4-Sonrisas
Eso era lo único que pudieron hacer ambos, sonreír como dos idiotas mientras poco a poco iban cayendo los besos y caricias. Natsu estaba experimentando lo que era sus primeros besos y reconocía que no estaba nada mal besar a una chica. Los labios de la joven eran cálidos, suaves y le gustaba tanto aquella sensación que lo único que podía hacer era dejarse llevar.
—Natsu—los ojos de la maga pedía más besos—me...me gustas.
Él acarició las mejillas de la chica, de manera natural, comprobando lo suave que era la piel de Juvia. El dragon slayer sentía tanta felicidad que aumentó el ritmo de los besos, y ella lejos de resistirse, se dejó llevar.
Era como si el mundo se hubiera paralizado a su alrededor, que solo existieran ellos. Juvia se colocó ahora encima suya, con una sonrisa bajó hasta su rostro para continuar con la lluvia de besos. Nunca antes ninguno de los dos se había sentido así de feliz.
Pasaron la tarde comiendo y llenándose de besos. El tiempo transcurrió volando, como una estrella fugaz en el firmamento. Regresaron con calma, tomados de las manos y sonriendo, contando cosas graciosas o dando pequeños saltos de alegría.
—Es muy divertido Natsu-sama—dijo ella algo roja por usar aquel calificativo con él.
—Gracias—dijo sonrojado.
Juvia no quería separarse en aquel momento tan romántico y mágico, por lo que Natsu le invitó a pasar la noche. Happy al verlos así, abrió los ojos y el pescado cayó de su boca.
—Nunca creí que viviría para ver esto—fue todo lo que pudo decir.
—Puedes dormir conmigo en mi cama—comentó este ayudando a la joven a dejar la cesta y demás cosas encima de la mesa.
—Se está volviendo salvaje—Happy no terminaba de creérselo.
Juvia preparó la cena, Natsu y Happy después de mucho tiempo comieron algo bien hecho y en condiciones ya que la cocina no era su especialidad.
—¡Estoy lleno!—Natsu con una panza enorme se sobaba y daba las gracias.
—Yo igual—dijo Happy a su lado.
—¿Estaba bueno?
—¡Si!—contestaron felices ambos.
Llegado el momento, el exceed estaba durmiendo como un tronco. Juvia, roja a más no poder se tumbó sobre la cama y esperó a Natsu, quien mostraba nervios.
—Juvia quiere dar el paso ya—dijo tratando de sonar confiable.
—Si lo hacemos...¡vendrá un dragón y traerá un bebé!—comentó este.
—¿Eh?
—Los dragones traen bebés
—No, no lo hacen
—¿Entonces Igneel me engañó?.
—Bueno...algo así—no podía creer que Natsu aún creyese en eso.
Natsu muy serio se sentó sobre la cama.
—¡Entonces me tienes que enseñar!—Juvia, roja, tartamudeó y asintió mientras decía que estaba bien.
Aquella noche fue lenta, con caricias, besos y Juvia que trataba de aparentar que sabía hacer muy bien las cosas. Natsu aprendía rápido, pero el hecho de decir lo que debía, aquello provocaba un nerviosismo a la maga.
—Entendido, ¡vamos a ello!—gritó emocionado Natsu.
—Es-espera—no le dio tiempo ya que el joven se abalanzó sobre ella.
Pocas horas después, la maga de agua despertaba entre bostezos, desnuda y acurrucada entre los brazos del chico. No se terminaba de creer todo lo que había sucedido, pero solo podía sonreír y disfrutar, sabiendo que no era un sueño, sino que todo era real.
El pecho del joven no era duro a pesar de sus músculos, era suave y muy cómodo.
—Solo un ratito más—susurró mientras se volvía a dormir sobre el chico.
Happy al ver aquello fue cerrando la puerta lentamente y dejando escapar un se gustan dicho con aquel tono suyo.
Cuando despertaron, se miraron el uno al otro y sonrieron de la manera más tierna, dulce y feliz posible, disfrutando de su mutua compañía.
—Te quiero...Natsu...
—Y yo a ti...Juvia...
Aquella mañana pensaron que lo mejor era salir pasear y disfrutar del buen tiempo, sin saber que algo interrumpiría en sus vidas.
Continuará.
Próximamente, Capítulo 5; ¡UNA RIVAL APARECE!.
Espero que les haya gustado :D
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