7 | Brutalidad: La cruda realidad.

Advertencia:
si eres sensible
no leas esta parte.

Hablándole a la luna de ti.

La crueldad de la sociedad es una brutalidad, algo que debería de terminar de una vez. Dudo que alguna vez suceda, en tiempos tan crudos.

Mis ojos captaron lo que yo no hubiese deseado ver jamás.

Su espalda cayendo contra la pared del bar, mientras que el dichoso líquido rojo, llamado sangre, caía por el costado de su boca. Un elegante saco blanco era manchado por pequeñas gotas que caían desde la mandíbula.

Dejame ponerte en contexto mi bella dama.

Un jovencito de tez blanca, se adentraba al bar causando curiosidad en los consumidores. No por su elegante traje. Si no que, por su manera de moverse, de hablar, de reclamar su pedido. Yo jamás juzgaria a nadie, pero su andar hasta la mesa me pareció muy femenino, tenía esos aires de ser así. Levantaba sus cejas y modulaba con exageración, sus manos se movían con delicadeza y para tomar su té, levantaba el meñique, mostrando educación.

"Miren quien nos trajo el viento..."

"Un manfloro en un bar"

"¿Que pasó maricon? ¿Te suspendieron la hora del té?"

Eso es lo que llego a escuchar mi oído desde la caja registradora. Después fue todo un caos. Uno de los matones que recitó esas palabras lo agarró de la espalda y lo empujó contra la pared, provocando que el joven soltara un chillido, ganándose un duro puñetazo en el estómago.

Golpes, patadas, sangre,
dolor, rabia, angustia...

El pobre joven no hizo nada al respecto, se dejó golpear. Lo que muchos hacían para que las golpizas no fueran peores y terminarán desfigurados por completo. Tenía cara de dolor, de sufrimiento, de que esto le pasaba seguido. Yo solo quería abrazarlo, protegerlo...

No pude ver más, por que cuando quise gritar que pararán, el dueño del local me sacó diciéndome que me vaya, que no sea espectadora de todo esto. Que siga haciendo lo que hacía antes, trabajar.

Pero ahora no trabajaba tranquila, trabajaba sabiendo que unos matones golpearon a un pobre joven que sólo venía a tomar un té.

lloro, lloro y rezo por qué esto se acabe.

Eva.

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