2.

—Usted está en estación Congreso de Tucumán. —Se escucha del altoparlante, una vez que terminó el timbre, se cerraron las puertas y el subte comenzó a andar.

Ninguno, ni Alma y ni el joven, hablan en el trayecto. Sin embargo, están sentados uno con el otro. Ambos están algo incómodos.

Mientras tanto, pasa un adolescente a dejar unos fibrones en las piernas de los viajeros.

Siguen callados, y ya desde que bajaron por las escaleras mecánicas y subieron al vagón juntos.

El vendedor ambulante vuelve de su recorrido a buscar los fibrones y a ver si consiguió clientes.

Los dos continúan sin hablarse. Y es lógico, ya que la condición que pidió Alma es que le saque conversación durante el viaje; ya hace bastante tiempo que no charla con alguien que no sea un familiar o su psicóloga.

Próxima estación: Juramento.

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