Después de ayudar a un Bidoof perdido a regresar a su aldea natal y ayudar a esa amable anciana Abigail a reconciliarse con su ahora Raichu, Sugar, finalmente llegamos a Floaroma Town. Dawn estaba lista para su concurso y Ash finalmente estaba actuando como solía ser. Todavía actúa con más madurez que antes, especialmente dadas las responsabilidades que se le impusieron. Pero se estaba permitiendo mostrar su entusiasmo con más facilidad, los muros que no me di cuenta de que se estaban construyendo, estaban cayendo.

Había pensado que perder la Conferencia Ever Grande lo había cambiado... ¡qué tontería! Por supuesto, no fue perder lo que lo hizo caer. Si bien perder siempre lo había frustrado y entristecido, su confianza en nosotros y en sí mismo nunca había vacilado. Simplemente se levantaba y lo intentaba de nuevo.

Pero había sido la muerte de Lucario lo que lo había cambiado. Nunca hemos perdido a nadie durante nuestras misiones para salvar el mundo. No hasta el Árbol del Comienzo. Debería haberme dado cuenta cuando llamó a su Pokémon más fuerte para capturar a Hunter J. Nunca había hecho eso. Sin importar la dificultad y el desafío al que nos enfrentábamos, Ash siempre había logrado encontrar una manera de cambiar las cosas, incluso si no tenía a su Pokémon más fuerte o experimentado consigo. Pero esta vez no permitió que nada quedara en el aire, tenía que controlar todo lo relacionado con la misión.

Desde entonces, quería ser más fuerte y ganar, no porque dudara de nosotros o de sí mismo, sino porque tenía miedo de perder a otro Pokémon. Quería, no necesitaba, una victoria absoluta. Algo grande que le demostrara que había logrado entrenarnos hasta el nivel que nos permitía ir a misiones sin que temiera por nuestras vidas. Vencer a Hunter J habría sido la prueba que necesitaba… si Charizard no hubiera resultado herido.

Estar enojado con Charizard no ayudaría a nadie. Entonces, decidí informarles a todos lo que realmente estaba sucediendo con Ash y que debíamos ganar la Conferencia Lily of the Valley para él. Ash necesita esa tranquilidad para volver a ser el entrenador que solía ser. Si es más maduro.

—¿Cómo estás, Meganium? —La pregunta de Ash me sacó de mis pensamientos—. ¿Esto es demasiado para ti?

—No, estoy bien —respondió ella, acariciando a Ash, mientras Espeon traducía su respuesta a nuestro entrenador.

Una vez que llegamos a Floaroma Town, nos llevaron a rastras para la entrevista con Battler , a la que le siguió una sesión de fotos. Querían tomarle fotos a Ash con el equipo que había usado para capturar a Hunter J. Lo que significaba que tenía que llamarlos a todos.

Ya sabéis, desde nuestro primer viaje, Ash había querido ser un Maestro Pokémon, lo que ya había conseguido. Pero también quería ser popular, no por la gloria, sino porque quería demostrar a todos los que decían que fracasaría que estaban equivocados y que había conseguido convertirse en alguien. Yo estaba totalmente a favor de ello. Sin embargo, nadie nos dijo lo incómodo que sería que nos sacaran fotos para hacer carteles que vendieran junto a una revista.

Por suerte, Ash se había asegurado de decirle a la revista que solo les permitiría tener nuestras fotos si Todd era quien las tomaba. Habrá tres carteles dentro del próximo número de Battler . Uno de ellos de Charizard y Ash, en la espalda de Pidgeot, mientras volaban por el cielo. El segundo, con Ash sentado en el suelo mientras se apoyaba contra el tronco de un árbol, con Honedge apoyado en su costado, Espeon y Jolteon en su regazo y yo acariciando su mejilla en mi lugar favorito en su hombro. El tercero tendría a Ash, con los brazos cruzados sobre el pecho, mientras sonríe alegremente con Sceptile y Primeape en un lado, y Meganium y Feraligatr en el otro. Ash llevaba su traje de Ranger en todos ellos.

Tuvimos suerte de que Meganium ya hubiera entregado el huevo y no había forma de que eclosionara pronto, así que pudimos asistir todos.

“Eso es todo”, dijo finalmente Todd, las palabras que todo mi equipo estaba esperando escuchar. “Y una vez que termines la entrevista, puedes irte”.

—¡Gracias, Todd! —respondió Ash—. Sé que te arrastré hasta Sinnoh para esto.

—No lo menciones —respondió—. Debería agradecerte por darme la oportunidad de trabajar para Battler . ¡Mis fotografías circularán en Sinnoh, Hoenn, Kanto y Johto!

—Jeje, ni lo menciones —le dijo Ash—. Si voy a pedirle a alguien que nos tome fotos, al menos querría que sea alguien que conozco. Bueno, será mejor que me vaya. Todavía tengo una entrevista con: ¡Sinnoh! La Radio de Hoy .

“¡Adiós!” nos dijo Todd.

Después de que todo el equipo regresara a sus Poke Balls, excepto Jolteon, Espeon y, por supuesto, yo, regresó al Centro Pokémon para hacer la transferencia de Pokémon con el Profesor Oak. Glaceon, Turtwig y Chimchar todavía necesitan algo de entrenamiento si quieren derrotar a Gardenia. Cuanto antes superemos esto, mejor. Luego nos dirigiremos a la estación de radio.

—¡Ash! —La voz emocionada de Dawn nos detuvo. Nos estaba esperando en la puerta del Centro Pokémon, junto a un chico pelirrojo de su edad—. ¿Ya terminaste?

—Acabo de terminar la sesión de fotos y la entrevista con Battler —respondió Ash, con una sonrisa mientras caminaba hacia ella—. Todavía tengo que hacer la entrevista de radio, pero primero quería transferir algunos de mis Pokémon al Profesor Oak. ¿Y tú? ¿Cómo te fue en la clase de cocina de Pokémon?

“Al principio tuve algunos problemas”, nos dijo haciendo pucheros. “Pero luego todo se solucionó. ¡Ta-da Berlitz Poffins para todos!”. Sonrió alegremente, mostrando su trabajo.

“¡Se ve delicioso!” dijo Jolteon emocionado.  

—Estoy de acuerdo con el equipo —dijo Espeon—. Tiene buena pinta. Maestro, ¿sabe cómo hacerlo? Me gustaría probarlo.

“Jaja, sí lo hago”, se rió Ash. “Al principio era horrible, pero con la insistencia de mi madre finalmente pude perfeccionarlo”.

—¡Jaja! ¡Me acuerdo de eso! ¡Nunca pensé que alguien pudiera quemar una cocina en ayunas sin que hubiera que hacer fuego! —Me caí de su hombro de tanto reírme al recordarlo.

Por supuesto, Espeon luego compartió el recuerdo con Jolteon y Dawn, quienes también rieron.

—Jaja —se rió Ash con sarcasmo—. Ríete, no tengo por qué compartir Poffins con ninguno de vosotros, Pokémon desagradecidos.

—Tendremos que pedírselos a Dawn, Maestro —respondió Espeon con descaro.

—Espeon tiene razón, Ash, y no queremos que quemes más cocinas —dijo Dawn, antes de estallar en carcajadas otra vez.

—Hola, Dee Dee —empezó el chico, pero Dawn lo interrumpió enfadada.

—¡¿Cuántas veces tengo que decirte que no me llames Dee Dee?! —Nunca había visto a Dawn gritar así o ponerse tan roja antes—. Ah —suspiró—. Ash, este es mi molesto amigo de la infancia, Kenny. Kenny, este es mi mentor y compañero de viaje, Ash Ketchum.

—Es un placer conocerte —lo saludó Ash con una sonrisa brillante y le ofreció una mano para estrechar.

Kenny simplemente lo miró con enojo e ignoró la mano. Lo que le valió un golpe en la cabeza de Dawn, quien luego le dijo: "Por favor, ignóralo, Ash. Será mejor que te vayas, no querrás llegar tarde a tu entrevista".

—Está bien —se rió Ash torpemente. Mientras entrábamos al Centro Pokémon, los escuchamos gritar detrás de nosotros—. ¿Es esta otra situación de Drew, Pikachu?

—Creo que sí —respondí, con una gota de sudor cayendo sobre mí.

—¡Por el amor de Arceus! ¿No pueden simplemente meterse en la cabeza que solo las veo como hermanas? ¡A las tres! Para empezar, ni siquiera es como si me gustaran las chicas —susurró con dureza mientras se dirigía a la máquina de transferencia de Pokémon.

—Un día lo harán —respondí , sintiéndome tan cansado como Ash.

Lo peor es que el día estaba lejos de terminar y todavía nos quedaba una larga entrevista en directo . Habrá incluso expectación viéndola desde la pared de cristal de la emisora.

Oh, Arceus, por favor sálvanos de este sufrimiento.