XII - Leo

#CuandoNoFuimosImportantes

¿Estas bien? ¿Estas mal? ¿Incluso importa? ¿Qué era importante al final?


Honestamente, no creía que la escuela fuera tan necesaria como la hacían ver, al menos no lo era para mi. Sentía que era solo una forma que tenía el gobierno, la sociedad o una organización secreta que solo quería configurar a las personas para que sean de la forma que más les convenía. La escuela era el comienzo para dominar el mundo. Lo se, es loco, pero es así ¿Bien?

Si no ibas a la escuela y tenías la clase de educación que se imponía, eras un estúpido, no podías saber nada. Pero hay que darse cuenta que la vida en si es una lección, la mejor y la más dura de todas, la más efectiva. Para nada me importaban las notas de un examen ni el nombre de los relieves de África. Todo eso era una pérdida de tiempo, tenía otras cosas por las cuales preocuparme. Había más detrás de esas puertas de hierro. No es como si a alguien le importara.

Verás, mi situación en mi casa no era precisamente la mejor. Tanto mi padre como mi madre trabajaban más de lo que deberían, y no porque así lo querían, sino porque lo necesitábamos. Yo tenía que ir a la escuela por tantas horas, y me hacía sentir bastante inutil. Solo sentado ahí tratando de escuchar algo que probablemente olvidaría mientras mis padres agotaban su energía reparando los autos de los padres de mis compañeros de clase ricos. No estaba bien.

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El martes por la mañana, al rededor de las 5.30, escuché a mis padres moverse de un lado al otro apurados por no llegar tarde al trabajo. El dueño del taller donde trabajaban los quería allí a las 6. ¿Por qué tan temprano? Le gustaba la productividad. Y el dinero.

Me sentía mal por ellos, se esforzaban mucho en lo que hacían, y sé que les gustaba pero aún así, nunca ganaban lo suficiente para hacerle justicia a sus duros y pesados trabajos, o a su talento con las maquinas. En lo personal, yo era su mayor fan. Siempre disfruto cuando me cuentan de como solucionaron un problema que parecía imposible, o cuando me dejan ayudarlos con algo y me enseñan de eso. Quería ser como ellos, pero cada vez que se los mencionaba, me reprendían diciendo que yo podía ser mejor. A mi no me convencía.

Cuando los oí salir de la casa, fue mi turno para levantarme. Era tan temprano, no podía imaginar al resto de mis compañeros despiertos a esta hora, y aún aunque pudiera, no sería real. Ellos vivían cerca de la escuela, tenían sus propios autos o alguien los llevaba. No tenían que tomar dos autobuses como yo.

Después de ponerme los mismo pantalones que ayer (Si, me fijé si no estaban sucios y solo había una pequeña mancha que no creí tan importante), y un rápido desayuno que solo consistió en café ya estaba en al primer autobús camino a la escuela.

No habían muchas personas aún, solo una viejita con un gato blanco en la parte delantera, Una mujer con un bebe, y un guardia de seguridad con el diario descansando en su pecho subiendo y bajando al compás de sus ronquidos. Ver eso último hizo que el sueño me golpeara como un tren así que puse mi cabeza contra el frió vidrio de la ventana y cerré mis ojos unos instantes.

¿Puedes adivinar que sucedió?

Me desperté y por supuesto me había pasado la parada.

 No fue divertido. Tuve que caminar hasta la escuela, lo que me tomó más de una hora por lo que cuando llegué el primer periodo ya había terminado y las personas llenaban el pasillo dirigiéndose a sus segundas clases. Empecé a caminar hacia la mía cuando unos gritos me llamaron la atención y la de todos.

- ¡Abran paso! ¡Aquí viene el ídolo más grande de toda la escuela! - Bobby, parte del equipo de fútbol americano de la escuela gritaba con una sonrisa burlona en su cara. Atrás Dakota arrastraba Jason con un brazo en sus hombros, el resto de la pandilla siguiéndolos. - ¡Jason Grace, amigos! El chico que conquisto a la preciada reina McLean. - Bobby se dio vuelta y miró al rubio con curiosidad. -  Espera ¿Esto te hace el rey? 

Todos sus amigos rieron junto a él, por su parte Jason negó con la cabeza todo ruborizado.

- Ya, ya. - Miró a las personas que no dejaban de mirarlos. - Vayan a clases, chicos.

El tema Jason-Piper había sido comentado desde aquella fiesta donde ambos habían desaparecido. Los rumores de su "noviazgo" o lo que sea, no se habían hecho esperar. Ahora era oficial, dos de las personas más reconocidas en la escuela estaban juntos y todo el mundo quería saber los jugosos detalles. ¿Por qué les interesaba tanto la vida de ellos? ¿Es que no tenían sus propias cosas de las que ocuparse? Y en lo personal, creía que esa relación era demasiado cliché y repentina. Los populares eran raros. Y sus vidas parecían muy sencillas. Ha habido más de una vez en las que yo quise eso.

Era imposible. No era atlético como Jason, ni ricachón, ni tampoco tenía padres con trabajos super impresionantes. Era solo yo, y eso no me gustaba aunque lo supiera ocultar bien. Era un extra, otra cara en el mundo liderado por populares, otro número más. Nunca nada más. Nunca importante.

Bobby volvió la vista enfrente y se encontró con Percy que parecía buscar a alguien o algo.

- ¡Jackson! ¿Por qué no aprendes un poco de nuestro capitán? - Tomó a Jason de su remera y lo tiró hacia delante poniéndolo en frente así Percy lo veía. Este último solo los miró con confusión.

- ¿Qué se supone que debería aprender de SU capitán?

- Oh bueno, varias cosas. - Dakota empezó a regodearse de los éxitos de Jason. - Primero, a conseguir a una buena chica, ¿Si es que entiendes a lo que me refiero con buena? - Percy frunció el ceño, Jason parecía querer desaparecer. No lo culpaba, no después de su pequeño enfrentamiento en la biblioteca cuando Brunner nos dejó encerrados. - Y segundo, deberías aprender a ser un verdadero y buen capitán.

Ouch, golpe bajo.

- Espera, Dakota. - Micheal por atrás habló. - Percy ya no es más el capitán del equipo de natación. El entrenador lo expulsó ayer.

Todos en el pasillo empezaron a murmurar. Percy frunció sus puños.

- Oh, vamos Percy. No puedes golpearnos. Hay un partido el fin de semana y el director no estará nada feliz si no podemos jugar.

Percy miró más allá de ellos, Annabeth Chase estaba al final del pasillo con sus libros en sus brazos y los ojos puestos en su reacción. Piper entró con sus porristas por donde Percy estaba, y al verla, Bobby gritó:

- ¡Piper! ¡Ven aquí! - Él la llamó. Ella se encaminó hacia a Jason y los demás con sus amigas siguiéndola, ellas miraban toda la escena con curiosidad, probablemente grabando todo en sus mentes de chismosas para hablar de lo ocurrido más tarde. 

- ¿Qué sucede? - Piper le preguntó.

- Solo estamos hablando de cómo Percy ya no es más capitán de los pecesitos. Ya no es tan importante. ¿No es una lastima?

Piper levantó las cejas y sonrió.

- Bueno al menos él fue capitán de algo. ¿Puedes decir lo mismo tu, Bobby? - Dijo con burla. Todos en el pasillo rieron. A Bobby no le pareció tan divertido.

Piper mojó sus labios, miró a Jason y tomó su mano. Ambos se fueron de la gran función que acababa de ocurrir. Dejando a las personas con mucho que hablar.

Que mundo. ¿El nuestro?


¡Gracias por los 13K!

¡Ustedes lo pidieron y aquí lo tienen! Nuestro querido Leo y un poco de su historia. Ya saben que viene en el próximo ¿Verdad? ((((((((((((Percabeth)))))))))))))

¡Diganme que les pareció el capítulo! 

All the love kids.

#Leo

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