XXIII - Leo

#CuandoHicimosPlanes




No es mucho, va de a poco. Estaremos bien. Lo prometo.


Creo que al menos el 99% de las personas del mundo pueden acordar en que los lunes son horribles. ¿Por qué? Pues asumo que es porque es el comienzo de la semana "productiva", donde las actividades rutinarias vuelven a empezar el ciclo. Creo que las personas piensan que es aburrido volver a hacer todo lo que hiciste la semana anterior y la anterior a esa. Muchos pueden pensar que la rutina diaria y semanal ya se ha vuelto tediosa de tanto repetirla.

Pero si prestas atención, podrás ver que hay mucho de lo que te das cuenta.

No hay un solo día que sea igual a otro, y si lo hay, creo que deberías replantearte algunas cosas de tu vida. Todos los días, cada nueva semana, puede ser una nueva aventura. Siempre hay algo nuevo que aprender, que ver, que sentir. Solo debes mantener la cabeza abierta. Cada día puede ser divertido y singular, único y diferente al resto. E incluso en esos que no parecen ser tan buenos, probablemente encontraras grandes lecciones para el resto.

Cada semana es una nueva día, cada amanecer una bendición. Cada vez que vayas a la cama, piensa en todo lo que aprendiste desde que te despertaste, en todo lo nuevo que conociste. Eres afortunado de vivir, de tener la oportunidad de crecer cada momento como persona, aún aunque no lo creas.

No lo mal entiendas, yo también tengo esos momentos en los que veo todo oscuro, pero tal vez el punto de la vida es siempre volver a encontrar la luz y la motivación para seguir.

Puede sonar tonto, demasiado optimista hasta ser asfixiante, pero sé que sabes que es verdad.


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Mis padres habían estado todo ese fin de semana discutiendo sobre dinero. Estaban preocupados porque las cuentas y las deudas parecían estar acumulándose y nunca rebajando. El tema les rondaba en la cabeza todo el tiempo, lo podía ver en sus rostros porque aunque trataran de ocultármelo, eran malos mentirosos.

Lo que más me enfermaba era el hecho de que yo no podía hacer nada. Al menos ellos no me dejaban. Cada vez que traía la idea de conseguir empleo se rehusaban a seguir escuchando. Repetían que no era mi deber preocuparme por "ese tipo de cosas" y que debía concentrarme en terminar mi último año. Deseaba que no hicieran eso. Deseaba que me dejaran ayudar un poco. Yo solo quería quitarles un poco de peso de encima.

Ese lunes por la mañana se fueron en silencio, algo raro comparado con el ruido que solían hacer. Había mucho viento afuera, podía oír el rugido desde adentro. La brisa golpeaba contra las ramas que además chocaban entre si.

Me quedé mas tiempo de lo normal en la cama, no quería salir de ella. Me había acostado tarde la noche anterior y en ese momento no estaba de humor para ir a la escuela. Pero tenía que ir y hacer un par de bromas para aliviar la presión en mi pecho.

Sabía que era algún tipo de mecanismo de defensa, hacer chistes para escapar de la tristeza o algo así, pero parte de mi lo necesitaba. Había algo satisfactorio en hacer reír a la gente, incluso aunque yo no quisiera reírme de nada. Puede que eventualmente, la risa cure todo lo malo que hay en mi.

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La profesora de economía no había parado de hablar desde que entró y rápidamente se había vuelto insoportable. Todo el salón de clase estaba callado. Las mentes de todos seguramente aún no salían del mundo de los sueños donde todo es mejor que en la vida real.

Annabeth y Jason eran los únicos que estaban tomando notas pero a nadie le sorprendía eso. De todas formas, los círculos oscuros bajo sus ojos eran muy visibles en contraste de su piel. Supuse que no había sido el único que había trasnochado. Me pregunté en qué habían estado usando sus horas de sueño.

Percy, en la fila de mi lado derecho, dormía como un bebé. Recordé cuando nos habíamos quedado esa noche en la biblioteca y Annabeth le había dicho que babeaba. Era cierto.

Dakota, el amigo de Jason que estaba sentado a su lado, no dejaba de mirar a Piper que solo estaba mirando lo que sucedía afuera de la ventana con una expresión aburrida. Pero Dakota no era el único que la miraba. Uno de estos chicos populares, Dylan, la observaba como si fuera el próximo dulce que comería.

Quería saber si Piper sentía esas miradas clavadas en ella y si solo las estaba ignorando o de verdad no se daba cuenta. De todas formas, esa chica era todo un misterio, más de lo que todo el mundo creía.

Su reputación la seguía y era difícil de ignorar. Era difícil borrar la imagen que todos habíamos construido de ella, pero creo que era algo que debía hacer. A ver que no todos se animan a gritarla a 8 personas que son vírgenes. Tenía que darle crédito por eso.

La campana sonó callando a la profesora que vio como 20 adolescentes salían huyendo del salón como si fueran perseguidos por un león.

Percy seguía dormido así que le sacudí el hombro:

- Despierta, hombre. ¡La bestia del sueño se ha ido!

Él se despertó rápido y se tocó el hombro que había sacudido. Se borró mi sonrisa al pensar que debajo de su chaqueta y camiseta había alguna consecuencia del comportamiento de su padre.

- Lo siento.

- No te preocupes, en serio. Está bien. - Me dijo mirándome a los ojos.

- Nos vemos al finalizar las clases en la biblioteca. - La voz de Annabeth se metió entre nosotros.

En algún momento toda la clase había salido y solo habíamos quedado nosotros tres además de Piper y Jason.

Percy dijo lo que yo estaba pensando:

- ¿Y para qué?

- ¿Ya lo olvidaron? - Soltó un resoplido molesta. - Tu, Jackson, me pediste ayuda con matemáticas, el resto estudiará con nosotros. ¿Recuerdan?

- Oh, si. Claro. - Percy asintió.

-Bien, le diré a los otros. - Dijo Annabeth antes de irse. Todos le seguimos los pasos.

- ¿Tienes biología ahora? - Jason se apareció por mi lado mientras caminaba por el pasillo. Podía ver a toda la gente apartándose y dejándonos el camino libre. Todos observaban al rubio como si fuera una celebridad de Hollywood y por consecuencia de estar a su lado, me miraban a mi también. Era algo raro.

- Si. - Le contesté. - En el laboratorio.

- Yo también. - Contó como si no lo supiera. - ¿Puedo sentarme contigo?

Le puse una mueca extraña. ¿Por qué carajos querría sentarse conmigo cuando Dakota estaba en la misma clase?

Creo que entendió mi extrañeza porque luego agregó:

- Dakota me está pidiendo ayuda para salir con Piper. - Él miraba para el frente, obviamente incomodo, incapaz de verme a la cara. - Y yo solo... no puedo ¿Sabes? No después de lo que sucedió el sábado.

Si. Cuando Piper le había dicho a Drew que no quería nada con Dakota.

- ¿Te gusta? - Le pregunté.

- ¿Qué? No. Apenas la conozco. - Movió su cabeza de un costado a otro rápidamente. - Me refiero a que... ¿Por qué la presionaría a que saliera con Dakota si ella no quiere?

- ¿Él es tu amigo? - Respondí dudoso.

- Si, supongo que si. Pero de todos modos, no está bien. Creo que es mejor si la dejo sola.

- Si. - Le dije. Me miró. - Te puedes sentar conmigo, Grace. ¡Vamos a hacer explotar la escuela, ya veras!

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- No entiendo a qué estas jugando, Piper.

Estaba en la fila para retirar la comida justo detrás de Piper, Drew y otras chicas animadoras de su grupo. El comedor estaba repleto. Casi todas las mesas parecían estar ocupadas y las altas voces de todos rebotaban en las paredes creando un gran y desastroso barullo.

- No estoy jugando a nada, Drew. - Piper ni siquiera la veía. Mantenía sus ojos puestos en la cabeza de la fila.

- ¿Entonces por qué no sales con Dakota? Es lindo.

- No tengo ganas. - Contestó Piper secamente. - Pero tu puedes salir con él si quieres.

- Es lindo, pero ya se verá. - Drew recorrió el cuerpo de Piper como si estuviera juzgándola para un concurso de belleza y no le gustara lo que veía. - De alguna forma, solo tiene ojos para ti. Por ahora al menos. -

Avanzamos unos lugares más en la fila. Ya podía oler el pollo frito desde donde estaba.

- Como sea, - Siguió Drew mientras retorcía un mechón de su cabello. - Los rumores dicen que hay alguien más echándote el ojo. - Piper se giró hacia su amiga, al parecer no tenía ni idea de lo que hablaba por su expresión. - Dylan.

- Eso es estúpido.

- No lo se. - Drew dijo con una sonrisa que parecía esconder algo, pero al mismo tiempo era evidente. - Él te está mirando justo ahora.

Era cierto. Él chico tenía la vista puesta en ella como cuando estábamos en la primer clase. A Piper no pareció gustarle porque salió del comedor no sin antes decir que no tenía hambre.

- Dios. - Drew se volvió al resto de las animadoras. - Esa chica es tan rara. Siempre hace una escena por todo.

- Está desesperada por atención. - Dijo una de ellas.

- Lo se. Realmente no entiendo que es lo que ven los chicos en ella ¿Saben? No es tan linda como dicen y ¿no se han dado cuenta? Está más gorda. - El resto asintió de acuerdo. - Se lo dije los otros días ¿saben? Le dije que ninguna iba a poder levantarla en la pirámide si seguía así de gorda. Ella solo me contestó "lo sé", como si fuera nada, como si no le - Drew negó con la cabeza. - Dios, tratas de ayudar y a ella no le importa.

Y creo que así es como sabes que ella no es la amiga ideal. No culpaba a Piper por irse.

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Era lunes y la biblioteca estaba vacía. La única persona además de nosotros nueve era la vieja bibliotecaria. Según decían, había estado en la escuela incluso cuando mis padres atendían a clases.

Annabeth había estado los últimos treinta minutos explicándole derivadas de una función y él empezaba lentamente a entender pero igual parecía que quisiera explotar. El resto hacíamos nuestra tarea yo me estaba empezando a preguntar que hacíamos allí.

- ¡Bien! Necesito un descanso. - Percy tiró su lápiz y dejo caer su cabeza contra el libro de actividades. - Siento que me estoy volviendo azul y el mundo se vuelve azul conmigo.

- Si. - Le dije. - Te estas empezando a ver como un pitufo.

- Que gracioso, Valdez. - Me miró aun con su cabeza apoyada acostada. - Tu eres el único con la altura para ser uno.

El resto se rió. Mierda, incluso NIco, y el tenía la misma altura que yo.

- Auch. - Puse mi mano en el pecho dramáticamente. - Eso dolió, Jackson. Justo en mi ego.

Todos volvieron a reír.

- ¿Qué es esto? - Los apunté acusadoramente con mi dedo indice. - Paran de hacer sus deberes para burlarse de mi. ¡Son malisimos estudiantes!

- Si, Valdez. - Thalia habló desde el otro lado de la mesa. - Esto es más que aburrido. - Tiró sus libros dentro de su mochila como si ya se hubiera rendido y no le importara seguir haciendo la tarea.

- No puedo creer que hayas siquiera abierto un libro. - Le dijo Jason.

- ¡Cállate, Jason! No todos somos un ñoños si vida como tu. A algunos nos gusta divertirnos. Disfrutar nuestra juventud.

- Puedes divertirte y ser responsable al mismo tiempo.

- Solo eres aburrido. - Ella bufó. - Además ¿no deberías estar en ese trabajito tuyo?

- ¡Diablos! ¿Pueden dejar de discutir de una vez como si tuvieran 5 años? - Annbeth los calló. - A la señora Sprouse no le gusta que gritemos. - Señaló sutilmente hacia donde estaba la bibliotecaria que nos miraba como si nos quisiera comer vivos. Todos se callaron por un momento.

- ¿Trabajas Jason? - Le pregunté. Había tenido una idea.

- Si. En el mercado del centro.

- ¿Sabes si no necesitan más empleados? - Me rasqué la nuca inconscientemente.

- Creo si. - Respondió. Bien. - ¿Necesitas un trabajo? Te aviso y vienes el próximo domingo así te presento al jefe. ¿Por qué?

- Si, genial. Eh... mis papas están algo cortos de dinero.

- Oh. - Parecía que no sabía que decir. - Yo... lo siento.

- Lo que sea. - Esto se estaba poniendo incomodo. - Solo quiero ayudarlos.

- Es muy lindo de tu parte, Leo. - Hazel me sonrió.

El momento fue interrumpido gracias a un teléfono sonando (Gracias a todos lo dioses).

Piper lo sacó rápido de su mochila y miró quien era el que la llamaba. Rodó los ojos y cortó.

- ¡Señorita! - Oímos un grito. Era la señora Sprouse desde el mostrador. - Apague ese teléfono. Molesta al resto de los estudiantes que están tratando de concentrarse.

- Umm... - Piper miró hacia los costados. Eramos los únicos allí. - Lo siento.

Un segundo más tarde estábamos todos riéndonos.

- ¿Acaso no se da cuenta que somos los únicos aquí?

- Creo que es muy vieja para ver. - Dije provocando más risas.

- Un día, - Jason comenzó a contar. - Estaba tomando agua y me echó diciendo que la humedad iba a afectar a los libros. - Todos lo miramos raro. - Lo peor es que estaba lloviendo y todas las  ventanas estaban abiertas. Cuando traté de decírselo, me llamó vándalo.

Todos volvimos a reír. Era imposible caracterizar a Jason como vándalo.

- ¿Quien era, Piper? - Thalia le preguntó.

- Dakota. - Hizo una mueca disgustada y después se volvió hacia Jason. - Me ha llamado toda la semana. ¿Puedes decirle que pare?

- Veré lo que puedo hacer.

- Diablos, Jason. - Thalia se burló. - Te tiene en la palma de su mano.

- Se llama ser amable, Thalia. Podrías probarlo alguna vez.

Antes de que los mellizos volvieran a comenzar a discutir, Annabeth dio un sonoro bostezo.

- Lo siento. - Dijo colorada.

- ¿No dormiste anoche? - Preguntó Percy.

- No. Estuve adelantando proyectos. Necesito esta semana libre para practicar.

- ¿Qué cosa practicas? - Frank preguntó.

- Tengo un recital de violín este sábado y es super importante.

- ¿El sábado? Deberíamos ir todos. - Propuso Percy.

- Hay mejores cosas para hacer un sábado, Jackson. - Thalia le dijo.

- Bien. No vayas. ¿Qué dice el resto?

- Realmente no tienen que ir - Annabeth trató de detenernos pero Percy la interrumpió.

- Cállate. - Su ojo aún seguía morados y se le notaba que el hombro le dolía pero aún así le sonrió  desafiante. - Vamos a ir. Apoyo moral y todo eso ¿Verdad?

Era un plan.

No todos los lunes eran así.





Realmente siento no haber actualizado antes. Han sido unas muy ocupadas semanas. Igualmente ¡Gracias por los 43K!

Aquí un pequeño calendario de este mes para que sepan cuando hay nuevo capítulo. También me sirve a mi.


¿Quién será el próximo?

¡Tengan una linda semana! ¡Nos leemos pronto! ♥️

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