Capítulo 28

/Primera persona Valquiria/

Me encuentro tendida en el suelo en el medio de la nada todo está muy oscuro, sintiéndome muy cansada y con un fuerte dolor en mi pecho, mi cuerpo empieza a brillar, pero su resplandor observa apagando poco a poco.

—Ha llegado la hora... Al parecer es así... Lo siento Hades. Por volverte a provocar este dolor—menciono en voz baja sintiendo como mi vida se apaga como una flama que se extingue poco a poco.

—No, mi hija—de pronto escucho una voz con un tono dulce y amable veo se está acercando una mujer con el pelo de color rojo. —Todavía no ha llegado la hora mi niña—explica aquella mujer un colocándose de rodillas cargándome entre sus brazos.

—Madre yo lo siento—le digo con un tono débil mientras una lágrima con mis mejillas. Por fin estoy mirando es tan hermosa.

—¿Por tu nacimiento? No fue tu culpa nunca lo fue, por favor sigue adelante, vuelve a renacer de las cenizas como el ave Fénix, empuñando aquella espada que yo utilice para proteger a esta familia, tú también debes utilizarla para proteger a tu nueva familia—menciona mi madre mientras unas lágrimas recorren sus mejillas mientras muestra una gran sonrisa.

—Gracias, madre—le digo sintiéndome muy feliz mostrando una gran sonrisa.

—Las semillas vuelven a brotar, es hora de volver a nacer como el ave Fénix que ese—menciona mi Madre agarrando fuerte mi mano mi cuerpo empieza a brillar más fuerte.

De repente desapareciendo todo.

Veo que estoy en un pasillo, que se encuentra bastante oscuro. Miro para todas partes sólo observando mucha oscuridad y encima de mí una pequeña antorcha que ilumina un poco el lugar con un débil resplandor, todo lo demás se encuentra sumergido en una profunda oscuridad.

¿Dónde estoy? ¿En qué lugar me encuentro? ¿Dónde está mi madre?

Escucho unos chillidos y unas pequeñas risas de fondo. Que me hacen temblar un poco... Estoy sintiendo un gran miedo...

Me pego de la pared algo asustada temblando de miedo, mirando hacia todas partes, sintiendo múltiples presencias que se están acercando poco a poco.

De repente sale una mano atrapando mi cuello entre sus garras chocándome con la pared. Suelto un fuerte grito.

Intento zafarme, su agarre es de hierro veo su mano que está recubierta por una armadura de color negra. Su cabeza sala de las sombras y está vistiendo una capucha que no deja ver su rostro, sus ojos violetas brillan con intensidad observando me con desprecio.

Por fin te atrape voy a divertirme muchísimo contigo—menciona aquel ser con una voz femenina. Me arroja un poco de humo mi cara, haciéndome toser, mis ojos me arden y a mis pulmones les falta el aire.

—¿Qué... es lo que quieres de mí...?—Pregunto con la voz entrecortada algo molesta temblando de miedo.

—¡Ya cállate! Voy a disfrutar mi comida—menciona acercando su rostro al mío, sacando una lengua de a serpiente, mientras un poco de humo sale de su boca. Su rostro me da mucho miedo, parece el propio demonio...

—¡Ya! — escucho una voz ruda bastante molesta, de repente veo una mano agarrando el brazo de aquella mujer. Me suelta caigo al suelo respirando algo agitada. Miro hacia el suelo escuchando lo que dicen sin ver sus rostros. El lugar se pone muy frío puedo ver mi aliento y me pongo a temblar un poco.

—¿Qué es lo que te pasa? —Pregunta la mujer algo confundida por aquella acción de aquel ser.

—Ya lárgate, ahora mismo—le ordena el ser bastante molesto.

—¿Cómo puedes amarla? —le expresa la mujer algo desesperada con un tono algo molesto.

—¡Dije que te vayas! —replicó el ser otravés, pero esta vez más molesto.

—Vas a pagar muy caro—concluye bastante enojada siento que ha desaparecido.

De repente aquella persona me agarra cargándome entre sus brazos, siento sus manos algo duras y fuertes, me pega a su pecho y escucho sus latidos de su corazón que suenan como un tambor arrimo de una buena música. Reconozco su calidez y su energía.

¡Amor eres tú! Mi corazón late con fuerza al reconocerlo.

— Te amo Hades, gracias—le agradezco gentilmente a cerrándome a su pecho recibiendo su calor.

—Estoy aquí para ti— me susurra con una voz suave, abrazándome fuerte con mucho amor y ternura. Sin querer soltarme, depositando un pequeño beso en mi cabeza.

Mi cuerpo empieza desprender un hermoso brillo de color blanco. Siento una fuerte energía que me está envolviendo.

Le doy un fuerte abrazo y el corresponde con mucho amor y ternura.

De repente algo me despierta, abro los ojos despacio lentamente sintiéndolos muy pesados como si fueran dos enormes pesas. Siento un fuerte dolor por todo mi cuerpo, siento que me estoy sintiendo mucho mejor de repente.

—Está funcionando—comenta una voz muy impresionada.

—Esa planta es de el árbol de la vida, ahora sólo falta un regalo para ella—dice una voz muy segura con un tono feliz.

—¿En serio lo harás? —Pregunta la otra persona muy impresionada.

—Por supuesto que sí, esta chica me ha demostrado algo muy interesante—menciona aquella persona y siento una leve caricia en mi mejilla muy suave.

De repente caigo en un profundo sueño. abro los ojos encontrando me en un pequeño campo de flores frente a un gran árbol.

—Valquiria...—De repente escucho una voz que me llama.

¿Quién me está llamando? — pregunto muy confundida.

—Mi nombre es Gea, la Madre tierra la diosa de la naturaleza a he venido a salvarte, el amor de ustedes me ha conmovido, así que dadle un regalo, te convertirá en una diosa, tomando el lugar de Perséfone— menciona aquella voz con un tono amable

—¡¿Estás hablando en serio? ¡— menciono muy impresionada.

—¿Quieres quedarte con Hades? — me pregunta con un tono muy contenta.

—¡Por supuesto que sí! ¿Dónde está Hades? — me pregunto algo preocupadas.

—Está bien, no te preocupes con esto puedes quedarte con el— menciona aquella voz y de repente entre mis manos aparece una fruta de Granada. — dale una mordida para que pueda cumplir tu sueño y podrás quedarte con Hades...

La miro fijamente contemplando muy pensante. No tengo de otra... Quiero más poder para proteger a mis seres queridos.

De repente le doy una mordida sintiendo un sabor muy rico.

Siento un gran poder que recorre todo mi cuerpo haciéndome sentir más poderosa.

Despierto de golpe sobresaltada, respirando muy agitad amenté veo que estoy en una habitación de hospital. Me coloco de rodillas en la cama sintiendo un fuerte dolor en mi pecho y en todo mi cuerpo, me quito los botones de la camisa revelando que mi tatuaje de corazón está brillando muy intensamente. Entonces de repente desaparece en un pestañeo.

De pronto unas pequeñas lágrimas de tristeza salen de mis ojos deslizándose por mis mejillas sintiendo una depresión.

Mi cuerpo empieza a calmarse poco a poco y mi dolor se apaga como una flama. ¿Qué fue lo que pasó? No entiendo. Acaso ¿Será verdad, o sólo fueron sueños? No entiendo qué pasó...

Me pongo de pie rápidamente, acercándome a la ventana contemplando que es de día y está lloviendo fuera, el sol se está escondiendo entre las montañas.

—¿Dónde estoy? ¿Dónde está Hades? —Me pregunto a mí misma con un tono triste.

De pronto escucho el sonido de la puerta abriéndose. Me doy la vuelta en un pestañeo colocando me en pose de batalla como un tigre atrapado rodeado de enemigos.

Veo que entra aquella chica del restaurante, llevando entre sus manos un poco de ropa, me mira algo sorprendida arqueando una ceja mostrando una pequeña sonrisa.

—Cálmate, soy yo, resumen todo fue una trampa te encontramos herida, lastimada y con un veneno en tu cuerpo y te trajimos al hospital—me explica sonriendo un poco. —Por cierto, mi nombre es Silena—menciona algo tímida mirando hacia otro lado.

—Descanse soldado—le menciono con un tono burlón riendo me un poco. —¿Quiero saber una cosa donde esta Hades? —le pregunto algo preocupada con un semblante triste acercándome a ella.

—¡Cálmate estrellita! Te puedo llevar hacia donde él está, por favor sígueme— Silena  muy amablemente se da la vuelta y empieza caminar hacia el pasillo. La sigo por atrás sin decir ni una sola palabra.

Silena se detiene al frente de una puerta, la abre y entramos juntas. Encontrando Hades tendido en una cama ha costado dormido profundamente, lleno de vendajes por todo su pecho. Me acerco a él sin decir ni una sola palabra quedándome sorprendida, agarrando su mano fuertemente. Estuviste ahí mientras estaba dormida sentí tu mano agarrando mi alma, no permitiendo que me vaya, muchas gracias por estar ahí. Unas lágrimas recorren mis mejillas al verla en ese estado.

Silena coloca su mano en mi hombro. La miro y ella me demuestra una pequeña sonrisa.

—Te lo voy a explicar todo, pero afuera dejémoslo dormir, recomendación de la Doctora—me susurra Silena con un tono gentil.

Igualmente volveré por ti amor descansa por favor. Le doy un beso en la frente soltando su mano y me voy con Silena.

—¿Puedes explicar me qué pasó? —Le pregunto en voz baja saliendo de la habitación cerrando la puerta despacio.

—Hades fue personalmente a buscar la planta para salvarte, que se encontraba en una isla, no sabemos qué pasó en ese lugar, pero tiene heridas graves—me comenta Silena.

Dios mío Hades de verdad lo siento mucho soy una completa inútil... Debo ir a cuidarlo quiero hacerlo feliz.

—Me siento agradecida con él, él es mi ángel. Debo estar a su lado—Menciono dándome la vuelta mirando hacia la puerta.

Lo siento Valquiria, primero tomate una ducha y tenemos que ir con la Doctora ella debe revisarte —Dice la sirenita agarrando mi mano con un tono gentil.

—¿En serio quiere verme? —Pregunto arqueando una ceja con algo de confusión.

—Sí, quiere verte. Estuviste enferma y quiere dar un diagnóstico, no te preocupes es una buena amiga mía, ella fue la persona que recomendó la medicina y por ella es que siguen vivos— me explica Silena moviendo la cabeza en señal de sí.

—Bueno está bien, quiero refrescar mi mente con una buena ducha—

Amor tranquilo volveré... Descansa por favor.

—De acuerdo estrellita sígueme—Silena sonríe gentilmente haciendo una reverencia y empieza caminar.

—¿Y porque me llama así? —Pregunto confundida mostrando una pequeña sonrisa colocando mis manos en mi nuca.

—Anoche estabas brillando como una estrella tu cabello y tu cuerpo después de tomar la medicina, no podía creerlo era maravillosa—Silena menciona muy impresionada.

¿En serio? increíble—menciono con algo de asombro—. Igual es un bonito apodo, sirenita—le comento riendo me un poco. Silena se echa a reír junto a mí.

—Lo siento por eso, sino te gusta puedo decirte Valquiria solamente— comenta sirenita algo apenado.

No te preocupes, me gusta el apodo— le digo mostrándole una sonrisa guiñando le un ojo.

—Muchas gracias estrellita, vamos tienes que tomate una ducha—Menciona Silena dándose la vuelta.

Llegamos al baño me introduzco en una de las duchas cerrando la puerta. Me quito la ropa dejándola encima de la puerta, abro la llave mirando hacia arriba cerrando los ojos sintiendo como el agua recorre todo mi cuerpo. Haciéndome sentir muy feliz y contenta. Me encanta,

—¿Que me cuentas de aquella Doctora? —Pregunto con un tono curioso.

—Su nombre es Hera—

—¿Hera? La reina del Olimpo la esposa de Zeus—menciono sorprendida.

—Ex esposa de Zeus, no le digas eso no le gusta para nada, no la paso muy bien en ese matrimonio, fue horrible para ella se merecía mucho más de lo que se llevó—Silena me corrige con un tono de tristeza.

—Debió ser muy duro para ella de seguro— menciono algo pensativa recordando aquellos mitos.

—Si lo fue sólo, la locura de Zeus se hizo cada vez más grande, lo peor que nunca la amó, pero ella si tenía interés, los utilizó a todo, eso está muy mal—Silena bastante molesta.

—Más que es la diosa de los matrimonios debió ser muy duro para ella, yo lo hubiera pateado desde lo más alto del monte Olimpo con una buena patada espartana —menciono con algo de enojo.

—Igual yo, aunque no soy tan fuerte, daría lo mejor de mí para enseñarle ese tipo— menciona Silena  tono cariñoso.

Debió ser muy horrible tener que aguantar todo eso...

—¿Como la conociste? —Pregunto con algo de curiosidad.

—Fue hace mucho tiempo, estaba en una competición de nadar, estaba en un concurso en un hotel después de que la salve de morir ahogada, la conocí a ella y la pasamos bien juntas. Ella es la dueña de este hospital, es un empresario muy importante en Italia, con una compañía de restaurantes, me regaló uno cuando renuncie a mi carrera de nadar —explica Silena con algo de nostalgia.

—Vaya sí que es rica. Se nadaron poco, aunque me encanta el agua, aunque estuve en gimnasia por un tiempo y después en boxeo ahora sólo me encanta correr y hacer ejercicio, también me encanta dibujar—salgo de la ducha sonriendo un poco bastante feliz.

—Mí también me encanta el agua, fui una campeona de las mejores de nadar siempre me encanta ahora soy una simple surfista en mis tiempos libres, de seguro eres una buena artista—me comenta Silena entregándome una toalla. El recibo con mucho gusto secando me un poco.

—¿Y porque lo dejaste? –le pregunto curiosa.

—Lo tuve que dejar, yo lo hacía por diversión y los demás por ganar, un día recuerdo que envenenaron unos camarones que estaba comiendo tuve una fuerte diarrea y no pude entrar a la competencia, la competición se volvió muy ruda, me llamaba la sirena—menciona Silena un poco molesta frunciendo el ceño de enojo mirando hacia otro lado.

—Que mal perdedores, debiste darle una paliza a uno de ellos—mencionó con un tono muy molesta.

—No podía hacerlo, una vez me dije a mí misma que no iba a pelear con esos tipos, después que te hacían trampa que andaban tirando piropos para enamorarte, pero que banda de tontos, por eso no vale la pena, lo siento no me gusta pelear —comenta Silena con algo de molestia frunciendo el ceño de enojo.

—Si después de que ya te hacen cosas malas ya quieren contigo, tenías que haberles dicho prefiero salir con la momia más fea que contigo—menciono con un tono burlesco. Terminando de ponerme la ropa.

—No vale la pena— Silena riéndose junto a mí.

—Tienes mucha razón, se la pasan creyéndose que porque son bellos y bonitos todas las chicas deben caer, aunque sean sus peores enemigas, pero que infantil parecen niños—le digo con un tono burlesco echándome a reír. Las dos los da un ataque de risa que resuenan por todo el lugar.

De pronto se abre la puerta entrando una mujer rubia con un semblante muy serio, con una mirada molesta. Dejamos de reírnos mostrándolos algo asustadas por la mirada maligna que trasmite.

—¿No saben que estamos en un hospital? —Pregunta la mujer algo molesta dando un paso al frente.

—Tranquila Hera, no pudimos aguantar la risa—menciona Silena moviendo las manos mucho mostrando una pequeña sonrisa.

—Está bien, sirenita, pero guarde silencio—Menciona Hera con un tono frío.

Así que ella es Hera, de verdad que es muy hermosa.

—Por fin ha despertado—Hera se da la vuelta dándome la espalda—. Por favor síganme hay que revisarte—Empieza caminar saliendo del baño.

—Vaya sí que es muy ruda medio algo de miedo—menciono respirando un poco.

—Vámonos no querrás hacer la esperar estrellita—Silena se río un poco saliendo de la habitación.

Después de un rato los encontramos en su oficina. Hera me revisa poco a poco todo mi cuerpo.

Silena saca un teléfono de su bolsillo recibiendo una llamada.

—Sí voy tigre—cuelga el teléfono —. Debo irme suerte Valquiria volveré en un rato los vemos Hera—menciona algo preocupada.

—Está bien que tengas una buena noche—menciona Hera muy amablemente dedicándole una pequeña sonrisa viendo cómo se va.

—Buenas noches sirenita —me despido de ella moviendo la mano.

—Y dígame ¿ya estoy bien? —Le pregunto mirando hacia otro lado.

—Está perfectamente bien, tienes un buen cuerpo como una diosa—menciona acariciando mi pecho y se rebela el tatuaje de corazón, y de pronto coloca su mano en mi cabeza y una energía roja recubre mi cuerpo. Caigo al piso mirándola bastante enojada.

—¿Qué está haciendo Señora? —Le pregunto algo molesta colocándome de pie.

—Reconozco eso cuando lo veo, eres una diosa ahora, siento un poco de tu poder—me menciona Hera muy seriamente mirándome fijamente los ojos.

Mis ojos se abren como platos al escuchar tales palabras quedándome con la boca abierta. Entonces eso no fue un sueño...

—Pensaba que todo era un sueño, Gea apareció ahí— menciono muy asombrada sin poder creerlo.

—Lo veo en tú poder, además tu cuerpo se comportó muy raro a noche, sentía una diosa al frente de mí. — dice Hera colocando sus manos en su espalda mirándome fijamente bastante erguida.

—¿Cómo es esto posible? — pregunto algo confundida.

—Aún sigue dormida. No pienses que ahora eres invencible, tu secreto estas salvo conmigo, diosa de la primavera, ella por su parte volvió a la isla a seguir descansando, siempre está durmiendo—Hera toma asiento en su silla mirándome fijamente uniendo sus manos.

—De verdad muchísimas gracias, igualmente...—le respondo muy desconfiada colocándome de pie con un tono muy serio.

—Piénsalo chica relajarte y asimilarlo poco a poco eres una diosa—Me menciona fríamente

—¿Porque lo haces? ¿Porque los ayudas a nosotros? —Le interrogo mirándola seriamente a los ojos.

—Es mi manera de disculparme, por todo lo que le hemos hecho Hades los olímpicos, he hecho muchas cosas malas en mi vida, enviamos a Hades el inframundo sabíamos que era una prisión, pero no tuvimos de otra el miedo y el saber que los titanes podían liberarse los invadió y también algo más escondido las profundidades, debido su poder lo enviamos hay a que protegiera la puerta, y el terrible miedo a Zeus... No quería otra guerra—menciona Hera con un tono de arrepentimiento mostrándose algo triste.

—No debieron hacer eso el simplemente luchó por ustedes por su libertad y ustedes le pagaron arrebatando la suya. Debieron pensar en otra cosa—le respondo muy seriamente señalándole, pero suelto un suspiro relajando me un poco—. Igualmente, muchísimas gracias, estaré con mi pareja Hades—concluyo saliendo del lugar cerrando la puerta. Hera por su parte se quedó en silencio sin responderme.

Si eso es verdad que soy una diosa, tengo una gran responsabilidad, no creo mucho esas palabras...

Bueno eso no importa ahora debo cuidar a Hades...

Llego a la habitación de Hades, abro la puerta encontrándolo sentado en la cama, se queda mirándome con los ojos llorosos llenos de lágrimas.

—¿Qué ocurre amor? —Le pregunto al ver su rostro contemplando sus lágrimas con un tono preocupada acercándome un poco a él.

Hades se pone de pie caminando hacia mí, sin responder mi pregunta, mirándome como si estuviera hipnotizado se detiene al frente de mí. Nuestras miradas entrelazan, lleva una de sus manos a mi rostro acariciándolo con ternura, como si yo fuera la flor más delicada. Contemplo con asombro sus bellos ojos, que están algo tristes y apagados. Las lágrimas se desbordan deslizándose por sus mejillas.

Lo siento muy triste como que algo le pasó.

Le doy un abrazo muy fuerte a cerrándome a él, envolviéndolo con mis brazos llorando un poco. Sintiendo como él se queja de dolor un poco.

—Me hiciste falta rosa—me susurra Hades en el oído correspondiendo mi abrazo con mucho cariño con un tono feliz.

—Tranquilo ángel, sólo me fui por un rato—le menciono con un tono feliz riendo me un poco.

—Lo bueno es que estas bien, no se sentí que fueron muchos años —me contesta Hades hablando muy en serio algo adolorido gruñendo un poco de dolor.

—No entiendo qué pasó en aquella isla, pero lo lamento muchísimo por lo que te hice pasar, fui una inútil, pero lo importante es que estamos bien los dos—le menciono mostrando una pequeña sonrisa llorando un poco.

—No digas eso. Todo fue una trampa, vale la pena todo ese sufrimiento, por sólo volver a ver tu sonrisa— comenta Hades apartándose, de mí uniendo mi frente con la suya mostrando una pequeña sonrisa—. Te amo Valquiria eres una hermosa rosa, has reconstruido mi alma con tus bellos besos y tu cariño.

—Yo también te amo mi ángel guardián seguiremos entrenando y dando lo mejor de nosotros, pero mientras tanto esta noche disfrutemos, pero también he venido cuidarte, eres muy frío y adorable, con un gran corazón–le confieso mostrando una pequeña sonrisa muy alegre. Siento el aire de su boca rozar contra mis labios, mientras contemplo sus bellos ojos brillantes morados, me hacen sentir mucha alegría y felicidad a mi alma, me hace sentir viva y mi corazón está latiendo muy fuerte como un tambor deseando salir de mí. Siento sus lágrimas, pero ahora se sienten de alegría.

—De verdad gracias mi rosa, quiero pasar esta noche junto a ti en un bonito nido de amor porque eres mi pareja— confiesa Hades mostrándome una bella sonrisa, haciéndome sonrojar muchísimo.

Cerramos nuestros ojos al mismo tiempo, uniendo nuestros labios se funden en un beso lleno de pasión y amor. Disfrutando el momento olvidando todo, nada más importa sólo yo y el. Se siente muy dulce y refrescante. Mi alma se llena de gozo estando junto a él.

Despegamos los labios respirando un poco mirándonos fijamente, mi cara está muy sonrojada al igual que la de él.

—Tienes que dormir un poco, yo he venido aquí a cuidarte esta noche la pasaremos juntos yo seré tu medicina de la felicidad—le digo acariciando suavemente su rostro.

Quiero hacerlo feliz ese es mi deseo.

—Tus labios son la mejor medicina mi amor—me susurra Hades con mucho amor y cariño. Haciéndome sonrojar mientras me río un poco.

—Igual que los tuyos mi querido ángel—lemenciono mostrando una pequeña sonrisa. De repente unimos nuestros labios en un profundo beso.

Me gusta verlo contento, me seguiré esforzando para ser más fuerte para protegerlo y no ser un inútil. Me gusta hacerlo feliz y es una parte de mi felicidad.

Mañana quisiera hablar contigo sobre un tema muyimportante, pero esta noche disfrutemos.

Continuará...!!!

De verdad muchísimas gracias por leer recuerda votar y comentar un fuerte abrazo y un gran beso.❤❤❤😘❤❤❤

❤️❤️❤️❤️❤️ Qué opinan de la pareja Hades y Valquiria? 🖤🖤🖤🖤🖤


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