1-Tarea juntos

Era de noche, Juvia estaba sentada en una pequeña butaca recién comprada realmente cómoda y que había comprado específicamente para ello, para leer a la luz de una de las lamparitas que tenía sobre la mesa del comedor. Leía el libro emocionada, lo leía muy despacio, disfrutando de cada una de las páginas, imaginando en su mente todo.

Se quedaba pensativa en algunos momentos, preguntándose si ella también viviría una historia tan bonita como la del libro.

—Me emociona leer tanto esta historia—una lágrima recorrió su rostro.

Esa noche se fue a dormir pensando en ello, aunque dudaba mucho que fuera a pasar en la vida real algo tan bonito.

A la mañana siguiente, decidió visitar un poblado cercano a Magnolia, uno donde ella había estado durante su infancia. Le tenía cierto cariño aunque también algún que otro mal recuerdo.

—Ya hemos llegado—dijo para sí misma en la entrada del lugar.

Era un poblado humilde, algo pobre pero que sobrevivía gracias a la agricultura y ganadería. Nada más entrar abrió los ojos al ver lo que estaba a metros suya. Era nada menos que Natsu que caminaba alegre, como siempre, junto a Happy.

Le siguió de cerca tratando de ver que hacia en aquel lugar, escondiéndose algunas veces. Pero ella olvidaba algo muy importante de Natsu.

—Juvia, ¿cuanto tiempo piensas seguir así?—preguntó girándose—puedo olerte, ¿sabes?.

—Lo siento Natsu-san, Juvia pensaba que era raro verle por aquí.

—¿Acaso conoces este lugar?

—Mi escuela está allí, fui...abandonada—una voz triste salió al recordar algo así.

—Bueno, ahora tienes una familia—le dijo apoyando la mano en el hombro—Fairy Tail es tu familia.

—Juvia piensa lo mismo—dijo esbozando una sonrisa.

Ahora los tres fueron directos a la escuela. El edificio parecía caerse a pedazos, tenía cientos de parches por todos lados. El patio estaba con algún que otro agujero o alguna valla para evitar que los niños se hicieran daño.

—Vaya...está peor de lo que recordaba—la joven maga sentía que el pecho se le oprimía un poco.

Los niños correteaban en otra parte y la profesora los vigilaba de cerca. Se notaba que los niños tenían delgadez, las ropas algo anchas, sucias o con pequeños agujeros.

—No esperaba esto—comentó Natsu—este lugar...los niños deberían tener mejores condiciones—Juvia vio los ojos de su amigo completamente serios, solo lo vio así en los combates.

La joven sintió lástima también.

—Juvia, regresemos al gremio—dijo dando media vuelta.

—Pero acabamos de llegar

—Necesito tu ayuda para una cosa.

Sin embargo, fue al cabo de unos pocos días cuando el mago con ayuda de la joven volvieron. Juvia estaba asombrada con la idea de Natsu. Fue tal que lloró de la emoción. 

Regresaron con muchas cosas, entre ellas, comida, agua y juguetes. Muchos del pueblo se quedaron boquiabiertos al verlos llegar. Juvia usaba el agua para empujar el carro y que fuera más fácil llevar todo.

—Tomad—dijo este repartiendo las cosas en el pueblo, sobretodo a los niños que por fin comerían muy bien.

Todos los lugareños dieron las gracias, la profesora lloraba viendo a los niños muy felices, pero sobretodo comiendo muy bien. Además, Juvia usó su poder para limpiar la suciedad de las casas y la escuela, acabando agotada pero con una gran sonrisa.

—Toma—le pasó un plato y bebida—has trabajado muy duro.

—Juvia cree que Natsu es muy bueno.

—Solo he hecho lo que estaba en mi mano—se excusó él.

Natsu preguntó a la gente de allí que ocurría, pensaba que tenían agua.

—Un grupo de bandidos y monstruos que trabajan juntos se han adueñado de los pozos de la zona de donde sacamos el agua. Únicamente podemos esperar a que llueva o ir sacando de nuestro pozo que ya queda menos...—contestó un anciano.

—Yo me haré cargo entonces—dijo apretando los puños.

—Son peligrosos

—Tiene aquí a dos magos de Fairy Tail...no se preocupe—dijo sonriente.

Esa noche festejaron un alegres, los niños durmieron muy bien, en camas con sábanas nuevas, frescas y limpias. Juvia no pudo evitar emocionarse con el corazón y amabilidad de Natsu, le recordó mucho al libro que había leído.

—Natsu es muy buena persona—susurró viendo a este dormir tirado en la cama junto a Happy que tenía una barriga enorme de tanto comer pescado.

Las cosas iban a cambiar para el pueblo. Y ellos dos iban a ser responsables.

—Juvia se pregunta porque el rey no ha tomado cartas en el asunto con el tema de los pozos.

Pero estaba tan cansada que no duró más tiempo con los ojos abiertos y se durmió.

Mientras, unos guardias del poblado partieron  a la zona de los pozos con una sonrisa de oreja a oreja.

—Seguro que sacarán mucho dinero por esos dos—comentó uno de ellos pensando en la cantidad de monedas de oro.

—Hay que decírselo al jefe—dijo el otro.

Ambos daban hasta salto de alegría.

Continuará.

Espero que les haya gustado :D


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