CAPÍTULO CINCUENTA Y CINCO

8 de diciembre, 2011

No me puedo creer que estoy recogiendo mis pertenencias de la que fue mi oficina. Es una sensación indescriptible, emoción ante todo lo que me espera en Londres, pero nostalgia ante de dejar lo que fueron mis inicios.

Dan juega con unos carritos que encontré en uno de los cajones del escritorio, de seguro son de cuando él gateaba. Mi hijo se encuentra conmigo porque no hay manera en la que regrese a esa guardería y pronto nos mudaremos, por lo que no vale la pena buscar una nueva.

Harry se está ocupando de encontrar alguna buena escuela en Londres repleta de seguridad, puesto que Dan ya tiene tres años, pero deberemos esperar para que se inicie junto al nuevo año escolar.

Tomo una carpeta llena de manuscritos y sonrío mientras lo deposito en una de las cajas cuando James se asoma por la puerta y me sonríe.

—Hola, Harry —saluda a mi hijo mientras se adentra a la oficina bajo la atenta mirada de mi bebé.

—Hola —dice Dan con desconfianza entrecerrando sus ojos.

James se inclina y besa mi mejilla en forma de salud lo que tiene jadeando a mi hijo y viniendo de inmediato hacia mí, pidiéndome que lo cargue.

—No voy a cargarte, cariño.

Dan suspira y vuelve con sus carritos, pero casualmente estos chocan constantemente contra los pies de James, Dan parece muy decidido.

—Lo siento, James, no sé qué le sucede.

—No te preocupes.

—Rumm... rumm — imita Dan estrellando el carrito contra el pie de James.

James y yo conversamos mientras recojo mis cosas; esta podría ser la última vez que hablo con él, no tenemos una amistad significativa que nos permita mantenernos en contacto tras mi mudanza, pero espero algún día en una reunión o fiestas de la editorial, toparme con él.

Estoy guardando un libro que corregí y me gustó mucho, cuando escucho a Dan dar un grito de felicidad y al girar, lo encuentro en los brazos de Harry.

James ve a Harry con simpatía, sin embargo, parece incómodo.

—James te presento a mi novio Harry y Harry él es mi compañero de trabajo James.

Ambos estrechan manos de manera cordial, mientras yo prosigo recogiendo mis pertenencias.

—Pensé que pasarías por mí en una hora y media —le digo sellando una de las cajas—, aún no termino.

—Terminamos de ensayar antes y pensé que podría ayudarte para luego ir a comer.

—Bueno —interrumpe James—, debo volver a mi puesto, espero y te vaya bien, Kaethennis, estoy muy feliz por ti, siempre supe que buenas cosas te pasarían, porque eres excelente en tu trabajo y una gran persona.

—Gracias, James, espero saber de ti. Tienes mi correo —me acerco y le doy un abrazo.

Creo escucharlo suspirar y confirmo que lo hizo cuando me encuentro con las cejas arqueadas de Harry.

—Estoy segura que Amelia también tiene grandes cosas para ti —aseguro dándole un beso en la mejilla—. Gracias por ayudarme a lidiar con las brujas de esta editorial.

—Fue un placer — se dirige hacia Harry y le estrecha la mano antes de sonreírle a Dan—. Buena suerte, Harry.

Dan le da apenas una sonrisa, James sale y yo guardo las ultimas carpetas.

—Le gustas. Ha tenido largos años viendo a tanta hermosura y sin tener una oportunidad, me apena —dice Harry, pero su pesar parece fingido por lo que entorno los ojos.

Él ríe suavemente, deja a Dan de nuevo en el suelo y me abraza de espalda y deposita un suave beso en mi cuello.

—¿Qué tal han estado esos malestares?

—No he tenido nauseas, de hecho, pude desayunar.

—Me alegra escuchar eso ¿y los mareos?

—Solo sucedió en el apartamento, ahora estoy bien, señor protector.

—Me alegra escuchar eso. ¿Estamos listos para irnos?

Justo cuando voy a responderle, Amelia aparece en la puerta, ninguna de los dos décimos nada simplemente nos fundimos en un abrazo.

Tengo mucho que agradecerle a Amelia, ha sido una gran guía para llevarme hasta donde me encuentro hoy profesionalmente, nunca dudo en darme una oportunidad, simplemente con una sonrisa cálida ella me había otorgado un trabajo que me ayudó a independizarme y darle una gran vida a mi hijo.

—No puedo creer que vaya a llorar —Se queja riendo—. Estoy muy orgullosa de ti, eres como una hija a la que hoy estoy viendo marchar para emprender un mejor camino. Sé que van a amarte en Londres y que vas a destacarte como solo tú sabes hacerlo. Echar'E de menos tus quejas hacia los malos manuscritos, lo bueno es que aun trabajaras tus cuentos con esta sede y seguiré siendo absolutamente feliz de leerlos y publicarlos. Éxito en esta nueva etapa de tu vida, Kaethennis.

Para el momento en el que termina estoy derramando lágrimas y creo escuchar a Harry y Dan reír. Abrazo una vez más a Amelia.

—Gracias por siempre creer en mí —susurro en su oído antes de besar su mejilla.

Ella limpia su rostro y luego ve a Dan con una sonrisa quien le sonríe con timidez escondido detrás de la pierna de Harry.

—Ha sido un placer conocerte, Harry Daniel, espero y en un futuro estés muy orgulloso de tu mami.

—¿Nani?

Ella asiente y dirige su atención a mi novio.

—Señor Jefferson, será mejor que cuide muy bien de mi mejor trabajadora.

—Desde luego lo haré.

—Bueno, Kaethennis, espero saber de ti pronto, cariño.

Asiento y la veo salir. Harry se acerca riendo y con sus dedos me limpia las lágrimas.

—Antes me era difícil imaginarte llorando, pero últimamente eres bien llorona— se burla besando mi nariz.

—Y tu bien idiota.

Él ríe más fuerte mientras toma las dos cajas con mis pertenencias y yo una bolsa y la mano de Dan, es así como cierro esta etapa de mi vida.

***

11 de diciembre, 2011

—No vas a decirme qué mierda hacer, Kevin, así que será mejor que dejes de joder —escucho las quejas del abuelo Luca apenas mamá me abre la puerta.

Harry me mira con curiosidad y Dan parece reconocer la voz del abuelo, porque saluda a mamá y corre adentro para tener uno de sus encuentros.

—Hola cariño —mamá me da un abrazo y luego acaricia mi estómago plano—. Hola a mi nieto o nieta no nacida, y hola, Harry.

Mamá se funde en un gran abrazo con Harry y ruedo mis ojos porque mamá es como la mayor fan incluso parece que ahora le gana a Katherine. Me abro paso y saludo a mi hermana junto con papá que refunfuña como un adolescente molesto ante las malas palabras del abuelo.

—Abuela, Kim —Saludo con un gran abrazo—, me alegra que hayan venido.

—Hola, mi niña, qué alegría verte, ya nos dieron la noticia de que estás esperando un bebé.

—Sí, se la dejó meter y ahí está su bebé —dice el abuelo en medio de una sonrisa, no puedo evitar sonrojarme, es vergonzoso que tu abuelo diga algo como eso.

—¡Luca Stuart! —grita la abuela Kim frunciendo el ceño.

—Tu niño "mira mierda" no deja de verme —Me hace saber el abuelo señalando a Dan.

Harry entra y la abuela le sonríe, en cambio el abuelo lo mide.

—¿Y este quién es? — cuestiona.

—Él es mi novio, abuelo, es Harry Jefferson.

—Oh, bueno ¿así que éste es quien te embarazó? ¿Qué pasó, hijo? ¿no supiste ponerte el condón?

Harry mira al abuelo con sorpresa y luego a mí, gesticulo un "lo siento." Quizás debí advertirle del abuelo Luca, el día del cumpleaños de Dan el abuelo y Harry no se conocieron, olvidé presentarlos y bueno, aquí están las consecuencias.

—Este... yo bueno, sí... es decir, sí soy quien la embarazó... pero sí sé ponerme un condón.

—¿Entonces cómo es que mi muñeca tiene un regalito tuyo?

—¡Papá! —lo reprende mi padre y estoy agradecida.

Harry tiene las mejillas y los pómulos muy sonrojados.

—Jodida mierda, mi hijo no me deja hablar. Es mi puta boca, Kevin, así que cállate hazme el favor —lo reprende el abuelo y papá frunce el ceño.

Puedo prometer que papá sale del lugar como un adolescente rabioso.

—Deja de hablarle a mi hijo de ese modo, viejo estúpido —pide la abuela al tiempo que tocan el timbre.

Unos minutos después aparece Keith con Adam en sus brazos y detrás de él viene Bridget.

—Mira, Adam, el fumador de hierba está aquí —dice Keith con una gran sonrisa depositando sin dudarlo a Adam en los brazos del abuelo Luca—. No lo dejes caer, fumador de hierba o Bridget se cabreará.

—Cállate, puto, he cargado muchos bebés.

—Algún día cortare tu lengua, Luca Stuart —advierte la abuela mientras besa la frente de un dormido Adam, Dan se acerca y lo mira.

—Un bebé.

—Sí, príncipe, es Adam —Le dice mi mejor amiga con emoción.

Mi hijo vuelve la vista a Adam y agarra su mano, parece sorprendido del agarre de Adam en su pequeño dedo.

—Ayam —Lo saluda y creo que todos nos derretimos, incluso el abuelo Luca sonríe un poco antes de empujar a Dan que lo mira ofendido—. Viejo.

El abuelo ríe complacido y Dan se refugia en la abuela para estar cerca de Adam.

Bridget se acerca a mí justo en el momento que Harry lo hace, así que estoy entre los dos cuando ella hace un comentario acerca de mi mamá cocinando camarones.

—Te juro que estoy siendo la mujer más feliz del mundo, la última vez que iba a comer camarones hechos por tu madre, Keith y yo le dimos la noticia del bebé y ella los dejo caer, ese día lloré. Así que por favor no le den ninguna noticia importante, quiero comer esos malditos camarones —nos ruega.

No sé de lo que ella me habla, pero de igual forma río.

—Creo ya haberle dado todas las noticias: estoy embarazada, me mudo con Harry, me ascendieron y me voy a Londres.

—Gracias — dice caminando hacia Keith.

Harry entrelaza nuestros dedos y cuando lo miro, se encuentra sonriendo con la atención en el abuelo sosteniendo a Adam.

—Tu abuelo es toda una caja de sorpresa.

—Así es el abuelo Luca.

Harry ríe mientras niega con su cabeza, luego me ve y sonríe, sus ojos se achican debido a la diversión de su sonrisa.

—Algo me dice que ver a tu abuelo, es ver el futuro de mi hermano. Es como ver a Dexter viejo.

—¡Tienes razón! No lo había pensado, siempre he creído que Dan será como el abuelo Luca.

—También, aunque no creo que Harry Daniel sea un hombre grosero, creo que él será un niño odioso, galán y rompe corazones, pero no grosero.

Harry besa mi nariz mientras me sonríe, entonces Dan llega hasta nosotros y pide que lo alce, Harry lo carga y salimos hacia el jardín trasero.

Mi hijo está sonriendo apenas ve las plantas mientras Harry le pasa una flor, lo que lo tiene mirándolo con amor.

Harry cambió mi vida, pero su impacto ha sido más grande en la de mi hijo y sé que Dan también cambió la suya. Se aman, tienen una relación que va más allá de mí y se necesitan, se encargaron de crear ellos mismos un vínculo que incluso si nuestra relación termina, la de ellos perdurará porque va más allá de mí y de mi amor por Harry.

Los veo concentrados en la flor y siento una enorme alegría en mi cuerpo, ante la imagen que proyectan.

Hay tanto amor y cariño entre ellos, además de esa aura de protección con la que Harry rodea a Dan, como si fuera su vida, su mundo. Lo más importante en su vida. De la misma manera en la que lo miro: como mi hijo.

Me llevo una mano al vientre entendiendo finalmente lo inevitable y lo afortunada que soy de su vínculo. Dentro de mi está creciendo el futuro hijo o hija de Harry, pero para él no se siente como el primero, el primero es Harry Daniel.

Me lo ha demostrado una y otra vez, aun cuando no se lo pedí.

—¿Kae? — me llama Harry, al parecer él y Dan han estado hablándome.

Con una sonrisa me acerco a ellos, me pongo de puntillas y beso los labios de Harry antes de besar la punta de la nariz de mi hijo.

Finalmente me siento lista y lo he terminado de aceptar.

—Dan ¿Cómo se llama él? —pregunto señalando a Harry parece confundido.

Mi bebé frunce el ceño y me mira con desconfianza acostumbrado a que lo corrija siempre.

—Papi azul —dice finalmente muy decidido.

—Sí, cariño, es papi azul —por primera vez no lo corrijo y creo que ambos Harry están muy sorprendidos.

Luego ambos ríen y después ambos Harry me regalan mis sonrisas favoritas.

Es que incluso parecen padre e hijo.

Dan abraza posesivamente a Harry, quien se inclina y me besa suavemente antes de susurrar en mi oído lo que creo serán una de las palabras más bonitas que he escucharé en mi vida:

—Gracias por dejarme ser el padre de un niño que siento como mío, mi hijo.

Y por supuesto que derramo un par de lágrimas, pero como siempre, Harry se encarga de borrarlas, porque su mejor especialidad es sacarme sonrisas y hacerme feliz.