Capítulo 5

Cuando entraron a la casa del anciano veían todo con curiosidad, era un lugar tan tranquilo. El pequeño vio que Itachi tomó asiento, de inmediato se sentó a su lado, era pequeño aún, muchas cosas le daban miedo, no conocía a esa gente, pero el azabache también era pequeño y parecía confiar en el viejo, levantó su manita, atrapó su playera con ansiedad. El Uchiha giró un poco su vista, sonrió un poco, él era aún un niño, pero el rubio a su lado era casi un bebé, ahora recordaba, su mirada se oscureció al recordar el campo de guerra cuando su padre lo llevó aún con cuatro años, esa vida les había tocado a ambos, no podía dejar de lado como la aldea abusaba del rubio, creía recordar el porqué en el contenido de esa película en su mente, sabía demasiadas cosas de él al ser espía, su deber era capturarlo para la organización Akatsuki.

Hiruzen se sentó frente a ambos, una señora entró y dejó galletas con té, ambos abrieron sus ojos enormes, vieron al anciano, este les sonrió, tomaron galletas y comenzaron a comerlas con gusto, Sarutobi sonreía divertido -ahora sí pequeños, cuéntenme todo desde un inicio, me causa escalofríos lo que platicaron, pero es importante, si estos conocimientos les fueron otorgados y una misión, debe ser porque el mundo los necesitaba listos, debemos hacer que todo funcione como debe ser, no anotaré, sería dejar evidencia, deben ser específicos para que pueda recordar los detalles, iremos buscando coincidencia con la vida actual, desde que están viendo el futuro sabemos que este cambiará, lo que haremos será evitar catástrofes.

-Se preguntarán ¿por qué creo en ustedes? -ambos asintieron coordinados haciendo reír al anciano -que dos personas tengan premoniciones no es normal, que sus premoniciones sean confirmadas y empalmables deja a uno con bastantes dudas y sospechas, pero el que mencionen detalles que ustedes no deberían saber, me hace pensar que hay razón en sus palabras, por ejemplo, Naruto puedes decirme ¿cómo era tu padre? -el pequeño levantó un puchero -igual a mi pero en grande y sin marquitas, le decían cuarto… ho… hoka Hokage, eso, mi madre era una hermosa chica con el cabello largo y pelirrojo -Itachi abrió sus ojos con sorpresa -¿tía kushina? -el pequeño giró con sorpresa, asintió.

-Minato Namikaze y Kushina Uzumaki, creo tengo su apellido, creí que estaba loco, creí que todo era demasiado extraordinario, por favor, soy un huérfano, al que la aldea ha tratado como una mierda, ¿quién podría creer que ese señor tan importante podría ser mi padre?, por eso creí que era un sueño -ahora que tomaba conciencia, sabía quiénes eran sus padres y cómo murieron, abrió sus ojos bastante -ese sujeto de máscara naranja que liberó al zorro de mamá es el culpable de todo, por su culpa estoy huérfano -Itachi abrió sus ojos con terror al recordarlo -es cierto, asesinó hace unos meses a mi equipo, él era el líder ocultó de aquella organización-

Hiruzen estaba helado, ni siquiera podía hablar -deben saber ¿quién es?, ¿pueden recordar? -ambos guardaron silencio tratando de recordar -recuerdo que se hacía pasar por Madara Uchiha -el rubio asintió -en esa guerra el tal  Kakashi y yo descubrimos peleando con él, que era Obito Uchiha, su antiguo compañero de equipo -Sarutobi abrió sus ojos con terror, cubrió su rostro con pesar -mató a su propio sensei, lo había tratado como a un hijo, al parecer lo mismo pasará conmigo -

El pequeño lo observaba con cuidado -vamos, cuéntenme todo, primero tu Itachi, me da algo de miedo lo que comentaste al inicio -el de ojos onix comenzó a hablar, sus manitas se apretaban a sus piernas, cuando habló sobre la masacre lágrimas salieron de sus ojos, temblaba. Naruto lo vio con algo de compasión, tomó su mano y la acarició, sonrió para él amable, el azabache apretó su mano agradecido, ninguno se soltó, ambos habían sufrido una mierda en sus vidas, tenían miedo de que todo eso en verdad sucediera.

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