Capítulo 15
/Primera persona Hades/
Veo como ambos combatientes se han golpeado mutuamente en la misma parte, Valquiria sale disparada cayendo el piso.
De pronto Odiseo retrocede un poco cayendo de rodillas escupiendo un poco de sangre, inesperadamente el torso en el pecho de su armadura se rompe.
Doy un salto cayendo en el área de combate del coliseo, acercándome rápidamente a Valquiria me pongo de rodillas a su lado cargando la entre mis brazos.
—Dime ¿cómo te sientes? —Le pregunto contemplando su rostro con un semblante tranquilo con un tono preocupado.
—Estoy bien, Hades...Creo que perdí la batalla—Me contesta mostrando una pequeña sonrisa abriendo los ojos un poco llevando su mano a su pecho.
—Eso no importa, más importante es que estas vivan...—Le susurro sintiendo como mi corazón está latiendo un poco más fuerte de repente me siento algo triste.
Es como aquel día...
—Gracias, me encanto la pelea...—concluye cerrando los ojos por completo mostrando una pequeña sonrisa.
Utilizo el puño espada aquella técnica, puede incluso llegar a romper una armadura.
—Sólo descansa mi guerrera—Le digo dándole una leve caricia en su rostro quitándole algunos mechones.
—Hades...—susurra Odiseo con un tono cansado llevando su mano a su pecho. —Yo me rindo tu guerrera ha ganado...
—¿Escuché bien? —Un joven aparece detrás de Odiseo colocando su pie encima de su espalda.
— He dicho que me rindo, ella me ha demostrado ser una verdadera guerrera, mucho mejor que yo—dice Odiseo mostrando una pequeña sonrisa.
—Eres el peor ateniense — Dark le propina una patada Odiseo por la espalda haciéndolo caer al suelo.
Atenea llega cayendo del cielo y le propina una cachetada a Dark haciéndolo echar para atrás. Este empieza gruñir muchísimo bastante molesto.
Me pongo de pie cargando a Valquiria, me doy la vuelta alejando me de esos locos.
—Hades, nuestra batalla será en unas horas—escucho la voz de Atenea informándome.
—Está bien—Concluyo caminando hacia la salida del coliseo.
Ha pasado una hora después de aquella batalla.
Valquiria se encuentra a recostada en una cama con algunos vendajes en su cuerpo, está desmayada por ahora.
Aquel chico vino aquí a verla, y dijo sorprendido que una persona normal hubiera tenido heridas más graves, en cambio ella no, sólo algunas pequeñas.
Ha sido atendido por las sirvientas de Atenea.
Este oponente era muy fuerte...
Me encuentro a su lado sentado en una silla, observando hacia la ventana. De pronto volteó la mirada hacia ella.
Eso me ha gustado mucho de ti, te he vuelto más fuerte y poderosa para que pueda seguir adelante...
Si cometiste un error sigue intentando, mejorando y piensa cómo mejorar.
Espero por favor que te levantes que sigas adelante luchando como toda una campeona, como me enseñó una vez una mujer hace mucho tiempo, yo era el discípulo y ahora soy el maestro.
Maestra de la noche, pero que estés bien dondequiera que estés.
Valquiria cuando veo tus ojos siento algo extraño en mi corazón, algo que no había sentido hace mucho tiempo, tu mirada tiene una luz aquella que pensaba que nunca tendría de vuelta que los olímpicos me habían arrebatado hace muchísimo tiempo, pero estaba equivocado...
Contigo creo que esa luz no se ha extinguido, continúa en ti...
Su sonrisa, sus ojos y su calidez hacen derretir este corazón frío y congelado por la oscuridad.
Le doy un beso en la frente a Valquiria con mucho cariño y amor.
Luchas te por mí y ahora yo lo haré por ti.
De pronto la puerta se abre entra Hypnos con un rostro preocupado al contemplar mi cara.
—¿Mi Señor Hades pasa algo? —pregunta Hypnos muy preocupado.
—No, no pasa nada—me doy la vuelta. — ¿Qué está pasando? —Le pregunto seriamente.
—Nada, estaba algo preocupado, ¿cómo se encuentra Valquiria? —
—Bien, los doctores dijeron que estará bien—Le respondo soltando un suspiro.
—Atenea tiene demasiado soldados—dice Thanatos entrando a la habitación.
—Ella siempre ha tenido soldados a su mando son sólo simples sacerdotisas, tiene guerreros y algunas mujeres bajo su mando—comento tomando asiento en la silla contemplando los gemelos.
—Está prohibido, o decirles a los mortales nuestra presencia—replico Thanatos con un tono molesto.
—Thanatos, esas reglas sólo respetan algunos dioses—le menciono colocando mi mano en mi barbilla pensando un poco.
—Siempre los dioses hacen lo mismo, romperlas reglas—Thanatos con un tono de molestia.
Cuando él trabajaba en el inframundo junto a mí se encargaba de las almas que venían para ya, aunque lamentablemente algunos dioses solían volver a buscar las almas y eso le molestaba.
Siempre ha sido mi hermanito gruñón, y también algo obediente con las reglas.
—Bueno quiero que ustedes se queden aquí cuidando a Valquiria—les ordeno seriamente.
—Pero... No podremos apoyarte en esta batalla...— Hypnos con un tono de tristeza.
—Es una pésima idea que vayas sólo, quién sabe qué te pueden traicionar no confío en esa bruja— Thanatos algo molesto cruzándose de brazos.
—No se preocupen por mí, yo estaré bien esto es una batalla entre yo y ella—descanso mis manos en los brazos de la silla. —Yo me encargo de esto...
Atenea es fuerte debo tener mucho cuidado, aunque después de lo que le conté a Valquiria esto me trae muchos recuerdos.
Ella es la diosa de la guerra estratégica y de la tierra... Aunque algo me tiene pensando, la que yo recuerdo tenía el pelo dorado, está en cambio tiene el cabello negro... ¿Será un impostor?, tiene la misma cara, pero no el mismo cabello y además es un poco más joven ¿que habrá pasado?
Un rato después.
Llego al coliseo encontrándome con Atenea, vistiendo una armadura dorada empuñando una lanza y un gran escudo dorado utilizando un casco ha de ateniense.
— ¿Estás listo Hades? Porque yo sí lo estoy—Atenea me apunta con su lanza lista para luchar.
—Por supuesto que sí—Le digo invocando una de las espadas de energía.
Atenea se lanza hacia mí rápidamente colocando su escudo al frente. Atenea se detiene al frente mostrando su gran escudo que desprende una luz muy hermosa. Ella me agarra con su arma. Escribo el ataque echándome un poco para atrás.
— ¡Iluminación solar! —Exclama Atenea y un gran brillo sale del escudo lanzando me un poderoso ataque de luz.
Me manda a volar cayendo pocos metros de ella en el suelo. Rápidamente me pongo de pie limpiando me un poco el polvo, apretando fuertemente el marco del espada. Me estoy sintiendo algo débil.
— ¿Qué te parece Hades? Este escudo fue forjado hace mucho tiempo por Hefesto, muy difícil y lo vas a llegar a romper—explica Atenea muy orgullosa de su arma.
Me quedo en silencio sin responderle. Será un poco difícil ya que las armas de Hefesto suelen ser muy poderosas, él fue aquel herrero que creo las armas divinas para luchar contra los titanes y También posee el brillo del sol de Helios será peligroso.
—Hago lo mejor que puedo, para cumplir la justicia te voy a castigar por ser un ser maligno y cruel, despiadado ladrón de la naturaleza—Atenea lanzo su lanza al cielo, y de repente empieza a llover un montón de lanzas.
Esquivo su ataque moviendo me hacia otro lado, volviendo me una masa de sombra mientras lanzo varias bolas de oscuridad hacia ella.
Pero Atenea repele mis ataques con su gran escudo.
Mientras tengas escudo no voy a poder atacarla, aunque creo que tengo una idea.
—¡Fuego infernal! —Exclamo lanzando una gran bola de fuego oscura hacia ella, rápidamente me vuelvo una sombra dándole una vuelta al coliseo.
Atenea detiene el ataque y justo en ese momento me coloco frente de su espalda lanzando varias espadas de energía.
Mis ataques logran impactar contra ella, se coloca de rodillas y su armadura se rompió un poco.
—Qué tonto eres pensabas que dejaría mi espalda desprotegida, aunque me dejaste lastimada puedo seguir —Atenea se da la vuelta mirándome muy seriamente mostrando su escudo su lanza cae a su lado ella la agarra.
—Lanza de luz—Exclama Atenea lanzando una lanza de luz hacia mí, el ataque con sigue impactar justo en mi pecho haciéndome retroceder provocando un fuerte dolor en todo mi cuerpo.
Me pongo de pie rápidamente respirando agitadamente, volviendo invocar dos espadas de energía.
—¡Ya mejor ríndete! ¡Vamos pierde! —Escucho los atenienses exclamándome bastante molestos con tono de desprecio
No me importa... Porque son muy patéticos no son capaces de venir aquí mismo luchar contra mí.
—Hades, siento que he crecido como diosa, es hora de que la justicia caiga encima de ti criatura del mal y la oscuridad—Atenea alza su lanza hacia arriba y este empieza a brillar como el mismo sol.
— ¡Atenea! ¡Eliminadlo de una buena vez! —
—¡Acabar con el de una! —
Los atenienses gritan de moción al contemplar aquella luz, muy orgullosos al parecer de que éste será mi final.
—Desaparece como las criaturas de la oscuridad ¡Muere! ¡Resplandor solar! —De repente me apunta con su escudo y un gran rayo de luz se desprende del dirigiéndose rápidamente hacia mí, aquella energía no me deja ver muy bien.
Consigue impactar contra mi haciéndome sentir un fuerte dolor por todo mi cuerpo, mis ojos me están ardiendo.
Continuará...!!!
Muchísimas gracias por leer recuerda votar y comentar :3
El romance entre esos dos se está poniendo caliente ajjajajaj
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