Todo estaba oscuro, mi cuerpo reaccionaba a contracorriente de mi mente. La veo correr, huir de mí y yo sigo corriendo, por miedo a que se escape de mis manos.

Sus llamativos ojos verdes que antes me miraban con amor y pasión, ahora me miran con miedo. Su delicado cuerpo corre con su vestido empapado en sangre. Su respiración entrecortada se puede escuchar desde la lejanía y sus sollozos ruidosos también.

Intento correr más rápido y la abrazo por detrás, haciendo que me dé patadas, codazos y que grite todo lo que puede y más.

-Emily, escúchame, no he sido yo... no he sido yo-llora y con un último codazo se separa de mí y corre.

Mis puños se cierran y mi nariz se dilata con cada inspiración , de la rabia. ¿Quién se cree para huir de mí? Corro detrás de ella y es en ese momento cuando el semáforo del tren indica que va a pasar. Ella me mira y yo avanzo rápidamente hasta llegar a ella. Cojo su brazo y ella grita mi nombre cuando la empujo.

-¡HUGO! -grita tirada en la vías del tren.

Empiezo a alejarme mientras escucho su voz, llamándome, suplicándome que la recoja, que la ayude a subir, que me perdona, que volveremos a estar juntos. Pero todo eso se acabó , me recuerdo una y otra vez mientras camino más rápido según escucho al tren acercarse. Un grito sordo se escucha, dejando el silencio y la tranquilidad una vez el tren se marcha.

Me alejo sin mirar atrás , ella no se lo merece. Ella no sabe todo lo que he luchado para que estemos juntos. Su familia, sus amigos... todos, estaban en contra de mí y yo...yo lo único que he hecho ha sido quitarlos del camino, para poder estar juntos. Tal y como quería ella, pero ahora... ahora parece que sólo le importaba la opinión de su querido amigo más que la suya propia.