XXII - Annabeth
#CuandoConfiamos(OAlgoAsí)
Confía en que estarás bien. Confía en que estaremos bien. Confía en mi y puede que nos salvemos...
Estábamos sentados en un círculo en el césped. Las luces de la ciudad brillaban bajo nosotros y parecía que la oscuridad jamás podría reinar en esas calles. La fiesta de la escuela estaba probablemente a punto de acabar y la gente en sus casas debía estar preparándose para ir a dormir, si es que no estaban en sus camas ya.
Era tarde y sabia que tendría que estar en casa pronto o mis padres se molestarían, pero estaba bien. Generalmente estaría muerta de nervios y obligaría a Jackson a llevarnos de vuelta pero, había algo acerca de ese lugar que me tranquilizaba de alguna forma. A ver, los nervios producidos por la incertidumbre seguían allí, no iban a deshacerse tan rápido y fácilmente. Solo estaban como estacionados en el fondo de mi estomago.
El aire estaba helando a medida que nos profundizábamos en la noche, aún así no tenía frió. Me sentía bastante bien para estar rodeada de casi extraños en la otra punta de la ciudad y eso era raro.
- Nunca he venido a esta parte de la ciudad. - Contó Jason a nadie en particular.
- Yo si. - Dijo Thalia. - No hay mucho ruido aquí. Nadie quien te moleste y nadie a quien molestar.
- Si. - Percy estiró sus brazos hacia atrás. La torta de Brunner balanceandoce en sus piernas. - Algunas razones para pasar tiempo aquí.
- ¿Cual es tu cosa favorita de este lugar, Percy? - Preguntó Hazel. Ella era la más pequeña del grupo y era super tímida, seguro le había costado hablar en frente de todo. Me pregunté si eso le molestaba, si quisiera ser más extrovertida.
- Es difícil porque la vista desde aquí es bastante genial pero, creo que me gusta como todo el lugar me hace sentir: en paz. Todo se siente mejor aquí arriba, todo está bien mientras esté aquí.
Lo miré y el solo tenía su vista puesta en la copa de los arboles que nos rodeaban. Me estaba empezando a parecer una persona muy profunda, pero es bueno ocultándolo supongo. Tengo la sensación de que no dice ese tipo de cosas muy a menudo o a mucha gente. Como cuando estábamos caminado hacia mi casa ese día y dijo eso de las casas que parecían iguales por fuera pero eran distintas por adentro. Estoy bastante segura de que se refería a algo más que casas y su decoración.
- ¿Has traído a alguien más a este lugar alguna vez? - Le pregunté. Él pensó por un momento y respondió que no, que era la primera vez que iba allí con alguien más.
Creo que su respuesta hizo esa reunión más especial. Más personal. Pero todo seguía pareciéndome tan raro. Nunca imaginé estar en el otro lado de la ciudad con estos chicos por un estúpido postre de cumpleaños. La situación era completamente bizarra para mi.
Se instaló entre nosotros un silencio incomodo. Ese silencio que nos recordó que no confiábamos el uno del otro. Estábamos sentados ahí, mirando al resto y esperando que cualquier cosa sucediera, lo que sea.
Fue allí cuando un teléfono comenzó a sonar, rompiendo la calmada sensación de estar en el medio de la nada. Era de Piper.
- ¿Hola? - Ella fue rápida en contestar. El resto nos enfocamos en escuchar su conversación pues no había nada más interesante en lo que poner nuestra atención.
- Si - Titubeó mirándonos. - Tuve que irme antes. - No explicó el por qué. - ¿Dakota me estaba buscando? - Ella le dio un vistazo a Jason que no parecía feliz. - Dile que se busque a otra, no estoy interesada.
Piper McLean no estando interesada en un chico era algo nuevo. Vamos, era conocida por todos los chicos con los que salía y era extraño que no quisiera a uno nuevo. Más alguien como Dakota. Tal vez seguía gustándole Jason.
Alguien del otro lado empezó a hablar fuerte y rápido, se escuchaban algunos chillidos por el parlante del celular de Piper quién no parecía tener ganas de oír lo que sea que esa persona estuviera diciendo.
- ¿Sabes qué, Drew? Tengo que irme. Hablamos el lunes. - Piper se quitó el teléfono de la oreja y lo dejó a su lado en el pasto después de colgar.
- Acabo de cortarle. - Se rió. - No va a estar feliz. Pero realmente no me importa lo que dice.
Todos la miramos confundidos. Drew era su secuaz, su mano derecha. Siempre estaba a su lado. para contarle las últimas noticias. Todos sabíamos que eran como uña y carne.
- Mierda. - Maldijo Thalia. - No entiendo como nadie no le ha volado la cabeza ya. Esa niña es insoportable.
- Si. Lo es. - Piper acordó.
- ¿Entonces por qué te juntas con ella si es tan pesada? - Le cuestioné. No tenía sentido.
- ¿Con quién más estaría? - Se encogió de hombros.
- Puedes estar conmigo si quieres. - Insinuó Leo. Ella rió. - No pero en serio, por lo menos a la mitad de la escuela le gustaría que estés con ellos.
- No habría mucha diferencia. -Ella dijo. - Al menos sé como Drew piensa.
- Todos son falsos. Todos quieren algo de ti que los beneficie. Te usan. - Jason la miró a los ojos. - ¿Eso crees? - Él terminó por preguntar. Ella asintió.
- Tal vez es solo como las personas funcionan, y tal vez no es siquiera todas las personas pero al luego de un tiempo, aprendes a no confiar en nadie. - Piper explicó.
- A la mierda con eso. - Percy se levantó y puso el pastel arriba de una banca cercana. Se volvió a nosotros que no dejábamos de verlo. - Es solo que... todos queremos confiar en alguien, pero sentimos que no podemos por alguna razón. Pues yo digo que a la mierda con eso. Hagámoslo. Confiemos en alguien y puede que así alguien confié en nosotros, y puede que al menos, la cosas cambien un poco.
Curioso, en el autobús había estado pensando acerca de la confianza que nos demostraba, ahora él quería que nosotros lo hiciéramos. Era un riesgo. Podíamos perder mucho, pero también podíamos ganar algo grande.
- Esta bien. Estoy dentro. - Le dije. Él me sonrió complacido. - Empecemos ahora. ¿Tienes algo que confesar?
- Bueno, ahora que lo pienso... Necesito más esas clases de matemática. - Se rascó el cuello algo nervioso. - Fueron bastante útiles.
- ¿Qué tal el lunes después de clases?
- Si, está bien. - Respondió. - Todos deberían venir si no están ocupados. - Le dio un vistazo al resto invitándolos. - Estudio en grupo o algo así.
- ¿Estás tan desesperado por amigos, Jackson? - Piper preguntó burlona. Volví mi vista a él esperando verlo avergonzado, pero no lo parecía.
- ¿No lo estamos todos? - Contraatacó dejándola sin palabras. - Por cierto, linda ropa.
Piper bajó la cabeza viendo lo que llevaba puesto como si se lo hubiera olvidado. Sus hombros se tensaron cuando lo notó, probablemente arrepintiéndose de no haber usado algún vestido de fiesta.
- No sabía que eras dueña de algo que no fueran tacones, McLean. - Se rió Thalia.
- No me conoces. - Ladró Piper de nuevo.
- ¡Jo! Relajate, princesa. ¿No puedes venir a decirme ahora que todo lo que conocemos de la señorita modelo es una farsa?
- ¿En serio, Thalia? ¿Por qué siempre tienes que intentar pelear con la gente? ¿Acaso no puedes quedarte callada? - Su hermano le reclamó.
- Diablos, Jason, me das puta pena. - Thalia puso sus ojos en blanco. - ¿Por qué la defiendes? Si no hubiera estado aquí se habría ido a encerrar a una habitación con uno de tus mejores amigos.
- Si, ¿Que mierda ocurre con Dakota, Piper? - Leo preguntó apoyando su barbilla en su mano.
- ¡Nada! Él es quien me está persiguiendo. - Explotó. - Ha estado llamándome desde el partido. No me deja en paz un maldito segundo. Al parecer no entiende lo que es no.
- ¡Oh, vamos! - Yo no podía creerlo. - Si a ti te encanta ese tipo de atención. No te hagas la difícil. - Le dije.
Sus ojos parecieron encenderse en llamas en ese instante.
- ¿Qué atención? ¿La de un imbécil que solo quiere meterse en mis pantalones y no respeta mi "no" como respuesta? No, Annabeth. - Sacudió la cabeza. - No quiero eso ni me encanta.
Luego se volvió hacia Percy, sus mejillas parecían haberse sonrojado por la furia y la presión:
- ¿Quieres la verdad completa? ¿Toda la confianza? - Continuó. - La verdad es que soy una maldita virgen. - Lanzó sus brazos al aire. - Y no tengo ni puta idea de cómo esos rumores sobre mi estando con la mitad de la población masculina de nuestra escuela comenzaron, ni de por qué les seguí el juego pero si se bien que ninguno es real. Ni siquiera Jason.
Wow. Ahora si que eso no lo había visto venir.
Todos permanecimos en silencio, incapaces de saber que decir. Todo lo que sabíamos de la reina Piper McLean era una farsa supuestamente. De alguna forma, la escala de popularidad de la escuela no tenía mucho sentido ahora. Cómo si alguna vez la hubiera tenido.
Ella solo soltó un soplido sonoro y se levantó del césped con sus celular en su mano para comenzar a bajar la colina hacia la carretera.
- ¡Espera Piper! - Percy le gritó. El verde de su ojo contrastaba el color oscuro del hematoma. - Todavía tienes que probar el pastel.
- No lo quiero. - Ella emprendió su marcha una vez más.
- ¡Pero tenemos que saber su sabor! - Él trató de detenerla otra vez. - ¡Todos nosotros!
- ¡Pueden contármelo luego realmente!
- ¡Confía en mi! No lo haremos.
Ella volvió de mala gana y apuró a Percy a cortar un trozo. Él lo hizo pero no la dejó comer hasta que todos tuviéramos nuestra parte. Debíamos probarlo todos juntos según él.
- Eres tan raro, Jackson. - Le dije antes de degustar la pieza de repostería que nos había mantenido juntos toda una noche. Él solo se rió.
¿Quieres saber el bendito sabor del pastel?
Era de chocolate con arándanos.
Jejeje. Amo a Percy aquí.
¡¡Gracias por los 39K!! ¡Díganme que les pareció este capítulo!
Preguntita: ¿De donde son? Me gustaría saber desde donde leen.
El próximo es de Leo.
¡Saludos y espero que tengan una linda semana!
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