•49: Ayuda ensordecida
Hay una ligera iluminación lastimando sus ojos. Poco a poco logra reaccionar; viaja entre sus sueños ridículos hacia el amanecer que le llega sin ningún tipo de tacto. En cuanto recuerda y sabe en donde se haya, busca con la mirada en la cama a Shadow y no, él no está allí, ¿A donde se habrá marchado?
Gira en el sillón cayendo con un golpe soso sobre la alfombra de pésimo gusto que se encuentra en la habitación. Patea ya con bastante molestia la sábana y se pone de pie con su clásica torpeza. Hay una molesta jaqueca y hueco en su estómago, sabe que la última noche de fiesta fue de las peores y esta, fuera de esos dramas e interrupciones perjudiciales, no estuvo tan mal.
La cama está semi tendida, las almohadas aún están desordenadas y la colcha no está acomodada. Ve dos teléfonos en el mueble y sabe entonces que no es tarde para saludar a un chico vetas rojas del cual siente tensión por saber cómo amaneció.
No, por supuesto que no durmió con él en la misma cama. Dentro suyo hubiera anhelado simplemente sentir su pelaje rozar en ocasiones con el de él, pero ni sus pensamientos más perversos le hicieron doblegar a entender que esa noche no era la indicada, y no si estuvo oyendo como lloró por otra hora antes de que lograra conciliar el sueño. Como fuese, Sonic no es un tonto, o un ridículo que no comprenda las circunstancias: sabe que lo de ayer es serio, y que, pese a iniciar un nuevo día, sus malestares y pensamientos del vetas rojas no se reinician o desaparecen así porque así.
Camina descalzo hacia el pasillo, abre la puerta y ve la hilera de habitaciones intercaladas, una en una. El hotel parece muerto, pero no ve o escucha señales importantes. Cierra y esta vez el cobalto opta por inspeccionar el baño...no culmina su labor de entrar cuando oye un tremendo chorro de agua ser apaciguado lentamente por segundos, ¡Eureka! Se siente tranquilo de saber que aún está con él.
No pasan muchos minutos para verle salir. Su apariencia es más fresca sin duda, y de ningún modo sale sin su ropa que ya portaba desde ayer, solo que, la chaqueta viene por encima, sin ningún tipo de playera por debajo, notandose aún húmedo su pelaje blanquecino del pecho.
—Hola, pensé que seguirías dormido.
—No, no, en realidad creo que he dormido bien, ¿Tú qué tal, Shadow? —Dando una ligera pausa, su sonrisa es entusiasta para terminar por complementar—. ¿Dormiste...bien? Te dejé la cama porque...eh...
—¿No dormiste en la cama conmigo? —Su cuestión parece sorpresiva, le mira esperando una respuesta pronta sin dejar de secarse aún las púas de su cabeza. Sonic únicamente niega rápidamente con la cabeza—. Vaya...juro recordar que estabas conmigo en la cama antes de que me quedara dormido.
—Lo hice pero en cuanto lograste quedarte dormido yo me fui para el sillón —Señalando el dichoso, prosigue mirándole hasta sentarse en el filo del colchón—, yo no...no sentí adecuado quedarme contigo allí...no crei fuera correcto. Además, en el sillón podía ver si...¡bueno! Si me hablabas o-o necesitas algo, si te movías...
No recibe alguna réplica a su explicación. Shadow se nota ligeramente transido, como si definitivamente no tuviese ya palabras adecuados que dirigirle a su compañía azul.
Continuando con su secado, en cuanto cree lo ha hecho suficiente, empieza a manipular la toalla con pequeños y grandes apachurrones, como si liberarse tensión de lo que piensa hasta que, dando un suspiro, observa a Sonic y habla con un bochorno sobre su frente:
—...Siento mucho que me vieras así —refriega su rostro con la claridez de esa tela; deposita esta en una silla ubicada fuera de la pared del baño y prosigue—. Yo...me sentí tan vulnerable, aún me siento así. No espero que lo comprendas pero me...me causa mucho conflicto personal saber que me viste llorar y desboronarme tan...así.
—Oye, tu también me has visto llorar, ¿Recuerdas? Cuando...cuando me ayudaste con el autorretrato y me...me dijiste unas palabras muy bonitas~ —Su canturreo denota confianza, como si quisiera motivarle. Con su mano derecha golpea la superficie de la cama queriendo que se siente a su lado y de mientras Shadow se lo piensa, Sonic prosigue—.Todos somos frágiles, nadie es irrompible. Y tú tampoco debes de...mantener esa fachada y postura rígida de siempre cuando es comprensible que no siempre pueda mantenerse así: somos seres de carne y hueso, y también salimos lastimados ante nuestras propias batallas, física y mentalmente.
Guarda sus palabras, escucha su propio silencio rebotado en aquella oración que el erizo azul le regala con una expresión satisfactoria en la boca. En cuanto pareciese que su corazón se reactiva con aquella dosis de frases, deja caerse a un lado de Sonic quién con bastante timidez da dos saltitos para repegarse aún más a él. Se lo está pensando mucho, sus movimientos son tan calculados...
—No tengo manera de agradecerte todo lo que estás haciendo por mí —Él no se lo piensa tanto: con sumo ímpetu Shadow toma la mano de Sonic y la aprieta con confianza, sintiendo en el aire una conexión bastante especial parecida a aquel día que lo visitó en el hospital—. Lo que me dices, lo que has hecho...el haberme traído aquí, el que me siguieses y no me dejases, aunque no lo creas estás haciendo mucho por mí, y por supuesto que lo estoy valorando como no te puedes imaginar.
—Yo...me da gusto, ¡Lo digo en serio! Pero...pero por favor —Baja el tono de voz conforme piensa dos veces en lo que va a decir. No aparta su vista de la del carmín y sosteniendo con su otra mano el agarre que tiene sobre de él, prosigue—. Has un esfuerzo por tomar y sentir mis palabras. Y no...no dudes nunca de ellas, tampoco de las tuyas, ¡Tú me has dicho cosas que me han ayudado! Y sé que te pueden ayudar a ti...vamos, Shadow, no son frases y palabras vacías, yo sé qué lo sabes solo...sientelas un poco más...has el esfuerzo.
Sus ojos se vuelven acuosos y los del vetas rojas igual. Oír aquello con el rostro nostálgico y la voz dramática le invitan a tener una nueva inflexión hacia él, hacia su psique.
A de verdad comenzar a tomar enserio palabras de expertos y sobre todo las suyas, aquellas líricas que tanto talló sobre hojas que son un grito de auxilio y que, fueron a su vez ensordecidas por él mismo.
Bajan juntos del autobús. Se notan más atentos entre sí, ligeramente cómodos. La idea es simple: tomar unas cuantas cosas para que Shadow pueda ir y pasar como mínimo una semana con el cobalto, quizá y puedan dar una vuelta a algún parque o visitar un museo, son de ese tipo de gustos, hasta se sentirían felices de ir y comprar u hojear textos a la librería más grande que conozcan. Cualquier opción viene genial.
No cruzan unas cuantos lotes sobre su calle cuando la vista de Shadow percibe ese auto descapotable, aquel transporte de pintura blanca le producen náuseas, unas nerviosas que antes eran vistas como una bilis enervante que no contenía más sí la ve transformarse en muchos y tan complicados sentimientos...
Sonic también lo ve, ve el automóvil y voltea a ver a Shadow que, poco a poco baja su velocidad y se detiene subiendo a la acera, ocultándose en la jardinera de algún vecino.
—Vayámonos y volvamos más tarde, se aburrirá de esperar. —Seguro de esa sugerencia, Sonic no parece convencido.
—Shadow, no creo que debas seguir con esto. Yo sé que has querido hacer que te dejen en paz pero quizás no lo has hecho de la mejor manera. —Parece un regaño, uno que definitivamente al vetas rojas no le cae bien para el momento.
—Por favor no me hables de esto como si supieras del tema, ¡Estoy harto! No les voy a regalar más de mi saliva cuando no lo comprenden.
—...¿Y si me esperas en el restaurante? —Su actitud es camaleónica como la sugerencia. De pronto parece tener a otro erizo frente a él, tanto que su sorpresa se palpa en sus ojos carmín—. Si no quieres hablar con ellos está bien. Lo entiendo, créeme, estás harto, estas cansado de darle explicaciones a gente que no oye...solo déjamelo a mí.
—Ey, no, ¡No! Detente —Jala de su hombro con susto, sospechoso de que cometa una tontería—. No voy a dejar que resuelvas esto, es mi asunto. Además, yo te dije que...
—¿Que no me adjudicara tus problemas como si fueran míos? Basta ya, Shadow —Se queda atónito ante su interrupción. La voz arisca de Sonic empieza a taladrar la cabeza del veteado—. No tienes el control de todo. Yo tampoco lo tengo, y evadir una charla o cara a cara con tu madre no es la solución a tus problemas. Si no quieres hacerlo ahora está bien porque...porque sé que estás asustado, aunque no me lo digas lo estás, y yo también pero...estoy más convencido de querer ayudarte que solo voy a intentar que, cuando tú tengas que ejercer esa charla y dar explicaciones te sientas más seguro, ¿Ok? Dejame intentarlo, por favor no soy tan torpe...
Existía una severidad de adulto que no ha experimentado con tanta garra como en ese medio día. Shadow sabe que aquel chico azul que parecía en sus clases un tonto sin remedio que sonreía a la vida como si fuera tan fácil en verdad era un joven nato que aprendió y reflexionó a base de circunstancias distintas lo que en verdad es el vivir.
Y sin embargo, Shadow juzgó siempre con aquellos luceros lacerados que solamente le reflejan el dolor personal que, continúa y generaliza hacia los demás.
—...Te veré en la mesa de la ventana. No tardes mucho, por favor. —Dandole una palmadita en su hombro, Shadow gira y se desprende con prisa del cobalto, aún dudoso de la situación que puede ocurrir próximamente.
Sonic mira su andar aprisado, le preocupa que se sienta tímido o desconfiado de él o inclusive se vea molesto por la actitud que ahora ha tomado, más en el fondo, él tiene una ligera compasión, y no, no hacia el oscuro, sino hacia la familia del chico que quiere porque, él sabe cómo son los adultos, aquellos que tanto hacen el esfuerzo por ser los mejores pero que cometen errores generacionales que, sin querer, lastiman el crecimiento y la sanación emocional de los progenitores.
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