Capítulo 16
Caminaba junto a Adara mientras hablábamos hasta llegar al centro comercial, una vez entramos Adara quiso ir a ver la ropa que estaba de moda, por lo que no tuve otra opción que ir con ella. Aunque ir de compras no era mi pasión.
Terminó comprándose una blusa con algo de escote, algo que para mi gusto era demasiado revelador pero decidí no opinar. Al salir, pasamos por una tienda de electrónica donde salieron algunas fotos de una famosa actriz seguida de sus guardaespaldas.
–Deben de estar muy en forma para ser guardaespaldas, ¿no? –comentó Adara al ver el vídeo.
–Desde luego. No debe ser fácil ser guardaespaldas.
Estuve pensando en si revelarle a Adara quién era realmente, tanto que fui Ewan como mi verdadero trabajo y que no fue una casualidad conocernos en el internado. Al igual que contárselo a mis amigos. Pensé detenidamente en los pros y en las contras de decirlo cuando noté el rostro de Adara muy cerca del mío.
–¡Ah! –grité dando un paso hacia atrás, sorprendiendo a Adara y a varios transeúntes que pasaban.
–¿Estás bien? Te has vuelto a quedar pensativa. ¿Qué tanto piensas? –me preguntó curiosa mientras me veía fijamente.
–Nada, estoy bien. –le respondí con una falsa sonrisa, que por suerte creyó.
–Vayamos a comer algo, me muero de hambre. –dijo mirándome detenidamente como si estuviera analizándome.
Buscamos una cafetería por el centro comercial hasta que encontramos una, fui a sentarme en una mesa para las dos mientras Adara hacía cola para pedir nuestra comida. Estuve mirando la decoración del local cuando mi móvil comenzó a sonar, al ver quién era sonreí y acepté la llamada.
–¡Eve! –gritó Emile desde el otro lado de la línea.
–Que bueno escucharte, Emi.
–Sino te llamo yo te olvidas de mí, ¿eh? –dijo enfadada aunque su voz delataba que era en broma.
–Sabes que no es así. ¿Qué tal te va?
–Bastante bien. La agencia no es lo mismo sin ti, todos te echan de menos. –sonreí al escucharlo. –¿Qué tal te va con tu caso?
–Bueno, podría decirse que han pasado muchas cosas.
Le conté a Emile todo lo que había ocurrido durante mi estancia en el internado omitiendo la parte donde fui a ver a mi hermana a la edad media, y lo de la bomba comenté que había sido en la casa de los Zarco. Estuvimos hablando hasta que llegamos a un tema importante.
–¿Y ahora qué estás haciendo?
–Pues... –me debatí en si contárselo o no, pero al final lo hice. –En una cita con Adara.
–No sabía que te gustaba. –dijo con voz pícara, y me arriesgaría a apostar que estaba sonriendo.
–No es lo que piensas, sí que es atractiva pero no sabría decir si me gusta. Además, es mi protegida.
–Vamos, si estás en una cita con ella es por que algo sientes. Además, es algo que puede pasar. ¿Entonces no te gusta?
–No, no me gusta. No insistas.
–Está bien, como tu digas. –dijo Emile con desdén haciendo que me molestara. –Bueno, te dejo. Te quiero.
–Yo también te quiero. –colgué la llamada.
Con todo lo que estaba pasando no estaría bien iniciar una relación con Adara, quién además era mi protegida. Añadiendo todo lo que le estaba ocultando, tendría que hablar con Luna y Fred, a quiénes había enviado las capturas del móvil de Nathan como pruebas de su traición. Esperaba que con eso sonsacaran más información a Axel.
Adara llegó a la mesa con las bandejas pero parecía diferente, la noté más molesta y no sabía el porqué. Le intenté preguntar pero me respondía de manera cortante, y simplemente se dedicó a comer mientras miraba el móvil, ignorándome por completo.
–¿Todo bien? –pregunté con cautela. Adara me miró por un segundo antes de dirigir su mirada al móvil.
–Sí, ¿Por qué no lo estaría?
Después de almorzar, decidimos ir a ver una película de acción. Nos sentamos en la antepenúltima fila y esperamos a que la película comenzara. La trama de la película era de un apuesto guardaespaldas que estaba de incógnito en una empresa con el fin de proteger a su CEO, la película acabó con el guardaespaldas muerto al interponerse entre la bala que disparó el villano a la CEO.
Algo en esa película me hizo recordar mi trabajo, sólo esperaba que en mi caso no terminase todo tan trágico. Estaba mirando los créditos finales cuando dirigí mi mirada a Adara, quién estaba llorando, al parecer el final de esa película le emocionó más de lo que pensé.
–¿Qué te apetece hacer? –pregunté mientras salíamos del cine. Adara por su parte siguió ignorándome, algo que me cansó y le cogí la mano para girarla y así que me viera a la cara. –¿Hay algo mal? Si he hecho algo mal, dímelo. Pensé que estábamos pasando un buen día.
Noté como la expresión de Adara cambió de una molesta a una apenada, se separó de mi suavemente y parecía debatirse entre contármelo o no. Por mi parte no insistí para no agobiarla más, lo último que quería era que se cerrara en sí misma.
–¿A quién le dijiste "te quiero"? –me preguntó casi en un susurró.
Por unos segundos me quedé en silencio pensando a quién le había dicho yo aquello, hasta que mi cerebro pareció reaccionar recordándome la conversación que tuve con Emile. Cabía la posibilidad de que Adara hubiera escuchado esa parte de la llamada, y la hubiera malinterpretado.
–Se lo dije a mi mejor amiga. –le respondí con seguridad en mi voz, y ella me miró fijamente con un destello de esperanza en su mirada. –Está estudiando en el extranjero y la echo de menos. Nos conocemos desde primaria, así que somos muy unidas, ella es como una hermana para mí.
–Lo siento. –susurró sonando bastante arrepentida, e intercalaba miradas entre el suelo y yo. –Malinterpreté la situación.
–Lo hiciste. –sonreí divertida y ella igual. –Ahora, dejemos el drama y continuemos. Todavía quiero hacer cosas.
Decidimos ir al cine para terminar el día, la película era sobre superhéroes, un género que le encantaba a Adara y eso me sorprendió, no pensaba que a una chica como ella le gustaran esas cosas. A mitad de la película, noté como mi móvil vibró en el bolsillo, sin molestar a las demás personas lo saqué para leer el mensaje que Fred me había enviado.
"Freddy: Hemos rastreado el móvil de Rois y está cerca de donde estás. Ten cuidado. Axel nos ha confesado que Nathan trabaja para Rois, ten cuidado con él. Nosotros estaremos pendientes."
Leer aquello hizo que no me concentrara en la película, después de esto debíamos ir cuanto antes a su casa. En la escena más emocionante de toda la película, cuando todos los superhéroes trabajaron juntos para derrotar al villano, Adara me agarró del brazo mientras sonreía.
Al verla, pensé en que debería velar más por su seguridad que hacer mis caprichos realidad, debería de guardar estos sentimientos que estaba teniendo en lo más profundo de mí.
–Los sentimientos te hacen débil. –recordé las palabras de Jason que me dijo un día.
El público empezó a aplaudir cuando salieron los créditos finales con los nombres de cada actor. Salimos de la sala con el resto de personas mientras Adara me comentaba emocionada la película y me daba su opinión sobre teorías que tenía para la secuela que iba a haber dentro de unos años.
Estaba anocheciendo, por lo que decidimos ir a una estación para ir en autobús hasta la parada más cercana a la casa de Adara. La calle por la que íbamos estaba vacía, sólo ella y yo éramos las que andábamos por ella, algo que me inquietó fue la extraña sensación de que alguien nos estaba siguiendo.
Y mis sospechas se hicieron realidad cuando por el retrovisor de un coche vi a una figura encapuchada andando detrás de nosotras a una distancia prudencial. Adara por su parte parecía ajena a todo, y me hablaba entusiasmada de posibles teorías que podrían suceder hasta que se calló al notar mi extraño comportamiento.
–¿Todo bien, Eve? –me preguntó preocupada.
Pensé en decirle lo que ocurría pero eso la alteraría y no querría que eso pasara. Pero mis planes fueron descartados cuando aquella persona nos adelantó corriendo y poniéndose delante de nosotras mientras sacaba un cuchillo.
–Por fin os tengo. –dijo una voz que reconocía perfectamente.
–Rois. –pronuncié de forma seria, y él se quitó la capucha.
Adara por su parte se abrazó a mi brazo mientras la movía detrás de mí, como su guardaespaldas era mi deber protegerla de todo tipo de daño físico. Rois nos miró con una sonrisa e intercaló miradas entre las dos. Sin que lo notara, apreté cuatro veces el botón de encendido del móvil mandándole por código morse mi situación a Fred y Luna para que intervinieran.
–Acabaré con Adara, y sus padres me darán lo que nos pertenece.
–¿A qué te refieres? –pregunté antes de que la chica lo hiciera.
–Sus padres y los míos fueron socios en una empresa, la cuál desafortunadamente ya no existe. Cuando mis padres quisieron retirarse del negocio pidieron su parte al señor Zarco, pero él se negó. Por culpa de eso, mis padres se quedaron con muchas deudas que pagar. –explicó Rois con rabia, y fruncí el ceño mientras le escuchaba. –Lo peor, es que a mi madre le detectaron cáncer.
–No puedes culpar a su familia por la enfermedad de tu madre.
–¡Claro que puedo! Sí el señor Zarco les hubiera dado el dinero que merecían, mi madre hubiera podido pagar el tratamiento. –recriminó Rois mirando fijamente a Adara, quién tenía lágrimas en la cara. –¡Mi madre está muerta por su culpa! Así que es hora de que ellos paguen con la misma moneda. Muerte por muerte. Suena bien, ¿no?
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