Capítulo Sesenta y Cuatro

CAPÍTULO SESENTA Y CUATRO

Harry Jefferson

13 de mayo, 2012

Me gusta escuchar la voz de Kaethennis al leer, su voz es suave al narrar la biografía que lee para ambos mientras mi mano acaricia con suavidad su vientre y me mejilla descansa contra su pecho, estoy acurrucada a ella y me encanta.

La bebé patea bajo mi mano y sonrío, aun sin creerme que falte cada vez menos para que ella nazca.

—Me gusta tu voz cuando lees, suena armoniosa y bastante suave —Le hago saber en cuanto hace una pausa.

—Creo que esto es algo que me gusta hacer —confiesa y una de sus manos se adentra a mi cabello de una forma que me hace suspirar.

—¿Ya te sientes mejor al estar leyendo la biografía?

—Sí, pero como te dije me hubiese gustado leerla ante de su publicación.

—Pero todo está igual de cómo lo escribiste ¿verdad?

Asiente y sonriendo me incorporo cambiando nuestras posiciones hasta tenerla sentada a horcajadas sobre mí con mis manos en sus caderas.

—Muy bien, ahora sigue leyendo —Pido plantándole un beso en la barbilla que la hace suspirar.

La envuelvo en mis brazos con la mejilla presionada de su pecho y me arrulla su voz. Huele increíble y es cálida, me hace sentir en casa y maravillado.

Comienzo a sentirme adormilado mientras continúa hasta que su teléfono vibra sobre la mesita de noche y la ayudo a inclinarse para que lo tome.

—¿Hola? —hace una pausa—. ¿Qué estás diciendo?

Es molesto escuchar solo sus respuestas, más cuando ella comienza a lucir preocupada y se pone de pie alejándose de mí. Algo no va bien.

Con cautela me levanto y pronto mi preocupación aumenta al verla tan alterada sobre todo teniendo en cuenta que nos advirtieron que no debía estar bajo situaciones de estrés.

—¿Jake... estás...?

Apenas la escucho murmurar su nombre, entro en acción y me acerco, pero estira la mano en una señal silenciosa de que espere, lo que me hace sentir más inquieto porque parece que lo que sea que esa basura le diga, lo empeora.

—Oh, Dios mío —dice y veo el teléfono caer de sus manos.

Mis alarmas suenan más fuertes cuando comienza a tener arcadas, se dobla y comienza a vomitar. No tardo en llegar hasta ella y sostenerla, pero maldigo en cuanto sus jadeos parecen muestras de tener problemas para respirar.

Parece desorientada, fuera de ella misma, cuando la tomo por sus brazos su piel esta fría y eso no es para nada una buena señal.

—Kaethennis, amor, mírame —exijo, pero ella hace sonidos como si se ahogara.

—¡Kae! Mierda ¡Kae! —Doy palmadas a su rostro, sus ojos están desenfocados— ¡Santa mierda!

Como puedo tomo mi teléfono de la cama sin soltarla de mi agarre y marco a emergencia. Estoy aterrado.

Escucho la voz monótona de una mujer que exige información necesaria, estoy confundido y preocupado ofreciéndoles respuesta, veo los ojos de Kae comenzar a cerrarse de a poco, como si se fueran apagando. Un escalofrío me recorre el cuerpo.

— Está consiente... espera, oh, mierda, sus ojos se están cerrando. Nena, abre los ojos, no debes cerrarlos... nena...—palmeo su rostro mientras la mujer de emergencia continúa hablando.

—Notifique la dirección para proceder a enviar una ambulancia...

—Olvídelo —cuelgo la llamada y cargo a Kaethennis.

No hay tiempo que perder.

***

Camino de un lado a otro mientras Keith habla con sus padres, me siento desesperado.

Resoplo una vez más y Andrew se sienta a mi lado.

—Tranquilo, Harry, solo esperemos que el doctor nos dé noticias, estoy seguro que ellas están bien —murmura intentando tranquilizarme.

—¿Él fue tan escoria cómo para hacerla escuchar su intento de suicidio? —Cuestiona Dexter con el ceño fruncido.

—Lo hizo, está recluido en algún hospital de Manchester —paso una mano por mi rostro—, si algo le pasa a Kaethennis o a la bebé, yo simplemente...

—¿Señor Jefferson? —pregunta la voz monótona de un doctor.

Me acerco con rapidez seguido de los demás.

—Su esposa se encuentra estable, fue un episodio de estrés y ataque de pánico que ocasionó que su presión cardiaca aumentará —dice—, debe evitar cualquier situación de estrés.

—¿Y la bebé? —cuestiono, no podré sentirme totalmente aliviado hasta saber que ambas se encuentras sanas y a salvo.

—Está a salvo, señor Jefferson, pero debe evitar este tipo de situación.

—Sí, solo...

—Voy a recetarle unos calmantes que no hacen daño al feto...

—Querrá decir Bebé —lo interrumpe Doug con una mirada de desaprobación hacia el doctor.

—Que no lo harán daño... al bebé —prosigue el doctor.

—Querrá decir, la bebé —lo corrige nuevamente el menor del grupo.

—Solo voy a recetarle calmantes ¿de acuerdo? —me dice el medico fastidiado e incómodo por Doug.

—¿Cuándo podré pasar a verla?

—En un momento se le indicará que pase a ver a su esposa —asiente y se retira.

Keith se acerca a mí y palmea mi espalda, parece contrariado con lo que quiere decir.

—Debo ir al apartamento, Bridget ha de estar preocupada, además está sola con Adam y Harry Daniel —dice—; quisiera quedarme, pero estoy seguro que Kae está muy bien contigo, mantenme al tanto, a primera hora estaré aquí, y no te preocupes por el niño, Bridget y yo estaremos cuidándolo, ¿de acuerdo?

—Gracias, Keith —le doy un abrazo breve antes de respirar hondo.

Mis chicas están a salvo, este fue un obstáculo que logramos superar.

—La registraste como tu esposa —comenta Ethan con una sonrisa divertida.

—No está muy lejos de la verdad —me limito a decir.

Jake había estado alterado y ebrio cuando había llamado a Kaethennis mientras conducía, no sé qué le dijo, pero todo indica que pudo haber sido un intento de suicidio.

Es el momento de que lo dejemos totalmente fuera de nuestras vidas.

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