•55: Pesadilla

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Suspira, con la resistencia de dolor en el pecho. Su cavidad torácica se contrae con fuerza, sabiendo que en cualquier momento no podrá continuar respirando ni de forma grata ni forzada, porque la sangre que comienza a salir de su cuerpo se vuelve inútil y desperdiciada...

En esos segundos tan eternos, la persona que pasea por su cabeza es un erizo, pero no es de un color claro, sino uno oscuro, igual de veteado que él y del cual hace tiempo había dejado de estar merodeando en sus memorias...

Recuerda con júbilo una frase que él le enseñó cuando fueron jóvenes y estuvieron juntos, y esa frase fue:

"Hemos pecado de existir y aqui estamos una vez más, arraigandonos a las personas"

Todo ello se repitió en bucle hasta que perdió el conocimiento.

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Otra vez. El sueño ha vuelto a repetirse de una forma mas y mas constante. El vetas rojas ya ni siquiera se nota exaltado o mínimamente conturbado por experimentar en su mundo onírico el recuerdo de su intento suicida. Lo único que puede sentir para el presente, es que aquello es una señal de que algo dejó inconcluso y debe intentar terminarlo.

Mira su reloj y se impresiona de la hora: 2:16am, está harto, harto de saber que no podrá conciliar el sueño otra vez, harto de que no puede tener una pastilla ahora y harto de tan siquiera tener que seguir soportando esa maldita rutina de no terminar, pero si de ese pensamiento de "pronto pasará, es solo pasajero"...

Porque no logra cambiarla, ¿Puede darse esa opción?

—Sí, eso quiero, pero, ¿Podrías hablarme si necesitas algo? No importa como, cuando, donde...si crees que tu pluma y tu muñeca no son suficientes para expresar lo que te hago en el pecho...solo háblame, ¿sí? Cuídate de esos nudos en la garganta que te impiden confesar algo: el silencio siempre termina asfixiando al corazón.

—Cuanta pinche razón sacaste en esas casi 20 palabras, ¿De dónde habrás aprendido?— Parece que aquel recuerdo le dan un júbilo nocturno, un sentir que se mezcla entre enojo y agobio por su situación.

Se acurruca con las rodillas pegadas al pecho. Solo se concentra en su respiración, es el ejercicio predilecto...《No es complicado...ya lo has hecho》Se ayuda con palabras dentro de sí mismo. pero pronto quizá en unos escasos 10 o 20 minutos, si no consigue algo volverá a sentirse un fracasado.

No quiere causar molestias, no quiere sentir que eso, lo que el cobalto le dijo hace unas horas, fue en realidad unas clásicas palabras de consuelo que cualquier ser tendría grabadas como modus operandi de "lo que hay que decir frente a personas así"

Maldita sea Sonic, ¿Todavía te estas pensando en que hacer? ¿Es en serio? —Su voz atona sí parece exagerada, Silver siempre parece encontrar la manera de sonar indignado para todo.

Yo creo que tampoco se debe tomar una decisión apresurada, además, con todo lo que nos acaba de decir...sí, sí hay cosas en contra pero también hay cosas a favor. —La opinión de Tails parece equilibrada, y más que un reproche o regaño, suena a un argumento general sin ningún tipo de inclinación.

—Les juro que me está llevando la chingada de una manera que no se imaginan...—Se lleva las manos a la cara, expresando el agobio no solo en su oración sino en toda la fachada que tiene ahora impregnada en esos orbes, sobre todo—. No necesito que me den sugerencias, en serio no lo necesito, pero si quería que supieran todo esto porque...bueno, la cosa se descontroló ligeramente ayer y no todo estuvo en mis manos.

En las de nadie, a decir verdad —complementa el chico peliamarillo, viéndose en la pantalla con la mirada baja, haciendo otras cosas en su ordenador—. No creo que Shadow estuviese dispuesto a pasar por todo aquello.

—Cielo, ya tomate estas vacaciones de invierno como eso, vacaciones, se nota que las necesitas urgente —Pega su ojo a la cámara, como si examinase muy de cerca la cara de Sonic, o al menos eso quiere representar durante la videollamada. El joven azul suelta un bostezo sin desconectarse del ordenador—. Y deja de pensar en él, ya, en serio, te está haciendo daño.

—Lo dices tan fácil Silver, es como si yo te pidiera que para mañana ya no pienses en Amy

—¡Ey, ey! Lo estoy haciendo, ya estoy superando a mi ex. —Su expresión es totalmente ufana, pareciese orgulloso desde su cámara.

—Ambos deben intentar que estos temas no sean su centro del mundo...no digo que sea sencillo, pero espero puedan encontrar actividades que les aclaren la mente y puedan decidir con paz...sobre todo a ti, Sonic. —Tails se sonríe, mirando ambas cámaras de los chicos, poniendo caras totalmente distintas: el peliblanco parece regañado y el peliazul está con una sonrisa satisfactoria.

—Oye bro, quiero hablar contigo...—No silencia el micrófono. Con las piernas cruzadas sobre la cama, aparta un poco la laptop enderanzo las orejas—. En cuanto termines, claramente.

—Eh si, Scourge, ahora voy...

¡Cielo, cielo! Ponte trucha, para lo que sea, ¿ok? No lo olvides —Sin entender aquello de su amigo albino, afirma no prestando tanta atención hasta que deja de mirar a Scourge que se pasea por la recámara buscando algo—. ¿Nos veremos mañana antes de regresar de vacaciones? ¿O es acaso que tenemos planes de los cuales no estoy enterado?

No hemos quedado en algo aún, Silver.

Sí, así es amigo, eso y que yo...bueno, mañana probablemente salga a ver a Shadow otra vez—Los ojos hacia atrás del erizo blanco son totalmente inoportunos y predecibles—; puede ser la última pero no por otra cosa sino porque nos iremos a pasar las fechas y fiestas von la familia, es de cajón entonces, no creo que podamos vernos hasta regresar de vacaciones, pero las videollamadas siempre están disponibles, ya lo saben. —El zorro sonríe y afirma desde su cámara con total gusto.

Me parece una falta de respeto a mi persona que hagas tal desplazamiento una vez mas, ignorando la amistad que te he entregado incondicionalmente y, adicional a ello, ¡que muestras prioridad sobre el chico negro que recién apenas estás estrechando vínculos con él!

Silver, tranquilo, no te pongas celoso ¿ok? —Alza una ceja, desplegando una pequeña mueca que representa ingenuidad total, sus ojos verdes tiritan de locura por lo que ha oído de su amigo—, es diferente los vínculos; y además, ¿por qué hablas así? —La carcajada del chico amarillo resuena en todos los auriculares de los chicos.

¡Porque quizás hablando como tu crush de forma tan redundante me hagas caso en lo que te digo, dah!

Eres un maldito ridículo, Silver, por eso me encantas —Ahora todos se ríen y parecen divertidos más que molestos—. Ya no te burles de él, y tengo que dejarlos, prometo que nos podemos ver la próxima semana si es que antes no vienen mis padres por mi, ¿Les parece? —Con afirmaciones y un "aja" poco convencido del ojos ámbar, la llamada finaliza con una oleada de despidos y pocas ofensas que se pierden entre tanto cruce de balbuceos.

Sonic da un respiro algo inquieto, pues el que su hermano le haya pedido una charla es de lejos inusual, ampliamente descabellado. Observa su reloj del teléfono y no notó en ningún momento que están por ser las 2:30 de la mañana. Sin ningún tipo de duda ni él ni sus amigos querían dormir, ellos querían chisme.

—¿Scourge? ¿Donde estás? —Se levanta de la cama, apaga la laptop y la aparta de su perímetro, guardandola en el cajón de su pequeño escritorio compartido que sirve como sitio de tareas.

¡Ah, hijo de puta! Así te quería agarrar, peludo... ¡¿qué le hiciste a mi chaqueta?! —Su regaño parece severo, pero tal tono elevado resonar con eco por ser el baño, y estando todo en silencio, son la respuesta correcta a lo que busca.

El gato pardo huye despavorido hacia la almohada. Sonic lo toma en el aire cuando pega otro brinco queriendo subir a la parte alta del ropero, tranquilizandolo con su tacto y acomodo sobre su regazo melón.

—Esa madre a la que llamas mascota se acaba de comer el cuello de mi chamarra, nada mas deja que se descuide y lo voy a sacar a la calle. —Le señala con amenaza, viendo el mayor como lo mima en sus brazos, cabreado.

—Sabe que le traes rencor y por eso lo hace, ya no le grites que lo asustas ~ —Le canturrea, cerca de sus orejas. Con su dedos índice da masajes circulares en la cabeza del mínimo hasta que se deja ir en el filo de la cama—. Mejor dime qué querías decirme.

—Ah sí, eso...bueno, encontré una bolsa llena de medicamentos en la mesa, ¿Son tuyos? ¿O es acaso de que un momento a otro te volviste traficante de tachas? —Sarcastico, hace comillas con sus dedos, denotando la ironía de saber que no es ninguna de sus preguntas la verdadera respuesta.

—¡Obviamente no! son...son de Shadow, no son míos —Viajando en sus memorias, su semblante cambia, queriendo estar serio tras las insinuaciones que pueden brotar—. Le dije que se los guardaría y bueno también su madre me los dio por si los llegase a necesitar, es todo. —Anodino, quiere evitar una charla incómoda.

Pero con Scourge eso para nada es viable.

—Ahhh mira, así que te volviste su farmacia o como está ese asunto...¿no me lo quieres contar? —Su tono hostil no se disimula, y tampoco su interés por dejarlo pasar.

El verdoso se acerca al menor, queriendo sentarse a su lado. El gato pega un salto fuera del lugar sintiendo el peligro y, sin ninguna acción de escape, Sonic no le queda de otra que intentar hablar con su hermano, en un tono que dejó de ser de opuestos, de roces y desfavorable porque pasó a ser de abertura y confianza de auténtica hermandad.

—Shadow no está bien, Scourge, él está...no me gusta usar la palabra enfermo pero, no estará bien por un tiempo hasta que no encuentre el modo de recibir la ayuda que necesita y también de...¿Sabes? —Usando sus manos, entra en conflicto intentando expresarse con él—. Mira, como sea...él aveces necesita estos medicamentos para relajarse, para intentar dormir, para no estar de mal humor y tal...

—Sonic, es más fácil hacernos las víctimas que admitir que somos victimarios.

—...¿En verdad crees que es así? —Mirándole de reojo, no concibe la postura de su mayor y la contestación tan frívola que le ha dado—. ¿Tú crees que es fácil para él tener que actuar y soportar por lo que pasa como si fingiera? —Señalándose, en el fondo, siente no solo el rechazo hacia su semejante vetas rojas, sino a él mismo.

Porque él conoce el sentir de la cuerda bajo de tu cuello.

—Creo que soy un ignorante de la situación, ¿y sabes por qué? Porque yo no veo lo que soporta, no entiendo por lo que pasa. Cuando iniciaste con tus ataques de pánico recien ingresaste a la carrera, te me hacías un ridículo exagerado, ¿Cómo vas a tener un miedo irracional de la nada? ¿Por qué deberías llorar sin ningún tipo de razón? Te confieso que me sigue pareciendo increíble por lo que padeces, y no lo entiendo —Haciendo una pausa, extiendo su mano hasta el buró y toma el refresco abierto que reposaba en la madera. Da un trago denso de la lata y, para mostrar frescura, un monosílabo sale al quitarla de sus labios—. Y sé, ahora, que no tengo que tampoco entenderlo para ayudarte, o el verme menos "insistente" en el tema contigo me aísla de fricciones innecesarias con mi pensamiento porque...porque quizás no lo comprenda hasta que lo viva, y así será siempre con todas las personas.

—...Igual jamás te desearía algo así. Como Shadow jamás desearía sentirme como él —Dando vueltas en la cama, escapa de estar sentado, parece darle la espalda a Scourge—. Como sea...yo creo por lo que pasa, y sé o entiendo un poco el cómo se siente por eso yo no juzgo nada de lo que hace o dice de pronto.

—No te puedo contradecir en eso, pero dime, ¿Ello justifica lo que hace y que recae en ti? —Sin mirarle directamente, Sonic no quiere hacer contacto visual porque se siente aun en un bucle de cuestionamientos que también se ha hecho así mismo—. ¿Soportar a alguien con dificultades por el amor que dices sentir, es lo que te mantendrá con él por sobre todas las cosas?

—No se trata de soportar sino de ayudar y quizá...¿Tolerar?

—¿Y lo vez justo para ti? ¿Eso es lo que tú quieres, bro? —Hay un énfasis extraño y surreal en el chico verde. No puede presumirse de su inteligencia escolar, pero al menos parecía tener una noción más viva y despierta de amor propio y consentimiento. —. El amor no lo vas a encontrar en alguien más, lo vas a encontrar en ti mismo primero, y si estás priorizando a alguien más, ¿cómo buscarás priorizarte a ti mismo?

Sonic está desconcertado, no es una persona de la que haya presumido ser el centro de atención de otra, pero tampoco había pasado por tal estrés emocional y desplazamiento psicológico a causa de alguien. Era estar entre la espada y la pared, entre él y otra persona.

No quiere contestar, pues el nudo de su garganta se intensificó de forma repentina. Lo que resulta curioso para ser casi las 3:00 de la mañana es que, el timbre de su celular le salvan.

El hermano mayor es el primero en notarlo, pues tiene allí, a un lado de la cama el aparato, pero el joven azul es rápido y atlético por decidir lanzarse sobre el colchón para evitar que su sangre le haga pasar otro mal rato. Ni si quiera se tomó el gusto de ver quien llama, solo decide contestar bajo la presión de que Scourge sea impertinente.

—¿Hola? ¿Sí? —La típica confianza se desliza sobre sus interrogantes, no parece temeroso ni cohibido de pronto.

No pensé que fueras a tomar la llamada...en serio me siento muy avergonzado de hacer esto...—Reconociendo la voz, Sonic se sienta sobre la tabla de su escritorio y mira perdido un punto fijo de la habitación para expresar con dulzura.

—Oye no, no, ¿Como crees? Sé que ya es algo tarde pero estoy despierto y bueno...no pasa nada, te dije que si necesitabas algo me llamaras y me da...me gusta saber que en verdad tomaste mis palabras enserio. —Esbosa un sonrisa tonta sin fijarse en la compañía verdosa que sigue en la habitación. A diferencia de él, Scourge no parece sentirse contento de la interrupción.

—No me lo digas...me hace sentir mucho peor que digas eso. —El ruido de la llamada da tensión a oír ahora su voz quebrada y baja—. No sé ya qué decirte...quizás me equivoqué creyendo que esto era una buena idea.

Es una buena idea, Shadow, lo es. ¿No puedes dormir? —Ahora se reacomoda mejor en la cubierta y, tras haber dicho su nombre en voz alta, el erizo verde hace un corte de manga indignado en forma de despedido para irse a su lado de la cama, intentado ignorar la charla—. ¿Te gustaría decirme lo que pasa? Lo que sientes...cualquier cosa.

No sé qué es lo que siento...no lo entiendo, ni siquiera puedo escribirlo para darle un significado, no sé qué palabra entra en esto...ni siquiera sé si podría ser un sentimiento....—No deja de prestar atención, pero si decide recostarse en la madera de su escritorio, aprovechando que está libre—. Tampoco sé por qué no he dejado de soñar con lo mismo...es como si necesitara terminarlo para creer que esto es lo mejor.

—No le tengas miedo a sentir, Shadow, solo hazlo: siéntelo, no pasa nada, todo estará bien...no le encuentres una explicación lógica cuando no la tiene y eso está bien, no olvides esa frase: no peques de saberlo todo, porque nadie lo sabe todo, y tú tampoco, y eso está bien. —La luz de la habitación se apaga. El chico azul queda a oscuras y se alza sobre la cubierta como si quisiera aniquilar con sus ojos a su hermano por aquel gesto descortés—. ¿Qué es lo que sueñas repetidamente? ¿Me lo quieres contar?

Si supieses...no te quiero agobiar con ello, es horrible, y es horrible el que sepas el significado también, no sé qué es lo que podrías pensar de si te lo contara.

Yo jamás pensaría mal de ti, no está en mi cerebro el juzgar ya a las personas solo por cosas tan específicas, créeme, lo entiendo muy bien y...si a ti te hará bien el que lo digas, hazlo, siente que soy tu hoja de papel con oídos, no diré nada, lo digo en serio. —Ha sido una invitación gratificante. Shadow deja escapar una queja y un olisqueo, parece contenerse en llorar, pero tampoco puede seguir resistiendolo por mucho.

El silencio le empieza ha asfixiar el corazón

...N-No dejo de...d-de soñar con mis intentos de suicidio. Esa...e-esa sensación de-de falta de aire tras intentar ahorcarme...la vis-vista nublada y el mareo co-n mi sangre en el suelo tr-tras cortarme...la llegada de Mephiles tras en-encontrarme en ambas oca-ocasiones...—Los chillidos y exhalaciones forzadas que le interrumpen son clásicas de querer sacarlo todo sin poder conseguirlo por su lentitud al habla—. Todo se mezcla e-en una so-sola pesadilla y...no sé, ¡No sé! No sé po-por qué tengo que s-seguir soportando ese popurrí e-en las noches...como si de verdad...de-de verdad valiese la pena intentarlo...

Como fuese, él sigue hablando con el veteado, en un tono bajo porque también entiende el horario, pero no siente peso de ello...solo siente las mejillas húmedas, los ojos irritados, el apretón de su pecho empatizando con la anécdota y todo lo que continúan no solo oyendo sus oídos, sino sintiendo el corazón y arrugando su alma. Ya habían pasado unos cielos en los que no sentía ese helar de una pesadilla...una autentica y real vivencia.

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