🌊៹ extra uno.
circus saturnia:
let's make memories together.
Esto es un especial atrasado por San Atunín dedicado a mis lectopitos MoonThvBear, quien me otorgó la idea hace como dos años luz y GeorgeKim_, mi lectopitofav en todo el baboverse. También a mi bestie kootticake, porque este o.s fue nuestro segundo acercamiento y la quiero mucho. Si leen nuestra colab, el bloqueo económico se retira. Los amo. ❤️🩹
EXTRA UNO, CTM.
I've got a special power that I'm not afraid to use. Every waking hour I discover something new. So come on, this is my adventure. This is my fantasy. It's all about living in the ocean: being wild and free!
El mar con sus ondas mece la barca, mece la barca junto a la costa brava, la mece el mar. Del hondo cielo la noche cae, la noche con su gran velo flotando cae la noche al mar!
Con este poema el Nico empezó desde abajo y ahí se quedó. Equis, que no le haga caso a los comentarios positivos. 🔥
Entonces... ¿Qué debería decir? Ha pasado un tiempo de esto. ¿Ahora es el momento en el que les doy la bienvenida? No, pues...
¡Sean bienvenidos otra vez al Circus Saturnia!
El lugar donde a los payasos les suda la cola por los quince apagones que nos meten diario. Cosa que no ocurriría si ciertas personas votaran, pero bueeeeeno... No es obligatorio. Aunque recuerda que cada voto representa una posibilidad más de comprarnos una planta eléctrica.
#SíPorCuba! #AlImperialismoNiUnTanticoAsí!
Cambiando sonicmente de asunto y por si andaban pendiente al dato, el poema de Nicolás Guillén con el que les dimos la buenacorrida se titula –hoy y siempre– "Barcarola", que puede ser todo y nada a la vez.
A mí me suena a barca; a noventa millas; a Ana Lydia Vega y su cielo encancaranublado; a peces abisales que, a pesar de ser de altas presiones, por azares del destino terminaron dominando las redes (bueno, siempre supimos que el pez abisal era el top en la relación, ¿te parecen bien 47 me gusta?); a la lanchita de Regla; al futuro que nunca pudimos tener a pesar de soñarlo fuerte y con ganas.
A Taehyung y sus cabellos de fondo de mar. O a Jungkook y sus intentos de ser un joven adulto.
Taehyung y Jungkook. Taehyung, Jungkook y H2O. Taehyung, Jungkook, H2O y el final tan apresurado y mediocre que se les dio –que yo les di–, pero que es de ellos y es suficiente.
Él, Kim, representó en un inicio ese sueño nublado del Estanque de la Luna. Por mucho tiempo fue así y, por mucho tiempo también, se hundió en un trance psicodélico que lo arrastró hasta aquel objetivo de materializarse en un ex-tritoncito caprichoso que recién estaba aprendiendo a ser hombre y que cada día se volvía más real. Más tangible.
Más viral y la que malditamente rocoquee.
A Antoine Watteau le gustó esto.
Y Jungkook lo adora.
A Taehyung, no a Antoine. Ese who qué.
Pero... ¿Cómo llegó a allí? ¿En qué momento, en cuáles escenas omitidas, Taehyung pasó de ser un merequetengue a tomar parte de la existencia de Jungkook y escribirla suya? ¿En qué jodido momento se convirtió en lo que el chiquillo de ojos de estrellas nunca buscó, pero que de igual forma agarró con ambas manos una noche cualquiera, surrealista y de consentimiento dudoso?
Taehyung no viene de Mako, no nació de Mako, pero ha traído consigo toda la magia del estanque hacia la casa que comparte con Jungkook y sus cinco perros con trece gallinas.
Espera, ¿dijiste trece?
—Mira, no te pases.
Que poco sentido del humor tienes, Kim.
Para Jungkook, Taehyung es Luna, es agua, es vida, es azul. Es el color del cielo, es el color del mar, es el color de la capital. Canal Habana.
Para Taehyung, Jungkook es el contenedor de las perlas más hermosas de los siete charcos; perlas que se aglomeran en sus ojos redondos y bonitos. Los arrecifes más bellos nacen de su piel y los grabados de las estructuras perdidas son nada comparándolos con los tatuajes de la dermis de coral.
Porque él estaba prendido de Jungkook y todo se volvía insignificante a su lado. Nada era suficiente si no llevaba su nombre.
Incluso el antaño IPhone Mermaid Nsqmierda, porque ahora lo que se usa es el IPhone Fairy Air. Infórmate, igualada.
Entonces, a través de estos fragmentos de espejos, podemos dilucidar que muchas cosas han cambiado por aquí y por allá y en Kim Taehyung. Y en su forma de ver la vida. Y en la manera en la que a veces extraña al mar y la tristeza se vuelve una dama de zafiro. Y el porte con el que las conjunciones copulativas se enredan con la anáfora al igual que él y Jungkook unas tardes cualesquiera.
Sí, él tiene que decirlo: la melancolía se mira hermosa cuando amanece con el rostro del chico enterrado en su clavícula aceitunada.
La vida es tan diferente ahora.
Año nuevo con vibes de 2020, Top Diez sirenas reales captadas en cámara, peces abisales revolucionando la literatura sin firmar con Ferrante, Bryssia saliendo del hiatus. Es normal que las cosas se transformen, pero tú... ¿Lo has hecho?
Probablemente sí.
Taehyung lo ha hecho.
Porque hace tiempo que tú y yo no nos leíamos y hace tiempo que yo no echaba un vistazo agudo y minucioso sobre él. Nuestro faqtritón amante del pito ha desmembrado y rearmado su vida, alejándose sin querer queriendo de la madre de la talasofobia. También de sus progenitores, abuela y Kim Niña Modelo Jisoo, que ya no le parece tan irritante.
Tal vez tú no lo notes, pero entre el capítulo principal y este extra hay dos años de diferencia en los que me mandaron alv, me dio dengue cinco veces, estoy a menos de cuatro meses de graduarme (o ya me gradué), cumplí la mayoría de edad, me banearon de Wattpad, conocí gente muy importante para mí, perdí a otras, sobrepasé los 1K de seguidores, aprendí cómo se emplean los guiones y ya sé escribir smut. Esa misma cantidad de años ha pasado aquí, en esta historia.
Adivina cuál de todas las proposiciones anteriores es falsa.
—¡Quiero follar, fornicar, hacer el amor, coger, tener sexo, tirar, chingar, tener relaciones sexuales, practicar el coito, cometer el acto sexual, aparearme, reproducirme, echar un polvo, jugar a la mamá y al papá, culiar, copular, parchar, empotrar, echar un palito, ir al más allá, intimar, un acostón, intercambiar fluidos, revolcarme, cachondear, rapidín, fajar, hacer el delicioso, ver pelis sin verlas, cuchiplanchear, el sin distancia, el sin respeto, comer ramen, ver mariposas, conocer a un gato, ver Netflix, hacer lilingo-lilingo, el ñiqui-ñiqui, ñaca-ñaca, garchar, acomodar órganos, dar como cajón que no cierra, como televisor que no funciona, como impresora sin tinta, el frutifantástico, el- !
—¡Apúrense, colocó signos de exclamación! ¡Hagan algo! —gritó Yoongi, buscando un cojín que pudiera arrojarle. Jungkook, tan adelantado como siempre, le lanzó uno él a la cara—. Conche tu ma- ¡Esto se va a descontrolar!
—A mí ni me mires, Yoongi. Yo ni lo conozco.
—Eres su novio, Kim.
Like ruido de ventilador, se escuchó a Jungkook soltar un gritito:
—¡Quiero que haya cuchiplanche!
Una gallina pasó cacareando a su izquierda. A Antonio Guiteras no le gustó este comentario.
—¡Oh, ese es un término nuevo! —exclamó Taehyung, señalándolo con el dedo índice—. Apúntalo en tu repertorio.
—¡¡KIM!! —El grito de la muchedumbre, en donde se hallaban involucrados Kim Namjoon, Kim Seokjin, Min Yoongi, Jung Hoseok, Park Jimin, Kim Taehyung, Jeon Jungkook, ¡BTS! hizo que el mismísimo Taehyung se replanteara mil veces porqué había abandonado sus cómodas algas marinas para convivir en una casa donde ni siquiera Jungkook era el dueño y, por si no se ubican, Namjoon se las había regalado por el día del amor y la amistad.
¿Por qué les cuesta tanto a los hombres copiarle?
—¡Señores, por favor! —chilló el pelinegro, mientras intentaba sacarse de encima otra gallina—. ¡Ustedes ni siquiera tienen que enterarse de que Jungkook quiere aplicar la de Jaekyung a Dan! Oh, mira, ¡ese también es un buen término! ¡Apúntalo, corre!
El deseo de lloriquear no se lo quitaba nadie. ¿Pero sabes qué cosa sí nos quitan?
La corriente eléctrica.
Ah, con lo fácil que hubiera sido meterse un mandarriazo por la cabeza y vender las perlas recolectadas en vez de buscar semejante barbarie en la Isla Mako.
—¡Quiero intimar!
—¡Cálmate, por favor! ¡Ya casi se me acaban las ideas de sinónimos para tus deseos prosaicos! —Hoseok se quejó, en su papel de libro de texto andante que se había autoasignado. Se encontraba ahora mismo sobre la cama del TaeKook, intentando cortar las uñas de sus nuevos y bonitos pies.
Foto pa'l Only.
Si hubiera sabido que Jungkook parecía el Hoseok promedio de los AU Social Media, hasta una fotopata resultaba mejor opción.
—¡Tocará sacar los antónimos entonces!
—¡Son lo contrario, maldita sea!
—¡Si no puedes con el enemigo, únete a él!
El Pacto de Miami be like.
— ¡Además- ! —Jungkook pareció no estar conforme—. ¡Quizás así Taehyung me haga caso! ¡Ya ni preguntarle si le apetece coito funciona!
—¡Tus métodos ya no aplican conmigo! ¡Guarde usted ese documento! —declaró Taehyung, pero Jungkook seguía empecinado en que todos ratificaran sus tácticas.
—¡Quiero recuperar mi virginidad, quiero ir a un convento, quiero ver películas y verlas, quiero abrir un cajón nuevo, quiero ser otaku, quiero ser el estudiante número veintidós del doce uno, quier- !
Taehyung le lanzó un perro a la cara.
—¡Pero que dramático eres! ¡Poseidón!
—Habló el que andaba chingue y chingue con un IPhone Mermaid Aqua desde los veinticuatro. —El pelingero tuvo que quedarse callado ante tremendo facto que Seokjin se atrevió a soltar. Afuera, el sonido de las olas lo hizo adormecerse un poco.
Que buen momento para pegarse un tiro. Tipo, si dormir es rico, imagínate estar muerto.
—¿Y que edad tiene ahora? —preguntó Namjoon, que se metía en la boca un tenedor con trozos de sandía y se apoyaba al marco de la puerta de la habitación. Chaeyoung, que llevaba una mascarilla horrenda qué olía a recórcholis, rempámpanos, diablos, caracoles, rayos y centellas, entraba arrastrando de forma perezosa sus piernas de humana.
—Veintisiete.
—¡Ese chiste hubiera calzado dos años atrás! —Taehyung empuñó ambas manos a los costados de su cuerpo. Si hubiera estado debajo del agua –y no en la esquina de una cama con olor a sal–, sus escamas brillantes andarían más lejos que tú, que yo y que el abuelo de Eugenia de Pardo y Pardo.
—Ah.
—¿Ah? ¡¿Cómo que "ah", Namjoon?! ¡Tenía mis motivos! ¡Y muy buenos, por cierto!
—Ya veo; movilizados por el consumismo. Banales, superfluos, fifes, mercenaries.
—Escucha, Mototonto. Tú no has vivido tres carajos de dificultad en tu vida. A ti no te faltó la escuela, no te faltó comida. Si la gente 'el Congo hubiera tenido tus oportunidades, estarían gradua'o de las mejores universidades.
Sonido de grillos y varios pares de ojos parpadeando. Taehyung se resignó. Y se hizo lo de en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
—Da igual, ¡no supero que no sirva para nada el tareco ese!
—Taehyung, es un IPhone, o sea, ¿qué te sorprende?
—Por eso prefiero los Samsung ahora —acotó el susodicho y Yoongi en el fondo gritó "No IPhone. Only Galaxy". Namjoon se mostró conmocionado ante tal información.
—¿Los Sam- ? ¡Con razón me faltaba el mío! ¡Devuélvemelo, ctm!
—¡No!
—¡Así ya no toma sentido el título de la historia, Kim!
—¡Me da igual! ¡A llorar a la llorería! No, espera, esas cosas las dice Jungkook. ¡Que más da, el que se fue a Mantilla perdió la silla!
¿Y el que se fue a Sevilla? Se quedó con seguidilla.
—¡Era de mi colección! —Namjoon, con el corazón en la mano, manifestó su estado dolido. A Taehyung le llegó por telepatía el siguiente mensaje: «Hasta un Yosvani tiene más valores que tú, sardina prieta».
—¡Namjoon, ¿qué cosa es eso?! —exclamó Seokjin ante esos pensamientos claros y decisivos—. Estos chamacos miados, su necesidad de dopamina inmediata y su síndrome de Diógenes.
—Es mi hobby.
—La gente normal hace origami cuando está aburrida. No colecciona celulares.
—Todo por no aceptar que eres pobre y no tienes jaifon.
—Seokjin es el príncipe del Primer Mar, o sea... —El bestie de Taehyung, Jimin, se vio en la necesidad de entrometerse en la conversación—. Si vas a hablar mamadas, mejor aprende primero a darlas.
—¿Pero tiene un jaifon?
—No.
—Ahí está la respuesta.
—¡Da igual! ¡Esto no es sobre ustedes! ¡Es sobre mí! —Se quejó Jungkook, tal cual lo haría su wititi y luego miró a Namjoon con actitud berrinchuda—. ¡Papi Namjoon, pregúntale a Taehyung el porqué no quiere cuchiplanchear conmigo!
—Taehyung, ¿por qué no quieres cuchiplanchear con Jungkook?
—Dile a Jungkook que, independientemente de que la autora no sepa escribir smut, cogimos hace dos horas, nmms.
—Iugh, ¡qué asco! —El resto de los individuos se mostró conmocionado y estos, como buenos cederistas, dieron el paso al frente y se levantaron de cada sitio en el que se encontraban con un tirón y por si las moscas. Excepto Yoongi, quien se hallaba sentado en el piso y dando vueltas como el gatito uiiai.
—Justo ahí cogimos —indicó Taehyung de forma casual, señalando el lugar donde Yoongi daba vueltas. Dicha figura histórica metió un brinco, que vaya, parecía como si le hubieran prendido oye que fuegooo en aquel mofle. Taehyung agarró una hoja y dos lápices—. Charly-Charly, ¿cojo con Jungkook? No. Háganle caso a Charly-Charly, por favor y gracias.
—Ay, no. Vete a la verga.
—No me iré a la tuya, Jungkook. Así que relájate.
—¡Esto no es...! ¡Esto no es justo!
—¿Sabes que no es justo? El precio de la yuca.
Y el de la libre de tomate, chacho'.
Todos estuvieron de acuerdo y Taehyung volvió a hablar:
—El día en el que logres acompañarme a cenar con mis padres, mi hermana y mi abuela, ese día estableceré el decreto de cuchiplancheo everyday. Mientras tanto, anda a buscar tu personalidad del capítulo anterior porque parece que a la autora se le olvidó cómo realmente éramos.
Me dice cállate y yo digo...
Tremendos factos.
—¡No puedo respirar debajo del agua!
—Ahí tienes la respuesta. —Y se levantó, zapateando como un poseso fuera de allí.
El resto se miró, miraron a Jungkook, me miraron a mí y luego a Chaeyoung.
La chica, al caer en cuenta, negó mostrando las palmas. Wait-
—¡No haré eso!
They don't love you like I love you. Wait-
El corito no se hizo esperar:
—¡La dicografía completa de ENHYPEN!
—¡Claro que sí haré eso!
A veces uno hace ciertos sacrificios por amor a algo. O a alguien.
—Chae, ¿este efecto se puede revertir?
—Siempre puedes decir que fuiste de viaje y desaparecer de la serie.
El chico –Jungkook– se mostró poco convencido, mientras observaba con recelo la vota piscina y se cuestionaba si las relaciones sexuales realmente eran necesarias. No lo malinterpreten, amaba a Taehyung, pero la decisión que iba a tomar iba a cambiar su vida de forma drástica y a él, aunque un alma libre, a veces le costaba decidir por sí mismo. Cosas como estas no podía tomarlas a la ligera.
O sea, coger borracho con un desconocido (sin condón, además) en un volcán inactivo y lleno de gente: sí.
Pero estas cosas claro que no.
Puede parecer tremendo pujo, pero él llevaba bastante tiempo pensando en el tema, yendo de lo general a lo particular y aplicando Inducción Completa con cálculo de términos enésimos y todo.
Ni siquiera era por el sexo o mi evidente ineficiencia en los tiempos gramaticales; Taehyung iba mucho más allá. Él no era sólo un cuerpo bonito o manos temblorosas por gratitud y extasis; bien podía ser beibi ai guana fokiu, fokiu, dime si tú no, que son las dos y yo te puse en cuatro, mirando pa'l reloj y a la vez ser y me cerró con seguro, me dio un beso y me llevó pa' lo oscuro, dale pégate que me pongo bruto, no quiero ponerme bruto.
Temazos.
Taehyung es y siempre será la sonrisa bobalicona que pone cuando Jungkook finge que no siente su mirada; la sonrisa cuadrada de euforia y santa inocencia; la sonrisa triste, pequeña, menuda, cuando rememora sus años bajo el mar. Oh, y qué decir de los lunares, de las perlas que brotan de sus ojos en vez de lágrimas mundanas, de la cicatriz qué le nace en el estómago y cae como cascada por todo su vientre. De todo él.
Igual que el Movimiento de Resistencia Cívica y el MR-26-7 –quiero decir: de forma paralela–, Jungkook no sólo pensaba en Taehyung a la hora de valorar esta toma de decisiones, también pensaba, piensa y pensará en sí mismo. Quiere, genuinamente, conocer a la familia de su novio y quizás dejar de bañarse por, al menos, un mes.
Con algo de duda volvió a mirar a la chica enmascarada, que tenía la expresión de un fan que está a punto de estafar a otro sólo por un boleto para el Hoseok's Tour.
—¿Quieres cuchiplancheo o no? —insistió ella porque ese álbum de ENHYPEN no se iba a conseguir solo.
—Sí, pero-
—Entonces dale. —Dale, Don, dale—. De cabeza.
—Sí, pero-
—¡De cabeza he dicho! —Y la muchacha lo empujó al estanque, porque ella no era su hermana ni su prima. Vota, vota, vota, vo. Vota pa' la piscina. Jungkook, contra todo pronóstico, pero de igual forma predecible, hizo una voltereta en reversa que lo llevó otra vez al mismo punto sin siquiera haber tocado el agua—. ¡Pero Jungkook!
Lo que es no bañarse, mi gente.
—¡Es que no puedo! ¡¿Y si algo sale mal?!
—¡Sé positivo, mmgvo! —gritaron todos los que ahí se encontraban (Namjoon, Chaeyoung, Seokjin y Hoseok, because el resto se quedó en casa para despistar a Taehyung de semejante planazo que ni las acciones del 26 de julio) porque siempre positivo, excepto en ITS, embarazo o Covid.
—¡Apúrate! ¡Ya va a pasar la Luna! —chilló Hoseok y ante la nula reacción del otro le metió un segundo empujón que aquello pareció la función inversa del abuelo de Eugenia de Pardo y Pardo.
Suavecito para abajo, para abajo, para abajo.
La Luna, tan bella ella, besó el estanque y lo hizo burbujear. Jungkook sintió la magia nacer y criarse en su vientre, piernas, dedos, alma. El agua sustituyó a la sangre, el cometa devoró y suplantó su corazón, los cálculos de riñón se fueron al berro, las gafas también. Pequeños luceros titilaron en la fosa y nuestro quesudo esperó pacientemente a que llegara el casting de Disney para trabajar en La Sirenita.
Al salir, seguía sobre sus piernas de hombre.
Suavecito para arriba, para arriba, para arriba
Canciones que seguramente pondría en el Titanic.
—¡Este estanque es chino! —No obstante, Hoseok le comentó que se veía más potaxie—. ¡Sigo igual, no hay nada!
Chaeyoung le pegó un zape en la nuca, porque claramente en H2O las tipas se convertían un día después y ella no podía tolerar esa carencia de infancia y ácido fólico.
—Dicen por ahí que ser culto es el único modo de ser libre —dijo Chae con la mano en el pecho— y que un niño puede ser feo, pero si es aseado se convierte en Harry Cavill. Claramente eres Ti Noel en cloro.
—¿Por feo y esclavo?
—No, por gay.
Porque a pesar de que Ti Noel tuvo doce hijos y trabó a la cocinera tres veces, él nunca olvidó al mandinga.
Ni a su mandinga.
Y puede que Taehyung no sea manco o algo parecido, pero en un universo alterno ellos dos interpretarían a semejantes piezas: Ti Noel y Mackandal; el ganso prieto y el Frank Kafka remix.
Me pido a Maman Loi. Porque entre ser y no ser, Alejo Carpentier siempre será el autor intelectual de pa' la lona.
Y la que trabe.
Pasó el tiempo y pasó un águila por el mar.
Al volver a casa, Namjoon comprendió que si Jungkook de por sí no se bañaba en condiciones normales, menos lo iba a hacer en estas.
La primera señal fue cuando, al otro día y en plena faena de querer cepillarse los dientes (Nam solía quedarse en casa de la parejita de forma espontánea), casi se mete la cabeza contra el lavamanos al enredar sus piernas with una cola enorme de escamas color vasija de aborígenes agroalfareros. Su grito no se hizo esperar y detrás de él llegó Yoongi con los ojos a medio abrir y Taehyung con el corazón en los labios.
Aquella escena superó a la de Frank Kafka.
—¡¿Jungkook?! —preguntó Taehyung, llevándose ambas manos a la boca para contener su asombro. Ice, frío, hielo—. ¡¿Pero qué planeabas, hijo de tu madre?!
Taehyung tan taki-taki rumba, Namjoon tan verbo to be, Yoongi tan juzgamos y después es que escuchamos y Jungkook tan:
—¡Hoy follo! —exclamó la dulce princesa.
La vida sería más fácil si yo tuviera un banner decente.
—¿Quién te metió semejante idea en la cabeza, Jungkook?
La pregunta de Taehyung fue clara y concisa. A pesar de su usual actitud berrinchuda y caprichosa, el chico había creado dentro de sí mismo una versión minimini mucho más madura, resultado de vivir por dos años en la superficie.
El hombre no es malo, es el preuniversitario el que lo corrompe.
Justo ahora, pero veinte minutos después de lo acontecido, el chico se encontraba sentado en una banqueta de madera blanca junto a Jungkook, que yacía sumergido en una bañera espumosa con media aleta afuera. En vez de responderle, optó por salpicarle la cara con gotitas de agua; sin embargo y a diferencia de él, a Taehyung no le afectaban tales boberías.
Siendo un tritón de nacimiento y no uno terrestre (y mucho menos de Mako), a Kim las piernas le habían durado más de lo que duró Hatuey frente a los españoles, debido a la pócima (mmm) patas que le resolvía Chae casi a diario. En consecuencia, esta vendría siendo la primera vez en mucho tiempo que veía una cola, aunque bastante diferente a las que solía vislumbrar.
La de Jungkook parecía menos artificial que la suya, que era brillante y soltaba lentejuelas cada que la agitaba en remolinos.
—Jungkook...
—¡Me dijiste que íbamos a cuchiplanchear si visitábamos a tus padres!
—¡Estaba bromeando! ¿Estás haciendo esto sólo por sexo? —Pero el chico había apartado la mirada, algo invadido por la pena. El rostro de Taehyung se suavizó y con dos dedos en la barbilla logró que ambos ojos, roca de mar y cielo de estrellas, vibraran en complicidad y manos juntas—. ¿Te sucede algo, mi pequeña perla?
—Nada.
Cuando me preguntan que es lo que sólo sé.
—Dime, no voy a juzgarte.
Porque primero se escucha.
—Es que... No hago- No hago esto por eso. O sea, sí, pero... Pero no es sólo por eso.
—¿Entonces por qué es?
El rostro de Jungkook adquirió un temple bastante serio.
—Noto tu sonrisa triste siempre que te miro de reojo.
—No es-
—Sé que extrañas el mar —murmuró, trazando pequeños círculos en la parte escamosa más cercana al estómago—. Lo siento cuando nos quedamos mucho más tiempo de lo necesario en la playa. Sé que extrañas tu mundo. Tenías una vida antes de mí; amigos, trabajo, familia. No quiero que abandones nada de eso sólo por mi egoísmo. No sé, pienso en eso a veces.
—Jungkook, escucha. —Lo llamó Taehyung, tomándole de las manos—. Quiero estar aquí, quiero estar contigo. Tú me diste la oportunidad de elegir y yo me quedé. Soy un adulto, nadie me obligó a hacer absolutamente nada.
—Igual quiero conocer a tus padres. Tú has conocido a la mía. Yo... ¿Por qué encerrarte aquí cuando ambos podemos estar en los dos mundos?
—¿Estás consciente de que no volverás a ser normal después de esto?
Jungkook se encogió de hombros.
—Nunca lo fui. —La conclusión ni siquiera se pensó por más de un minuto—. Habla con Chae. Que te de alguna pócima para revertir el efecto y puedas tener cola. Sé que la extrañas.
Taehyung asintió, dejando un pequeño beso en los labios del otro.
—Gracias. Yo... Gracias.
—No es nada, mi pequeño mar. Ah, y Taehyung... —El aludido, que se había puesto de pie para darle un momento de intimidad a Jungkook, lo miró con la cabeza caída graciosamente hacia un lado. "¿Sí?", había dicho—. El IPhone Mermaid Aqua sí funciona, sólo que en Mako no hay cobertura... Por eso no funcionaba.
Escuchamos y no juzgamos.
—Lo sé —dijo y tras sonreírle se fue.
Insisto, todo sería más fácil si tuviera un banner.
—¿Listo, pequeña perla? Podemos regresar si no te sientes preparado.
14 de febrero.
—Sí, estoy listo.
En Roma celebraban una fiesta divertida llamada Lupercalia, era un día muy normal. Gentes muy ilustres elegían a muchachos que iban por el bosque disfrazados de animal.
—¿Seguro?
Jungkook asintió con premura y Taehyung dio un gran suspiro antes de beber la pócima que Chaeyoung preparó, con una pequeña mueca, esa misma mañana. Lo había llamado finalista, pero a Taehyung poco le importaba.
La playa estaba muy solitaria hoy. Las nubes parecían pintadas en el cielo.
—Vamos a entrar ahora, ¿está bien?
Jungkook asintió otra vez y Taehyung llevó ambas manos a la pequeña cintura, rodeándola para darle seguridad. Para guiarlo también, porque el chico era un miope csm que había dejado sus gafas en el Estanque de la Luna.
Lo guio hasta el corazón de la playa. Hasta su hogar.
Te extrañé tanto. Estoy en casa.
Caminaron juntos, uno detrás de otro. Jungkook tenía sus ojos cerrados, con el miedo y la emoción dibujándose simultáneamente. Kim sentía el nácar formársele en el lagrimal y apretaba con delicadeza la curva del muchacho.
El agua hizo cosplay de chamuco y los agarró de los pies y los hundió y los besó y los llenó de vida. Pequeñas linternas titilaron, hadas de agua y las colas –de oro y diamantes– se chocaron con timidez. Taehyung guio a Jungkook –ya parecía él resumen de Historia– hacia lo profundo, colmado de ternura por el nado torpe e inexperto. El agua pasó de ser fría a tener quince hijos.
—Puedes abrir los ojos. Mírame.
Jungkook acató la orden. Ambas estrellas golpearon de buena manera a Taehyung. Grandes, redondas, dos faroles de fuego negro con destellos blancos. Taehyung lo besó y las perlas cayeron hacia abajo; Jungkook lo sostuvo y lo amó. Como a nadie en la vida.
—Ven, voy a enseñarte nuestra segunda casa. Te gustará.
La tierra y el mar. Jungkook y Taehyung. 82 expedicionarios y Los Cayuelos, Cuba.
Peces de colores, bancos de arrecifes, sirenas yendo a comprar el regalo de sus sigmatritón. El mundo debajo del mar era mucho más bonito que el de la tierra y Jungkook se vio en la necesidad de señalar todo con el dedo índice: las algas, la piedra más fea y gris, el envase de un café.
Aaay, los peces harán unboxing.
En ningún momento Jungkook habló, temeroso de ahogarse y fiel conservador de la naturaleza humana. La tercera generación del Reformismo estaría orgullosa de su muchacho.
Muchas veces se quedó atrás y se fatigó with la misma rapidez con la que un balón te vuela la cabeza en un turno de Educación Física. Taehyung lo llevó entonces consigo, sosteniéndolo de las axilas y cargando con el peso de ser el mejor novio.
Los tatuajes de Jungkook brillaban como los de Moana y algunos pecesitos de colores se posaron sobre su cabellera revuelta. Otros, bastante territoriales, los persiguieron a ambos con el afán de picarles la cola.
Ya cuando estuvo más diestro, nadó aguantado de la aleta brillante.
Según la O.C.E, la noticia de que se había visto a Kim Taehyung nadando por la zona con un pobre diablo tuvo el mismo gran impacto que la entrevista hecha por Herbert Matthews un 17 de abril de 1957 en plena Sierra Maestra y que coincidió, además, con la reunión de la Dirección Nacional del MR-26-7. Los últimos en enterarse fueron, claramente, los padres del susodicho (de Taehyung, no sé Herbert), por lo que la sorpresa fue más que tremenda cuando Jisoo abrió la puerta y se encontró con su hermano. Estaba vivo.
¡Kim Taehyung estaba vivo!
La muchacha de dieciséis años dejó caer el peine de coral que tenía en la mano y abrazó al hombre con todas sus fuerzas.
—¡Mamá! ¡Papá! —llamó ella, meneando su aleta brillante como un remolino. Tan parecida a su hermano—. ¡Abuela! ¡Taehyung ha vuelto! ¡Ha vuelto! ¡Él está vivo! ¡Él está vivo!
Jungkook observó la escena con una mezcla rara de sensaciones. ¿Acaso el muchacho se había ido sin decir nada?
—¡¿Taehyung?! —La madre llegó, con el cabello negro revuelto y descuidado. Detrás vino el padre y por último la abuela. Los tres lo abrazaron—. ¡Volviste, hijo! ¡Pensábamos que te habían navajeado los municipales!
—Perdón, ¿no les dije que iba a ir a una fiesta de quince años? —preguntó cuando el resto se separó de él.
—Sí, pero eso fue hace bastante tiempo, como dos años —contestó el padre. Que lástima, Taehyung no puede hacer chistes de abandono.
—Sí, bueno. Volví a los dos porque ya quince se me hacía demasiado.
La abuela le metió un zape. Taehyung entonces se dio la vuelta, recordando entre risitas a la pequeña sardina que había traído consigo. El resto de la familia recayó en él. Entonces, nuestro faqtritón se mostró dispuesto y hasta emocionado de responder aquella incógnita implícita.
—Mamá, papá, abuela, Jisoo. Él es Jungkook, mi pareja —dijo, mientras lo tomaba de la mano, puesto que apenas podía sostenerse solo. Tenía los cachetes inflados y Taehyung le dijo que podía abrir la boca, hablar con normalidad. Esto último en H2O no pasaba, que conste.
—Me parece que hay mucho que contar —comentó la madre y les hizo una seña con la cabeza para que pasaran al salón —. Entren, les prepararemos algo de comer.
Al escuchar eso, Jungkook se olvidó completamente de que podía ahogarse.
Pronto la familia Kim se colocó sus mejores trapos, sacó la vajilla más fina, los chismes más candentes y llenaron el estómago de Jeon, que no escatimaba en detalles ni en alimentos. A él no le importaba si estaba comiendo la cosa más moralmente cuestionable del fondo del mar. Si era comestible, pa' dentro y a llorar que se perdió el tete.
—¿Por qué te fuiste sin decirnos nada? —La primera pregunta –del padre, claro– entró jugando tosco. Taehyung miró a su madre y la mujer intentó mediar, excusándose de que tenían visita y podían hablar de eso en otro momento—. Nos merecemos una explicación, Yo-Na. Nunca fuimos malos padres, no puedo creer que se haya ido porque no le quisimos comprar un capricho que él más que nadie sabe que no se merecí-
—En realidad... —Taehyung detuvo el parloteo incesante de su padre, con actitud calmada y seria. El hombre se sorprendió bastante y guardó la compostura. Al lado de Taehyung yacía Jungkook, sentado sobre un cojín de algas y con las mejillas llenas, mirando todo con los ojos bien abiertos. Tomó las manos del muchacho y la apretó con suavidad, para demostrarle su apoyo—. Admito que fui un hijo demasiado rebelde e irresponsable, e inmaduro, sobre todo porque ya tenía veinte años, trabajaba y aún así me comparaba con mi hermana de catorce. Supongo que me sentí desplazado porque ustedes nunca fueron así conmigo.
—Hijo-
—El caso es que... Ahora he cambiado. —Taehyung no dejó terminar a su madre—. Y aunque me fui de casa para cumplir mi capricho, realmente me sentía como un mejillón a la izquierda. Vivir aquí era no ser nada. A veces sentía que no era nada para ustedes, porque nunca me destaqué en absolutamente nada. No como Jisoo.
—Nosotros lo sentimos mucho, hijo. No nos dábamos cuenta. Seremos más conscientes a partir de ahora. —Se disculpó el Señor Kim y Taehyung asintió, con la mirada hacia el plato de Jungkook. Le sirvió más comida y este hizo una pequeña venia de agradecimiento.
—Si te sirve de consuelo, no tengo el móvil —informó Jisoo, ladeando la cabeza—. Es una ostra de todas formas.
—Bueno, ¿y si mejor dejamos este tema? Estoy seguro de que Jungkook está loquito porque le hagas el interrogatorio que hacen todos los padres —dijo Taehyung, mirando al hombre mayor con una sonrisa abierta.
Jeon se ahogó con un trozo de comida. Taehyung le palmeó la espalda de tal forma que probablemente le quebró la columna vertebral. Ni modo que tomara agua.
—¡¿Qué?! ¡No!
—Sííí, si estabas ansiándolo.
—¡Serás mentiroso!
La abuela Kim se rio. El padre se metió en su mejor canal.
—Bueno, Jungkook, ¿no?
—Sí —respondió él y gesticuló un "no te rías" al faqtritón, quien le indicó que atendiera. El padre carraspeó, tras llevarse algo de aspecto sospechoso a la boca.
—¿En qué trabajas? —preguntó.
—Soy Sugar Baby.
Fue el turno de Taehyung de ahogarse. La abuela le metió un zape, mientras comentaba:
—Yo tuve uno de esos.
—¡Abuela! —chillaron los dos nietos.
—¿Sugar qué? ¿Qué es eso? —preguntó el padre.
—Un trabajo donde sólo existo y me pagan y dan regalos. Con la diferencia de que es mi mejor amigo. Es mi amigo con derechos, pero monetarios.
—¿Tu padre sabe de esto? —preguntó la madre, bastante afectada.
—Me abandonó a temprana edad.
—Ay, como tu padre, Tae Hon. —Se burló la abuela y el Señor Kim le dedicó un bombastic side eye.
—Pero no se preocupe, suegrillo. Alguien más tomó el puesto de figura paterna.
—¿Chayanne?
—No, el padre de la Patria.
Laik si no entendiste el chiste.
—¿Tienen planes a futuro? Quiero decir, ¿qué harán? ¿Qué te propones con mi hijo?
—No puedo asegurar eso, Señor Kim —dijo y Taehyung lo miró, algo ansioso por la respuesta que el otro iba a dar. La incertidumbre era un sentimiento que no le gustaba mucho—. Tenemos una casa en la playa, cinco perros, doce más uno gallinas. Estamos bien... Pero mañana podemos no estarlo. Lo que quiero decir es que amo a su hijo y aunque no sé lo que podrá pasar en el mañana, sólo sé que será él quien me deje y respetaré su decisión. Sólo y sólo si él está de acuerdo, quiero que lleguemos juntos hasta donde ya no sea posible. Perdón, me explayé.
Hasta el vecino derramó perlas en ese encuentro.
Ay, no. Eso sonó raro.
—Jungkook, eso es... Te amo —susurró Taehyung y Jungkook le sonrió, levantando los hombros como si fuera imposible no decir todo aquel discurso.
—Veo que eres un buen muchacho, está bien. Cuida a mi hijo. —Terminó por decir el Señor Kim, juntando ambas manos azuladas sobre la mesa de nácar.
—¿Eso eso todo, papá? —preguntó Jisoo, con su cabello flotando en ondas—. ¿Ni una amenaza ni un nada? Como se pierden los valores.
—Hablando de eso, suegrillo. —La intervención captó los seis pares de ojos (incluyendo a los del vecino) y Taehyung supo que se venía la trastada más grande de todos los tiempos—. ¿Los tritones tienen pito?
La madre estalló en carcajadas, levantándose de la mesa bajo un "voy a buscar el postre".
Es cierto, ¿los tritones lo tienen? Si conocen a uno me dicen para confirmar.
Dicen por ahí que hay que tener cuidado con tus sueños, porque son la sirena de las almas. Ella canta. Nos llama. La seguimos y jamás retornamos.
Pero Taehyung volvió a casa y Jungkook, tal vez, comenzó a vivir.
Er diavlo, 6000 palabras. Tenía planeado hacerlo más corto porque la larga te la tragas, pero equis. Laik si quieren capítulo de smut acuático, no tengo nada más que hacer en esta vida y capaz lo pueda publicar en dos años más.
Bss en el ane y recuerda: si sientes que no encajas, ntp, yo te la encajo. ¡Feliz San Atunín a todas! Bye.
Pd: También quise ponerme en onda con la chaviza e hice esto:
Bss y bendiciones 🔥
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