CAPÍTULO TREINTA Y SIETE

23 de septiembre, 2011

Hay tanto ruido que no soy capaz de escuchar mi propia voz y no estoy mintiendo cuando digo el suelo tiembla, hay una energía ansiosa y eléctrica contagiosa que me tiene sintiendo cosquillas.

¿Así se siente venir a un concierto? ¿O se trata de que sea de BG.5?

El grupo se presenta en el estadio de Wembley, es la primera vez que piso este lugar tan icónico, lleno de historia e intimidante. Me impresiona el cómo BG.5 lo llena, los susurros resuenan al mezclarse unas voces con otras. Es una experiencia que sé que me gustará vivir.

Hace unas horas había estado en el camerino con las ganadoras de un sorteo que tuvieron la oportunidad de tomarse foto con los chicos y aproveché para realizarles unas preguntas tras una previa autorización. Me conmovió la emoción con la que hablaban de los chicos, sus canciones y ellos en general, el cómo aseguran que les salvó la vida, que son sus lugares seguros.

Ahora estoy en unos buenos puestos junto a mi hermana, Isla, Hilary y para mi sorpresa Nannete, la cita de Ethan en el cumpleaños de Harry, que nos permiten ver el concierto de manera espectacular.

Aun me siento nerviosa de que Dan se esté quedando con los padres de Harry, no quiero parecer abusiva, pero ellos lucían encantados y para mi sorpresa mi hijo no se quedó llorando, estaba demasiado feliz en el jardín con Hannah.

Katherine liberó la fanática que lleva adentro, incluso ella trae una bandana en la cabeza con el logo de la banda y pines en el pecho mientras sus ojos se encuentran dilatados, pareciera que hubiese tomado éxtasis o droga.

Tengo la camisa que Dexter me regaló hace un tiempo, esa que me obligó a usar en el aeropuerto de Liverpool cuando los recibí, aunque para ser sincera la camisa es cómoda y Doug la diseñó, por lo que me encanta.

Tomo de mi gaseosa mientras disfruto de la banda telonera, unos adolescentes que hacen muy buena música, son nuevos, pero por alguna razón Katherine y miles de chicas ya se saben las canciones.

Hilary ríe mientras ve a Katherine, Nannete está sentada en su puesto distraída con su teléfono y tomándose fotos donde tiene que salir muy guapa porque lo es en tanto Isla permanece sentada, indiferente a todo, quizás sea la costumbre de estar en estos conciertos, pero no me veo a mí misma cansándome de esto.

A pesar de no conocer a los teloneros, sigo el ritmo con mi cuerpo mientras bromeo con Hilary, para ser honesta ella me cae genial y congeniamos bastante bien, podríamos terminar siendo muy buenas amigas.

Cuando los teloneros bajan del escenario, los gritos se hacen más fuertes y para el momento en el que las luces se apagan, siento que me quedaré sorda y que estamos en presencia de un temblor por la manera desenfrenada y abrumadora en la que el grupo estalla en euforia. Es demasiada adrenalina y emociones, me preocupan, muchas lloran y están fuera de sí.

Un vistazo a mi hermana me hace notar que llora y grita de manera histérica, con las manos empañándose parte de la camisa como si no pudiese con tanta energía y emociones en su cuerpo.

Lo primero que se escuchan son unos redobles y me agarro del brazo de Hilary, quien me sonríe. El reflector apunta al centro del escenario e ilumina a Harry Jefferson creando ese sonido en la batería, las cámaras dando coberturas en las pantallas, enfoca su sonrisa de ojos entrecerrados y entonces, miro sus baquetas ¡Son las que Dan y yo le regalamos!

El resto de los miembros salen desde abajo y genuinamente creo que el estadio se derrumbará. Andrew toca algunos acordes de su guitarra que son seguidos por Dexter con el bajo.

—Oh mi Dios, oh, mi Dios —repite mi hermana apretándome con fuerza el brazo.

Su emoción me hace feliz, sé que merece vivir esta experiencia.

Ethan se ubica frente a uno de los micrófonos, justo en el medio, mira todo el lugar y una sonrisa lenta comienza a dibujarse en su rostro haciendo que las declaraciones de amor también lluevan sobre él.

—Buenas noches, damas y caballeros —Su acento de Bolton las enloquece— ¿Están listos? Porque esto va a comenzar.

—¡Un, dos, tres, cuatro! —grita Harry marcando con las baquetas y entonces todo comienza.

Si antes el suelo temblaba como si estuviéramos en presencia de un temblor, ahora parecía que estábamos en presencia de un terremoto. La fuerza de la batería ligada con los otros instrumentos me hace sentir la música recorrerme el cuerpo, como si estuviera incrustada en mis venas, bombeando hacia mi corazón.

Girl in the dress comienza a sonar e inmediatamente todos gritan, es un concierto que inicia con fuerza. No puedo evitar cantarla como todos los demás y junto a Hilary y mi hermana, Isla sigue el ritmo con su cabeza.

Durante las primeras tres canciones estoy saltando y cantando como una adolescente descarriada con una adrenalina increíble.

Andrew con una sonrisa toma su micrófono y su mirada es llena de picardía haciendo a suspirar a miles de personas.

—Muy bien, esta noche está resultando ser calurosa —dice con su voz suave, se escuchan fuertes te amo—. Yo también te amo, cariño —responde guiñando un ojo, Isla se tensa y me doy cuenta de que el Andrew sobre el escenario es el auténtico, ese del que los chicos me hablaron—. Aí que en una noche calurosa como esta, es necesario cantar algo caliente.

—Muy caliente —dice Ethan en su micrófono.

—Tan caliente como el infierno —Le sigue Dexter en el micrófono de Andrew guiñando un ojo.

—Doug ¿podrías decirnos qué canción podemos cantar? —pregunta Andrew viendo hacia el teclado en donde se encuentra Doug.

—Creo que me gustaría... —murmura Doug riendo mientras Harry le hace señas desde la batería y él le asiente—. Mine, no hay nada más caliente que saber que todas estas Fivers son mías .

Harry marca el inicio con la batería pues el inicio de la canción es movido y sé que la disfrutaré porque es del primer álbum, una de las que ya me sé y me encantan.

Andrew se lame los labios haciendo que las chicas lo codicien e Isla solo se tensa más, pero no le presto atención cuando él comienza a cantar. Bendita sea la voz celestial de Andrew Wood.

Empezó, ya cambió, todo es diferente.

Mírate, sabes bien, eres tú mi suerte.

No me importa lo que digan, te deseo sin medida. Desenfreno y anhelo, puedo sentir las chispas.

No te gusta decir no, no te detengas, deja que las prendas caigan.

Déjame ver que hay debajo de ti.

Te deseo, te deseo. Oh, nena, tengo tanto anhelo.

Puedo sentirlo, y si mi acerco a ti, tú también me sentirás.

Es increíble cómo se las ingenian para hacer canciones con tal connotación sexual de una manera sutil.

El concierto transcurre de manera asombrosa, muchas canciones no me las sé, pero soy capaz de reconocerlas, y no dejo de reír, sonreír y saltar, sintiéndome una con el público. Sintiéndome Fiver.

Romper, gritar, destruir la habitación en donde existió lo que una vez fue.

Golpear, odiar, patalear y quemar todo lo que me recuerde que estuviste aquí.

¿Dices que es infantil? ¿dices que no duele?

No lo sabes, no sabes lo que es sentir. No sabes lo que es querer, no sabes lo que es amar.

Ir lejos, olvidar... eso nunca pareció sencillo, eso nunca será fácil. Te quedaras en el olvido.

Esas son las canciones que mi hermana canta con llanto de Forget como si acabaran de romperle el corazón y por supuesto que lo grabo y se lo envío a Keith.

—Esa canción la escribió Ethan hace tres años, cuando su novia rompió su corazón —me dice Hilary al oído y yo asiento sintiendo simpatía, porque la canción en cierta medida muestra desilusión hacia alguien.

Mi teléfono vibra con una respuesta de mi hermano.

Keith: Me has hecho el día, esa niña está en la mierda llorando. Jajaja no paro de verlo, creí que su corazón saldría por su boca.

Keith: Las amo, cuídense. Su hermano ardiente las extraña

Río y continúo disfrutando de lo que tiene que ser el mejor concierto.

***

A la medianoche llegamos a casa de los padres de Harry y cuando entramos, todo está en silencio. En voz baja Hannah me hace saber que Dan se encuentra dormido y que la pasaron muy bien, parece encantada con mi hijo y no deja de repetirme que tengo que volver a traerlo.

Harry me guía hacia su antigua habitación en donde acostaron a mi bebé. Las paredes son azules como una noche estrellada y tiene los planetas dibujados en el techo, es increíble la decoración, pero estoy más fascinada por el niño de tres años que duerme abrazado a una almohada y en pijamas de pequeñas estrellas en el medio de la cama.

Me acerco, beso su frente y lo tomo en brazos de inmediato acurruca su cabeza en mi cuello mientras sus manos se aferran a mi camisa y suspira.

—Quelo chocolate —murmura entre sueños y Harry y yo reímos.

—Siempre tan dulcero —dice Harry guiándome hacia la sala en donde me despido de sus padres.

—Muchas gracias, lamento si les cause alguna molestia.

—Para nada, Kaethennis, Dan es una dulzura, debes traerlo de nuevo antes de irte a Liverpool —Me pide Carter besándome la mejilla al igual que Hannah.

—Claro, lo haré. Muchas gracias.

—Gracias a ti por tener con esa gran sonrisa a nuestro Harry —Me despide Hannah besando la mejilla de Harry.

—Hilary se quedará en el apartamento de Dexter, él mañana la llevará a la universidad —Les avisa Harry abrazando a su papá—, paso mañana en la mañana para que comamos ¿vale?

—Está bien— mi cielo —Se despide Hannah con dulzura.

Harry y yo salimos y nos dirigimos a su camioneta en donde Katherine nos espera. Me subo de copiloto y tras acomodar a Dan en el portabebés que Harry se encargó de tener para este viaje, un gesto que aprecio muchísimo.

—Azul me compio... —murmura Dan entre sueños.

—Está soñando contigo —Le hago saber a Harry—, seguramente que le compraste chocolate.

—Por supuesto —me dice poniendo en marcha el auto.

—Mañana me gustaría ir a London Eyes —digo tras largos minutos en los que conducía en silencio — ¿Quieres venir con nosotros?

—Desayunaré con mamá y luego tengo una entrevista en la radio, después una en la televisión —hace una mueca —. Lo siento, nena, no creo que pueda.

—No te preocupes, habrán más oportunidades.

—Pero puedo llevarlos a cenar —me dice recuperando su sonrisa.

—Nos encantaría —responde Katherine desde atrás haciéndonos reír, ella se sonroja.

—Entonces tenemos una cena mañana.

—Creo que hoy termino los últimos dos capítulos de la biografía —Le comentó.

—Eres tan eficiente, siento que ha sido todo muy rápido.

—El tiempo pasa volando cuando la pasas tan bien —murmuro.

Tras unos minutos más llegamos al hotel en donde me hospedo, Katherine se despide besando a Harry en la mejilla y se sonroja mientras huye dejándonos a solas junto un dormido Harry Daniel.

Harry besa la frente de Dan en mis brazos y luego me toma la barbilla entre los dedos dándome un beso suave en la boca. Me encantaría que se quedara, pero tiene compromisos muy temprano y yo debo concentrarme en terminar la biografía si quiero disfrutar más de este viaje.

Cuando liberar mis labios suspiro haciéndolo sonreír de manera ladeada.

—Nos vemos mañana, diviértete en el London Eyes.

—Técnicamente nos vemos ahora —corrijo.

—Entonces serán menos horas las que pasaremos separados —dice antes de inclinarse y besarme una vez más—. Te quiero .

—También te quiero.

—Quelo... —murmura Dan entre un suspiro acurrucándose mucho más a mi cuello.

***

«Entre letras divertidas, románticas y fiesteras BG.5 ha hecho un largo recorrido durante los últimos siete años y medios, conquistando corazones y cada rincón del mundo.

¿Qué gusta de BG.5? esa es una respuesta tan difícil que ni siquiera ellos saben responder, es difícil descifrar que te hace amarlos y ansiar saber de ellos, es una magia envolviéndote. Te atrapa y no quieres correr.

Pero algo queda claro: BG.5 es más que una banda, cuando le pregunté a Fivers palabras que asociaran con la banda, no hubo dudas en sus respuestas:

Alma.

Familia.

Una emoción.

Un sentimiento.

Lugar seguro.

Hogar.

Así que cuando empieces este recorrido, ten en cuenta que no volverás a estar solo porque tienes toda una familia esperando por ti...»

Continúo leyendo en voz baja los últimos párrafos del último capítulo de la biografía, aun me quedaba escribir lo que podía considerarse un epilogo, aunque ciertamente no lo escribiré yo, lo hará BG.5. Técnicamente una vez le envíe los últimos cinco capítulos a Amelia y ella les dé el visto bueno, mi trabajo habrá finalizado.

Y estoy orgullosa de ello.