Capítulo Setenta y Uno




CAPÍTULO SETENTA Y UNO

23 de agosto, 2012

He ido a varias bodas en mi vida, pero estoy segura de que está nunca la olvidaré. No importa que sea sencilla, que sea por civil y que ellos ya tengan a un hermoso niño que no deja de estirar sus bracitos hacia Keith para que lo tome. Ver a Keith y Bridget adquirir un compromiso tan grande como el matrimonio, es algo hermoso.

Dan está sentado sobre mi regazo con su cabeza recargada de mi pecho mientras juega con un mechón de mi cabello, es una suerte que efectivamente desistió de quitar la pajarita rosada de su cuello. Estamos sentados en la primera fila y  Halle se encuentra en su coche siendo mecido por Harry, aunque desde el puesto de atrás Doug parece querer saltar y tomarla, aun cuando Harry le da malas miradas y le repite una y otra vez que la deje dormir.

Las ceremonias por civil suelen ser cortas, por ello no me extraño cuando debo ponerme de pie y firmar como testigo, supongo que eso es lo más cerca que estoy para considerarme madrina de la boda.

Cuando Keith mira hacia atrás inmediatamente Adam, en los brazos de papá, estira una vez más los brazos hacia él haciendo soniditos de querer llorar. Al menos Bridget esta vez tuvo la decencia de no disfrazar o vestir de animalito a su hijo para su boda.

—Ayam —dice Dan señalándolo a nuestro lado, lo cual es bueno porque Adam olvida su necesidad de Keith y se concentra en intentar tomar la pajarita de Dan—. No, Ayam.

—Adam, deja la pajarita de mi niño —le pido a mi sobrino, quien me sonríe y aplaude, no me resisto a besarle una regordeta mejilla antes de volver mi atención a sus padres.

—¡Joder! Qué pesado, deja a mi hija dormir —reprende Harry dándole un toque a la mano de Doug, no puedo evitar reír.

—Harry tienes grandes problemas para compartir—musita Doug viendo con anhelo a una durmiente Halle luego mira a Dan con una sonrisa— ¿Qué hay de ti? ¿Me dejas cargarte?

—Él está muy cómodo con su mamá —responde Harry aun cuando Dan le sonríe a Doug.

—Bastardo egoísta, creí que te habían enseñado a compartir —Se queja Doug cruzándose de brazos y fingiendo estar molesto, Andrew rueda los ojos y le dice algo murmura algo al oído que lo tiene riendo—. Tienes razón, Andrew.

Vuelvo mi atención al frente donde Bridget y Keith son declarados marido y mujer legalmente. Se ponen de pie y luego mi hermano procede a besarla con mucha delicadeza, quiero llorar, Keith está besando a Bridge como si ella fuera su vida, la vida que quiere proteger.

Adam estira los brazos hacia ellos y comienza a llorar haciendo que sus padres le den la atención que reclama. Keith estira los brazos hacia él, mi papá inmediatamente se lo pasa, aunque Adam prácticamente se arroja, todos nos ponemos de pie y aplaudimos.

Mi hermano ha construido su familia, el hermano que pensé nunca vería sentar cabeza y dejar las relaciones esporádicas, esta frente a mí, convertido en un padre de familia y un hombre casado. Estoy tan orgullosa de él.

Harry enlaza su mano en mi cadera, besa la cabeza de Dan y luego mi mejilla, yo también he construido mi familia.

Halle comienza a llorar y Doug aplaude con alegría aproximándose al coche dándole una mirada de superioridad a Harry que me hace reír.

—Déjenme, yo me encargo — anuncia tomando a Halle que comienza a calmarse en sus brazos.

—No tienes la comida que ella quiere así que en cinco minutos será una fiera y tendrás que dársela a Kae — le dice Harry guiñándole un ojo y eso es exactamente lo que sucederá, pero por ahora Doug tiene su capricho de tenerla para él.

***

—Qué buen bailarín, joven —Halago a mi hijo haciéndolo reír en tanto lo mantengo pegado a mi cuerpo, balanceándonos.

Sus brazos se envuelven alrededor de mi cuello. Estamos en la celebración en el jardín, lo han convertido en una buena pista de baile. Giro en una vuelta rápida que lo hace reír y envolver con más fuerza sus piernas alrededor de mí; me encanta escucharlo reír. Uno de los recuerdos más claros que tengo en mi vida es cuando a los cuatro meses Dan río con fuerza por primera vez cuando le hice el típico juego de "¿Dónde está Harry Daniel?" ese día lloré con alegría y en medio de risas mientras me daba cuenta que nunca dejaría de amarlo.

Y aquí estoy, sigo enloqueciéndome por ese dulce sonido y más cuando soy la responsable de ello.

—Buenas ¿Me permite esta pieza con el joven? —pregunta Hilary con una sonrisa.

Dan le da una gran sonrisa arrojándose a sus brazos y pienso en ir por una bebida, pero frente a mi aparece Andrew extendiéndome su mano y la acepto comenzando a bailar con él. Por supuesto que lo hace de maravilla.

—¿No estás peleándote junto a los demás por cargar a Halle? —pregunto divertida.

—Ya tuve mi turno ¿Notas esta mancha? —señala un costado de su traje— Ella me vomitó después de que Doug la agitara.

—Le dije que no lo hiciera o eso pasaría.

Me hace girar luego me inclina hacia abajo haciéndome reír y me da una gran sonrisa. Es increíble notar cómo ha resurgido, como sus sonrisas son más reales y la comodidad de ser él mismo.

Andrew estuvo escondiendo por mucho tiempo una gran personalidad.

—¿Sabes que ella me escribió? —me pregunta dando otra vuelta.

—¿Isla?

—Sí —hace una mueca y luego me da una sonrisa irónica—. Dijo que sentía si estaba lastimándome, pero que a veces es mejor cortar de raíz aquello que nos hace daño...

—¿Esa no es acaso la letra de una de sus canciones del segundo álbum? —pregunto incrédula.

—Ella tuvo el bonito gesto de citar las letras de una de nuestras canciones ¿no es encantadora?  no puedo evitar reír por la manera en la que lo dice— ¿quieres saber que le respondí?

—Por supuesto.

—Le dije que en donde citara mis canciones nuevamente iba a demandarla, le desee suerte encontrando a alguien lo suficiente moldeable para ser lo que ella quiere y esconder las partes que ella no tolere. Por supuesto que luego le dije que esperaba y le fuera bonito, pero que en un futuro cuando miré atrás no se atreva intentar volver a mí, porque he aprendido a vivir sin ella, a tenerla como un recuerdo, uno agridulce, pero al fin y al cabo, un recuerdo.

—¿Qué te dijo ella en respuesta?

—Chismosa —Me acusa—. Dijo que yo no era así, a lo que respondí que es porque nunca me dio la oportunidad de que le mostrara quién era yo.

—Estoy orgullosa de ti.

—Gracias, también estoy orgulloso de mí, por ello me hice un nuevo tatuaje muy cierto: sí creo en mí, creeré en ti. Ya sabes, no volveré a ocultarme para que alguien me ame.

—¿Sabes? Hace unos días Jenny vino al apartamento —murmuro.

Asiente, seguramente Harry lo puso al día.

La verdad es que no fue una visita agradable, era una mañana caótica en la que Halle estaba irritable y Dan estresado por su llanto. No sé si ella pretendía discutir, pero Harry puso fin a todo antes de que siquiera iniciara dejándole en claro que la quería fuera y lejos de nuestras vidas. Creo que fue un cierre necesario que no pedí, pero que agradezco. Me da tranquilidad saber o al menos esperar, que no vuelva a aparecerse en nuestro hogar.

—Estoy seguro de que finalmente lo entendió —asegura Harry y asiento en acuerdo.

—Es agradable que pienses de ese modo, Andrew.

—¿Me dejas bailar esta canción con mi chica?

Andrew sonríe, me guiña un ojo y deja que la mano de Harry tome la mía. A diferencia de Andrew, Harry lleva ambas de mis manos a su cuello mientras las suyas se ubican en mi cintura acercándome a su cuerpo. Su nariz acaricia de manera lenta y dulce un costado de mi cuello, dejando rastros de vellos erizados en tanto sus manos se afianzan en la parte baja de mi espalda.

—Hueles delicioso, Kae.

—Gracias, ya sabes que todo en mí es delicioso.

—Puedo dar fe de ello —concede regalándome una sonrisa llena de picardía.

Una de mis manos se traslada a su barbilla acariciándolo.

—¿Alguna vez te he dado las gracias por lo que hiciste hace cuatro años? No cualquiera se hubiese detenido a ayudar a una desconocida histérica a punto de dar a luz.

—No te viste de la manera en la que yo lo hice

»Vi a una chica increíblemente hermosa que me necesitaba y a la que no podía simplemente darle la espalda. Me necesitabas, Kae y nunca me arrepentiré de haber estado ahí.

No puedo evitar colgarme de él y abrazarlo con fuerza, recargando mi cabeza de su hombro.

***

6 de septiembre, 2012

—¡Kae apúrate! Ella se está durmiendo — grita Harry desde el baño.

Termino de acostar a Dan, beso su frente y camino a rápidamente a la habitación de Halle.

Tomo su shampoo, su toalla y jabón especialmente para ella, a paso apresurado camino hacia mi baño en donde Harry la tiene en pañal en tanto ella bosteza.

—No la dejes dormir —pido comprobando la temperatura del agua en su bañera.

—¡Vamos, dulzura! Mantén esos ojos abiertos y luego tendrás tu amada tetita.

—Quítale el pañal y cuidado si se hace pis.

Harry asiente y mientras lo hace, mi hija se queja y aunque se lo advertí Harry acaba con pis de Halle en su camisa cuando la apoya contra su pecho. Literalmente ella se acurruca y lo orina haciéndome reír de la expresión en su rostro.

La tomo cuando me la entrega y poco a poco sumerjo sus pies en el agua para que se adapte, se queja y abre más los ojos, pero al menos no llora.

Harry y yo le hemos agarrado la táctica para que no llore y solo se queje. La acuesto con su cabeza acunada en la palma de mi mano y con mi mano libre la baño.

—¿Quieres darle biberón después de que la bañe? —Le pregunto a Harry sabiendo que hay biberones con mi leche en el refrigerador.

—Sí, aunque ella prefiere cuando es directamente de tus tetas y no la culpo.

Me río y pido el shampoo que no duda en ponerme en la mano.

Harry le habla mientras la baño y ella parece mirarlo, quejándose ocasionalmente, pero afortunadamente sin llegar a llorar.

Parece tan cómoda en el agua que la mantengo ahí por un tiempo, cuando mi dedo acaricia bajo su diminuta bonita boca, ella tiene el reflejo de sonreír y es hermosa.

Riendo repito la acción y una vez más las comisuras de Halle se alzan en una boba sonrisa que resulta preciosa en su rostro de querubín.

—Ya sé cómo hacerla sonreír para las fotos — murmura Harry tomando la toalla y enrollando a nuestra hija en ella cuando se la entrego.

—Es un reflejo, no una sonrisa real.

—Pero la tomaré como su primera sonrisa adrede —asegura.

Sale del baño con Halle y me deja recogiendo. No puedo evitar sonreír mientras tomo su diminuta ropita color azul que estaba usando anteriormente. Realmente estoy disfrutando de esta etapa de mi vida en la que soy una mujer de familia.

Halle parece haber caído profundamente en un sueño cuando Harry aparece en la sala sin una bebé y no se escucha llanto.

—No estoy acostumbrada a este silencio— digo haciéndolo reír.

—Solo imagina cuando ella crezca y los dos estén correteando por todo el lugar, peleando por algún juguete o haciendo travesuras juntos —parece pensativo antes de darme su espléndida pequeña sonrisa— o solo imagina cuando vengan más bebés.

—¿Más bebés? Intenta más fuerte, porque la fábrica de bebés ha cerrado hasta el nuevo aviso.

—Ya verás cómo se abrirá para mí una vez más.

—Suena como si me retaras, Harry Jefferson.

Me dejo caer en el sofá y se sienta a mi lado acurrucándome contra su costado en donde suspiro.

—Ya sabes que soy un hombre de retos. ¿Qué tal besuquearnos aprovechando que nuestros hijos duermen?

Río, pero atrapa el sonido con su boca en una sesión de besos apasionados, lentos y dulces que nos tiene sonriendo como adolescentes e hirviendo a fuego lento, a la espera de nuevamente volver a estar juntos sin ropa, con él dentro de mí.

***

15 de septiembre, 2012

Bebo de mi jugo mientras a través de la mesa los ojos que tanto me cautivan, me regresan la mirada.

Finalmente Harry y yo, después de mucho tiempo, tenemos un momento para nosotros. Él me da su pequeña sonrisa antes de pasar su lengua por su labio inferior sabiendo como ese gesto me calienta el cuerpo.

—¿Te he dicho lo hermosa que te ves hoy?

—Algo de eso te escuché decir.

Nuestros niños están siendo cuidados por nuestras hermanas y con los biberones de mi leche sé que Halle puede estar al menos unas cinco horas sin mí, aunque nos costó dejarla. Sin embargo, necesitábamos esta salida.

Nos encanta ser padres, los disfrutamos, pero somos muy conscientes que también necesitamos nuestro momento como pareja.

En medio de miradas secretas y sonrisas infantiles procedemos a comer, la comida esta deliciosa y por supuesto que no puedo evitar hacerlo saber con un sonido de deleite que mantienen los ojos de Harry sobre mis labios.

—No sabes cuánto me enciende escucharte hacer ese sonido, eres increíblemente caliente.

—Exagerado.

—No estoy bromeando ¿Tienes idea de cuán orgullo estoy de tenerte como la mujer de mi vida? Quiero presumirte y marcarte de todas las maneras posibles ¿Acabará hoy nuestra espera?

—Quién sabe...

Comemos entre risas y miradas risueñas, no me canso de repetirme una y otra cuánto amo a este hombre. Le cuento de mis planes, sobre cómo me estoy movilizando para comenzar a instaurar una pequeña editorial, un comienzo para una nueva faceta profesional.

Él habla sobre cómo está ansioso del lanzamiento del séptimo álbum de BG.5 en unos días, ese que lleva por nombre Hottie. Me deleito de la caricia de su mano en la mía, de esa mirada ardiente y amorosa que mis ojos son capaces de devolverle, de sus labios curvándose en cada sonrisa que regala. Nuestro tiempo trascurre en una nube de la que no creo bajemos muy pronto. Cuando terminamos el postre y él paga la cuenta y tomados de la mano, siendo aturdidos por muchos flashes, subimos a su camioneta.

—Pensé que tras un año y meses ellos ya estarían acostumbrados a vernos juntos —murmuro mirándolo esquivar a los fotógrafos.

—Ellos nunca van a cansarse, es su trabajo.

Logra salir del estacionamiento sin arrollar a ningún fotógrafo. Nuestra conversación fluye mientras conducimos hacia nuestro hogar.

Cuando llegamos al apartamento, Hil y Kathe se encargan de hacernos saber cómo nuestros niños no les dieron trabajo, que están durmiendo y que esperan y la hayamos pasado estupendo. Se despiden de nosotros con grandes y exagerados abrazos antes de dejarnos en la tranquilidad del silencio.

—Iré a revisarlos —me hace Harry besando cortamente mis labios.

—Vale, iré alistándome para dormir.

Camino a paso rápido a nuestra habitación porque quiero tomarlo por sorpresa. Abro el cajón donde guardo mi ropa interior y tomo con rapidez lo que junto a Bridget me encargué de comprar.

En nuestro baño me desnudo dejándome los zapatos de tacones y no tardo en vestirme con un babydoll azul y blanco.

Me encanta la manera en la que los bordes son azules mientras se van degradando hasta volverse blanco, la tela es tan fina que fácilmente se trasparenta y la tanga diminuta deja muy poco a la imaginación.

Cepillo mi cabello hasta dejarlo abundante y sonrío a mi reflejo.

Me veo increíble y sé que él enloquecerá.

Hay cambios en mi cuerpo, unos pocos kilos de más agrupados en mis muslos, mis pechos y mi vientre aún no ha vuelto ser plano, estoy en un proceso de reconocer nuevamente mi cuerpo, pero no estoy enojada con el proceso, estoy aprendiendo a disfrutarlo.

Escucho movimiento fuera del baño, lo que me asegura que Harry está desvistiéndose y con una sonrisa salgo, encontrándolo vistiendo solo unos bóxeres cortos, ajustados y color negro. Está sentado en la cama y no nota mi llegada.

—Buenas noches, señor Jefferson —murmuro suavemente captando su atención y no me pierdo la manera en la que su pecho se eleva en una respiración profunda en cuanto me mira.

La manera en la que su mirada azul se desliza por mi cuerpo hace que todas las partes correctas de mi cuerpo reaccionen con intensidad, cada centímetro de mi cuerpo extrañas las caricias y placer que solo su cuerpo sabe darme.

Cuando sus ojos alcanzan los míos, su sonrisa pequeña y traviesa se muestra mientras con su índice me pide que me acerque, lo que no dudo en hacer.

Cuando me tiene frente a él, desliza su nariz por la abertura frontal del babydoll y me estremezco, enloquecida por su toque.

—Esto es una jodida sorpresa que me tiene pensando cosas sucias que quiero hacerte, Kae.

—Me alegra escuchar eso —es mi respuesta mientras peino su cabello hacia atrás con mis manos.

Las manos de Harry se trasladan a mi cintura, ubicándome a horcajadas sobre su regazo, haciendo colisionar su erección contra mi centro húmedo, apenas una fina capa de telas nos impide que esté dentro de mí.

—He estado esperando tanto por esto que temo que será rápido, nena.

—No importa —susurro—, siempre podemos empezar de nuevo.

Me muelo contra él gimiendo por lo bien que se siente e inmediatamente sus labios capturan los míos, besándome con una pasión desenfrenada que me tiene gimiendo y arqueando mi cuerpo hacia él.

Me muevo sobre él y estoy segura de que humedezco su bóxer. Tomo sus manos guiándolas a mis pechos en donde aprieta antes de tirar de los sensibles pezones.

En algún momento me pone debajo de su cuerpo y sus manos siguen mis curvas con fuerza, haciéndome sentir cada instante de su tacto en tanto sus labios siguen un recorrido por mi cuello y cuando su boca llega a mis pechos, se encarga de besar, succionar e incluso morder por sobre la tela antes de que sus manos impacientes acaben por rasgar la tela haciéndome jadear.

—Tú, Harry, tienes un serio problema acerca de romper todos los babydooll que compro para seducirte.

—Eso es porque me vuelven loco —asegura antes capturar con su boca un pezón haciéndome gritar.

Las caricias de sus manos y labios por mi cuerpo no paran incluso sus labios se encargan de dejar un sendero de besos que culmina en mi tanga mojada antes de quitármela y abrirme las piernas que se apoyan en sus hombros antes de que su boca me saboree haciéndome gemir y arquearme.

Se siente tan bien que mis ojos ruedan hacia atrás en tanto enredo mis dedos en su cabello.

Me hace venir con fuerza y no pierdo el tiempo en que mis manos lo toquen antes de estar de rodillas y llevarlo a mi boca, disfrutando de sus caderas embistiendo mis manos sus manos en mi cabello guían el ritmo que quiere y necesita, sin embargo, no me permite hacerlo acabar.

Completamente desnudo me hace acostarme y abro mis piernas tanto como puedo cuando su cuerpo descansa entre ellas. Nos besamos y mis manos lo tocan tanto como puedo mientras mece sus caderas, rozándose contra mí.

—Por favor —ruego y sus dientes tiran de mi labio inferior antes de empujar lentamente en mi interior haciéndome gemir con fuerza.

Gime y mis uñas se clavan en su espalda. Por un momento se mantiene inmóvil mientras se dedica a besar dulcemente mi mejilla, pero luego se retira de interior para entrar de nuevo de manera profunda y lenta, haciendo que mis ojos revoloteen hacia atrás del placer.

Sus movimientos comienzan a dirigirnos en un espiral de placer, volviéndose estocadas más profundas y contundente que tiene a mis pechos sacudiéndose. Me mordisquea el cuello, seguramente dejando marcas y a mí me encanta. Me escucho murmurar cosas sucias su oído que lo mantienen respirando entrecortado y en ocasiones riendo.

Este es mi Harry, esto somos nosotros consumiéndonos como mejor sabemos hacerlo.

Nos toma minutos de jadeos, gemidos y palabras susurradas para que una oleada de placer nos transporte al éxtasis que culmina con él desparramado sobre mí y jadeando contra mi cuello mientras yo busco de encontrar mi respiración perdida.

—Esta vez me complace decir que no estoy tomando antibiótico y el que no usaras condón no me dejará embarazada.

Lo siento reír contra mi cuello y como aún se encuentra dentro de mí, gimo por la manera en la que se siente.

—Por ahora con Dan y Halle nos basta —murmura besando mis labios y retirando mechones de cabello de mi rostro—. Es increíble que me sienta tan enamorado, es como si no quisiera dejar de decirte una y otra vez cuánto te amo.

—Me siento de esa manera —murmuro acariciando su rostro—, además del hecho de que seas increíblemente caliente lo hace mejor.

—Sabría que dirías algo como eso.

—Es porque me conoces — concedo besándolo lentamente.

Aquí vamos de nuevo.

Siento una pequeña mano acariciarme el cabello y no puedo evitar sonreír porque se siente bien, sé que son las manos de cierto niño hermoso de rulos.

—¿Otra vez? —parece que Dan le pregunta de nuevo.

—Sí, inténtalo de nuevo — es la respuesta de Harry.

Dejo que mi hijo acaricie mi cabello por unos minutos hasta decidirme a abrir los ojos. Mi pequeño me mira sorprendido antes de sonreírme y posteriormente besarme la nariz. Bostezando miro a un lado en donde se encuentra Harry con Halle recargada sobre sus rodillas. Ella lo ve en tanto agita sus piernas y se chupa una mano.

—Buenos días, bella durmiente.

—Buenos días, veo que todos despertaron antes que yo.

—Así es y cierta señorita ya tiene hambre.

Ambos miramos a una Halle chupándose la mano desesperadamente y sonrío antes de estirarme e incorporarme. Beso la nariz de Dan que se entretiene jugando con unos legos que arma sobre las piernas de Harry y tomo a Halle para engancharla a mi pecho, en donde como siempre, chupa con fuerza.

Alterno la mirada entre mis hijos, estoy tan enamorada de ellos. Son mis tesoros, gran parte de mi felicidad y de alguna manera son parte de Harry.

Cuando vi a Harry por primera vez, pensé que era un ángel, alguien con un corazón bondadoso que sin impórtale el qué me acompañó en uno de los momentos más especiales y dolorosos de mi vida. Durante dos años estuve hundida ante recuerdos de ojos azules hermosos dándome apoyo cuando más lo necesite, nunca me planteé la idea de que ese mismo hombre sería el causante de mis sonrisas, que sería tan importante y alguien al que estaría destinada amar sin importar qué.

Sí, fui irresponsable, liberal e idiota al dejarme llevar como una adolescente salvaje que acabó consiguiendo un embarazo temprano de un muchacho que ni siquiera quería. Sin embargo, es esa misma adolescente alocada me trajo hasta esta cama, a este instante en donde me doy cuenta que no cambiaría nada de mi historia.

Cada letra tiene un significado, cada punto y coma, y si me dieran la oportunidad de describir mi felicidad en una letra, sin duda alguna yo lo haría con la H.

La letra que da comienzo a muchas palabras, un hola, un hasta luego e incluso es la primera letra de la palabra huir, una a la que estaba muy acostumbrada, pero es esa misma letra la que da pie al nombre de las tres personas más importantes en mi vida, de mi familia.

Una vez me pregunte cuántas H sería capaz de amar en esta vida y me doy cuenta que es una pregunta sin respuesta, estoy dispuesta a amar tantas de ellas como sea unan a nuestra familia, porque sé que sumaremos.

Veo alternativamente de mis hijos a el hombre de mi vida, quien como siempre me sonríe.

—¿Eres feliz, Harry?

Él desliza uno de sus dedos por la nariz de Dan, quien le sonríe antes de volver su atención a los legos, luego esos increíbles ojos azules están sobre mí.

—No creo que feliz alcance a describir el modo en cómo me siento.

—Sí, creo lo mismo —murmuro sonriéndole—. Sabes que te amo ¿verdad?

—Tanto como yo te amo a ti.

—Y espero y sepas que soy feliz de que Dexter golpeara tus dedos con las baquetas, de que Dan decidiera nacer antes de tiempo, de que mi hermana sea un Fiver que me llevó hasta ti. De haber tomado antibiótico contrarrestando la función de los anticonceptivos y sobre todo estoy muy feliz de haberme dado la oportunidad de aceptar amarte y tenerte en mi vida.

—Vaya... Kae, yo solo... me has dejado sin palabras —se inclina y besa mi nariz.

—Quiero decirte muchas cosas y sé que tú quieres decirme muchas a mí.

—Y ambos sabemos que tenemos toda la vid para eso para decirnos, pero empezaré cada mañana con un te amo —promete, acariciando con su dedo la frente de nuestra hija.

—Vale, por esta vez me has ganado con las palabras.

Él ríe y siento mi corazón latir de manera rápida, la misma reacción que Harry siempre obtendrá de mí.

Aun cuando la letra H pueda representar muchas palabras y recuerdos para mí. Su mayor importancia siempre será que es el nombre de la persona que me ha ayudado a construir mi sueño y superarme como persona.

El me dio el valor de lidiar y vencer mis miedos, de conocerme, de atreverme y descubrir mi capacidad infinita para errar, continuar y amar.

Harry Jefferson se volvió el protagonista de una historia que pensé que escribiría sola, pero aquí estamos y ha valido absolutamente la pena.

Entonces, además de solo ser una letra del abecedario, la H también es la inicial de su nombre.

Una hermosa H de Harry.

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