II. Te Advertí Sobre El Futuro.

TE ᗩᗪᐯEᖇTí ᔕOᗷᖇE Eᒪ ᖴᑌTᑌᖇO



La gaviotas hacían un ruido infernal, mas el calor y la humedad, eran la receta perfecta para volver locas a las Weasley.

― ¡FREDERICK! ―bramo Lucy Weasley mientras sostenía unas luces navideñas en las manos.
Fred salió de la casa de la piscina, tapándose los oidos.

― Demonios, mujer... que pulmones. ―se quejó el pelirrojo.

Su prima rodó los ojos y alzó los brazos, pidiendo que la cargara como una bebé.
Fred rodó los ojos, la tomó por la cintura y la subió sobre el banquito para que pudiera poner las luces en una palmera.

― Eres una bebé, con fuertes pulmones― la sonrisa de la ojiverde se ensancho.

― Y me amas.

― Lo sé.

―¿Alguien sabe dónde carajo se metió James? ― preguntó Roxanne mientras salía de la casa y se ponía al lado de su hermano con ambos brazos en sus caderas.

― Emmm, creo que dijo algo sobre ir por alcohol... ¿Por?

― Prometió llevarme al muelle... Tengo que recoger unas cosas para la fiesta.

― Puedo llevarte yo ―se ofreció su hermano.

―No, no puedes, tienes que ayudarme a poner el equipo de sonido― recordó Lucy. Luego vio a su prima pequeña. ― ¿Porqué no se lo pides a Scorp?― apuntó a la cocina, donde el rubio se veía a través de la pared de vidrio. ― No esta haciendo nada, míralo.

― ¡Scorpius! ― el rubio dio un salto en la silla y salio de la cocina.― ¿Puedes llevarme al muelle?

El rubio se rasco la barba que comenzaba a crecerle en la mandíbula, se encogió de hombros.

― Claro, recogeré a Rose y Albus en Venice de todas formas. Vamos.

Roxanne caminó hacia el auto junto a Scorpius

―¿Qué hace Rose en Venice? ¿No tenía lastimado el tobillo? Y ahora esta surfeando...

―Albus la llevó para que se relajara un poco... pero sólo la pondrá de mal humor.

Roxanne soltó una carcajada

―Llevar a Rose a una playa sin que pueda surfear es como un gordo a dieta en una fábrica de chocolate.

―Cierto... Sólo espero que Albus no esté muerto cuando lleguemos...

.

Rose frunció su pecosa nariz mientras veía como la ola barría a Albus cubriéndolo completamente de espuma.
Lo miró de soslayo mientras él salía del mar y corría hasta ella.

― No lo digas... ― rogó este. Ella se mordió el labio y caminó con el a la salida de la playa.

― Tal vez, debas ser menos brusco, te arrojas sin siquiera ver si es una buena ola...

―Rose, cállate.

―Sólo intento ayudar...

― Tú tienes tu forma de surfear, yo tengo la mía ― Rose hizo su ya típico puchero y abrió la boca para hablar, incluso tomó aire.

―¡Yo sólo intentaba dar....!

Antes de que la chica continuara hablando, un borrón blanco voló por los aires, muy cerca de sus cabezas, Rose tuvo que hacer la cabeza hacia un lado para que esa cosa no la golpeara.

Cuando pasó, volteó a ver a su primo con los ojos muy abiertos, este tenía las cejas levantadas igual de sorprendido que ella.

―¡Wow ¿Qué fue eso?!― preguntó Roxanne mientras corría hacia ellos, Scorpius venía detrás de ella con unas bolsas de papel en las manos.

Albus miró al cielo, extrañado.

― Creo que era una Gaviota... o tal vez una paloma.― se rasco la barbilla. ―Sip, en definitiva era una paloma blanca.

―Pues casi te golpea en la cara...―exclamó Roxanne intentando arreglarle un poco el cabello a Rose.

―¡Oh por Merlin! ―gritó Scorpius, los chicos se sobresaltaron y lo vieron extrañados.

― ¿Qué te ocurre loco?

― ¿No lo ves Rose? ― abrió mucho los ojos― Era una paloma blanca...

― ¿Y...? ― Scorpius rodó los ojos.

― Es un símbolo de paz. ― Rose seguía sin entender.

― No te sigo...

― ¡Es símbolo de paz internacional! ― alzó los brazos desesperado. ― ¡Fuiste casi golpeada por la paz!

Roxanne lo miró de soslayo y le tomó la temperatura.

― creo que te afecto el sol... ― Scorpius rodó los ojos, Rose resoplo.

― Habla de la psíquica del muelle... Creo que ha sido sólo una coincidencia, Scorp.

Los cuatro comenzaron a caminar hacia el auto del rubio.

―Vamos Rose, no puede ser una casualidad, era una paloma, ella dijo que casi te golpearía ¡Y casi te golpeo!

―Scorp, te quiero, pero me suena un poco rebuscado, estamos en Venice, hay gaviotas por todos lados.

― Pero era una paloma, no gaviota.

― Estoy segura que era una gaviota.― debatió.

Albus negó con la cabeza y se subió a la camioneta en la parte trasera después de subir la tabla en el techo.

―Creo que sí era una paloma,  Rose.

― ¡¿Tú también?!

― ¿Qué? Yo sólo digo lo que vi... además... ¿Cuál es el problema si acertó o no?

Las mejillas de Rose se colorearon al darse cuenta que no tenía una respuesta a ello, no sabía por qué, pero que la charlatana hubiera acertado la ponía muy nerviosa.

― Yo.... bueno... aún me molesta haber gastado mi tiempo y dinero en ella.―dijo con rapidez. Roxanne alzó una ceja. Scorpius rodó los ojos.

― No es verdad.―volteó a ver a Albus por el espejo del retrovisor. ―, Está asustada porqué le dijo que por fin encontraría a su príncipe verde.

La risa de Roxanne y Albus inundó la camioneta, Rose se hundió en su asiento y Scorpius se quedó callado.

― Vamos Rose, ¿todo esto por que te da miedo enamorarte?

― ¡No me da miedo, Albus!

― ¿Entonces? ― inquirió Roxanne esta vez. ― Explica ¿por qué jamás has tenido novio? ― Rose abrió la boca para protestar, pero su prima la interrumpió. ― ¡MacLaggen no cuenta!

Rose volteó indignada hacia la ventana.

―Sólo... no creo gustarle a alguien lo suficiente. ― Al escuchar aquello, ninguno dijo nada.

Roxanne le subió a la musica mientras Scorpius y Albus compartían una mirada suspicaz.

Cuando aparcaron frente a la mansión de los Potter, vieron que habían más autos que cuando se fueron. Albus comenzó a bajar su tabla mientras que Roxanne le daba todas las bolsas a Scorpius.

―¿Qué pusiste aquí Roxxie, Pierdas?―gruño el rubio mientras que subía las escaleras del pórtico.

La pelirroja rodó los ojos.

― Sólo son algunos fuegos artificiales y artículos de fiesta que tomé de la tienda...

―¿Tu padre no se molesta?

― ¡Nah! Apuesto a que ni lo nota... Está ocupado abriendo la nueva tienda en Londres, hace siglos que no visita las tiendas de California.

Cuando Scorpius subió el último escalón, algo se escuchó en dentro de las bolsas, esto lo alarmó.

― ¿Estás segura que no hay una bomba aquí? ―Roxanne rodó los ojos y negó con la cabeza mientras lo empujaba dentro de la casa.

El aire acondicionado los golpeó en la cara, y el sonido de la musica se hizo mas fuerte.
Rose ayudó a Scorpius a dejar todo en el suelo, luego caminaron detrás de Roxanne y Albus, que habían ido al patio de atrás.

― ¡AHHHHH!

El grito que dio Roxanne los hizo dar un salto, ambos salieron a ver qué carajo le había pasado.

En lugar de ver un asesino serial, como habían pensado, ahí parado estaba Jasson Wood.
Tenía el cabello perfectamente peinado hacia arriba, los musculos se le marcaban por lo mojado de su camiseta, y sonreía como siempre.

― ¡Santa patata, Jasson eres tú! ― gritó Roxanne para luego tirarse, literalmente, sobre el recién llegado. Este sonrió de oreja a oreja y recibió a la pequeña pelirroja con los brazos abiertos.

Rose tuvo que sostenerse de su mejor amigo para no caer de la impresión, llevaba mas de un año sin verlo.

― ¿Tú no me abrazas? ― preguntó Wood a Rose una vez bajó a Roxanne.
Rose se carcajeo y se acercó a abrazarlo, siendo rápidamente enterrada entre el cuerpo del castaño.

― ¿Pero porqué tanto alboroto? ―Aquella voz provocó que la ojiazul volteara hasta la casa de la piscina.

―¡Oh por las perlas de mi madre! ― chillo Rose.

Teddy sonrió mucho cuando vio a la Granger correr hacia él, enredó sus cortas piernas en la cintura del muchacho como un pequeño mono.

― ¡Teddy, Teddy, Teddy, Teddy! ― chillaba una y otra vez la chica mientras que el mencionado no paraba de reír por tal recibimiento.

Cuando la bajó, tenía las mejillas rosas, Scorpius y Albus la miraban con una ceja alzada, mientras que Roxanne seguía agarrada de la cintura de Jasson. No planeaba soltarlo pronto.

― ¿Por qué no dijiste que vendrían?― inquirió el hermano de Teddy, Albus.

― Hasta ayer no tenía idea de que vendríamos... ― respondió el peliazul.

―Eso fue culpa mía, lo siento. ― habló Jasson.― No se me ocurrió venir hasta esta mañana, así que tomamos el primer avión y henos aquí.

― Pues es genial, por fin la familia está completa... ¡Oh santa patata, es la primera vez en tres años que estaremos todos juntos!

― Controla tu emoción Roxxie.―dijo Victoire que venía bajando las escaleras, a su lado venía Molly.

Ambas chicas corrieron hasta sus primas para abrazarse.

― ¡POR LAS PERLAS DE MERLIN!―-  gritó esta vez Scorpius. Teddy fruncio el ceño.

― No creo que Merlin usara perlas... ―mascullo Jasson. Rose miró a su amigo rubio de soslayo.

―¿Ahora qué tienes?

― ¡¿No te das cuenta?! ―gritó. Rose negó, y él rodó los ojos.

― ¡ES UN FANTASMA DEL PASADO, Y TRAJO UN OSO CON ÉL!

Victoire, Molly, Jasson y Teddy abrieron la boca confundidos.

―Ahora sí que me perdí... ― mascullo Molly. ― Uno se va un año y ya no entiende los chistes privados....

― No es un chiste privado ― exclamó Scorpius. Rose rodó los ojos.

―¡Scorpius ya basta!

― ¡Pero es verdad, se esta cumpliendo!

―Ya no entendí, ¿Hablan del fantasma de un oso?

― Creo que ya les afecto el calor de Malibu...

― ¡No, No, No!― chillo Malfoy. Apuntó a Rose.―Tu profecía se esta cumpliendo, primero el golpe de paz. Y ahora, Jasson, representa el fantasma del pasado, y luego esta Teddy ¡Teddy es el oso, Rosemary!

La cara de Rose contrajo. Apretó la boca y lo miró fijamente.

― Dos cosas. ― levantó dos dedos. ― No me llames Rosemary. Y segundo; No, me niego.
Deja de creerle a charlatanas sin nada que hacer más que estafar personas crédulas.

Después de decir esto caminó con pasos pesados a la entrada de la mansión con el rubio tras ella.

―Vamos Rose... tienes que aceptarlo, va a pasar...

Molly miró a Albus, luego a Roxanne y finalmente a Jasson.

― ¿Alguno entendió que acaba de pasar?

―Ni puta idea. ―dijeron a coro.

.

Serena se cambió por segunda vez el bikini que llevaba, se quedó parada mirándose un rato en el espejo, suspiró de nuevo y volvió a entrar en el armario para cambiarse de nuevo.

Lucy bajó el libro que leía y la miró con una ceja alzada desde su cama.

― Ese era bonito...

― No me gusta...― rebatió Serena desde el armario.

― Pero te has probado tres... todos se te ven increíbles. ¡Eres Serena Dumbar, por amor a Merlín!

Serena salió del armario con un nuevo traje de baño puesto, este era negro completamente, frunció el ceño.

―¿Que traen con eso de "Merlín"?

― ¡OH! ... vimos una pelicula, sobre unos chicos que iban a una escuela de magia, tenian varitas, clases de pociones, y había un loco que quería adueñarse de su mundo...―comentó vagamente la pelirroja.― Bastante aburrida si preguntas. Incluso había un personaje que me recuerds bastante a la tía Hermione... ―explico la Weasley quedándose pensativa un momento. Luego agito la cabeza.

》En fin, en la pelicula usaban esa expresión, y se quedó.

Serena la miró de soslayo, luego agitó una mano restándole importancia y se giró al espejo.

-―No me gusta. -―Lucy se levantó de la cama y la miro.

― ¿Porqué estás tan quisquillosa con eso?―sonrió de pronto.― ¿Acaso es porqué mi primito estará en la fiesta?― La rubia se volteó para ocultar su sonrojo.

―¿Que? No... ni siquiera recordaba que llames estaría ahí... ―balbuceo.

― Mmmmh...Claro ¿Entonces?

― Bueno... yo sólo quiero verme bien.

― Serena, tu siempre te ves bien. ¿Sería tan malo si admitieras que mi primo te gusta?

― Es que... ¡Dios, es tan complicado!

-―No lo es, sólo admítelo, te gusta James, tú le gustas, podrían ser una pareja pero por alguna razón, los dos dejaron de ser valientes.

La rubia sonrió con nostalgia y se sentó con su amiga en la mullida cama.

― Bien, me gusta James...― Lucy soltó un chillido que ella rápidamente callo.― Pero eso no cambia las cosas, sigue siendo James, el rey de las bromas, un merodeador que jamás toma nada en serio.

― Pero...

-―Lu, sé que es tu primo, pero sabes que no toma nada en serio.― suspiró. ― Estoy cansada de salir con chicos que sólo se interesan por ellos mismos. No quiero otro Tony en mi vida.

Tony había salido con Serena por mucho tiempo, pero era bien sabido por todos en Londres que solamente salía con ella para poder ser el rey del baile, y porqué Serena parecía mas bien una diosa bajada del olimpo.
Pero jamás le tomó la importancia que debía. Y Serena estaba harta de ellos.

Lucy la tomó de la mano.

― De acuerdo, no voy a insistir, pero, piensa en que James ha estado ahí siempre, es el que te vio antes de que cualquier otro, el que te quiso desde el principio, el que no quería tu popularidad o tu dinero... Él sólo quería a Serena.

La ojiazul frunció el ceño mientras Lucy se ponía de pie.

― Debo volver a ayudar con la fiesta... Volveré por ti media hora antes de que comience ¿De acuerdo?

Ella sólo pudo asentir.

.

Las mejillas de James ya dolían de tanto que las habían apretado. Volteó a ver a su primo Hugo, que tenía la misma cara que él.
Ambos se miraron.

― ¡No puedo creer que hayan crecido tanto, sólo ha pasado un mes! ― exclamó la abuela Dumbar.

― Bueno... Madre, los chicos Weasley son grandes. ― comentó el padre de Serena, Ashton Dumbar.
Antes de que la abuela volviera a apretar las mejillas de los chicos, Lucy bajó por la escalera con paso ligero.

― Listo... gracias por venir chicos.― exclamó la pelirroja una vez estuvo frente a sus primos.
La ojiverde volteó a ver a los Dumbar.

― Fue un gusto volver a verlos señores... Desearía quedarme a esperar a Marissa, pero creo que es hora de irme.

Ashton le dio un abrazo de oso mientras que la abuela apretaba también sus mejillas.

― Oh, descuida querida, estaremos en California todo lo que resta del verano... Le diré a Marissa que almorcemos el domingo y avisaremos a los Weasley.

― De acuerdo, nos veremos.

.

― Creo que quedaré ruborizado para siempre. ― se quejó Hugo mientras se masajeaba las mejillas. Lucy rodó los ojos.

― No creo que sea para tanto.

― Oh yo creo que sí... La abuela Dumbar se hace mas fuerte con los años, dios...― James se paró en una luz roja y aprovecho para masajearse una y otra vez los cachetes.

― Como sea.. Solo quiero ir a casa y dormir...

― ¡Oh eso no era posible!― exclamó James. ― Tienes que ayudar con lo que falta...

― Pero creí que Rose y Albus ya estaban ahí...

― Aún falta acomodar las luces en la piscina, no quiero que nadie se muera ahogado.

― Bien.―refunfuño la Weasley tirándose en el asiento.

.

― Rose, déjame entrar...― la puerta se abrió apenas unos centímetros, por donde salió la cabeza de la aludida. Lily la miro con mala cara.― ¿No esta contigo?

En respuesta, Lily negó y alzó las bolsas con la ropa que había comprado, Rose abrió completamente la puerta permitiendo que ella entrara.
La pequeña Potter dejó caer las bolsas sobre la cama de Rose.

―Adentro están los tres bikinis que traje para ti, en esta de aquí, vienen todos los accesorios y en esta...― alzó la bolsa blanca con las enormes letras de "Zabinni and Nott" ― Es donde viene tu precioso vestido escogido por mi.

La idea de que Lily hiciera sus compras por ella no la llenaba de emoción, pero con todo lo de la charlatana, los preparativos de la fiesta y las peleas con su mejor amigo, había olvidado por completo comprar ropa para esa noche.
Así que envió a su prima pequeña un texto y esta salió al rescate.

― Demonios Lily... ¿Se supone que usaré eso?

― Se llama vestido, Rose.

La chica levantó el vestido azul, era pequeño, lo suficiente como para que se ajustara a ella, con dos aberturas a cada lado de la cadera y demasiado corto para su gusto.

― Sé que es un vestido, pero creí que su objetivo era vestirme... Esto no me cubre ni la mitad.

Lily rodó los ojos.

― Rose, mides como un metro cincuenta, claro que te cubre.― ella abrió la boca indignada.

Odiaba ser más pequeña que todas sus primas, era extraño que incluso Lily, quien era mas joven por dos años, la rebasara por casi 10 centímetros.

― Deja de quejarte y ve a bañarte.―- la apuró dándole una nalgada.
Rose dio un saltito pero obedeció.

― A veces no entiendo como eres tan pequeña y mandona... ―mascullo Rose haciendo a Lily sonreír.

―Es un don.

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