Capítulo Cincuenta y Tres
CAPÍTULO CINCUENTA Y TRES
29 de noviembre, 2011
—¿Por qué mierda vomitas todo lo que comes? —me pregunta Dexter tras tragar un bocado de la comida.
Tal como Harry me había dicho, tras proponerlo, BG.5 había accedido a tener sus ensayos en Liverpool y yo había decido que los hermanos Jefferson podían quedarse conmigo, me hubiese encantado que lo hicieran todos, pero mi apartamento no es lo suficiente grande.
Ante la pregunta de Dexter miro a Harry, quien me sonríe.
—No vas a creer esto, hermano... —comienza.
—¿Qué cosa.
—La embaracé.
—¡Harry! No lo digas así —lo reprendo.
Dexter deja de guiar el tenedor a su boca mientras nos mira y es la primera vez que lo noto tan sorprendido.
Poco a poco baja el tenedor hasta el plato y toma una profunda respiración.
—¡Jodida madre! ¿Hablan en serio? Hottie ¿lo que él dice es verdad?
—Sí, Dexter, es por eso que soy como una máquina de vómitos.
—No seas asquerosa —bromea Harry haciendo mueca y ruedo los ojos.
—Mierda, es como... ¡Vaya! ¡Puta Madre! Qué orgullo hermano, tienes un pene con semen potente.
Me cubro el rostro con las manos, estoy consternada y divertida de sus palabras.
—¡Felicidades! Ya quiero conocer a mi sobrino o sobrina, mierda, tendrá el mejor tío, aprenderá de mi como lo hace Dan.
—¿En qué posición lo hicieron? He escuchado que si lo haces al estilo cucharita haces gemelos...
—¡Dexter! —chillo.
—¿Qué? Como si no supiera ya que andabas de sinvergüenza con mi hermano y ahora estás embarazada. ¡Sí que estaban ocupados! ¿Eh? ¿Es un bebé de las Bahamas?
—Harry cállalo.
—Dexter, por favor para — sin embargo, Harry está riendo.
—Idiotas.
—¿Y tener ese temperamento es parte del embarazo? —le pregunta Dexter a Harry.
—Humm.
—Piensa muy bien tu respuesta, Harry Jefferson —advierto—... esperen ¿Por qué todo está tan silencioso?
Los tres nos miramos antes de correr hacia la sala, pero Dan no se encuentra ahí. El silencio nunca es bueno.
Vamos hacia el pasillo, lo primero a revisar es la habitación de Dan, luego la de Dexter y cuando llegamos a la mía estoy a punto de entrar en histeria cuando escucho ruido desde el baño.
Camino a paso lento y cuando llego, me paralizo.
Dan esta encima de una silla frente al espejo, sus manos están llenas de espuma al igual que su barbilla y camisa. Oh Dios, mi hijo está intentando afeitarse.
—¿Qué sucede...? — Harry se calla cuando ve lo que yo veo y luego ríe llamando la atención de Dan—. El debió verme afeitándome ayer.
Harry se adentra al baño y se detiene a su lado, no alcanzo a escuchar lo que le dice, pero mi hijo asiente antes de que Harry tome la crema de afeitar y la unte sobre su propia barbilla.
Dan lo mira con atención.
—Ese niño es un encanto —murmura Dexter a mi lado.
—¡Yo quelo! — le dice Dan a Harry.
—Aun no, cuando estés más grande y ese rostro tenga algo de vellos ¿de acuerdo?
—Shi...
—Ahora déjame lavarte el rostro, no vaya a irritarse tu piel de bebé.
Dan se deja hacer por Harry mientras le hace preguntas curiosas que Harry sin ningún problema responde.
—No sé qué es más tierno, ver a la pequeña bestia amando a mi hermano o ver que mi hermano se deja hacer lo que sea por él.
—Creo que ambos —digo yo, Dexter ríe antes de besar mi mejilla.
—Nuevamente felicidades por ese bebé, ya estoy ansioso, Hottie, gracias por hacerlo feliz.
Le sonrío y aprieto su mano.
—Amo hacerlo feliz.
—Lo sé, Hottie, y él ama hacerte feliz a ti.
***
30 de noviembre, 2011.
—Solo váyanse, cuidaré bien de la pequeña bestia.
—Dile chao a mami, cariño —pido.
—Chau, nani— murmura Dan quien está quitándose la ropa.
—¿Por qué te desviste? —le pregunta Harry, en respuesta mi hijo se encoge de hombros—. Nos vemos en un rato. pequeño hombrecito.
—Chau, papi azul.
—Dan, él es azul.
Una vez más Dan me ignora mientras queda en un bóxer y comienza a correr. Dexter, su niñero hoy, suspira.
—Estoy listo para asumir este reto.
Y lo siguiente es que corretea detrás de mi hijo haciéndolo gritar y reír.
—Solo espero y no destruyan mi apartamento, le tengo cariño —suspiro, pero sonrío porque es evidente que se la pasarán bien.
Harry ríe mientras toma mi mano y salimos escuchando las risas de Dan y Dexter.
Mientras subo a la camioneta puedo percibir la emoción de Harry ante el hecho de que estamos yendo al primer chequeo de bebé en camino.
No puedo evitar reír cuando abrocha mi cinturón de seguridad con excesivo cuidado y cuando termina de hacerlo, me da un pequeño beso, antes de encender el auto y ponerlo en marcha.
—Te ves sexy cuando conduces —comento una vez estamos en la vía—, pero de seguro ya te lo han dicho antes.
—Gracias, nena —Me da un rápido apretón en el muslo—. Hablando de cosas sexy ¿Cuándo crees que hicimos a bebé en camino?
—No lo sé, supongo que, en las Bahamas, pero no sabría decirte cuándo, digo fue mucha... acción.
—Sí, hubo mucha diversión en ese viaje —ríe por lo bajo—, quizás fue en la bañera... o todas esas veces en la cama, espera... quizás fue en la playa cuando...
—Sí, Harry, entiendo que fue en las Bahamas —lo interrumpo porque todos esos recuerdos comienzan a acalorarme.
—Entonces debes de estar de un mes. Ya muero por conocerlo o conocerla.
Sonrío ante su alegría mientras continuamos conversando. Una vez llegamos al hospital bajamos de la camioneta y él inmediatamente entrelazas nuestros dedos.
—Espero la gorra y lentes sirvan para despistar un poco la atención sobre mí.
—No me importa lidiar con tu fama, sé que viene con tu trabajo y lo acepto.
—Lo sé, pero quiero que este momento sea de nosotros dos, Kae, nuestro momento.
Lo primero que hacemos es confirmar mi cita, Harry es consciente de que es el mismo doctor que me chequeó durante el embarazo de Dan, me siento cómoda con él. El doctor Collen siempre fue bueno conmigo, comprensivo y calmaba mis miedos irracionales sobre cualquier cosa yendo mal con el embarazo de Dan.
Una vez mi cita es confirmanda, me dan una planilla que me siento junto a Harry a rellenar.
—¿Crees que en edad deba poner veintidós o veintitrés puesto que ya viene mi cumpleaños?
—Quizás pones veintidós y una posdata en donde digas que cumples pronto los veintitrés.
—Ni siquiera hay espacio para una posdata —digo riendo.
Disfruto de la diferencia entre llenar una planilla yo sola, como debí hacerlo con Dan, a hacerlo con mi novio.
—¿Cuentas con el apoyo del padre? — leo en voz alta y miro a Harry con diversión.
—Creo que tienes más que el apoyo del padre, el hombre está arrastrándose en suelo por ti, está loco de tanto amor.
—Exagerado.
Continuo y él se inclina hasta mi oreja, la besa y luego suspira.
—Pero es la verdad, te amo mucho —susurra.
—Lo dices porque solo quieres tener sexo conmigo.
—Nena, ya yo tengo bastante sexo contigo, prueba de ello es la razón por la que estamos aquí.
Ruedo mis ojos mientras tomo una de las tantas revistas que hablan sobre embarazos y bebés, sé todo lo que hay que saber, pero mi entusiasmo me hace querer volver a leer todo de nuevo.
Con un brazo alrededor de mis hombros, Harry lee junto a mí en tanto juega con mis dedos, sin embargo, de pronto me toma el dedo anular de la mano izquierda, llevándoselo a los labios y lo miro besármelo.
—Algún día el siguiente paso que haré será adornar este dedo con dos hermosos anillos, uno de compromiso y otro de bodas...
—Harry...
—Sé que aún falta mucho para conocernos, por eso no me arrodillo ahora mismo, lo tomamos con calma, pero yo sé que que quiero mi futuro contigo, eres la mujer de mi vida.
Le sonrío y me inclino sobre él dándole un dulce beso en los labios.
—Te creo —le aseguro y en repuesta él me sonríe antes de que volvamos la atención a la revista.
Solo alcanzamos a ver una revista cuando la enfermera dice mi nombre indicándome que puedo entrar. Lo hago con Harry tras de mí.
En cuanto entro el doctor parece evaluarme con la mirada, no sé si me recuerda.
—Aquí dice que te he atendido antes, te reconocí por el nombre, es único. Hola de nuevo, señorita Stuart.
—Hola, doctor Collen —digo estrechando su mano.
—Entonces supongo que debo decirte ¿felicidades? — me pregunta con simpatía.
—Gracias — respondo y Harry aclara su garganta—. Él es Harry, mi novio.
—Padre del bebé también — agrega mientras estrecha la mano del doctor.
—Tomen asiento, por favor.
El doctor Collen me dice lo que ya sé, que debo ir tras un pequeño bastidor y ponerme una bata.
Harry no parece muy contento con idea de la bata, pero sabiamente se calla cuando me ve salir con ella y subirme a una camilla reclinable. Esto será incomodo algo incómodo.
—Pensé que le harían un eco —comenta Harry ubicándose a mi lado mientras se cruza de brazos.
—Según lo que arrojan los análisis y los cálculos que ustedes me dan, el embarazo tiene un mes aproximadamente, esta diminuto, este tipo de tiempo se ve con esto — el enseña un instrumento que comienza a cubrir con un preservativo.
—Tranquilo, esto es más incómodo para mí, que para ti —murmuro.
El doctor comienza y trato de relajarme para hacerlo menos incónodo.
—¿Qué tal han estado los síntomas?
—He tenido muchos vómitos, no los controlo, los mareos no son muy constantes y tuve un desmayo hace unos pocos días debido al estrés.
—¿Has tenido calambres? ¿sangrados? ¿incomodidades al orinar?
—No a ninguna de las preguntas.
El doctor Collen asiente y nos sonríe antes de decir "miren esto" y en la pantalla diminuta aparece lo que se supone será mi bebé, aunque bueno, seré sincera, nunca fui capaz de distinguir el guisante que era Dan y en esta ocasión tampoco lo veo.
—Esta pequeñísima mancha de ahí, es lo que será él bebé, así que es oficial.
Finjo que sé y veo el guisante del que me habla, sin embargo, Harry parece encontrarlo, puesto que luce totalmente maravillado mientras sonríe.
—¿No escucharemos su corazón? —pregunta esperanzado.
—No, el corazón se formará posiblemente en la quinta semana y a las siete o quizás seis semanas y media ya podremos escucharlo.
—Vaya... —es lo que dice Harry aun viendo fijamente la pantalla— es apenas una pequeña mancha, pero es hermoso de ver ¿verdad?
—Sí, hermoso —miento y casi quiero reír, pero sé que no soy la primera mujer que no logra a ver a su guisante.
***
Después de programar otra cita con Collen, escuchar sus instrucciones y obtener una lista de vitaminas y suministros que debía ingerir, salimos directo a la farmacia porque Harry estaba en modo "debemos cuidarte como a una rosa." Lo espero en el auto jugando con la estación de música mientras él compra todo lo que este en la lista.
Somebody to Love está sonando cuando Harry sube y no puede evitar reír mientras me mira cantando con las mayores de mi inspiración.
—Prométeme que en unos meses no te pondrás neurótico como lo hizo Keith con Brid—ruego.
—No puedo prometerlo, apenas tienes cuatros semanas y ya quiero encerrarte en una torre en donde nadie te haga daño.
—No soy Rapunzel, pero te amo por querer cuidarme tanto como puedes.
Él pone el auto en marcha, pero antes me guiña un ojo con coquetería. Todas las chicas en este mundo deberían tener un Harry Jefferson, o en cualquier caso un BG.5.
Cuando llegamos a mi apartamento me sorprendo de encontrar a Keith y Bridget en el sofá mientras a Dan y Dexter nos los veo.
—Qué agradable sorpresa —digo arrojándoles besos que ellos fingen atrapar y devolver.
—¿Dónde están...? — comienza a preguntar Harry, pero Dexter y Dan hacen su aparición... con Adam.
—¿Adivinen quien le cambió el pañal lleno de mierda a este bebé? — pregunta Dexter meciendo a Adam, Dan este agarrado de su pantalón.
—¿Tú?— pregunta Harry.
—Así es hermano, era un gran pañal lleno de mierda que cambié perfectamente —mira hacia Dan—, bueno, la pequeña bestia ayudó a vestirlo, buen trabajo el que hicimos ¿eh, bestia?
Dan en respuesta asiente, creo que Dexter es un sol porque sin darse cuenta a logrado que Dan mire a Adam con más que celos y el ceño fruncido.
Adam se queja y Dexter le murmura algo, Harry va directo al fregadero a lavarse las manos.
—¿Cómo les ha ido? —dice Bridget.
—Me fue bien, estoy de cuatro semanas, me dio sugerencias que podrían ayudar con los vómitos y mis vitaminas.
Harry vuelve y ahora entiendo para que lavó sus manos, él pide a Dexter que le pase a Adam y un poco renuente Dexter se lo entrega.
Harry lo acurruca contra su pecho mientras se sienta en uno de los sofás y Dan se sienta rápidamente sobre sus piernas recostándose de su pecho y estando frente a frente con Adam.
—Lindo —dice mi hijo y Harry le sonríe.
—¿Te gusta?
—Shi.
—¿Quieres uno? — le pregunta Harry y Dan parece dudarlo, como si fuera algo muy difícil de responder, todos estamos esperando su respuesta como si de ello dependiera nuestras vidas.
—Shi — responde finalmente y respiro hondo.
Podría llorar de emoción ahora, la imagen de Harry con Adam sobre su pecho y Dan sobre él, representa muy bien la imagen de nuestro futuro cercano cuando bebé en camino nazca.
El timbre suena y Keith me hace saber que es Katherine quien entra muy entusiasta, dando saltitos y diciéndole a Keith "adivina, adivina, adivina."
—¿Qué quieres que adivine? — pregunta Keith deteniendo sus saltos y divertido.
—Mamá cedió, gané. Viviré en la residencia —grita emocionada saltando sobre Keith.
—Así que la convenciste —murmuro con una sonrisa a mi emocionada hermana—. Bueno, sabía que lo lograrías, eres una chica lista.
—Lo sé, soy la Stuart más inteligente que pudieron procrear.
—Ahora veo que la modestia es algo que se le da bien a los Stuart —murmura Harry besando la cabeza de Adam y después la de Dan.
—Como si tú y Dexter fueran muy modestos —replico y Katherine asiente mientras va hacia la cocina.
—¿y qué es lo que vamos a comer? — pregunta Bridget.
—Pidan pizza y comida China, Dexter paga — digo riendo.
—Mi cuenta bancaria esta lo suficiente llena como para pagar el almuerzo y me siento orgulloso de ello— informa Dexter poniéndose de pie— ¿Keith vas conmigo? Tal vez podamos conocernos, ya sabes, ver nuestra química, explorarla y ver a dónde nos lleva.
—Él es mi prometido —Le recuerda mi mejor amiga.
—Siempre puedo ser su amante, no tengas miedo de un poco de competencia, mujer sensual.
—¿Alguien más viene? — pregunta Keith—. Perezosos. Vamos a conocer y explorar nuestra química, Dexter.
—Que emoción —chilla Dexter.
Una vez se van, Katherine se acerca y toca mi estómago plano.
—¿Qué tal fue la cita?
—Genial...
Asiente mientras tomándome de la mano me arrastra hasta la habitación, me mira y muerde su labio.
—Voy a contarte algo, será rápido.
—De acuerdo, suéltalo, hermana.
—Creo que estoy viendo a un chico —me dice mientras sus mejillas se sonrojan.
—¿Cómo es eso de que "crees"? — hago comillas con mis dedos.
—Es que, de verlo, verlo, solo el día que nos conocimos y bueno, casi una semana que nos encontramos, pero de resto, hemos estado hablando por email y mensajes, pero uh, me gusta mucho.
—Nunca me habías hablado de un chico...
—Es que esto es diferente, se siente real y emocionante, es la primera vez que me gusta un chico de una manera no platónica.
—¿Quién es?
—Uh, no te lo diré aun, pero... cuando comience a estudiar en Londres, quedamos de vernos... estoy un poco preocupada.
—¿De qué?
—De que piense que soy muy niña.
La miro con sorpresa, no pensé que a Kathe algún día la fastidiara su inocencia, es lo que más amo y admiro de mi hermana.
—Eres dulce y eso es una buena cualidad en ti, además si le gustas a este chico, entonces le gusta por quién eres, y eres una joya Katherine.
»Quiero que me asegures que no harás ninguna locura para agradarle a las personas cuando estés en Londres, porque eres autentica. Tampoco quiero que cambies por este chico ¿de acuerdo?
—De acuerdo... ¿Qué tal si me consigues preservativos?
La miro horrorizada, pero ella comienza a reír, supongo que así se sintió mamá cuando le dije que estaba embarazada por primera vez y supo que tenía una vida sexual activa.
—Solo bromeaba, Kae, debiste ver tu rostro.
—De igual manera cuando lo necesites o quieras hablar de sexo, siempre puedes hacerlo conmigo. Sin vergüenza y sin miedo.
Asiente dándome un abrazo breve antes de que regresemos a la sala.
Mi hambre me hace comer una de las barras de cereal que me sienta de maravilla.
—¿No quieres dormir una siesta? — tiento a mi suerte al preguntarle a mi hijo.
—No quelo —dice antes de acurrucarse más contra Harry.
Harry parece feliz y en su paraíso personal con ambos niños sobre él, lo cierto es que se ve hermoso con Adam y Dan, me emociona saber que ese será el cuadro que veré en algún momento.
Creo que él tiene un encanto natural con los niños, va con su personalidad. Disfruta de ellos y los niños disfrutan de él.
Y sé que realmente él esta extasiado ante la idea de parte de él creciendo en mí.
Mi familia está creciendo.
Distraídamente me llevo una mano al vientre y lo acaricio, Harry sigue mis movimientos y me sonríe.
Sí, ambos estamos felices con este bebé.
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