Capítulo 31
Ella azota el látigo contra la pared, acercándose a mí poco a poco, mostrando una pequeña sonrisa.
—No conoces el verdadero amor, sólo eres una obsesionada y una simple basura, ¡Tú no sabes nada!— exclamo bastante molesta frunciendo el ceño de enojo.
El siempre ha creído en mí y se lo voy a demostrar que estoy lista. Concentración y silencio. El me ha enseñado manejar la espada así que puedo contra esto.
La mujer frunce el ceño de enojo mordiendo sus labios bastante fuertes.
Lanza un latigazo, lo atrapo con una sola mano en el acto, sintiendo un ardor que me está quemando. Ella lo jala fuerza, pero no lo suelto, apretando lo con mucha fuerza. Cortando lo con la espada al instante dedicándole una mirada penetrante, mientras mi cuerpo brilla con un resplandor blanco y mi cabello empieza a brillar con un rojo intenso. La espada empieza desprender un brillo rojizo y la hoja brillan como el oro.
—Yo lo amaba debí ser la reina del inframundo hasta que llegó esa come flores y la convirtió en su reina... Igual voy a terminar contigo él no se merece amor—
Me disparo hacia ella en un arrebato de rabia propinándole un puñetazo en la cara. Le propino una patada espartana, haciendo que salga disparada chocando con la pared rompiendo la un poco. Se rasca la cabeza y se pone de pie mirándome fijamente, como un León mirando su presa.
—Mi nombre verdadero es Medusa próxima reina del inframundo, ¡No permitiré que una niña como tú me derroté!—se presenta con algo de enfado se dispara hacia mí, como un tigre mostrando sus colmillos.
Agitó mi espada haciéndole un pequeño corte en el pecho, pero ella continúa adelante con su ataque, me da un puñetazo en el rostro. Muerdo mi labio conteniendo el dolor. Le propino un cabezazo bien fuerte en la frente haciendo que se eche para tras un poco.
Medusa suelta un grito desgarrador que resuena por toda la habitación.
¡Esto es por María y Perséfone! Te voy a directo al inframundo...
La espada vuelve a convertirse en aquel amuleto de estrella, lo aprieto muy fuerte entre mi puño y acto seguido me disparo hacia ella propinándole varios puñetazos por todo el cuerpo y le doy un gancho justo en la mandíbula haciendo que vote algunos dientes.
De pronto en ese momento las puertas se rompen, entrando Hades con un semblante muy molesto y sus ojos brillan con mucha intensidad con sus 6 alas abiertas.
Medusa al ver a Hades una sensación de miedo recorre su cuerpo y empieza a temblar abriendo los ojos como platos, corre hacia la puerta golpeándola varias veces. Se voltea colocándose de rodillas bajando la cabeza al suelo.
—Estoy cansado de esperar—dice Hades con algo de molestia mirando hacia Medusa haciendo desaparecer sus alas y se queda donde justo está con los brazos cruzados.
De repente ella cambia de forma a una chica más joven con los ojos de color café y su cabello se vuelve rubio.
—Mi...Señor... Cuánto tiempo... —menciona Medusa algo nerviosa con la mirada en el suelo.
—Señor... Hades—menciona María algo débil mostrando una pequeña sonrisa.
—Descansa María—menciona Hades mostrando una pequeña sonrisa al ver a María, ignorando las palabras de Medusa.
—Hades, los jueces se han ido... Esa mujer es la misma que los contó Poseidón—le informo muy sorprendida de verlo.
—Eso es una gran noticia—me dice Hades sin apartar la mirada de Medusa, se le nota algo molesto—. Así que tú le hiciste esto a María... Tamara, o mejor dicho Medusa, usaste un buen disfraz en el templo, que no pude reconocerte, al parecer ha desarrollado una habilidad para cambiar de forma, no eres la única sacerdotisa del inframundo, igual no me importa mucho, tú me has traicionado—menciona Hades con algo de molestia frunciendo el ceño dedicándole una mirada fría.
—¡Yo soy la única! Las demás son historia—comenta mostrando una pequeña sonrisa llena de malicia.
Hades apreto los puños conteniendo su rabia interna, soltando un pequeño suspiro con mucha molestia.
Esta mujer está algo loca ya perdió la cabeza...
—Una sacerdotisa se encarga de cuidar los templos de los dioses ¿Tamara, o Medusa? No entiendo nada explica Hades—le digo bastante confundida.
—Su nombre es Medusa, Tamara es su nombre falso, cada cierto tiempo se escogí a un grupo de chicas para que fuera al inframundo a aprender cómo defenderse, algunas magias y secretos, después volvían a los templos para seguir protegiéndolos. Medusa no hacía su trabajo se quedaba mucho tiempo desaparecida a veces estaba más en el inframundo que en el propio templo, solía mentir que estaba ocupada—explica Hades muy seriamente.
—Yo te amaba en secreto, hasta que tu traición hasta al inframundo con tu deseo de paz y tranquilidad el inframundo es poderoso y merece conquistar los demás reinos y trajiste a esa come mariposas y la volviste tu reina — Medusa menciona bastante enojada frunciendo el ceño de enojo, mirando a Hades con desprecio.
Hades se contiene soltando un suspiro apretando sus puños, dedicándole una mirada penetrante, haciendo que ella tiemble de miedo al verlo a los ojos chocando su espalda contra la puerta. Invoco mi espada rápidamente mirándola fijamente los ojos.
—Eres de verdad muy patética, me da mucho asco—le digo con un tono de asco sacando la lengua—. Entonces significa que utilizó esa forma para engañar a Poseidón para conseguir el tridente—menciono muy pensativa apuntándole con la espada sin quitar mi mirada de ella.
—Sí, esto le pasa por mujeriego— responde Hades muy seriamente—.En cuanto a ti Medusa yo no te amo...sólo amas el poder y te gusta aprovecharse de los demás— le dice Hades bastante enojado.
—¿Chicos se encuentran bien? —Escucho la voz de Poseidón bastante nerviosa—. Tamara... Por fin te atraparon.
—¿Que ella es Tamara?—escucho la voz de Silena con un poco de miedo.
Medusa se pone muy enojada mirando Silene y Poseidón.
—Agarra a María y llevarte la bien lejos Poseidón—le ordena Hades bastante serio sin apartar la mirada de Medusa.
—De acuerdo hermano— Poseidón menciona tomando entre sus brazos a María y se va corriendo junto a Silena.
—La tenemos chicos buena suerte—concluye Silena y escucho de repente sus pasos.
—¡Los jueces me han otorgado el poder ¡¡Yo soy la reina del inframundo! Tú vas a pagar muy caro lo que acecho— declarar Medusa mientras se pone de pie y un aura oscura en vuelve su cuerpo.
De repente Medusa se empieza transformar en una Gorgona, su cabello se transforma en serpientes tan negras como la noche, ojitos tan brillantes como cristales rojos, su piel cambia volviéndose escamosa, sus ojos brillan con intensidad observando a Hades con desprecio frunciendo el ceño de enojo. Se dispara hacia el rápidamente abriendo su boca que rebosa de veneno.
Colocando me al frente de Hades mirándola fijamente los ojos sin mostrar miedo ni asombro al contemplar sus ojos rojos brillantes con intensidad.
—¡Aléjate de mi pareja! —Grito alzando la espada para arriba, arrojando una fuerte ráfaga de energía hacia ella que logra impactar haciéndola retroceder dejando un camino destrucción a su paso.
Hades me agarra por la espalda y sale de ahí. Contemplo como la casa se está desmoronando poco a poco. Mientras Hades me lleva en sus brazos bien lejos del lugar aterrizamos en las orillas de un río. Hades me coloca a delicadamente en el suelo y empieza revisar mi cuerpo buscando alguna herida.
Encuentra una en mi frente, me coloca un curita seguido de un beso en la misma. Que hace que se dibuje un leve sonrojo en mis mejillas.
—Volvamos con los chicos—menciona Hades mostrando una pequeña sonrisa y empieza volar.
Después de un rato, los encontramos en la hacienda con los chicos. María se le coloca algunos vendajes por sus heridas y se le acuesta en el sofá para que pueda reposar.
La veo y no puedo ni creerlo, unas pequeñas lágrimas se deslizan por mis mejillas al contemplarla en ese estado. Hades coloca su mano en mi hombro colocándose a mi lado.
—Descansa, ahora estas en un mejor lugar—le menciona Hades con un tono tranquilo y relajado.
—Estará bien no se preocupen, sólo tiene que descansar—los informa Silena sentada en un mueble.
—No se preocupe Señor... Una sirvienta de Hades siempre debe ser fuerte cuando me recuperé un poco les haré un platillo muy rico—dice María soltando un suspiro y se duerme mostrando una pequeña sonrisa.
—Estará bien, vamos a dejarlo descansar—menciona Silena mirándola con un tono gentil.
—Descansa María—le susurro mostrándole una pequeña sonrisa.
Poseidón los hace una señal para que lo sigamos y sale de la casa rumbo al patio. Yo y Hades lo seguimos, hasta llegar al medio del patio.
—Bien hecho chicos, hemos acabado con ella y de verdad lo siento mucho Hades por todo ese tema—dice Poseidón algo triste.
—Tranquilo Hermano—Hades coloca su mano en el hombro de Poseidón mostrándole una pequeña sonrisa—. Igual gracias a eso logramos encontrarla y descubrir más sobre ellos.
—Esa mujer te estaba manipulando, ella quería el tridente, para entregárselo los jueces—menciono muy seriamente.
— Terrible la verdad, esa horrible mujer. Quiero darles un regalo a ustedes por las molestias—Poseidón se da la vuelta y suelta un silbido.
De pronto un caballo negro y fuerte, aparece saliendo del bosque llegando a nosotros se detiene, mirándonos fijamente con sus ojos de color ámbar.
—Este es mi regalo, un hermoso caballo, también les voy a regalar la silla de montar. Me encanta montar caballos— Poseidón menciona con mucha alegría y orgullo mostrando a que el majestuoso corcel.
—Muchas gracias es bellísimo, me gustan los caballos— agradezco contemplando el majestuoso corcel.
—Me alegro escuchar eso, este caballo es acto para hombres y mujeres muy fuertes—menciona Poseidón riéndose un poco.
—Muchas gracias por tu regalo Hermano, es bellísimo lo cuidaremos bien—menciona Hades observando el caballo.
—¿Qué nombre le pondremos? —pregunto algo pensativa.
— Mávro, es un buen nombre—dice Hades sonriendo un poco.
—Suena genial—le digo subiéndome en el caballo, mirando a Hades extendiendo le una mano—. Vamos a dar una vuelta...
—Bien— menciona Hades agarrando mi mano subiéndose al caballo colocándose detrás de mí enrollando sus manos en mi cintura.
—¡Vamosssssss!—Le ordeno el caballo y sale disparado como una bala corriendo gran velocidad a través del bosque.
Corrimos un poco con el caballo y después entrenamos con las espadas. Después de un día muy agotador siempre es bueno un buen baño. Entrenamos toda la tarde con el tema de las espadas.
Ya es de tarde la mañana se fue muy rápido. Poseidón empieza una pequeña fiesta en la piscina, un poco de música relajante y una barbacoa.
Llego puesto un traje de baña de color rojo con adornos de flores, mientras a Hades tiene un pantalón un corto largo. Los quedamos elegida de la piscina.
Nuestras miradas entrelazan sintiendo una sensación de tranquilidad y paz, me acerco a él despacio. Noto algo de preocupación y algo de molestia en sus ojos.
—Te noto algo muy preocupado, ¿Que ocurre mi amor? —Le pregunto algo preocupada.
—Te arriesgas muchísimo no deberías hacerlo...—responde Hades con algo de preocupación.
—Tranquilo amor. Estaré bien, gracias por preocuparte. Siempre me ha dejado pelear al frente, entiendo tu dolor tienes miedo de perder de nuevo a la persona que amas de que yo seguiré adelante luchando por los dos a veces me dejo llevar—le menciono sonriendo un poco riéndome.
—SI tengo miedo, siempre he confiado de que tú puedes ganar la batalla y salir bien de ahí, pero esta vez he sentido miedo he vuelto a recordar mi pasado, he visto a la mujer que amo morir otra vez entre mis brazos—menciona Hades con pesar bastante triste, mientras unas pequeñas lágrimas recorren sus mejillas.
—Recuerda confíe en mí, prometo hacer las cosas bien—le digo agarrando su rostro entre mis manos mientras lo miró fijamente perdiendo me en su mirada.
—Yo creo en ti mi rosa—menciona Hades sonriendo un poco con un tono muy confiado.
—Muy pronto mi amor, seremos libres podremos seguir adelante con nuestras vidas y saldremos de esto juntos—le digo acercando mi rostro al suyo rozando mi aliento contra sus labios, colocando mis brazos encima de sus hombros disfrutando de esa mirada brillante que me hace sentir el paraíso.
Hades muestra una pequeña sonrisa uniendo mi frente con la suya y colocando sus manos en mi cintura.
Los unimos en un bellísimo beso con mucha pasión y amor. Los separamos recuperando el aliento mirándolo fijamente a los ojos. Siento una paz y una tranquilidad al contemplar aquella mirada.
—Me alegro escuchar eso mi amor también te voy a complacer con algo bonito, sabes me has enseñado muchas cosas, muchas gracias por entrenarme y por llena mi mundo de felicidad—
—Me has enseñado hacer un poco más arriesgado—menciona Hades riéndose un poco rascándose la cabeza.
—Tú me enseñaste analizar al oponente, y me enseñaste muy bien, gracias por estar ahí gracias por este momento mi querido ángel—
—De nada recuerda que estaré aquí para ti, te voy a comer como postre mi cereza rebelde tus labios saben a fresas —dice Hades muy divertido mostrando una pequeña sonrisa juguetona.
Me sonrojo muchísimo al escuchar las últimas palabras, le dedico una pequeña sonrisa.
—Me parece bien disfrutemos la noche juntos mi amor y después lucharemos juntos contra los jueces para acabar con ellos—le digo abrazando fuertemente acurrucado me en su pecho. El corresponde con mucho cariño y amor dándome un fuerte abrazo.
—Lo haremos juntos— susurro al oído con un tono feliz.
Venceremos juntos y unidos.
Continuará...
Muchísimas gracias por leer recuerda votar y comentar muchos besos y abrazos.
Disculpa la demora muchos problemas técnicos.
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