Especial Navidad

La casa de los Dragneel empezaba a tener otro aspecto, se acercaba la Navidad, una de las épocas más bonitas y festivas del año. Natsu iba de un lado a otro colocando todo tipo de adornos. Mientras, Juvia horneaba unas galletas en forma de muñecos de nieve y árbol de navidad. El pequeño de la familia dormía de manera placida cerca de la chimenea mientras era vigilado por Happy.

—Natsu, coloca esos otros adornos en la entrada—dijo señalando la puerta.

—¿Quedarán bien ahí?—pregunto extrañado.

—Si, hazme caso—se encogió de hombros, ella sabía mas del tema.

Al cabo de unas pocas horas, la casa denotaba ese color navideño, el árbol era el mejor que había tenido el joven desde que tenía memoria. Él miro a su alrededor, su amigo feliz comía pescado, su niño descansando y su preciosa mujer sonriendo mientras contempla las deliciosas galletas que ha preparado.

El día transcurrió rápido debido a la felicidad que los inundaba, con Happy y el pequeño durmiendo, solo quedaban ellos mirando la chimenea mientras se abrazaban. Ella le dio un pequeño beso en la mejilla captando su atención.

—Juvia esta muy feliz, y quiere darle su regalo a Natsu—saco de su lado una pequeña caja.

—Antes toma el mio—saco una caja.

Ella desenvolvió lentamente el regalo, era un marco con una foto de ellos cuatro(Happy, el pequeño, ella y él) con una gran sonrisa. Juvia le planto un beso y un gran abrazo dando las gracias por aquel precioso recuerdo.

—A ver que es el mio—dijo abriendo este con cuidado.

Ella sonreía, esperaba que le gustase mucho.

—¿Qué es esto?, esto no puedo usarlo yo—era un chupete—¿seguro que no es el de nuestro hijo?—ella se echo a reír.

—Natsu...—tomo su mano y lo llevo a su panza.

Él pudo sentir algo, agudizo los sentidos y escucho como un pequeño latido. Entonces comprendió lo que pasaba. Estaba embarazada.

—Entonces...¿no has engordado por comer?—ella le dio un pequeño capón.

—¿No te hace feliz?—fingió que hacia pucheros.

—Si, me hace muy feliz—se acercó lentamente y le dio un beso— espero poder estar a la altura de dos niños.

—Lo estarás—unas pequeñas lagrimas salieron de sus ojos. Pero no solo las de ellas, sino también las de Natsu.

—Juvia, me siento el hombre más afortunado por estar a tu lado y formar una familia—ambos se besaron, juntaron sus manos apoyando sus cabezas y finalmente, se quedaron dormidos a la luz del fuego que iluminaron sus felices rostros.

Aquella navidad sin duda fue la mejor, el joven recibió un gran regalo, el ser padre por segunda vez de la mujer que amaba. Y poco a poco, los últimos copos de nieve cayeron sobre el tejado de la familia más feliz de todo Fiore.


¡¡¡Feliz Navidad a todos!!!! 

Un pequeño regalo para ustedes, espero que les haya gustado.

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