Capítulo 15

Me encontraba en la casa de la familia Zarco mientras me recuperaba, quería haberme negado pero tanto Anne, Henry y especialmente Adara fueron muy insistentes para que me quedara, hasta que acepté.

Estuve en contacto con Luna y Fred pero por ahora no sabían nada de Rois ni de su misterioso ayudante, ya que Axel se negaba a dar información al respecto.

Por mi parte, cada vez estaba mejor y podía moverme más ágilmente, mis amigos me visitaban constantemente aunque noté que Nathan estaba algo raro, estaba más distante y menos hablador con nosotros y ninguno parecía saber el por que.

–Tal vez tu accidente le dejó preocupado. –opinó Diana sin saber realmente qué le ocurría a nuestro amigo.

Anne y Henry sacaron a Adara del internado, no era seguro para ella estar allí sin mi vigilancia, ella no se opuso ya que al parecer así podía pasar más tiempo conmigo. Una noche, todos mis amigos vinieron a casa de los Zarco para pasar la noche juntos viendo una película, comiendo pizzas y jugando a juegos. Ahora mismo estábamos con un juego de botella donde apostabas siete minutos encerrada en el armario con alguien o hacer un reto.

–Bien. Te toca girar la botella, Ada. –le dijo Diana a su amiga mirándola con una sonrisa.

Estábamos todos sentados en el suelo del comedor haciendo un círculo quedando de la siguiente forma; Dylan, Diana, Nathan, Adara, Jason, Brooke y yo. Adara giró la botella y cuando se paró en mí tuvimos varias reacciones bastante interesantes. Dylan, Jason y Diana nos miraban con sonrisas, Nathan nos veía aburrido y Brooke parecía algo enfadada.

–Así que dinos Adara, ¿Qué eliges para Evelyn? –preguntó Dylan con diversión. –Siete minutos con ella en el armario o un reto.

Todas las miradas se dirigieron a ella, quién parecía que se lo estaba pensando detenidamente, al final me miró y sonrió. La verdad es que pasar siete minutos en un armario con ella me hacía ponerme nerviosa, por otro lado, hacer un reto tampoco me llamaba mucho la atención.

–Siete minutos. –dijo tras unos minutos en silencio.

–Perfecto. –murmuró Diana mientras dirigía su mirada en mí. –Ya sabes lo que te toca, Evelyn.

–¿No pueden hacer otra cosa? –masculló Brooke algo molesta viendo como ambas nos levantábamos.

–¡Viva las novias! –gritó Jason haciendo que Adara y yo nos sonrojáramos.

Ambas entramos en el armario que había en la cocina, que por suerte era bastante amplio para no estar agobiadas por estar allí. Estuvimos unos minutos en silencio, algo que me dio para pensar en si sería buena idea contarle a Adara quién era en realidad. Sé que debía mantenerlo en secreto, pero si la cosa empeora no me gustaría que se enfadara conmigo por haberle ocultado quién soy en realidad.

–¿Evelyn? –alcé la mirada hasta que en la penumbra del armario encontré la de Adara, quién me sonrió. –¿Todo bien? Pareces algo pensativa. ¿No quieres estar aquí conmigo?

–¡Claro que sí! Quiero decir...Estoy bien. –corregí rápido haciendo reír a la otra chica. –Solo pensando en unas cosas.

Adara fue ahora la que se quedó en silencio, la vi hacer varias veces alguna mueca y mirándome varias veces. Ojalá poder leer su mente para saber qué estaba pensando, aunque por su forma de comportarse era como si estuviera debatiendo en decirme algo o no.

Hasta que a los segundos habló.

–¿Te gustaría ir conmigo mañana al cine?

–Claro, seguro que a los demás les gustará el plan.

–No, me refería solas tú y yo. –repitió haciendo que me sorprendiera, y al ver mi reacción se puso nerviosa. –En plan, como una cita.

–¿Quieres tener una cita conmigo?

–Me gustaría, pero sólo si tu aceptas claro.

Me quedé en silencio observando las facciones de Adara, la verdad es que era una chica muy guapa. Aunque lo que más me gustaba de ella era su personalidad alegre pero decidida. Estuve a punto de responderle cuando Brooke abrió las puertas del armario interrumpiendo nuestro momento e intercaló miradas entre Adara y yo.

–Ya han pasado los siete minutos. He venido porque al parecer no nos oíais. –dijo Brooke mirándonos fijamente.

–No lo oímos, perdón. –me disculpé mientras salíamos del armario.

–Vayamos al salón, tenemos que seguir con el juego. Evelyn, siéntate al lado mía.

Brooke me cogió del brazo para guiarme a la otra habitación e insistiendo en que me sentara con ella. Cuando lo hice, vi a Adara sentarse junto a Diana, quién la miró confundida por la expresión molesta de la morena.

Seguimos con el juego durante una hora más hasta que Nathan se tuvo que marchar, el resto decidió quedarse a dormir a modo de una fiesta de pijamas. Caminé con Adara hasta la habitación de invitados donde guardaban varias mantas para darle una a nuestros amigos, reuní todo el valor que tenía y hablé.

–Si quiero tener una cita contigo, Adara. –ella, que estaba de espaldas a mí se giró viéndome sorprendida pero con una hermosa sonrisa comenzando a formarse en sus labios.

–No sabes lo feliz que estoy. Me aseguraré de que mañana sea un día especial.

Adara cargó varias mantas pero antes de salir me dio un beso en la mejilla cerca de la comisura de mis labios, causando que mi cara comenzara a calentarse y que Adara riera divertida. Me quedé sola en la habitación procesando lo que acababa de pasar hasta que reaccioné y salí rumbo al salón con más mantas para mis amigos.

Después, caminé a la habitación donde me quedaría a dormir, la cual por suerte tenia baño propio. Así que curé mis heridas y me acosté en la cama para dormir.

A la mañana siguiente, me desperté al escuchar varias voces que provenian del piso de abajo, me vestí nuevamente y bajé a la cocina para encontrar a los padres de Adara y mis amigos hablando mientras desayunaban.

–Buenos días, Evelyn. –me saludó Henry con una sonrisa mientras tomaba una taza de café.

–Buenos días. –saludé a todos y me senté al lado de Diana, quién parecía comenzar a despertarse. –¿Mala noche?

–Al parecer Nathan se ha olvidado su móvil, y no paraban de llegar mensajes. –explicó mi amiga removiendo con la cuchara su taza.

–Así que nos ha costado conciliar el sueño. –terminó de explicar Dylan sentándose al lado de Diana.

–Puedo ir a dárselo yo, no tengo ningún problema. –comenté mientras untaba mantequilla en mi tostada y después ponerle algo de mermelada.

–Eso sería genial. Si hacemos algo tendríamos que avisarle de algún modo.

Brooke me dio el móvil de Nathan cuando terminamos de desayunar, me senté en mi cama para llamar al teléfono fijo de su casa y avisarles, cuando le mandaron un mensaje que llamó mi atención. En circunstancias normales lo ignoraría ya que sería romper la privacidad de mi amigo, pero el número que le mandó el mensaje llamó mi atención.

"R. Griffin: Date prisa en encontrar algún modo de asesinar a los Zarco. Sino, olvídate de nuestro trato."

¿Rois? ¿Qué hacía Rois mandándole un mensaje a Nathan?

No quería revisarle la conversación con Rois pero aquel mensaje podría cambiar todo lo que sabía sobre Nathan. Conforme leía mi miedo se iba haciendo cada vez más real. Las conversaciones que Nathan tenía con Rois hablaban sobre como Rois enviaba la bomba que Nathan había enviado al pasado gracias a las instalaciones de la Organización, y de como Nathan le indicaba a Rois todo lo que iba averiguando sobre los Zarco.

No lo dudé e hice captura de todas las conversaciones que tenía, y me las pasé a mi móvil, obviamente borrando mi conversación con Nathan para que no sospechara. Parece que fue obra del destino cuando bloqueé el móvil de Nathan, y él entró a mi habitación.

Por unos segundos me preocupé de que me hubiera visto ya que se quedó mirándome fijamente, hasta que me sonrió y se acercó a mí de manera amistosa.

–Gracias por guardar mi móvil, Eve. –dijo Nathan con una sonrisa, sentándose al lado mía y quitándome su móvil. –Anoche se me cayó y me preocupé al no tenerlo. Pero Dylan me ha llamado para avisarme de que lo tenías tú.

–Sí, iba ahora a buscarte para dártelo. –le respondí de igual forma. No quería que sospechara de mí.

Ambos nos miramos fijamente hasta que Dylan abrió la puerta de la habitación con energía haciendo que Nathan y yo pegáramos un bote en la cama, nuestro amigo nos miró con una gran sonrisa y se acercó a nosotros.

–¿Qué ocurre por aquí? Veo vuestras caras muy serias, y casi os parecéis a mis padres hablando de su divorcio. –dijo Dylan de broma haciendo que sonriéramos.

–No pasada nada. Eve me estaba dando mi móvil, ayer se me olvidó aquí y casi me da algo cuando noté que no lo tenía.

–Exacto. –apoyé a Nathan con una sonrisa. –Mejor vayamos al comedor, no sea que llamen al ejército por tardar en bajar.

Nathan y Dylan se rieron de mi broma, y los tres juntos bajamos al salón. La verdad es que no sé qué hubiera pasado si Dylan no hubiera entrado en la habitación, supongo que estaría en una guerra de miradas con Nathan, sólo espero que no sospeche que le haya revisado el móvil.

Estuvimos viendo la televisión aunque estaba pensando en lo que había leído en el móvil de mi amigo, de vez en cuando miraba a Nathan de reojo para ver qué hacía pero solo lo encontré viendo el programa con Dylan riéndose los dos.

Tal vez había leído mal o malinterpretado la conversación, o eso intenté convencerme a mí misma pero cuando miré las capturas en mi móvil más claro veía que mi amigo nos había traicionado. Lo que no sabía era como contarlo a los demás, y como ellos reaccionarían puesto que yo también les estaba mintiendo.

–Evelyn, ¿Nos arreglamos? –preguntó Adara entrando al salón, y mis amigos nos prestaron atención a ambas.

–¿Van a salir? –preguntó Nathan curioso.

–Así es. Evelyn y yo vamos a tener una cita. –respondió Adara con una gran sonrisa en su cara.

Observé las dos reacciones de mis amigos. Nathan nos veía con una sonrisa mientras que Dylan parecía estar más sorprendido e intercalaba miradas entre nosotras, intentó hablar pero sólo balbuceaba cosas incoherentes y no sabíamos qué nos quería decir.

–Ahora bajo. –avisé levantándome del sofá para ir a cambiarme de ropa.

Con todo lo de Nathan se me había olvidado mi cita con Adara. Miré en mi mochila donde había traído la ropa que tenía para ver que no tenía nada especial, tan sólo ropa del día a día, por lo que tuve que innovar.

Me vestí con unos pantalones vaqueros, unas deportivas blancas junto a una camiseta roja y una chaqueta de cuero negra. En el baño, peiné mi pelo castaño ondulado y decidí llevarlo suelto, además de que me puse un poco de pintalabios rojo, nada más por ir algo decente.

–Seguro que la conquistas. –escuché decir a Dylan desde el salón.

Cuando bajé vi que Adara llevaba una blusa blanca, una falda negra y unos botines con un poco de tacón. Llevaba su pelo en una trenza que dejaba caer por uno de sus hombros, y al verme sonrió mientras pude notar como sus mejillas se teñían de un ligero color rojo.

–Estás hermosa. –susurró Adara regalándome una sonrisa tímida.

–Gracias, tú igual. –le sonreí con amabilidad.

Jason nos echó piropos subidos de tono haciendo que nos pusiéramos nerviosas mientras los demás reían divertidos con nuestra reacciones. Ambas nos despedimos de nuestros amigos para ir al centro comercial para pasar el día juntas, sólo esperaba que aquel día todo fuera bien.

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