquilo mostrando una pequeña sonrisa de seguridad.
—De acuerdo confío en ustedes—Poseidón sonríe bastante contento-. Ustedes son piratas muy peligrosos así que podrán lograrlo si encuentran algo avisen—
—Por supuesto que sí, fue un placer hacer negocios con un pirata como tú—digo guiñando le un ojo mostrando una pequeña sonrisa.
—Buena suerte, chicos, mis grandes bendiciones a los viajeros y vuelvan pronto para poder salir de estas tierras congeladas—Poseidón con un tono muy contento como todo un pirata.
—Está bien, vámonos—Hades muestra una pequeña sonrisa.
—Salgamos por la ventana será más divertido—recomiendo, señalando la ventana de la habitación.
—Me parece bien, a sino alentaremos a los enemigos, las chicas se podrán dormir tranquilas—comenta Hades acercándose a la ventana.
—¿A dónde creen que van? —Escucho la voz de María algo molesta. Entrando a la habitación.
—Vamos a investigar sobre el tema del templo, permanezcan aquí esperando los gemelos—Informa Hades muy seriamente.
—Está bien, vayan a investigar la zona y descubran porque el mundo no se ha hecho pedazos, pero vuelvan de una vez si ven que hay algo extraño, si logran encontrar el templo, aquí tienen el mapa, por favor cuídense—Menciona María entregando un mapa.
—Tranquila estaremos bien. Vámonos—Digo recibiendo el mapa mostrándole una pequeña sonrisa muy confiada de mí misma.
Después de algunas horas los encontramos caminando por un bosque. Miro hacia mí alrededor contemplando que todos los árboles no tienen hojas, parece como si estuvieran muertos. El lugar está muy solitario hay un profundo silencio.
Los hemos alejado mucho del campamento espero que el templo este por aquí, que los jueces no lo hayan encontrado primero. Creo que estamos cerca.
De pronto veo una figura salir detrás de un árbol, vistiendo una gran túnica negra.
A al verla los detenemos en seco mirándola fijamente sin quitar la vista de ella.
De repente hace un chasquido de dedos, mientras escucho unas pequeñas risas de fondo.
De pronto siento un frío entre mis piernas, miro hacia el suelo contemplando mis pies congelados. No puedo moverme tengo los pies atrapados.
La mujer se quita la capucha, revelando que es Medusa que muestra una pequeña sonrisa de malicia, abre sus ojos como platos disparando un rayo de estos que se dirige a gran velocidad hacia nosotros.
De pronto Hades se coloca al frente de mí dándome la espalda, recibiendo el disparo. Veo como su cuerpo empieza cambiar volviéndose una estatua. Escucho de fondo una risa macabra.
—¡Amor! —Grito algo desesperada, mientras unas lágrimas recorren mis mejillas, al contemplar mi pareja convertido en una estatua.
Continuará...!!!
Muchísimas gracias por leer recuerda votar y comentar.
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