—¿Mi hermano le habrá echo algo?

—¿Hacerle qué a quién? —Su cuerpo no se mueve del césped, el zorro está haciendo anotaciones de algo junto a Silver que repite la acción pero con unos apuntes de clases que no copió por quedarse dormido.

—A Shadow, estos tres días lleva sin asistir a las clases que compartimos...

—¿Qué tal si ya decidió dejar de venir?

—¿Qué tan fuerte pudo ser su discusión para que tirara su licenciatura por la mierda? —Su mirada cansada se llena de curiosidad, el albino se muestra interesado pero a la vez molesto por seguir hablado de ese erizo.

—No fue tan así, chicos, ya se los dije...creo que simplemente esta situación es más difícil para él de lo que creí...—No está mirando sus rostros, se mantiene impoluto, con su rostro hacia el cielo, recostado en el césped. Sonic está realmente preocupado.

No se había sentido tan ausente de conciencia desde que su hermano empezó a perder el rumbo a mediados del año pasado, a expensas de su estabilidad y tranquilidad. Ahora está desiquilibrado, dudoso del cómo llevó su desenmascaración con el vetas rojas y no sabe si actuar de otro modo o seguir en modo pasiente...quierw marcarle o buscarle por cualquier medio, inclusive buscándolo en su departamento...

¿Y si va a su departamento saliendo de clases?

—¿Por qué no le preguntamos a un profesor? quizá se comunicó con alguno para no perder el avance en sus materias y que le perjudicara todo esto...

—¿De verdad, Tails? Yo creo que deberíamos seguir con nuestras vidas —Encoge sus hombros y se interrumpe con un bostezo repentino. Se termina por recostar también al lado del erizo cobalto, arrojando su pluma y libreta al pasto—. No es que no entienda como te sientes, Cielo, pero es que, ¡pfuu! Shadow ya dejó ver que está muy loco...—En esta tarde, el albino puede parecer el amigo frio y realista, el que desea no hacer tonterias—, sin ofender a tu crush, claro.

—¡Ah! bueno...me tengo que ir, espero que te vaya bien en tus talleres, Tails —Suena amistoso, pero no ha escuchado ni la mitad de todo lo que han dicho—. Me devuelves la libreta mañana, y sino hasta el lunes, Silv. —Se despide de ambos, colocándose de pie y tomando todas sus cosas, pero tanto el pelo blanco como el amarillento se quedan confusos.

—¿¡Pero qué le pasa?! Me molesta que estas situaciones pasen, todos nos dividimos entre todos y no logramos estar bien como antes. —Su puchero y su tono es infantil, Tails se ríe de oírle, pero acomodando un par de lápices en su estuche, le responde:

—Jajaja suenas egoísta, dale su tiempo. Sonic siempre ha sido de emociones fuertes, es muy intenso, deja que viva y ocupe el espacio en ello. —Era certero y amigable, en Tails casi nunca se puede percibir un carácter de rudeza o drástico.

Pero como fuese el asunto, ellos estaban un tanto distanciados del erizo azul a causa de las controversias de amores, las representaciones infravaloradas del sentimiento rojo.

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Iba de camino hacia allí, la seguridad se ve en su postura, impasible a como suele ser Sonic. Es extraño, ¡claro que lo es! Volverse aún más atrevido y desvergonzado con alguien con tal de saber si se encuentra bien o no...

Sonic es una buena persona por encima de todo, no importa si aquel erizo oscuro se comportó con él de la peor forma, es alguien que vive sin rencores y sin pasados sinuosos.

—¿Estarás haciendo esto bien? —Se cuestiona en voz alta mirando hacia todos lados, después de todo es un barrio que no conoce al 100%—, suponiendo que es un sí, ¿qué sigue? ¿Qué le dirás? ¿Sería prudente simplemente darle la libreta y dejarnos ambos de tonterías...?

Los adultos pensarán que es un joven loco, pero en realidad solo busca sentirse acompañado de sí mismo para seguir con ese atrevimiento en su cerebro, no echarse para atrás estando allí...

...pero sí le ganó la ansiedad al final de todo.

Su teléfono suena en medio de su retractor, observa la pantalla alejándose de la calle y ve que se trata de Fiona, ¿por qué ella le está marcando ahora?

—¿Bueno?

—¿Donde estás hermanito? —Es un tono socarrón, clásico de broma—. Tenías que haber llegado hace 1 hora.

—¿Apoco te acuerdas de mis horarios? —reprocha con un chasquido de su lengua para irse marcha atrás, saliendo a la avenida—, quería...estaba buscando a Shadow porque no lo he visto y...

—¿¡Qué!? No, no, no, regresa a la casa ya —Sigue con su reclamo de mayor, de "preocupación"—. Estoy con Fiona y a pesar de que me tardé me sorprende que no estés aquí.

—Tranquilizate, me choca que me brindes ahora "mucha atención"

—¿Te recuerdo el ataque que tuviste la última vez en la calle por culpa de ese puto? —Ahora su tono grave está por encima del altavoz y se mezcla con las onomatopeyas de la ciudad—. ¡Claro que me importa que estés bien! Si no, ¿cómo le entrego cuentas a nuestros padres?

El cobalto gira sus ojos, haciendo una parada veloz con su mano para que suba de un salto rápido al camión. Scourge le sigue recriminando varias cosas al teléfono pero el chico azulado busca su asiento y mira la ventana, vagando en su cavilación.

—¿Qué fue lo que le hiciste?

—¿Qué? ¿Hacerle qué a quién? —Esa interrupción le corta el royo al verduzco. Su tono se serena en la llamada, y un pequeño silencio invade la línea.

—A Shadow imbécil, él no faltaría a clases sin una razón fuerte para hacerlo...

—...¿Y? —Scourge gruñe, viéndose en la necesidad de mentir, y Sonic lo sabe—...Yo no le hice nada.

—No mientas. No ahora. —Es muy bueno en su persuasión. Sus ojos están húmedos ahora, a pesar de encontrarse en un lugar público; no porque quiera llorar, sino porque quiere compasión ahora mismo, está cansado y somnoliento.

Solo quiere quietud y sosiego en su vida una vez mas.