#CuandoPensamosDeMás

Para nosotros, todo era el fin del mundo.

Si alguien me hubiera dicho al comienzo de clases que Percy Jackson, el chico que supuestamente siempre se metía en peleas, iba a ser mi primer beso, hubiera pensado que solo querían molestarme. La verdad, si me lo hubieran dicho esa misma mañana también lo hubiera pensado.

Pero mientras me besaba, y yo lo besaba de vuelta, no estaba pensando en nada. Eran solo sus labios sobre los míos y eso ya era de por si, demasiado para comprender (incluso para mi). El problema fue cuando nos separamos, porque ¿qué es lo que debes decir después de que te besan por primera vez? Yo no tenía ni idea, así que cuando sucedió lo único que puede decirle fue:

- Bien. Nos vemos.

Y después solo giré y me encaminé sola hasta a mi casa, que no estaba muy lejos, con el rostro caliente y enrojecido, mentalmente maldiciéndome por lo que fue mi momento más vergonzoso. Había entrado en pánico como una idiota y lo había dejado ahí, en el medio de la calle, solo luego de que me haya besado.

Caminé hasta mi casa y entré en piloto automático. No paraba de darle vueltas a lo que acababa de suceder.  Mi cerebro no paraba de gritarme lo estúpida que había sido, lo estúpida que era. Ahora, Percy pensaría que era una perdedora o cosas peores.

Entré a mi habitación, luego de ver que mis padres todavía no llegaban del trabajo, y me arrojé a la cama, soltando un gruñido contra la almohada. No podía creerlo. Percy Jackson realmente me había besado. ¿Por qué? No lo sabía, era como si nada tuviera sentido. Y ahí se me ocurrió, que tal vez todo era un juego. Tal vez lo había sido desde el principio.

Puede que cada cosa que había dicho había sido una mentira, parte de un juego enfermo para que alguna de nosotras terminara con el corazón roto. A ver, eso si tenía sentido ¿no? Todo lo que había contado sobre su padrastro abusivo, era parte de su plan. Digo, no había pruebas más que moretones que bien podría haber conseguido en cualquier otra parte, como en las peleas callejeras en las que toda la escuela decía que formaba parte. Incluso yo misma lo había visto casi comenzando una pelea en los pasillos no mucho atrás.  Hay una gran posibilidad de que esas peleas sean la causa por la que fue expulsado del equipo de natación y que es por eso que no quiere que hable con el entrenador: Porque se revelarían todas sus mentiras.

Todas esas teorías se construían en mi cabeza rápidamente, una tras otra. Él estaba armando todo a su favor y yo estaba mordiendo el anzuelo. Yo era la que estaba cayendo directo en su trampa, pero ¿por qué me eligió a mi? Porque Thalia era demasiado difícil, Hazel era demasiado tímida como para siquiera hablarle y con Piper ya la tenía fácil, ellos ya tenían un rollo andante.

Así que yo era la mejor opción para jugar, pero no iba a perder. Iba a alejarme del juego completamente, iba a alejarme de Percy.

Aún así, parte de mi estaba lastimada, aunque no quisiera admitirlo. Ese había sido mi primer beso y no se convertiría en un buen recuerdo. Se suponía que debía serlo, pero se había salido de mi control y lo odiaba.

El arrepentimiento me consumió por horas.

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Justo cuando estaba por irme a dormir, recordé que no había terminado el informe escrito para la clase de literatura, lo había empezado una semana atrás, pero solo llegué hasta la mitad dejando el resto para esta semana. Además, tampoco había planificado la reunión del consejo por lo que solo tenía horas para completarlo todo.

¿Cómo pude olvidarlo? me pregunté mientras un gran peso se instalaba en mi pecho y me costaba respirar. Me iba a tener que quedar toda la noche trabajando y ni siquiera saldría tan bien como quería, serían solo mediocres trabajos. Era Annabeth Chase, no podía entregar trabajos mediocres, me destruiría.

El aire parecía agotarse cuanto más pensaba en lo que pasaría si los resultados no eran los que esperaba. Mis padres estarían furiosos y decepcionados, no podría mirar a mi profesor en la cara nunca más, era su estudiante modelo. Y si el resto de la clase se enteraba, sería una catástrofe.

Tuve tantas cosas que hacer durante la semana, que había pospuesto ambas tareas y ahora me costaría caro. Había pasado toda la tarde que me quedaba con Percy, me había perdido mi clase de violín y ahora estaba retrasada con la tarea. ¿Cómo había podido ser tan irresponsable?

El pánico me llenaba la cabeza, pero no tenía tiempo para eso, necesitaba empezar lo antes posible. Debía usar cada segundo que tenía.

Pero mientras me sentaba frente a mi ordenador, mirando mi documento incompleto en el medio de la oscuridad, ninguna palabra surgía. Estaba poniéndome cada vez más nerviosa, lo suficiente como para ser incontrolable y que lagrimas empezaran una carrera por mi rostro. Todo ese día estaba saliendo tan mal, y el siguiente sería peor si no terminaba todo a tiempo.

Intenté respirar profundo unas cuantas veces, necesitaba ganar el control de vuelta. Pero era difícil, estaba realmente frustrada, atrapada en un bloqueo mental. Había sido tomada por mis emociones y no me podía concentrar. Justo en el peor momento. Era desesperante.

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La mañana siguiente, casi llego tarde a la escuela. Apenas tuve tiempo para cambiarme de ropa e imprimir el informe. Me había quedado dormida encima de mi escritorio y mi cuello estaba sufriendo las dolorosas consecuencias. No había podido arreglar mi cabello, por lo que era un nido de rizos que tuve que atar en una coleta para disimular. Lo que si, entregué mi trabajo de literatura y eso puso un poco de alivio en mi.

Pero no duraría.

Me crucé con Percy en el pasillo mientras me dirigía hacia mi siguiente clase y todo lo que había sucedido el día anterior volvió a mi como un golpe en el estomago.

- ¡Annabeth! - Me llamó. Yo fingí que no lo escuché y seguí caminando. Aun así, había ignorado algo, y es que compartimos la misma clase. Así que lo primero que hizo al entrar al salón fue sentarse en el pupitre que estaba al lado del mio.

- Annabeth ¿estas bien? - Lo miré. Él genuinamente parecía preocupado.

- Si - contesté bruscamente. - ¿Por qué no lo estaría?

Él titubeó por un instante, claramente no sabía que decir. Me pregunté si traería a colación el beso. Esperaba que no.

- Por nada - dijo al fin.

Yo no dije nada más. Volví mi cabeza al frente y esperé que el profesor comenzara su lección. Ignorando durante todo el periodo las miradas que Percy me lanzaba y podía ver por el rabillo de mi ojo.

Cuando la campana sonó, junté mis cosas y me largué antes de que pudiera detenerme, aunque no sirvió de mucho pues él me siguió.

- ¡Hey! ¡Annabeth! - Llegó a mi lado y continuó caminando conmigo. Yo mantenía mi mirada hacia adelante, esquivando a todo aquel que fuera al lado contrario al que me dirigía. - ¿Quieres salir esta tarde? Podemos volver a...

- No puedo - lo interrumpí. - Ya me perdí una clase de violín, no puedo perder otra. - Mi tono cortante pareció confundirlo.

- Esta bien. Entiendo... - No iba a quedarme a escucharlo.

- Adiós, Percy. Estoy ocupada.

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Todo volvió a derrumbarse cuando llegué a la reunión del consejo.

En el salón solo estaban Reyna y Jason, era cuestión de minutos para que el resto apareciera. El rubio estaba mirando por la ventana, distraído, mientras ella revisaba unos papeles aunque sus ojos parecían irse hasta el chico, probablemente cuestionándose que pasaba por su mente.

A Reyna le había gustado Jason desde que la conozco y él no parecía tener ni idea. Ella, aunque nunca me lo dijo, se había molestado cuando él había "salido" con Piper pero ahora que eso ya no existía, ella estaba buscando la oportunidad para proceder.

Me aclaré mi garganta llamando su atención. Ambos se giraron a verme.

- Hola, Annabeth - Jason me saludó. - ¿Estas bien?

Era la segunda vez que me lo preguntaban, ¿tan mal me veía?

- Si - contesté. - No dormí mucho anoche. Tuve que terminar un informe. - Él me sonrió.

- Entiendo eso.

- ¿Tienes lo que te pedí para hoy? Me gustaría revisarlo si no te molesta. - Claro. Reyna siempre iba al punto.

Puse mi mochila en una de las mesas y empecé a buscar el otro documento en el que había trabajado anoche. No estaba ahí.

- ¿Annabeth? - Reyna me miraba intensamente. - ¿Qué sucede?

- Yo... - Mierda, mierda, - no lo tengo.

- ¿Qué? Te dije hace semanas sobre...

- Lo se. Yo solo... lo olvidé en casa.

Al parecer no había empacado todas mis cosas esta mañana en el apuro

- Lo siento.

Ella parecía como si quisiera cortarme la cabeza con una espada, y honestamente la hubiera dejado. Reyna y yo siempre habíamos sido la competencia de la otra, aunque en silencio. Siempre intentábamos derrotar a la otra en algo.

- Eso es bastante irresponsable de parte de la presidenta del consejo. - Había algo de satisfacción oculta. Ella nunca había querido compartir la presidencia conmigo. Yo tampoco. Ahora, era como si ella hubiera ganado la batalla. Estaba viviendo una pesadilla.

- Esta bien - dijo Jason. - Acabo de recibir un mensaje de Bobby y tengo que irme a una reunión con el entrenado. Jugamos mañana. - Explicó. - Podemos dejar esta junta para el lunes.

- Bueno - asintió Reyna. - Iré a verte jugar mañana.

- Bien. ¿Tu iras, Annabeth?

- Seguro - dije sin pensarlo mucho.

- Genial, - sonrió. - Y no le des tantas vueltas, todos olvidamos algo de vez en cuando.

Usualmente yo no era "todos". Odiaba serlo.

¡WOOOHOOOO! ¡FELIZ AÑO NUEVO GENTE BELLA!

Quisiera disculparme por no publicar por mucho tiempo. 2019 fue un año complicado para mi, hubieron demasiados cambios y la tierra se me balanceó bastante. Siento que este año será mejor y ojalá para ustedes también.

Quiero que sepan que he leído todos sus comentarios y me hace super feliz que les guste la historia y que me dejen todas sus opiniones. Muchos dejan sus historias cuando se sienten identificados con algo, y eso es muy importante para mi. La historia está dedicada a eso, como dice en el prologo. Gracias a todos los que leen.

Tengo que preguntar: ¿Qué les pareció este capítulo?

Y por último, comenté sobre una sorpresa... ¡Año nuevo, historia nueva! La pueden encontrar en mi perfil con la sinopsis. Va a ser corta por lo que no tardará en actualizarse. Así que guárdenla en sus bibliotecas si les interesa. (También es un fanfic)

¡Hasta pronto!