Recuperación

Saeran se había puesto muy delicado durante la desintoxicación de aquellos químicos, tomando un carácter agresivo en ciertos puntos de la desintoxicación hasta que finalmente pudo controlar sus emociones y personalidades.
Sin embargo, después que pudo estar más en control pidió no ver a Saeyoung.
MC suspiró al decirle aquello a Seven, pero éste lo tomó de la manera más comprensiva posible. Aún así, MC se dedicó a contarle cada cosa que pasaba con su hermano, sus progresos, sus dificultades, todo lo que le contaba.
Mientras, Seven se dedicó a Jumin, quien había tenido que pasar por varios procesos.
La parte de la curación de la herida fue la más fácil, necesitó simplemente de reposo, bastantes líquidos y sueros, así como medicinas para evitar cualquier infección. Sin embargo, esa parte no duró mucho y siguió la rehabilitación.
A pesar de que Jumin decía encontrarse bien había ciertas cosas que lo asustaban y se despertaba varias veces en las noches por culpa de pesadillas.
Aparte de la parte psicológica, necesitó rehabilitación física para realizar movimientos, caminar sin agitarse y fortalecer sus pulmones.
Aquello fue de las partes más difíciles, sin embargo Saeyoung lo alentaba a seguir y se apartaba cuando era necesario.
Ahora se encontraban listos para regresar a casa sin ningún problema.
Jumin sonrió y suspiró al entrar al penthouse.
— Por fin, en casa – dijo mientras se acercaba a Saeyoung.
Lo abrazó comenzó a besarlo apasionadamente, era la primera vez en meses que se besaban de esa forma.
— Te amo, Jumin – dijo entre besos.
Siguieron besándose y deshaciéndose de su ropa mientras iban a su habitación.
Cuando el torso de Jumin quedó descubierto, Saeyoung no pudo evitar mirar la herida, depositó un beso en ella y continuó quitándole el pantalón.
Hizo que Jumin se acostara en la cama.
— Me toca ir arriba – dijo Saeyoung riendo un poco de nervios.
Le encantaba hacer el amor con su novio, era como si su sentido del tacto se intensificara.
Sus caricias, sus labios contra los suyos y contra su piel, su lengua, sus manos. No podía evitar gemir bastante fuerte con cada movimiento de Jumin e incluso llegaba a gritar su nombre varias veces.
Saeyoung se tiró en la cama con un suspiro.
— Me alegra saber que un hombre tan lindo y tan sexy sea mío –dijo entre risas, abrazando a Jumin.
Se escuchó un maullido de reclamo proviniendo de la entrada del cuarto.
— De nosotros, Elly –corrigió riéndose

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