Capítulo 11
Nada más regresar a mi época me encontré con Fred bastante preocupado, algunos miembros de la organización se movían de un lugar a otro apurados y me entrañé ante lo que veía. Luna me pidió que la siguiera y eso hice, caminamos por los pasillos de la organización hasta llegar a una sala en la que había un cartel indicando que era privada y sólo para altos cargos. Nada más entrar me encontré con Rois algo preocupado y con mi jefe, algo que me sorprendió gratamente.
–¿Qué está pasando? –pregunté sin entender qué sucedía.
–Hemos traído a tu jefe porque no había más remedio, Evelyn. –me contó Fred intentando sonar tranquilo. –Me temo que el presunto asesino ha actuado y ha herido de gravedad al señor Zarco.
–¿Qué? –susurré sin poder creérmelo.
–Al parecer irrumpió en la casa, y antes de que pudiera hacerle daño a Adara, el señor Zarco se interpuso siendo apuñalado. –explicó Rois mirándome con una mirada indescriptible. –Ahora está en un estado de coma y no sabemos cuándo despertará.
–No tendría que haberme ido. –susurré angustiada. Después de pensar unos segundos dirigí mi mirada a mi jefe y a Fred. –¿Adara se encuentra bien?
–Está muy preocupada, pero por lo demás se encuentra bien.
–Creo que será mejor que regrese, no puedo perder más el tiempo, ella me necesita. –dije recogiendo unos informes sobre el ataque y despidiéndome de ellos.
Caminé por los pasillos de la Organización mientras me despedía de algunas personas que pasaban a mi lado, al llevar al garaje vi que habían preparado un coche para mí, sonreí y me monté en los asientos traseros al ver que sería Sebastián quien me llevara a la casa de los Zarco.
El camino hacia la mansión Zarco fue en silencio, principalmente me dediqué a contestar a los mensajes que me habían dejado mis amigos, la única que me respondió al momento fue Brooke. Al parecer ella estaba con Adara en estos momentos y le avisé de que iba en camino, algo que al parecer le alivió bastante.
–Julia. –dije al contestar a su llamada. –El señor Zarco ha...
–Lo sé. –contestó interrumpiéndome. –Su esposa me ha llamado para decirme que Adara no vendría al internado en un tiempo indeterminado. Supongo que irás a verla.
–Así es, he tenido vacaciones en otro sitio y creo que ha sido mala idea. –respondí sintiéndome culpable de lo ocurrido.
–No te culpes por lo sucedido, cielo. Jorge va a aumentar la vigilancia en el internado por aquel accidente que hubo, siguen investigando pero por ahora no han encontrado nada. Vigila bien a la familia Zarco, por mi parte ayudaré en lo que pueda desde el internado, creo que hay algo aquí que podría ayudar.
–De acuerdo. Muchas gracias, Julia. –me despedí y corté la llamada.
En cuanto me di cuenta, Sebastián había aparcado en el jardín principal de la mansión Zarco. Miré impresionada la casa pero era algo que me esperaría de unos grandes empresarios como los Zarco, se notaba que eran gente de dinero, algo que en parte me daba envidia. Bajé del coche y caminé hacia la puerta principal de la casa dónde Brooke me esperaba algo preocupada.
Al verme me dirigió una pequeña sonrisa y me abrazó con cariño, le devolví el abrazo y ambas caminamos juntas al interior dónde todos estaban en un completo silencio. Brooke me guió hacia la habitación de Adara y me empezó a contar que su madre estaba en estos momentos en el hospital para ver el seguimiento de su marido.
–Me alegro que estés aquí, Adara se va a alegrar de verte. –comentó Brooke cuando llegamos a la habitación de la chica. –Sólo quiero que sepas que ahora mismo necesita que la animen.
–Intentaré hacer todo lo que pueda. Mi jefe está buscando pruebas para ver quién ha podido ser el responsable de esto. –Brooke asintió a lo que le decía. –También tenemos que estar pendientes de Rois, le he conocido y no me da buenas vibraciones.
–¿Has conocido a Rois? –preguntó Brooke sorprendida.
–Sí, y no fue una buena presentación.
Brooke me sonrió y me dejó sola frente a la puerta de la habitación de Adara. Suspiré y con algo de valor tomé la perilla y abrí lentamente la puerta, lo primero que noté fueron algunos pañuelos en el suelo hechos una bola, lo siguiente que noté fue a Adara abrazándose a sí misma sentada en la cama. Ella alzó la mirada para verme y pude ver como sus ojos estaban rojos de tanto llorar al igual que las marcas en la mejilla de haber llorado.
–¿Eve? –susurró con la voz temblorosa.
–Adara. –susurré también, y comencé a acercarme a ella hasta sentarme a los pies de la cama. –Me he enterado de lo sucedido, lo lamento.
Estuve sentada con ella durante un buen rato, de vez en cuando me vibraba el móvil con mensajes de Brooke preguntándome por Adara, y algunos otros de Diana, Dylan y Nathan preguntándome como estaba y sobre aquellas personas que decían ser mis padres. Estuve respondiendo los mensajes hasta que Adara comenzó a hablar, bloqueé el móvil y le presté toda la atención posible.
–No sabemos cómo pudo entrar. Teníamos todas las puertas vigiladas por policías, pero entró igualmente e intentó apuñalarme. Mi padre entonces se interpuso y él...
–Adara. –susurré preocupada. Me acerqué a ella y la abracé, ella sin dudar me devolvió el abrazo y comenzó a sollozar. –Tù padre estará bien, no te preocupes. Sé que ahora suena algo imposible pero será así. Te prometo que todo esto se solucionará lo más rápido posible.
–Hablas como si tú pudieras hacer algo. –dijo riendo un poco.
–No sé si puedo hacer mucho pero haré lo imposible por mandar a la cárcel al atacante, tienes mi palabra.
Estuve acariciando la espalda de Adara mientras ella comenzaba a tranquilizarse, aproveché para observar su habitación y la verdad es que tenía buen gusto. Iba a hablar cuando escuché una respiración tranquila, y noté que Adara se había dormido en mis brazos. Sonreí y con cuidado la tumbé en su cama y tapé con la sábana para que no cogiera frio. Durante unos segundos me quedé apreciando como dormía, ahora parecía más tranquila que cuando estaba despierta con su mal carácter, sonreí y le di un rápido beso en la mejilla.
Salí de la habitación en silencio y bajé por las escaleras hasta el salón, donde Brooke estaba mirando la televisión en busca de alguna noticia interesante. Ella al verme se levantó del sofá y se acercó a mí, pude ver su intención de preguntarme por Adara pero me adelanté al responderle.
–Se ha quedado dormida. –dije con una pequeña sonrisa, y echando una rápida mirada a las escaleras. –Será mejor que descanse, eso la hará estar más relajada con todo esto.
–Me alegra escuchar eso. Su madre me ha llamado y dice que el señor Zarco está estable, pero no saben cuándo podrá despertar. En cuanto Adara esté despierta le avisaré.
–Eso será una buena noticia, seguro que la animará de cierta manera. –respondí con una pequeña sonrisa.
El móvil me vibró y pude ver que era un mensaje de Luna, al parecer habían encontrado las huellas dactilares de la persona que mandó a la Edad Media aquella extraña bomba y que fuera de inmediato a las instalaciones. Me despedí de Brooke pero antes de salir por la puerta principal sentí como ella me agarró por la muñeca.
–Sé que no es un buen momento pero...¿te gustaría ir conmigo al cine mañana? –me preguntó Brooke con las mejillas algo sonrojadas.
–No tendría ningún problema en ir. –respondí observando el extraño comportamiento de mi amiga.
¿Estaría enferma?
Me despedí de Brooke y abandoné la mansión Zarco encontrándome con Sebastián esperándome en la puerta con un coche parecido al que me había traído. Sebastián me puso un poco al corriente de lo que habían encontrado pero no sabía darme muchos detalles, a él solo le habían pedido que me fueran a recoger a la mansión y llevar a las instalaciones de la Organización.
Al cabo de una hora llegué de nuevo a las instalaciones, caminé por los pasillos siendo acompañada por unos de los guardias del lugar y me indicó el laboratorio en el que estaban, le agradecí y entré encontrándome con Fred, Luna y Jorge, al parecer Rois se había marchado y eso me tranquilizó.
–¿Qué habéis encontrado? –pregunté acercándome a ellos.
–Yo estoy sin saber qué decir, no tiene relación con lo que está pasando, ni siquiera sé como entra en la ecuación. –respondió Fred echando unas miradas a Luna.
–Decidme. –dije algo impaciente.
–Las huellas que hemos encontrado en la bomba pertenecen a Axel Davis. Creo que te sonará ese nombre. –comentó Jorge mirándome con atención.
–Es amigo de Adara, uno de los amigos de su grupo más íntimo. –susurré sorprendida. –¿Pero como consiguió una bomba? ¿Y cómo pudo mandarla a la Edad Media?
–Eso es lo que estamos averiguando, cariño. –dijo Luna algo pensativa. –Pero para saber como lo ha hecho necesitamos al chico. Tenemos que interrogarlo para saber como ha conseguido hacerlo.
–Llamaré a Julia. –hice el ademán de sacar mi móvil pero Jorge me lo impidió.
–Ya la he avisado para que retenga a Axel en su habitación.
–Y hemos mandado a algunos de nuestros agentes para que lo detengan, necesitamos saber si esto tiene relación con lo que le sucede a la familia Zarco.
–Todo esto es muy confuso. –comenté sentándome en una de las sillas que habían en la habitación. –Estoy muy confundida.
–Ya somos dos, chica. –dijo Luna imitando mi gesto. –Cada vez hay más preguntas y menos respuestas para esto.
Mientras esperaba a que trajeran a Axel decidí irme a la habitación que me habían dado para pasar las noches en las instalaciones, comencé a responder mensajes de mis amigos, quiénes me decían que unos tipos habían detenido a Axel y se lo habían llevado, me hice la loca y respondí que me explicaran todo cuando los viera.
A veces odiaba tener que mentir a mis amigos pero era algo que debía hacer al trabajar en una Organización secreta que solo el Gobierno y unos pocos sabían de su existencia. Me tumbé en la cama y comencé a pensar en Adara y en si estaría bien en estos momentos, suspiré y supe que tenía que solucionar todo este problema lo antes posible.
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