Capítulo Cuarenta y Siete
CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE
20 de noviembre, 2011
Han pasado dos días desde que envíe el correo, cuarenta y ocho horas de silencio, no hay respuesta.
No hay ninguna señal de Harry queriendo contactarme y no me atreví a googlearlo una vez más, no pretendo lastimarme leyendo noticias que no encontrar.
Tenía muchas ganas de comerme un brownie, pero mientras lo mastico, sentada en una cafetería, siento que no lo disfruto por mis pensamientos y la tristeza.
Miro a las personas avanzar, construir una vida mientras la mía se siente en pausa porque el hombre que amo me sacó de su vida, estoy embarazada y con una mudanza a Londres en camino. Son muchos cambios, muchas emociones y procesar este nuevo embarazo ya es bastante difícil.
Han sido demasiados días sin saber de Harry.
A esta altura en la que mi mensaje dejado con Dexter, mis llamadas telefónicas y mi email no reciben respuesta acepta que ha acabado.
El que Bridget no esté disponible y Katherine este ocupada con todo lo referente a su inscripción a la universidad me hace darme cuenta de que me he aislado del mundo.
Desde que quedé embarazada a los diecinueve años me alejé, no dejé ningún amigo, limité mi circulo y entonces no dejar entrar a nadie nuevo. Ahora que necesito abrazos y a alguien que me escuche, estoy sola, porque las personas que me aman ahora están ocupadas poniéndole riendas a sus vidas.
Una pareja de adolescente pasea tomados de la mano y no puedo evitar sonreír, siento como si mis dedos picaran por escribir su historia, quizás sea el momento de aventurarme a escribir alguna novela romántica, tal vez lo haga cuando me recupere del desastroso intento de tener mi propia historia romántica.
Horas despues, tras una agradable conversación con James y pensar sobre que pronto este no será mi lugar de trabajo, actualizo mi correo y leo algo que me lastima: el correo de Harry, al que hoy reenvié una vez más el mensaje, ha dejado de existir.
Sí, esa es una clara indirecta de cómo Harry me ha sacado de todo su sistema.
***
Paso por Dan a la guardería más temprano de lo habitual y el entusiasmo con el que me recibe es una acaricia al alma. Escucho con una sonrisa su balbuceo sobre su día y cuando abrocho su cinturón de seguridad, lo miro embelesada.
Traje a este hermoso niño al mundo, lo he estado criando, enseñando el mundo y aunque no ha sido perfecto, lo he hecho increíble. Soy una gran mamá y lo seré para este nuevo bebé.
Decido hacer un cambio en nuestra rutina y decido que pasaremos una tarde divertida porque mi bebé necesita tiempo de calidad con su nani.
Cuando aparco en el estacionamiento con entusiasmo Dan da un gritito, emocionado ante la idea de nosotros dos obteniendo diversión en un centro comercial y no en el apartamento.
Mi niño parece sorprendido de todo lo que ve observa todo maravillado. Me deleito con su emoción cada vez que me hace detenerme frente a un local, en algún momento paramos frente a una tienda de animales, su atención está en los cachorros.
—¡Mila, nani!
Uno de los cachorros intenta lamer la mano de Dan a través del cristal y mi hijo imita sus ladridos haciéndome reír.
No puedo evitar grabarlo, encantada con su alegría infantil.
Guardo el video y procedo a enviárselo a mis padres, hermanos y Bridget.
—Vamos, cielo — digo tomando su mano, él la aprieta y me sonríe con mi sonrisa favorita de pequeños dientes y ojos achicados.
La siguiente parada es una juguetería, sin embargo, parece estar aburrido de ver los juguetes, sé que se está impacientando ante el hecho de que quiere volver a ladrar con el cachorro.
No puedo evitar tomar unos pequeños ositos que se me antojan regalárselos a Adam, sigo caminando con Dan a mi lado, quien decide tomar una figura de acción de Thor y dármela con una sonrisa persuasiva.
—Bien, llevaremos a Thor con nosotros.
Estoy a instantes de ir a pagar cuando noto en una esquina una hermosa batería infantil preciosa que se asemeja a una real.
Es de color roja con detalles en negro y amarillo. Es perfecta para Dan y sé que podría usarla durante años.
Estoy embelesada viéndola y Dan sigue mi ejemplo, mirándola desde todos los ángulos incluso se agacha y achica sus ojos como si la evaluara, él no tiene idea de lo que es, pero claramente despierta su curiosidad y llama su atención.
Me acerco y me doy cuenta que es costosa por lo que desisto.
—bebé, ven, vamos a pagar por esto.
Mientras estoy en la caja, me doy cuenta de que Dan sigue mirando la batería.
Le extiendo a la vendedora los osos y Thor, pero cuando ella me dice el total, me muerdo mi labio y antes de poder arrepentirme. hablo.
—También quiero llevar la batería.
—¿Efectivo o tarjeta?
—Tarjeta — respondo, Dan me sonríe, de alguna forma él sabe lo que acabo de comprar.
***
21 de noviembre, 2011
Mamá teclea continuamente en su ordenador y yo juego con mi té, uno que ella preparó cuando de manera distraída le comenté cómo mi estómago ha estado revuelto durante los últimos días, pero no le dije por qué o en todo caso, por quién.
No bebo del té porque temo que me haga daño o lastime a bebé.
En una hora pasaré por Dan a la guardería, creo que mi madre es la más sincera amiga que en este momento puede arrojar un poco de luz a toda la situación que actualmente vivo.
—¿Así que Katherine no quiere aceptar la propuesta de Keith de quedarse en su casa en Londres? —pregunto reuniendo coraje para luego soltar la noticia,
—Tu hermana es tan testaruda como tú y Keith, ella quiere quedarse en una residencia, como lo hicieron ustedes.
—Debes entender que vivir en una residencia otorga cierta independencia que todos buscamos con la universidad, ella es una chica lista, mamá.
—Lo sé, he pasado por esta etapa dos veces, aunque la tuya fue la más absurda, estudiabas cerca de esta casa, pero te fuiste a una residencia y no había nadie que te sacara esa idea de la cabeza.
—Quería cuidar de mí misma, claro no lo hice muy bien, pero...
—Bobadas —Me interrumpe—, lo hiciste estupendo, el que salieras embarazada no quiere decir que no supiste manejar la vida universitaria, lo hiciste a tu manera, no nos decepcionaste.
—Lo dices porque eres mi madre y me amas.
—No dije que te amara.
—¡Mamá! —me quejo haciéndola reír mientras con su silla se desplaza hasta el sofá en donde estoy sentada.
—Por supuesto que te amo y porque lo hago me gustaría saber qué te tiene así de apagada, quiero que mi niña cabello de muñeca vuelva a tener ese hermoso brillo del que presumía.
No puedo evitar suspirar y miro a mi mamá algo avergonzada.
Es como si viajara en el tiempo, como si volviera a febrero de 2008 cuando le confesé a mi madre que estaba embarazada, los sentimientos son los mismos, tengo miedo de decepcionarla.
Sin darme cuenta unas cuantas lágrimas se me escapan, se levanta de su silla para sentarse a mi lado y limpiarme las lágrimas con sus dedos.
—¿Qué es lo que pasa, cariño?
—Es Harry, tuvimos este problema... bueno, en realidad, yo fui el problema.
—¿Quieres hablar de ello?
—El padre biológico de Dan tiene un tiempo estando a mi alrededor, molestando —por la manera en la que frunce el ceño sé que ella quiere saber por qué no le había dicho nada de ese asunto, pero se contiene—. Él no quiere conocer a Dan, de alguna forma quiere volver a lo que teníamos...
—¿Y qué es lo que tenían, Kaethennis? —miro a mamá con incomodidad —. Necesito que me lo digas ahora que finalmente estás hablando del individuo, nunca quisiste darnos explicaciones sobre él.
—Es porque estaba avergonzada, aun lo estoy por todo lo que "hubo" entre nosotros.
—No voy a juzgarte, cariño.
—Era sexo casual —Me sonrojo—. No teníamos una relación, estuvimos de esa manera durante dos años...
—¿Pero no era una relación?
—Sé que suena tonto, pero no la teníamos, aun cuando éramos exclusivos, al menos yo lo era.
—No hubo sentimientos, le tenía aprecio, porque en cierta forma éramos cercanos. Sin embargo, cuando quedé en estado, es como si él dejara de ser el chico divertido para convertirse en un asno que me trato como una.... —Hago una pausa sin querer decir la palabra— y a mi bebé como basura. Entendí que no contaría con su ayuda y cuando se trasladó de universidad pensé que nunca más me toparía con él.
—¿Pero?
Me sorbo la nariz, ahora hay muchas más lágrimas.
—Pero en mi primer viaje a Londres por la biografía, me topé con él y desde entonces ha estado persiguiéndome, pensé en un principio que quería conocer a Dan, pero dejó muy en claro que solo busca retomar lo que evidentemente yo dejé atrás.
»Hace casi un mes, él apareció en mi apartamento, no fue amable conmigo, dijo cosas ofensivas que Harry no toleró y bueno, acabó por darle bastantes golpes para defendernos a mi bebé y a mí.
—Oh, cariño.
—Sí, aun cuando solo quería que se detuviera y temía que dejara inconsciente a Jake, una parte de mí se sintió increíble ante el hecho de él protegiéndonos.
—¿Entonces?
—Era evidente que me asustaría, mamá, cuando Harry intentó acercarse a mí fui fría y muy evasiva con él. No pretendía ser su problema, que mi pasado lo perjudicara, necesitaba mi espacio para pensar, solo que no supe expresarme bien y él acabo por entender que lo quería fuera de mi vida y dejé que lo pensara, que saliera de mi apartamento con esa idea, no hice nada para evitarlo porque estaba asustada.
No puedo evitar comenzar a sollozar.
—Y no he podido contactar con él, decidió borrarme de su vida y me duele mucho —digo hipando de manera vergonzosa, mi madre rápidamente me estrecha en sus brazos mientras se sienta a mi lado—. Se siente un feo nudo dentro de mí, lo extraño con locura, no puedo pensar en otra cosa que no sea saber que está bien, que no me odia...
—Cariño, no creo que te odie. Es bastante difícil odiar a mi Kae.
No puedo evitar sonreír mientras me acurruco contra ella, hago exactamente lo que Dan hace conmigo, presiono mi frente contra su cuello.
—Pero ha rechazado todos los medios por los que he intentado contactarlo incluso borro su correo. Lo amo con locura y ahora solo lo perdí.
—Quizás hay un mal entendido...
—No, mamá, pasa que hice algo que siempre se me dio muy bien, alejar a los chicos que se interesaba realmente por mí, aquellos que me veían más como una chica con buena apariencia física.
Permanecemos en silencio durante un largo rato mientras ella acaricia mi cabello.
Cuando creo que ya me he calmado lo suficiente, cuento lo más importante.
—No solo estoy asustada de eso, mamá.
—Lo sé, puedo intuir que te están pasando muchas cosas en estos momentos, mi cielo, pero eres una mujer fuerte que sabe afrontar sus problemas y asumir sus errores.
—Me siento tan mal de hacerte esto otra vez —Me paso el dorso de la mano por la nariz—. Te prometo que fui precavida, tomé medidas y no-no lo planeé.
Mamá asiente limpiándome el rostro, dándome su atención.
—Yo-yo... estoy embarazada y lamento hacerte esto otra vez, de verdad lo siento.
Nuevamente comienzo a llorar avergonzada de estar rompiendo el corazón de mi madre. Me abraza y me aferro a ella como si fuera mi salvavidas.
—Tranquila, mi cielo, respira — murmura contra mi cabello—. No tienes que lamentar nada por mí ¿crees que no lo sabía, Kaethennis Lee? Te conozco, te traje a este mundo, en el hospital cuando vi tu cuello pude saberlo, además de toda esa palidez. Solo quería que me lo dijeras y no te estoy juzgando, mi amor, sé que no lo planeaste, pero también sé que estás preparada para ello.
Toma mi rostro entre sus manos y besa mi frente con dulzura mientras una vez más comienza a limpiarme las lágrimas.
—Comprendo que estés asustada, pero no lo estés de mí. Eres uno de mis más grandes orgullos, cuando hablo de ti simplemente no puedo esconderlo ¿no planeaste este embarazo? Puedo entender que es una sorpresa, pero sé que hay una gran parte de ti está infinitamente feliz ante la idea de tener a otro pedacito de ti, más cuando esa criatura es parte del hombre del que te has enamorado profundamente.
»Alguien maravilloso y especial está creciendo dentro de ti, y aunque sé que los celos de mi pastelito estarán por los cielos, él amara la idea de un hermanito. Y bueno, yo estoy algo extasiada de tener otro nieto para consentir. Sé a que esa clase de hombres pertenece Harry Jefferson, ahora lo ves como algo complicado, retomar las cosas con él, pero todo lleva su tiempo y cuando veas los resultados del esfuerzo te sentirás profundamente feliz.
Cada palabra que dice se graba en mi mente. Una vez más me besa la frente y me quita cabello del rostro.
—Te amo, mamá.
—Y yo te amo a ti, mi dulce niña cabello de muñeca —dice con una gran sonrisa y descubro que sus ojos están húmedos—. Ahora vayamos a buscar a mi pastelito, déjame conducir para que puedas relajarte un poco, cariño.
Le entrego las llaves de mi auto mientras me pongo de pie, entonces ella me abraza y yo sonrío.
—Felicidades por el nuevo bebé que viene en camino.
—Gracias, mamá, Brid y Katherine lo saben y me gustaría que fuera así por un tiempo, al menos antes de encontrar la manera de hacérselo saber a Harry.
—Lo entiendo, cariño, ahora vayamos por mi pastelito.
***
Espero contra la puerta del auto a que los niños salgan hasta el jardín de al frente para reunirme con mi niño. Mamá está dentro del auto escuchando a los Beatles mientras lamenta que los reyes de Liverpool ya no tengan la oportunidad de hacer música juntos.
Finalmente, un grupo de niños adorables sale al jardín delantero, busco con mi mirada a Dan quien siempre me encuentra, pero no lo veo por más que lo busco con la mirada.
Pasados un par de minutos frunzo el ceño mientras continúo buscando a mi Harry Daniel, me inclino hacia la ventana para hablarle a mi madre.
—No veo a Dan, iré a ver porque esta tan atrasado, debe de estar jugando.
Cuando estoy lo suficientemente cerca me doy cuenta de que las cuidadoras están a instantes de cerrar la puerta principal de la guardería y las alarmas comienzan a sonar en mi cabeza.
—Buenas, disculpe.
—Señorita Stuart —me saluda con una sonrisa la chica nueva del trabajo— ¿podemos ayudarla en algo?
La miro con confusión ¿Esto es alguna especie de broma de mal gusto?
—Sí, llevo un tiempo aquí y entre todos los niños que despacharon no pude evitar notar que no estaba mi hijo.
Ella frunce el ceño con confusión mientras me mira muy fijamente.
—¿Harry Daniel?
—Efectivamente Harry Daniel —afirmo y con desconfianza la miro palidecer—. ¿Y bien? ¿me entregan a mi bebé?
Ella se aclara la garganta y noto que comienza a sudar.
—A su hijo pasaron a recogerlo hace un par de horas.
—¿Recogerlo? —pregunto como si no entendiera lo que ella quiere decir—. Suele recogerlo mi madre, mis hermanos o mejor amiga cuando no puedo, pero todos ellos estaban ocupados, incluso mi madre está en el auto esperando.
La escruto con mis ojos y siento mi corazón comenzar a bombear con rapidez.
—¿En dónde está mi hijo? —prácticamente siseo las palabras.
—Él se fue con el representante que lo vino a buscar...
—Explíqueme exactamente cómo un niño de tres años se fue...
—Un hombre que afirmó tener autorización...
Por unos cortos segundos tengo la percepción de que se trata de Harry, pero luego razono sabiendo que Harry jamás haría algo como eso sin antes consultarme.
—¿Qué hombre? —pregunto comenzando a alterarme.
—Uno de cabellera castaña, muy educado...
—¿Mi hijo se fue así nada más con él?
—No, estuvo un poco renuente, pero lo asocié con el hecho de que acababa de despertar de una siesta.
No puedo evitar comenzar a reír de una manera histérica mientras mis ojos se humedecen y mis manos sudan, pero luego reacciono sorprendiéndonos a ambas cuando la agarro de los bordes de la camisa con fuerza.
—¿Estás jodiéndome? —le grito — ¿Me estás diciendo que mi hijo lloró ante el hecho de irse con un hombre que no trajo una jodida autorización y asumiste que se debía a que despertaba de una siesta?
—¡Kaethennis! —Grita mamá llegando hasta mí al tiempo que las otras trabajadoras salen de la guardería.
—¿En dónde diablos está mi hijo?
—Yo, como le dije...
—¡Jodida mierda! ¿Qué se supone que hiciste? ¡Le diste mi hijo a un desconocido!
Mi madre jadea cubriéndose con una mano la boca. Estoy llorando de manera histérica entendiendo la gravedad de la situación. Experimentó el miedo más espantoso y real que he tenido alguna vez en mi vida.
—Pamela ¿A quién le entregaste el niño? —pregunta la directora, quien sale ante mis gritos, no puedo evitar comenzar a caminar de un lado a otro.
—A un hombre de cabellera color miel, alto, atractivo y muy amable —mis ojos se abren mientras mis manos tiemblan. Reconozco esa descripción—. El afirmo ser su padre.
Me parece que rujo mientras intento abalanzarme ante esa estúpida cuidadora.
—¡Voy a matarte! ¿Cómo pudiste darle a mi hijo a semejante escoria?
—Kaethennis —mi madre me sujeta, creo que su voz está temblando—, cariño...
—¿Cómo pudiste? —le grito fuera de mi— ¡Jodida mierda! ¡Quiero a mi hijo!
—¿No-no era su hijo?
—Desde luego que no, era el jodido Jake de mierda, le has dado mi hijo a esa basura.
No puedo evitar deslizarme hasta el suelo mientras comienzo a temblar, alejan a la estúpida de mi porque muy bien podría matarla ahora en el que veo mi mundo hacerse rojo.
Mi bebé, ella le entregó mi bebé.
Mi niño.
Mi hijo.
Grito antes de comenzar a llorar con fuerza, con sollozos que se sienten como desgarres desde mi interior en donde todo duele. Mi madre intenta hablarme, pero estoy fuera de mí, encajando mis uñas al césped que arranco intento liberar algo del odio, la rabia, el dolor y terror que me embargan.
Voy a matarlo, voy a cortar cada parte de su cuerpo.
Oh Dios, mi bebé debe estar asustado, quizá tiene hambre o frío, el clima está muy frío.
Lloro de manera descontrolada mientras mi madre me abraza y llama a lo que parece ser papá y a la estación de policía.
Entonces no lo resisto, comienzo a expulsar todo de mi estómago, aun cuando no he comido casi nada el día de hoy, vomito con fuerza mientras lloro y por un momento creo que voy a ahogarme ante la sensación de no poder respirar.
Pero mi madre palmea mi espalda mientras me pide que por favor me mantenga cuerda, que mi bebé me necesita.
Lloro mirando a la cuidadora que entregó a mi hijo.
—Tú y Jake van a arrepentirse.
Creo que la cuidadora jadea y teme, pero no me importa, debe hacerlo porque si a mi bebé le pasa cualquier cosa, ella muy bien podría buscar en dónde esconderse y Jake ¡Mierda! él ni siquiera tendrá a dónde huir.
Gimo de manera dolorosa, mi niño.
Mi Harry Daniel.
Mi teléfono vibra y leo el peor mensaje:
Número desconocido: Te dije que ibas a saber de mí. No me dejaste opción. Atente a las consecuencias de tus acciones.
Palidezco ante el mensaje que solamente tiene como firma: Jake.
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