Capítulo Sesenta Y Ocho







CAPÍTULO SESENTA Y OCHO


Oh Dios, sé que estuve diciendo una y otra vez cuanto deseaba dar a la luz, pero ahora que me guían en una silla de ruedas por el hospital, la historia es diferente. Estoy tan desorientada que tarde me doy cuenta de que una enfermera me aleja de Harry dejándolo atrás en recepción, grito llamándolo y la enfermera ríe por lo bajo.

—Calma, cariño, él vendrá en un momento.

Los minutos transcurren, pero me cuesta llevar la cuenta en medio de contracciones. Me recuerdo tomar profundas respiraciones mientras miro a mi alrededor, estoy sola. Cuando siento movimiento a mi lado estiro mi mano atrapando la de alguien más.

—Llama a mis padres, a Bridget y busca a mi novio, él ha desaparecido, por favor — imploro y cuando alzo la mirada, me encuentro con los azules de Harry.

—¿Será este el procedimiento cada vez que tengamos un hijo? Porque tienes un agarre de muerte, Kae.

Río en medio de una mueca de dolor y él se inclina hacia mí.

—Ya hice todas las llamadas, nena, todos vendrán.

Poco después me encuentro en alguna habitación con una bata que facilitad el acceso a las revisiones y a lo que será el parto. La verdad es que todo parece más ordenado y menos aterrador que la experiencia con Dan.

—Aun no estás lo suficiente dilatada, pero lo estás haciendo muy bien —Me asegura la enfermera antes de salir a monitorear otra habitación.

Aprieto mis labios cuando siento una feroz puntada en la parte baja de mi espalda. Esto duele.

Harry se encarga de limpiarme la frente con un pañuelo que ni siquiera pregunto de dónde sacó.

—Extrañaré verte embarazada —confiesa antes de sonreír—, aunque podemos poner con rapidez a otro bebé.

—Sueña, Harry Jefferson.

La enfermera reaparece unos minutos después y tras ponerse unos guantes de látex, pero nos hace saber que aún me queda mucho por dilatar y sale.

Mantengo los ojos cerrados, apretando los labios cuando las contracciones se sienten más intensas. Había olvidado lo doloroso que es tener un bebé y me doy cuenta de que con Dan fui bendecida con un parto rápido.

—Solo pensaste en la bebé —Hablo intentando distraerme.

—¿Qué cosa? —Me pregunta Harry limpiándome una vez más la frente.

—En que tomaste la pañalera con las cosas de la bebé, pero no tomaste el bolso con mis pertenencias.

Abro mis ojos y él parece paralizado, es evidente que está nervioso y ansioso, atrás quedo mi sensato y organizado novio.

—Lo siento, llamaré para que alguno de ellos pase por el apartamento y traiga tu bolsa.

Asiento y gimo cuando en la espalda baja me atraviesa una puntada muy fuerte.

—¿Te está doliendo?

—Sí, esto se pondrá intenso, Harry, si llego a gritarte quiero que sepas que te amo.

Él ríe para luego hacer una mueca cuando aprieto mis labios ante otra contracción.

Mi bata está sudada, otra enfermera se ha detenido entre mis piernas para revisar, pero una vez más me informa que aún no estoy lista y yo comienzo a irritarme.

Llevo aproximadamente una hora con unas contracciones en aumento, mi dilatación es lenta y ya no tengo tantas ganas de ser linda y dulce con Harry.

Con cautela él me ayuda a hidratarme los labios, haciendo una mueca cuando un nuevo gemido de dolor se me escapa y me retuerzo.

—Ya llegaron los chicos— murmura—. Bridget y Keith vienen en camino.

En respuesta gimo una vez más mientras aprieto con fuerza las sábanas. Cierro mis ojos con fuerzas. No más bebés para mí, muchos condones para Harry.

—Nena, dime algo.

—¿Qué jodidos quieres que te diga? —digo con mis dientes apretados— ¿no te has dado cuenta de que no puedo hablar? ¡Me duele!

—Oh, cielos, ya estás transformándote en una mujer resentida — escucho la voz de Doug. Le gruño mientras aprieto las sábanas con mucha más fuerza.

—Todo se ve bastante doloroso — dice Ethan con voz cautelosa.

Quiero preguntar qué mierda hacen en la habitación, pero una contracción más fuerte aparece y me retuerzo mientras lloriqueo un poco, una vez más Harry me limpia el sudor.

—Hottie ¿Cómo va eso? — cuestiona Dexter llegando a mi lado, me obligo a abrir los ojos y le regalo una sonrisa temblorosa—. Esa es mi hermana, capaz de sonreír hasta en estos momentos tan jodidamente dolorosos.

—Quiero cortar el pene de tu hermano y quiero darle unas nalgadas a esta bebé por hacerme pasar por esto, quiero quemar mis hormonas para que me ayuden a llevar bien la cuenta de mis anticonceptivos y no procrear a más bebés.

Ellos ríen excepto Harry que no parece muy de acuerdo con mi declaración.

Dos contracciones continuas me atraviesan y esta vez no puedo evitar dar un gritito más alto mientras aprieto mi rostro con la suavidad de la almohada.

—¡Mierda, Harry! Ella la está pasando mal, tu pene es un demonio —escucho acusar a Doug.

—No... me hagas reír — pido, porque reír hace que me duela más.

—¿Podemos hacer algo por ti, Kaethennis? —cuestiona Andrew, abro mis ojos una vez más y Dexter está sonriéndome al tiempo que Harry vuelve a atar un moño en mi cabello y besa mi frente murmurando cosas dulces.

—Solo necesito que Harry se mantenga aquí, es lo único que... ¡Ah, mierda! —me interrumpo en un grito.

—Aquí estoy, nena, no voy a ningún lado.

—Te amo, Harry, pero justo ahora quiero golpearte.

—Recuérdenme no embarazar a ninguna mujer —murmura Ethan, como puedo lo busco con mi mirada y él sí que esta pálido.

—¿Estas en pánico, Ethan? —pregunto en medio de jadeos.

—Parece que vas a vomitar —comenta Doug y tiene razón.

—Lo harás estupendo, ahora voy a salir —dice Ethan con rapidez y muy pálido saliendo de la habitación. Andrew ríe.

—Saldré, Ethan necesita un poco de dulce o él pobre hombre se desmayará.

Andrew se acerca y me besa lafrente con cariño, luego acaricia mi mano que aún se mantiene aferrada a las sabanas, gimo con dolor y me remuevo un poco.

—Ahora duele mucho, pero sabes que cuando la pequeña esté entre tus brazos, todo este dolor quedará olvidado. Estoy orgulloso de ti y estoy muy ansioso de conocer a mi sobrina, además quiero saber si gano la apuesta.

—Gra-gra... gracias ¡Oh mierda! Esto... duele.

Durante largos minutos soy condenada a escuchar decir a Doug los pros de estar pasando por estas contracciones y no comenzar a dar a luz y por cada uno de sus puntos quiero asfixiarlo con la almohada, pero también quiero abrazarlo porque ayuda a distraerme.

Dexter sorprendentemente es tranquilizador contando chistes y siendo el boca sucia al que estoy acostumbrada, mientras Harry me hace mimos y murmura cosas dulces contra mi oído. Ellos son muy amables, pero un dolor como lo es tener contracciones, no se olvida con facilidad, mis músculos están en tensión y desesperadamente estoy comenzando a sentir esa necesidad de pujar.

Una doctora que francamente no conozco, puesto que no es Dafne, cuando entra lo primero que hace es ver con asombro a los tres hombres que me acompañan, se acerca a nosotros y nos sonríe con alegría.

—Buenas, veo que tienes algo de compañía por aquí —dice colocándose guantes de látex y revisando mi historial—. Veamos si ya estamos listos para traer a un bebé al mundo.

—En realidad es una bebé —la corrige Doug, ubicándose al lado de Dexter para no ver debajo de mi cuerpo cuando la doctora comienza a tantear.

Solo ruego en voz baja que la bebé ya se sienta lista para salir, ciertamente estoy frustrada y muy adolorida.

—¿Qué hora es? —cuestiono en medio de un gran jadeo que por un momento alarma a Harry.

—Son las cuatro y cuarenta, dentro de poco amanecerá —me responde Dexter.

—¿Cuánto llevo en esto?

—Aproximadamente tres o dos horas y media.

Por favor bebé, ven a conocer el mundo.

—Muy bien, tenemos a una bebé lista para salir —anuncia la doctora, y creo que suspiro con alivio, ella se gira hacia una enfermera—. Busquen al doctor White, dos enfermeras más y asegúrate de traer batas para el caballero... ¿Quién es el acompañante?

—El bastardo de ojos azules baja bragas —responde Dexter apretando mi mano y besando mi frente—. Lo harás excelente, hermana, eres como mi ídolo, así que vamos que si se puede, trae a mi bebé a este mundo para comenzar a consentirla ¿de acuerdo?

»Y tú, Harry, aguante, debes aguantar — Dexter le da un abrazo y luego sostiene su rostro con sus manos—. Estoy jodidamente orgulloso de ti, eres un gran hombre y serás un excelente padre al cuadrado. Y tengamos este momento épico en el que diré que te amo.

Harry ríe y lo abraza de vuelta.

—También te amo, aun cuando tienes una boca muy sucia que lavar hermano.

Dexter ríe, Doug retira el cabello de mi rostro y arma una vez más para mí la coleta en mi cabello, luego me guiña un ojo.

—Vamos, que, si se puede, eres Kaethennis y lo harás de maravilla — asegura, abraza brevemente a Harry y junto a Dexter sale de la habitación.

Harry me ayuda a colocarme de la manera correcta, semi sentada, piernas abiertas y las plantas de mis pies apoyadas en algo que me mantiene en mi lugar. Las personas que la doctora Rouse solicitó se unen.

—¿Fuiste a clases? —pregunta el doctor White.

—No, no lo hice... pero he pasado por esto.

—Muy bien, vamos por esa bebé —dice la doctora Rouse—. Tenemos un trabajo que hacer aquí, vamos a hacer esto fácil para ti y la bebé ¿De acuerdo?

Asiento mientras la mano de Harry se entrelaza con la mía.

—Muy bien, uno, dos y tres...

Inmediatamente pujo mientras aprieto mis labios. Duele, pero de alguna manera mi cuerpo está desesperado por pujar a la bebé y en cierta manera es alivio.

Me indican que puje una y otra vez, y lo hago apretando la mano de Harry entre la mía. Él limpia mi sudor constantemente y en ocasiones sus labios acarician mi piel mientras murmura dulce palabras de apoyo. Cuando hago las respiraciones continuas, Harry las hace conmigo, totalmente metido en el personaje de ser un novio comprensivo.

Es parecido a cómo nos conocimos, solo que nuestro lazo es más fuerte, ya no somos desconocidos fingiendo.

La bebé se toma su tiempo. Al principio es frustrante y desesperante, escucho que podríamos pasar a una cesárea si no progresamos, pero las cosas mejoran y estoy decidida a traer a esta bebé al mundo ahora, así que pujo y le clavo las uñas a Harry en la piel.

—¿Todo bien? —me pregunta Harry con una sonrisa temblorosa.

—Todo... bien, estoy haciendo mi trabajo para que conozcamos a nuestra hija.

—Y te agradezco por eso, Kae —dice besando cortamente mis labios.

Pujo una vez más y unos minutos después puedo sentirla.

—Muy bien, Kaethennis, estoy viendo la cabeza, solo un poco más, puja.

Aprieto mis dientes y pujo con fuerza, respiro hondo y pujo una vez más. La doctora me pide que lo haga de nuevo y en medio de un gritito ronco que casi hace que me pierda el dulce sonido de una nueva vida, pujo.

Es un llanto fuerte, agudo y potente. Harry es llamado para cortar el cordón umbilical, él está fascinado siguiendo los movimientos de la enfermera que sostiene a una cosita pequeña, pegajosa y sucia con una manta rosada.

Al igual que Harry, sigo los movimientos de la enfermera, estoy sorprendida y maravillaba, no recordaba con exactitud cuán maravilloso es este momento en el que noto que he traído al mundo a una nueva personita que dependerá de mí y que sin intentarlo ya tiene a unos padres que la aman de manera incondicional.

Las manos temblorosas de Harry toman mi rostro mientras me da un suave beso en los labios, sus ojos se encuentran llenos de lágrimas, es increíble la manera en la que esos ojos de diversas tonalidades azules brillan.

—Te amo.

—Yo también te amo, Harry, y no quiero cortar tu pene.

Él ríe suavemente y respira hondo cuando se percata de la enfermera acercándose a nosotros con una bebé que llora. Nuestra hija.

La enfermera deja sobre mi pecho a mi bebé, haciéndola sentir mi piel mientras Harry y yo lloramos. Tiene poco cabello y en este momento sigue algo pegajoso. Lloriquea y mantiene sus ojos cerrados, no puedo creer que esté aquí.

Los dedos temblorosos de Harry le acarician la mejilla sonrojada.

—Es hermosa —Digo mirando a Harry quien sonríe y asiente.

Más lágrimas se le escapan.

—Tan hermosa como su madre — asegura.

Harry saca su teléfono y se lo da una pasante.

—Por favor, toma la primera foto de la pequeña —pide situándose a mi lado.

Es demasiado adorable ver la manera en la que hacemos exactamente la misma posición para la que fue la primera foto de Harry Daniel.

Harry toma de vuelta su teléfono y se inclina a besar la cabeza de nuestra hija, ella ni muestra el más mínimo interés en abrir sus ojos.

—Acabo de conocerte y ya te amo, Halle Kaede — murmura Harry con amor.

—Yo también amo a nuestra, Halle.

La enfermera se acerca y amablemente pide a Halle Kaede, me cuesta entregarla, pero sé que debo hacerlo, por lo que la besamos una vez más sabiendo que pronto la tendremos una vez más con nosotros.

***

Harry me peina el cabello mientras miro de manera distraída la televisión. Desperté hace dos horas, en las que fui aseada y se me ayudo a hacer pis, además de alimentarme. Aun no es hora de las visitas, por lo que solo se permite el acceso a Harry.

Afuera se encuentra mi familia,los chicos y Hilary, pero que Dan al estar tan pequeño no lo dejarían entrar el día de hoy, por lo que optaron en dejarlo con los padres de Harry.

—Extraño a Dan — digo cuando Harry termina de peinarme.

—Yo también, hablé hace una hora con él por teléfono, parece que se está divirtiendo haciendo jardinería con mamá y jugando futbol con papá. No ha notado aún que no hemos ido por él.

—Mañana lo dejarán pasar ¿verdad?

—Sí, nena.

Respiro con alivio, quiero tener a mis dos bebés juntos.

La puerta de la habitación se abre y un carrito de rueditas con lo que parece una pequeña cesta rosada entra a la habitación. Inmediatamente tengo a mi corazón latiendo con fuerza, ahí está mi hija, mi Halle.

—Hola, debes darle de comer a esta dulzura —me informa sacando a una bebé de la pequeña cesta y dejándola en los brazos dispuestos de Harry.

Él la sostiene y acuna contra su pecho, sonriendo mientras besa su cabeza cubierta por un gorrito blanco a juego con su ropita abrigada.

La enfermera con amabilidad, notando la vía intravenosa conectada a mi muñeca, me ayuda incorporarme hasta estar sentada y posteriormente a desabotonar los botones de mi bata hasta dejar al descubierto uno de mis pechos.

—Debes dársela para que la alimente —le informa a Harry, quien asiente y la deposita con sumo cuidado sobre mi pecho.

Ella abre su pequeña boca sonrosada en un bostezo mientras aprieta aún más sus ojos cerrados. No puedo evitar sonreír mientras la pego a mi pecho y guío mi pezón a su boca. Inmediatamente sé que, así como ella era de luchadora dentro de mí y traviesa, lo será aquí afuera. Halle simplemente comienza a succionar con fuerza y de una manera un tanto dolorosa mi pezón.

—Al parecer ella está muy hambrienta —bromea Harry sentándose a mi lado en la cama y tomando sus pequeños dedos alrededor del suyo, ella aprieta y mantiene el agarre.

Es una bebé muy sana que pesa tres kilos doscientos y mide cincuenta centímetros, es perfecta. La mantengo con un brazo contra mi pecho mientras le quito el gorrito de su cabeza. Tiene escaso, pero muy presentes cabellos color naranja, su nariz es pequeña y sus labios son pequeñitos y rellenos, me complace ver que tiene mejillas regordetas. Está hinchada por lo que es difícil siquiera intentar descifrar a quién se parecerá.

Hago una mueca de dolor cuando tira muy fuerte, bueno, parece que tengo a sanguijuela dos.

—Es igual de intensa que cuando pateaba dentro de mí.

Me besa la frente y luego suspira.

—Lamento que abajo se encuentren un montón de periodistas y fanáticos queriendo saber de ti, quiero que te sientas cómoda, pero de algún modo la información se filtró.

—Ahora eso no me importa, Harry, luego lidiaré con ello —digo maravillada por la preciosa niña que se alimenta de mí, Harry toma su mano leyendo la cinta blanca que la identifica.

—Halle Kaede Jefferson ¿Te das cuenta que eres la única en no llevar Jefferson, Kae?

No puedo evitar reír mientras beso la frente de Halle. Harry tiene razón. Cuando eres Harry Jefferson, puedes movilizarte con rapidez, tramitar los papeles y todo lo necesario para que Dan obtuviera su apellido fue un trabajo constante y de esmero al que Harry se aplicó durante tres semanas, teniendo como resultado su apellido siendo el de mi hijo y eso lo tiene locamente feliz, siempre consideró a Dan como suyo, pero el que lleve su apellido solo lo hace más real.

Halle come y toma todo lo que necesita mientras Harry y yo solo la miramos maravillados y cautivados.

—Te amo —susurra Harry en mi oído, capturando mi atención.

Él me sonríe antes de inclinarse hacia mí y presionar un dulce y largo beso sobre mis labios. Incluso se toma el tiempo de encontrar nuestras lenguas en suaves roces.

Halle libera mi pecho, por lo que dejo de besar a Harry de manera lenta hasta darle una suave presión de labios.

—También te amo.

—¿Quieres sacarle los gases? Has practicado con Adam, sabes hacerlo.

—Oh claro, claro —dice rápidamente, pero caminando hacia el baño.

Cuando vuelve limpia sus manos de sus jeans y estira sus manos, beso la frente de nuestra bebé antes de dejarla bajo sus manos. Es hermoso ver la manera en la que Harry la pega contra su pecho y comienza a palmear suavemente su pequeña espalda.

Harry se sienta en la cama, a mi lado y mientras poco a poco logra sacar tres gases de la nueva bebé. Cuando Halle ha soltado sus tres gases, él la pone frente a nosotros, su pequeño cuerpo apoyado de sus brazos y su cabecita entre sus manos y simplemente nos dedicamos a mirarla.

***

Harry está entregándome a Halle cuando la puerta se abre y lo primero que se ve es un peluche de mi tamaño con forma de oso y una camisa rosa, detrás del peluche se encuentra BG.5, mis hermanos y Bridget.

—¡Felicidades! —grita Dexter haciéndome reír—, este peluche es para el cariñito del tío Dexter.

—Intentamos decirle que ese peluche es cinco veces más grande que la niña, pero él insistió —comenta Andrew con una gran sonrisa, viendo hacia mis brazos.

—¡Oh Dio, Kae! Se siente como un deja vu —dice Bridget caminando hacia mí y asomándose para obtener un vistazo de Halle—. Qué niña más hermosa ¿puedes quitarle el gorrito?

Asiento y Bridget da un pequeño gritito cuando lo hago.

—¡Una cabeza de zanahoria! Tenemos a una pequeña zanahoria en la familia —dice mi hermano sonriendo y acercándose a verla.

Pronto tengo a todos a mi alrededor inclinados hacia mi hija, quien se niega a abrir sus ojos para ellos, de hecho, arruga su gesto y pronto comienza a llorar fuertemente. Me doy cuenta que Dexter parece conmocionado.

—¡Joder! Ella es absolutamente hermosa — murmura con asombro— ¿Puedo cargarla?

—Lávate las manos primero —responde Harry e inmediatamente Dexter lo hace.

—Pido cargarla después de Dexter —Hace saber Doug.

Dexter vuelve, y no me creo que sus manos tiemblan un poco mientras recibe a Halle entre ellas, la pega a su pecho y da una gran sonrisa mientras con su mejilla acaricia la cabeza de la pequeña bebé.

—Ella es suavecita y calientita —dice maravillado—, no creo que pueda separarme de ella, Hottie, necesito que me des tiempo con tus hijos, entre ella y Harry Daniel tendré mi vida completa, oh y Keith y mujer ardiente, ustedes deben darme a Adam.

Todos reímos, aunque sinceramente creo que Dexter r se está planteando la idea de acaparar a nuestros niños.

—Hablando de Adam ¿en dónde está? Y ¿Mamá y papá? — cuestiono bostezando, me siento agotada.

—Está con Hilary —responde Katherine tomando la mano de Halle que Dexter, Doug pacientemente está esperando que lo deje cargarla—. Mamá y papá fueron a darse una ducha rápida, en cualquier momento llegan.

—Y bien ¿Quién ganó la apuesta? ¿Qué nombre lleva? — cuestiona Dexter.

Harry y yo nos sonreímos.

—Ve su pulsera de identificación — aconsejo, Dexter lo hace y frunce el ceño.

—Malditos bastardos, nos traicionaron —ríe.

—¿Qué nombre tiene? —Quiere saber Ethan acercándose a la bebé y besando su pequeña mano, la que no sostiene Katherine.

—Ellos la llamaron Halle Kaede —anuncia Dexter y luego nos sonríe—. Un hermoso nombre.

—¿Quién lo sugirió? —pregunta Andrew.

—Nosotros lo elegimos, siempre supimos que la llamaríamos de ese modo —Le responde Harry riendo ante sus resoplidos ofendidos.

***

4 de agosto, 2012

Dan se agarra fuertemente al cuello de Harry mientras mira a su hermanita dormida entre mis brazos.

—¿Y Ayam?

—En otra ocasión, hijo. Ella es Halle y es tu hermanita —le dice Harry sentándose en la cama con él en su regazo.

Los señores Jefferson nos sonríen mientras salen de la habitación dejándonos a sola, Dan una vez más mira a Halle.

—Niña —dice señalándola.

—Sí, mi cielo, es una hermosa niña, tu hermanita —le digo sonriéndole.

Dan suspira mientras se inclina hacia ella. Halle abre sus ojos oscuros como todo bebé recién nacido y mi hijo tararea.

—Es una bebé — nos dice, y Harry y yo asentimos.

—Puedes llamarle Halle o quizás Kaede —le digo desesperada por una reacción.

Parece asimilar mis palabras, aún mantiene su mirada hacia su hermanita, quien bosteza y comienza a arrugar su rostro, la mezo porque creo que ella va a llorar.

Hade —La señala.

—Siempre buscas la manera de ponerle apodo a todo, te pareces mucho a tu tío Rojo con eso —dice Harry besando su cabello.

Dan finalmente sonríe.

Hemanita —dice sonriendo—. Hade... mía, bebé mía.

—Sí, mi cielo, es nuestra bebé, tu Hade.

Dan parece decirle algo a Harry en el oído, quien asiente con una sonrisa y me guiña un ojo. Ayuda a Dan a inclinarse hacia Halle y él besa su pequeña nariz y yo creo que voy a llorar.

—Él quería darle un beso a su hermana y también quiere decirle algo —me hace saber.

Ti amu, Hade.

Derramo una lágrima y creo que Harry está conteniendo las suyas propias.

Esta es mi familia y para mí, es perfecta.

Éramos dos, luego fuimos tres y ahora somos cuatro.





Pueden seguirme en mis redes para más noticias:

Twitter: Darlis_Steff

Instagram: DarlisStefany

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top