Capítulo 1
Una tranquila mañana, no hay ninguna nube en el cielo y el sol brilla con todo su esplendor.
Escucho las olas del mar y las aves a la distancia, cuando una suave brisa trae el salado olor marino al comedor. Ahora entiendo porque este restaurante tiene la fama de ser acogedor, sin paredes que obstaculicen sus flancos fácilmente podría ser pasar por una gran casa vacacional.
Me encuentro sentada en una silla con los codos sobre la mesa. Leyendo un poco de mitología, mitos y leyendas. Apenas hay personas en el lugar, sólo unos cuantos camareros atendiendo a unos clientes. Al llegar aquí, busqué una mesa apartada, necesito el menor contacto con las demás personas y además, estoy esperando una persona muy especial para mí. Se trata de mi hermano que hace mucho tiempo que no lo veo, deseo hablar con él sobre algunos temas muy importantes.
Él me envió un mensaje para que viniera hasta aquí, al restaurante Casa Playera. Hace unas semanas, mi padre falleció según, por lo que decía el mensaje de mi hermano lo encontraron en un parque con muchas heridas, echado en un charco de sangre. Lamentablemente no pude estar presente en su funeral, estuve atrapada en un internado que, según mi padre, me había enviado con la excusa de que tenía que protegerme. También que el mismo estaba muy lejos de la mansión.
Al final, estuve que estar lejos de mi familia y, en parte de doy gracias porque allí pude estudiar. Aunque por otra parte me siento enojada por alejarme de mi hermano y de mi padre. Estuve recluida en ese internado por unos 7 años hasta que logré salir de ese lugar, debido a que me expulsaron.
Una pequeña lágrima se desliza por mi mejilla, al recordar los viejos tiempos que pasé con él. Creo que cuando descubrieron la muerte de mi Padre, a lo mejor pensaron que nadie costearía mis gastos en el instituto. Aunque otro factor determinante fueron mis constantes peleas con algunos chicos y chicas.
No discutía, los puños hablaban.
Coloco mi rostro sobre mis manos y me pierdo en mis cavilaciones. No se le pudo hacer un velorio a mi padre, porque él mismo decía que no quería que le realizáramos ninguno, solo que su cuerpo fuera enterrado de una vez. Fui al cementerio y pude dejarle unas rosas sobre su tumba. Recuerdo que me decía que yo era como una rosa debido a mi cabello rojizo, que me llega hasta la cintura que según mi padre hacían una disparidad con mis ojos verdes claros.
Espero que descanse en paz, fue un gran guerrero junto a mi madre Ceres . La única razón por la que vuelvo este lugar es, para ver a mi hermano. Siempre guarde la esperanza devolverlo a ver, pero ya es inútil pensar tanto en algo que sé que no podrá ocurrir. Unas lágrimas recorren mis mejillas con sólo pensar en el sintiéndome algo triste.
De pronto veo que mi hermano ha llegado, llevando un traje muy elegante. Tiene una larga melena negra que le llega hasta los hombros que hacen relucir sus ojos son azules oscuros.con sólo verlo una chispa de alegría se enciende en mi.
Muestra una pequeña sonrisa al verme, mi tonto y querido Hermano: Alexander. Se acerca a mí poco a poco colocándose en posesión de cruz, mostrando una pequeña sonrisa. Me lanzo hacia él rápidamente dándole abrazo aferrándome a él con mucha fuerza sin querer soltarlo , que lo hace retroceder un poco. Me siento muy contenta de poder volverlo a ver después, de tanto tiempo. Solo podía leer sus cartas que me enviaba algunas veces.
— ¡Vaya, estás muy fuerte! Te sirvió mucho levantar pesas en esa cárcel, Valquiria —comenta mi hermano riendo y abrazándome también.
—¿Y por qué tan elegante? ¿Te vas a casar acaso? ¿Puedo acabar... digo conocer a la afortunada? —Me burlo sonriendo leve.
—No me voy a casar—se echa a reír —. Es un gran placer volverte a ver, después de tanto tiempo—dice mientras apoyo mi cabeza en su pecho —. También digo lo mismo hermanita, por fin al parecer saliste de la cárcel, prófuga.
—Soy una prófuga—
—No has crecido mucho, a decir verdad — comenta mi hermano mientras coloca su mano sobre mi cabeza acariciándola un poco.
—Tenías que empezar con tu chiste de altura, no has cambiado en nada sólo tú físico que ahora eres más alto y un poco más musculoso—Llera mis mejillas de aire algo roja.
—Y tú has cambiado mucho—dice mi hermano observándome detenidamente—. Hablando en serio, ya eres toda una señorita. Cuando te fuiste, eras un poco más pequeña —al escucharlo decirme esto mis mejillas arden de vergüenza—. Ahora tienes más músculos, veo que te sirvieron de mucho los consejos que te di de: lucha, calentamientos y entrenamiento.
—La verdad es que si, si no estaba leyendo estaba haciendo ejercicio, la televisión está prohibida en ese lugar—
Nos sentamos juntos para hablar. Le cuento mis aventuras en ese lugar, él también sus aventuras en una escuela fuera del país, en donde estuvo todo este tiempo. Después, hablamos sobre el tema de nuestro Padre.
—Ya veo, cuando lo supe no sabía qué decir, sólo me dispuse a llorar. Es muy triste estar tan lejos de tu familia y, saber que una persona qué querías muchísimo murió y no pudiste protegerla—Dice con una mezcla de enojo y tristeza mientras toma unos sorbos de su café.
—Fue un asesino, pero va a pagar por lo que hizo...—Suelto un suspiro, algo melancólica.
—Bueno ahora la fortuna se va a dividir entre nosotros 3, ¿No te lo dijeron? —
—No, no lo sabía, eres el único que me ha hablado de ese tema de nuestro Padre, los demás no—le digo mirando hacia otro lado
—Es una gran pena la verdad—dice mi hermano—. No voy a poder estar en la reunión. Le prometí a una persona que estaría con ella y además, debo atender unos asuntos de un museo. Así que hermanita lo siento pero estarás sola, debo cumplir mi palabra. También en un ahora debo irme del país, para poder hacer todo eso —se excusa mi Hermano con algo de pesar.
—Hace unos minutos dijiste hola y ahora te estás despidiendo—Le extiendo mi mano mostrando la palma, como diciendo alto—. Tranquilo no estamos en una carrera. bromeó con el mostrando una pequeña sonrisa.
— Te pasas— me dice mi hermano, sin poder contener la risa.
—Hermano, tú ya sabes lo que puede pasar —aprieto los puños en señal de rabia.
—Lo sé, pero de seguro ya ha madurado. Además, no eres una cobarde—dice mientras se limpia la boca con una servilleta—. Hay un regalo para ti en la casa, de parte de nuestro Padre que según me dijo es muy importante. Eso me lo comentó en una carta después, cuando vuelva, tal vez te lleve a Grecia, o algún lugar de Europa—dice mi Hermano observándome con un brillo en sus ojos.
Me muestro sorprendida abriendo la boca, al escuchar la palabra regalo. Quisiera ese obsequio misterioso no tengo de otra además debo ir a recoger unas cosas.
A veces nuestro padre los enviaba cartas, pero sólo los envió una cada uno... Y esa fue la primera y la última.
Agarro mi copa tomando unos sorbos de refresco pensando un poco.
— Cuando tenga mi parte me voy de la casa, voy a conseguir una motocicleta y esta noche me voy bien lejos quiero vivir aventuras deseo recorrer el mundo, volveremos a vernos Hermano. Que descanse en paz el mejor guerrero y padre, salud—chocamos las copas al mismo tiempo.
Levanto mi copa para brindar por mi padre junto a mi hermano aunque, estas se rompen al instante. Nos sorprendemos por esto y contemplamos los pedazos de cristal sin poder creerlo. De pronto se cae la mesa por un viento bastante fuerte. Los meseros llegan al escuchar el ruido. Mi hermano paga la cuenta y los daños ocasionados.
Chocamos los puños con la promesa de volvernos a ver algún día, porque tomaremos caminos separados, desconociendo nuestros destinos y si estos se volverán a encontrar. Después de despedirnos entro en el autobús, colocándome en el último asiento de atrás. Siento los párpados muy pesados y me coloco mis audífonos para escuchar algo de música, durmiéndome al instante.
—Tu eres mi luz en un mar de oscuridad... —escucho una voz pronunciar esas palabras.
Escucho una voz pronunciar esas palabras. Despierto de golpe, abriendo los ojos despacio, estirando mis brazos hacia arriba y contemplo mi reloj de pulsera. Son las 3:00 PM de la tarde. El tiempo avanza muy rápido, cuando te quedas dormida. No me gusta dormir aquí, pueden pasar cosas muy extrañas pero no tan extrañas como en mis sueños. En donde al parecer soy otra persona
El autobús se detiene justo al frente de las puertas metálicas de la mansión. Salgo con mi mochila sobre mis hombros. Contemplo la hermosa mansión de 3 pisos pintada completamente de blanco, parece todo un castillo medieval. Alrededor de está hay un pequeño campo lleno de conejos, pavos reales y pajaritos y más allá hay un inmenso bosque, alrededor de todo esto hay una enorme cerca de Hierro.
A mi padre le encantaban los animales... Igual que mi me encantan los conejos y los caballos. Te extraño muchísimo nunca pensé que esa sería la última vez que te vería, cuando vi que tu auto se alejaba poco a poco.
Una pequeña lágrima se desliza por mis mejillas, mientras siento una gran tristeza recordando que el día.
Un recuerdo golpea mi mente en ese preciso momento.Unas pequeñas lágrimas recorren mis mejillas.
Lo siento, pero tienes que ser fuerte, esas fueron las últimas palabras que pude escuchar de él.
Tienes razón debo ser fuerte y seguir adelante con todas mis fuerzas... Como tú me enseñaste es difícil, pero no imposible.
Abro la puerta, acercándome a mi antiguo hogar. Entro mi casa llegando a la gran sala, losetas de color blanco decoran el piso, hay varias puertas. El lugar se siente muy vacío, no hay muebles se los ha llevado todos.
Justo en el fondo se encuentra el cuadro de Hades, me trae muchos recuerdos cuando mi Padre me contaba historias de él. De pronto se abre la puerta de una habitación, entrando mi segundo hermano Andrés, un chico fuerte y grande de cabello largo rubio, que le llega hasta la cintura y ojos de color azul.
—O mira quien vino a buscar su parte como toda una rata roja, no puedo ni creer que está delincuente la hayan dejado ser libre—Andrés algo enojado, colocando sus manos en sus bolsillos. Mirándome cómo si fuera la cosa más desagradable que estuviera viendo
—Pensaba que habías madurado—le digo fríamente mostrando un semblante serio con un tono de molestia de seccionada.
—Yo pensaba que habías muerto, cuánto me lamento en equivocarme, portadora de la muerte— me responde algo molesto mirándome fijamente a los ojos.
Debo tener mucho cuidado, al parecer él desearía disparar rayos láser de los ojos, con esa mirada penetrante. Sólo ha cambiado en apariencia y que ahora me dice unas palabras más, antes todo era en monosílabos. ¿La portadora de la muerte? Al parecer se cansó de decirme el mismo insulto, que innovador de su parte. No debo darle tanta importancia. Miro hacia otro lado contemplando el cuadro de Hades. Recordando cuando mi Padre me contaba sobre la mitología y los seres mágicos.
—Ahora está mirando a su novio, qué patética eres— comenta Andrés intentando molestarme con un tono de burla.
Se coloca al frente de mí, lo ignoro dando unos pasos hacia delante, pero de repente me tropiezo y caigo al piso. Miro para atrás contemplando que fue el rubio más tonto y más payaso de la tierra. El se echa a reír el muy cretino. En el internado me enseñaron a controlar mi rabia así que es hora de poner en práctica lo aprendido.
No entiendo porque lo hizo. Sin embargo estoy sintiendo algo extraño, muy raro. Es una energía que proviene de él, una que nunca había sentido antes, de seguro sólo es producto de mi imaginación...
Pero¿Este chico es bipolar, o que?
Después de un rato el abogado los hace pasar a nosotros. Lo sentamos en 2 sillas al frente del escritorio del abogado que se encuentra revisando los papeles y a su lado dos compañeros más. Ambos todos vestidos con unos trajes negros bastante elegantes.
—Para mis hijos les dejo a cada uno 2.5 millones de euros —explica el hombre leyendo el testamento.
Andrés me mira algo enojado, mostrando un semblante de rabia mientras muerde su labio. No sé porque me dejó tanto dinero. Creo que lo voy a utilizar para poder terminar mi carrera de universidad y tal vez me compré una moto para irme de viaje por todo el país.
—También hay algo más Señorita Valquiria, su Padre les dejó esto, dijo que es algo muy importante señorita Valquiria—el abogado saca una carta de su bolsillo colocándola sobre la mesa. Tiene un sello con un escudo y un águila, con las alas desplegadas. Con una frase que dice: Te espera un gran destino guerrera. Ese es el escudo familiar...
—Para qué quiere una tonta carta — Andrés se pone de pie tomando la carta, y la observa meticulosamente, acercándose a la chimenea.
—Dame esa carta, me pertenece Andrés, —le pido y extiendo mi mano hacia él, con un tono muy molesto.
— ¿La quieres?—pregunta lanzando la carta hacia el fuego—. Es toda tuya
Se echa a reír mientras, contemplo como la carta se hace cenizas poco a poco. Algo dentro de mí explota. La rabia y la ira se apoderan de mí. Enojada le doy un puñetazo en la nariz, haciéndolo caer al suelo. Siento un poco de sangre mis novillos. Rápidamente y sin pensarlo dos veces, introduzco mis manos en el fuego tratando de tomar la carta. Pero está se consume muy rápido entre las llamas, convirtiéndose en cenizas.
El fuego acaricia mis manos, provocándome un ligero dolor. Los abogados me agarran por la espalda apartándome del fuego. Observo la chimenea contemplando algo extraño, un objeto brillante, entre las cenizas negras de la carta. Veo que Andrés se retira de la habitación algo molesto, con una mano cubriendo su nariz. El no importa ahora, lo importante es averiguar qué es eso.
Al poco rato, cuando los abogados se han retirado. Vuelvo a la misma habitación, con un balde de agua en mis manos y unos guantes. Lanzo el agua al fuego apagando las llamas. Encontrando un collar que tiene una forma de estrella hecha de oro sólido unido a una cadena. Me pongo los guantes y lo tomo colocándolo en el balde.
Muchas gracias papi por tu hermoso regalo.
Mi precioso. Un amuleto para doblegar los a todos. Esto pasa por leer los libros que recomienda mi hermano
—Precioso—Susurro para mí misma, contemplando la estrella.
Mi imaginación ahora soy la Señora oscura.
Me voy a mi habitación, abro la puerta encendiendo la luz. Hace muchísimo tiempo que no veía este lugar, no ha cambiado mucho. Sigue estando como lo dejé pero esta vez lleno de polvo. Es una pequeña habitación con una gran cama y dos armarios. Puedo ver mis peluches, mis juguetes, unas cuantas fotos y también mis dibujos. Me acerco a otra puerta entrando a mi baño privado, llego al lavado y abro la llave mirando el agua salir del grifo.
Me retiro los vendajes que me pusieron los abogados, contemplando que mis quemaduras se han curado. Ese fuego debió haberme provocado quemaduras de tercer grado, pero no, fueron pequeñas. Me lavo las manos mientras, pienso un poco.
Qué extraño, sólo sentí un poco de dolor... Mis quemaduras se han desaparecido casi por completo. Bueno, eso no importa ahora, siempre me ha pasado. A veces pienso que soy un bicho raro pero como dice mi Hermano: un bichito raro kawaii. Seré una gran artista y voy a conseguir mucho dinero.
Me miro en el espejo acariciando un poco mi cabello, llevo puesto una camisa blanca con mangas y uno pantalón largo azules. Me dispongo a recoger algunas cosas, como algunas imágenes y algunos dibujos. Sólo vine este lugar para recordar los viejos tiempos. Aunque de seguro la ropa que está aquí ya no me queda. Miro el lado bueno, por lo menos he crecido. Ya puedo irme tranquilamente, de este lugar. Agarro mi mochila lista para salir. Me dirijo hacia la puerta rápidamente. De pronto veo a Andrés que aparece deteniéndome el paso.
— ¿A dónde crees que vas? — Andrés me pregunta de manera irónica, con una mano en su nariz sosteniendo un pañuelo. Cierra la puerta frente a mi cara. Escucho como coloca un candado cerrándolo al instante y empuja una mesa la puerta.
— ¡Déjame salir! —Digo golpeando la puerta varias veces.
—Vas a pagar muy caro lo que me hiciste, estas castigada niña—Andrés al parecer, coloca otra cosa a la puerta en el medio.
—Te lo ganaste !Tú no eres mi padre, niño malcriado!—le saco la lengua.
— Ni tú tampoco mi hermana, eres sólo una simple niña adoptada... Eres una bestia, naciste en fuego, sangre y muerte con eso lo digo todo, sino fuera por ti de seguro Madre estuviera aquí con nosotros !Te la llevas te cuando llegaste! ¡Te llevaste su amor !—Dice con algo de asco en su tono de voz.
— ¡Ya deja de jugar!—Le respondo — ¡Eres un cobarde!
—Ya lo estoy jugando, espero que tengas un príncipe por ahí que te ayude, o tal vez 3, prefiero que digas millonario astuto, ¡Que viva la reina! Eres la que trae la muerte a la familia, ahora la fortuna será toda mía—Concluye Andrés. Dejándome sola, en silencio apretando los puños.
Mi Padre me dijo que ella falleció el mismo día que yo vine al mundo. Una vez, una gran mujer me enseñó que me debe de dar igual esas palabras. Esa es la razón porque me odia Andrés, cuando yo nací me lleve la vida de mi madre. Soy la que trae la muerte como él dice. Aunque no sé porque ella murió, no le creo, no me importa lo que diga el de mí...
Aunque siento algo extraño en el. No entiendo qué le pasa, está más horrible que nunca. Mi hermano Alexander me contó que no había escuchado nada sobre él. ¿Qué le habrá pasado en todo este tiempo? Golpeo la puerta varias veces, intentando salir. Es muy resistente además, le puso otra cosa para que no pudiera escapar. No sirve de nada gritar, nadie me va escuchar. Me lanzo a mi cama bastante enojada. Contemplando el techo de mí habitación, decorada por muchas estrellas que fueron pintadas por mi Padre en un fondo negro. De pronto estoy escuchando que, están rompiendo algunos objetos en la casa. También estoy escuchando unos gruñidos al parecer de una criatura extraña. ¿Qué está pasando aquí? Sólo puedo escuchar como destruyen nuestra casa. Luego olfateo un olor muy extraño como a madera quemada. Estoy sintiendo un calor muy fuerte, que se está haciendo cada vez más caluroso. Suena una explosión que proviene de la segunda planta. Seguido de un pequeño temblor de tierra.
Golpeo la puerta varias veces para poder salir, pero la misma se queda sin apenas rasguños. Con una patada desesperada, la misma se rompe por la parte de arriba haciendo un agujero donde sale un montón de humo. Empiezo a toser muchísimo, me coloco un paño en la boca para poder salir. Encontrando una mesa que obstaculiza la entrada.
Veo en el fondo que hay una ventana de vidrio sin barrotes. Tomo una de las sillas, acercándome rápidamente esquivando las llamas, me hace unos pequeños roses por las piernas. Lanzo la silla hacia la ventana de vidrio rompiéndolos al instante. Veo que debajo está la piscina aún con agua. Doy un salto cayendo justo en ella.
Todo mi hogar se fue a la basura no puede ser. Una gran tristeza me invade y unas pequeñas lágrimas salen de mis ojos.
Nado rápidamente alejándome lo más pronto posible, hasta llegar al bosque. Contemplando cómo la mansión va derrumbándose poco a poco. Pero ¿quién sería el responsable de esto?... De repente algo me agarra el pie empezando a jalarme hacia el bosque. Caigo al suelo cerca de un acantilado.
Me pongo de pie rápidamente para ver a una anciana salir del bosque llevando puesto una capucha, me señala con su dedo viejo, lleno de arrugas y con una serpiente enrollada en su brazo mostrándome sus colmillos.
— ¡Acaben con ella! —ordena la vieja, con un tono de voz rasposo. Aparecen unos esqueletos que salen de detrás de los árboles, me rodean, listos para luchar. Se abalanzan hacia mí. Los esquivo dándoles unas patadas y unos puñetazos destruyéndolos al instante. Mi padre y mi hermano me enseñaron a pelear desde que era muy pequeña.
Inesperadamente la anciana extiende sus dos manos hacia arriba. Unas raíces con espinas salen de la tierra dándome algunos latigazos. No puedo esquivarlo son muy rápidos. Me azotan empiezo a sangrar por toda las heridas que me han dejado sus espinas. Me vuelvo a poner de pie. Unos seres hacen acto de presencia, saliendo del piso. Tienen forma de hombres con garras muy afiladas tanto los pies como en las manos y sus ojos brillan con mucha intensidad, de un tono rojizo.
No me voy a dar por vencida...
Aunque este encadenada voy a seguir luchando con toda mi alma y mi corazón. Un aura de un tono rojizo recorre mi cuerpo. Siento como una energía se apodera de mí haciéndome sentir más fuerte. De pronto siento que el piso se derrumba ante mis pies. Cayendo al precipicio desapareciendo entre la oscuridad. Cierro los ojos contemplando mi final.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola espero que lo haya disfrutado disculpen si fue tan largo el capítulo, pero debía hacerlo :3 muchas gracias por leer recuerda votar, comentar y cuéntame qué te parece? Besos y abrazos par ustedes :3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top