Hablándole a la luna de ti.
La curiosidad me mataba
por dentro, mi mente quería
saber con cierto
desespero tu nombre.
Quiero darle el nombre
a mi amada y efímera contradicción.
Bajo la luz tenue y
con lápiz en mano
me imagino los
mil y un nombres
que pueden quedarte bien,
sonriendo por la idea
de que le atiné a alguno.
Amanda.
Franchesca.
Alicia.
Lydia.
Clara.
Olivia.
Paloma.
Lucía.
Ana.
Nombres tan bellos, como
tú rostro incandescente.
Espero haberle atinado a alguno.
Sino, seguiré intentando
toda la noche.
Eva.
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