Mockingbird
"Conozco a 30 enanos. Tú eres 29 de ellos."
- Priscilla, 1990
Flashback:
Empezamos hace varias décadas atrás bajo el contexto colegial de varios imps, súcubos y hellhounds, localizándonos en la Universidad Racket del Anillo de la Codicia, una de las más prestigiosas que había en todo el Infierno. Una a la que solo los más privilegiados o trabajadores podían acceder por su costosa demanda y altos requisitos. Ahí conocemos la historia de dos jóvenes que tomaron una decisión que, sin saberlo, lo cambiaría todo.
"¡Ya! Sálganse a la verga." ordenó una de las tantas profesoras con un tono exigente y agotado. "Y no se olviden de traer su informe de 120 páginas de la lectura de hoy, mañana sin faltas ni excusas, a menos que traigan un justificante médico firmado por Orobas."
Un imp simplemente asintió con la cabeza, feliz, ya que él mismo había terminado la tarea entera durante la clase con mucho entusiasmo. Así es, estoy hablando de Rocky. Por otra parte, una hellhound llamada Linda solo pudo reírse mientras salía del salón de clases.
"Pinche ruca, su materia ni sirve..." decía Linda en un tono de voz bajo.
Ya en las afueras del campus, esta se encontraba charlando con algunas de sus amigas mientras esperaban el bus, chismeando sobre el anteriormente mencionado imp, conocido y mofado por sus compañeros por ser el típico nerd silencioso y responsable que le hacía las tareas a todos a cambio de dinero.
"Es tan raro. No habla con nadie, solo hace gestos raros con las manos." hablaba una de las amigas con un tono despectivo.
"Escuché que sus padres eran primos y por eso salió tan deforme. Típico de los imps." comentaba otra. Obviamente eran puras farsas infundadas.
Linda por otra parte sacudió la cabeza con condescendencia
"Eh. No creo que esté tan mal. Me parece... algo lindo, de hecho. Y además, le hace a uno la tarea."
Y las amigas se escandalizaron, ya que eso era imposible. Ese era el raro, el anormal, la oveja negra de su carrera. Sugerir tan siquiera que fuera lindo era una estupidez para gente de clase como ellas.
"Conque lindo, ¿eh? Entonces hagamos lo siguiente. Vete con don rarito y finge que le gustas." apostó la primera amiga, con ganas de reírse un rato.
"Ey, ahora que lo pienso... No le vendría mal un poco de popularidad. A cambio, tal vez me ayude a pasar el año. ¡Es un plan infalible!" contestó Linda, frotándose las manos.
Y así lo hizo Linda, con una mueca. Se le estaba acercando mientras el imp se comía unas empanadas, sentado en una banca. Al verla aproximándose, Rocky la invitó a sentarse a su lado cordialmente, a lo que Linda aceptó.
"Gracias, guapo... Sabes, me gustan los chicos altos, con ojos preciosos como los tuyos."
Rocky solo pudo sonrojarse por el comentario, ya que era mudo de nacimiento. Pero como gesto de cariño, hizo la señal del corazón con las manos.
"Ayy, que tierno eres. Y eso que me dijeron que eras raro." Linda se sintió halagada con el gesto, a lo que empezó a poner su plan en la marcha. "Deberíamos salir más tarde, ¿~no lo crees~?"
Los ojos de Rocky se iluminaron, ya que en el fondo, esa chica le gustaba mucho. Asintiendo con la cabeza, dio una sonrisa genuina. Esa misma tarde salieron a petición de Linda, y se emborracharon hasta más no poder. Bueno, principalmente Linda, ya que Rocky hizo su mayor esfuerzo para mantener sobrio con tal de protegerla de peligros externos que asechaban cada esquina.
"Bua... ya se está haciendo muy de noche no, y mañana hay que levantarse temprano para ir a la cárcel..." susurraba Linda tambaleándose en un asiento. "Deberíamos ir a uno de esos hoteles de amor a pasar la noche, ¿eh? ¿Eh?"
Apartando los vasos y las botellas, Rocky sostuvo a Linda en sus brazos con facilidad y la sacó del bar cautelosamente, evadiendo las miradas penetrantes de los comensales. Él se dirigió al motel más cercano en la tercera circunvalar. Rocky la colocó dulcemente en la cama, por lo que Linda imaginó que era una invitación.
"~Uyyy, eres tan pícaro~" risilló Linda, quitándose la ropa.
Pero Rocky hizo el gesto de irse a dormir, ya que tenía inseguridades debido al pequeño tamaño de su miembro, y no se sentía realmente listo para hacerlo. Sin embargo, esto no detuvo a Linda, quien comenzó a acariciar su pecho, siendo esta la 'debilidad' de Rocky.
"(~Ohhhhh, me vengooooooo~)" pensó Rocky.
"~Vamos, desabróchate esa cosa, tengamos un poco de acción~. ¿O acaso no te atraigo lo suficiente?" Claramente, Linda tenía una libido alta luego de tanto consumo de licor.
Rocky no tuvo más opción que bajarse los pantalones y mostrar su 'pizarrín' con mucha vergüenza. Para su fortuna, Linda no le hizo mucho caso a esto, pues estaba igual de decidida a hacerlo con él a pesar de todo. Y además, para compensar su inadecuado tamaño, Rocky tenía una resistencia envidiable.
"¿No traes protección? Aunque igual no creo que importe, con lo pequeño que lo tienes..."
Un par de horas más tarde, cayendo un nuevo amanecer, Rocky sacó a Linda del establecimiento y la llevó de regreso a casa a puro pie.
"Eso fue muy bonito y todo... en fin, ¿siempre me vas a hacer la tarea de física?" preguntó Linda, restregándose la cabeza debido a la resaca.
Rocky se encogió de hombros y asintió con la cabeza.
"Okay, entonces. Igual no creo que vaya a la uni hoy, estoy agotada. Nos vemos, guapo." se despidió Linda, dejando un beso en la frente de Rocky.
Uno pensaría, que esta historia que les acabo de narrar quedaría ahí. Un simple imp con buenas intenciones siguiéndole la corriente a una hellhound interesada. Pero... ¡Chan chan chan! A los pocos días ocurrió lo que pasa cuando uno no usa protección.
"¿¡Lo hiciste con el flacuchento?!" interrogó una de las amigas de Linda, refiriéndose al apodo de Rocky.
"¿¡Subiste de peso?! Dime cual es tu dieta, para no seguirla."
Linda intentó excusarse. "No se alarmen, probablemente solo sean gases-..."
Pero de la nada, Linda sintió un torbellino en su estómago. Cubriéndose la boca en desesperación, fue corriendo al basurero a vomitar. Las amigas chillaron dramáticamente ante la escena.
"... Eso no es na-" vacilón Linda, antes de seguir vomitando.
"¡Por la puta madre! ¡Hay que llevarla al hospital!"
Y al contado llevaron a Linda a emergencias para tratar lo que sea que tuviere. Después de un par de horas y varias pruebas médicas, el doctor mandó a llamar a la hellhound para traerle los resultados.
"No cabe ninguna duda al respecto. Señorita Linda, usted está embarazada y en la primera fase de gestación." informó el doctor sin dar rodeos.
"No puede ser..." jadeó Linda, antes de hacer una pregunta importante. "Oiga, por cierto, ¿ya se sabe si saldrá retrasado?"
"... A simple vista, lo veo hereditariamente posible."
Los padres de Linda, presentes después de haber sido informados sobre lo ocurrido, perdieron los estribos de inmediato, como podrían esperarse.
"¡Puta madre, Linda! ¿¡Cómo pudiste hacernos esto!?" gritó el padre, indignado. "Te pagamos los estudios, te educamos bajo los valores de una casa ejemplar, ¿¡y nos vienes con un Viernes 13!? ¿¡Qué tu crees, que vamos a pagar ahora por ese chamaco!?"
"¿Quién te puso a ese mocoso en la barriga?" preguntó la madre, un poco más calmada. Énfasis en 'un poco'.
"¡No sé, ni siquiera recuerdo el nombre!" respondió Linda en pánico.
"¡Vamos a buscar al donador de esperma en este instante para que se haga responsable de este fiasco! ¡Levántate cabrona!" anunció el padre, jalando a Linda del brazo.
A la fuerza, levantaron a Linda y la sacaron del hospital a buscar al condenado que la había embarazado. Dentro del campus universitario, Rocky se hallaba estudiando para los próximos exámenes en su cuarto, como siempre, sin saber lo que le esperaba, hasta que el padre de Linda lo abrió de una patada.
"¿¡Qué le hiciste a mi hija!? ¡Pedazo de bestia larguirucha deforme! Seguramente la violaste, como todos los hombres de baja categoría. ¡Arruinando vidas ajenas!" el padre le dio un puñetazo a Rocky, mandándolo a volar de su asiento.
Rocky obviamente no respondió, pero hizo señal de paz, no teniendo intenciones de provocar más a este señor.
"¡No te hagas el pendejo con nosotros! ¡La preñaste sólo para abandonarla después! ¿¡No es así!?" demandó saber la madre.
Rocky no entendió a lo que se referían, solo se veía asustado. Aunque esto no fue impedimento para que ellos pensaran en una solución inmediata a este problema.
"Te dejo a tu media naranja aquí." posteriormente, el padre agarró a Linda y la arrojó contra Rocky. "Los veo casándose y viviendo felices o... ¡te las verás conmigo, maldito imp zángano, de mierda!"
"Lo... lo lamento..." dijo simplemente Linda, aunque ella misma sabía que solamente eso no iba a ser suficiente para arreglar nada. El daño estaba hecho.
Y con eso dicho, los padres se fueron, sin dejarle explicaciones claras al imp. Sin el soporte económico de ellos, no quedó mucho por hacer, así que ambos tuvieron que dejar sus carreras y buscar trabajos donde encontraran para poder sostener al futuro (o futuros) bebé(s).
"... Maldita sea. ¿Por qué tuve que hacerle caso a esas inútiles?" Se decía a sí misma Linda, mientras fregaba los platos en un apartamento que había rentado Rocky temporalmente. Más que aceptar su error, estaba tratando de pretender que nada había sido su culpa. "Si nunca le hubiera hablado a ese imp, no estaría en esta situación ahora... suerte que tengo unos contactos especiales."
En un movimiento arriesgado, Linda contactó al capo de una mafia muy poderosa en la zona, amigo de su padre, ya que con tal de hacer dinero fácil, estaba dispuesta a meterse por esa pendiente. Todo a espaldas de Rocky, quien se la pasaba todo el día trabajando. Y cuando no estaba teniéndose lástima a sí misma o pidiéndoles favores que no iba a cumplir, le hacía demandas muy extrañas a su 'marido'.
"Tengo ganas de comer pizza con yogurt y huevo cocido." suplicaba Linda, con sus antojos de las 12:00 PM.
Y Rocky, estupefacto, se las tenía que ingeniar para satisfacer sus típicos antojos de embarazada. Era eso, o sufrir su desmesurada ira.
"Es comida nutritiva para los dos chiquillos, los hellhounds necesitan comidas especiales para sobrevivir." insistía Linda para justificarse, mientras Rocky le servía su extraño platillo.
Y por cierto, en un giro de trama, resulta que en unos meses más adelantes, y luego de varios rayos X, el doctor determinó que Linda estaba embarazada de mellizos, un par, un dúo, o todos los sinónimos que hay.
"Escúchalos, están super satisfechos con esa comida."
Mientras Rocky posaba para oírlos, uno de los fetos gritó "¡Papi!" dentro de la panza de su madre, causando que se cayera contra el suelo por el susto.
"¿Tan maricón tenías que ser?" dijo Linda con desdén.
A los pocos meses, Linda finalmente estaba lista para el parto. En la sala de emergencias había tensión, pero luego de varias horas de intenso dolor, varios empujes, y un apretón de manos que casi deja manco a Rocky, dos mellizos salieron del vientre de su madre de manera segura y sana.
"(Ay... mis bebés. ¡Son iguales a nosotros!)" pensaba Rocky para sí mismo, mientras los sujetaba en sus brazos. Si bien, no había planeado el embarazo en lo absoluto, él sabía que iba a proveer para sus pequeñines y para Linda, aunque ello demandara todo su tiempo. No había vuelta atrás, y él iba a tratar la situación lo mejor que pudiera. "(Los voy a proteger para siempre, mis niños, y les daré una vida mejor que la mía. Es una promesa.)"
Linda, por otra parte, cargaba algo de miedo ante esta nueva responsabilidad para la cual no estaba preparada. Sin olvidar el hecho de que, si no se largaba lo más pronto posible de allí, la mafia le daría a ella y a los demás de baja por un préstamo no pagado.
"Santísimo padre... cagamos..." murmuró Linda, sin siquiera poder ver a sus bebés a la cara.
Por lo cual, a los pocos días de nacidos, Linda tuvo que tomar una decisión. Agarró al mellizo masculino, al que llamó Szymon, y planeó escaparse del Anillo de la Codicia con él. No sin antes escribir una nota para que la otra bebé, Priscilla, pudiera leer algún día.
"Prisci, perdón que haya tenido que irme de imprevisto. Pasaron algunas cosas y no tuve mucha opción. Cuida a tu padre por mi, ¿sí? Espero verte por ahí algún día."
Así, viajó hasta el Anillo de la Pereza, donde podría mantener un bajo perfil con seguridad de que no la encontrarían, aunque sea durante un tiempo. Rocky tuvo que aceptar este hecho con tristeza en su corazón, dedicándose a seguir trabajando para mantener a Priscilla, hasta el fin de sus días. El resto es historia.
Tomen esto en cuenta, ya que podría ser útil más adelante.
Paréntesis, de vuelta al presente:
Ha pasado algo de tiempo desde que Priscilla se había largado de su antiguo apartamento en un ataque de llanto. Billy intentó remendar todo en repetidas ocasiones, incluyendo el día de hoy, armando un desayuno familiar con la comida favorita de cada uno. Todos asistieron, excepto una persona. La silla vacía reflejaba la ausencia de Priscilla. Bueno, también andaba ausente la matriarca de la familia, pero eso es tema para otro momento.
"Que lindo detalle habernos invitado, Baf. Tu banquete quedó fantástico, 10/10." halagó Lucifer mientras bebía un jugo de manzana, antes de ojear el puesto en cuestión. "Pero, no puedo evitar sentir que hay un vacío muy poco sutil en esa silla. ¿Dónde está mi nietecita peluda? La loquita del pelo esponjoso y los cuernitos. Este... ¿Cómo diablos se llamaba?"
"Priscilla, abuelo. " respondió Sodom, sintiendo algo de incomodidad mientras comía. "Un par de días atrás tuvimos una discusión y... ella no lo tomó muy bien."
"No creo que sea tan mala para que papá le haya dicho lo que le dijo. Pero tiene serios problemas de ira y autocontrol..." decía Amora.
Charlie se vio particularmente triste, no pudiendo comer mucho al notarlo.
"Me siento tan triste de que se esté perdiendo de esta convivencia. Ella es tan parte de la familia como cualquiera de nosotros."
"Pues no creo que ella lo vea de esa manera." titubeó Amora.
Billy había estado mensajeando a Priscilla desde hace un buen rato, suplicándole que se presentara para poder hablar con más calma. Pero cada mensaje fue dejado en visto.
"Y si no lo ve de esa manera, es solo por mi culpa." lamentó Billy, frotándose la frente. "Fui muy duro con ella."
"No es para tanto. Solo hay que aceptar que preferiría estar con su príncipe peluquero que con cualquier nosotros. Nada grave." trató Sodom, de restarle importancia a la situación.
"... ¿El qué?"
"Tú sabes, ese chico, Del. Le gusta desde que estaban en primaria. ¿No lo recuerdas? El tipo al que casi matas porque se acostó con Priscilla aquella vez."
Y mientras Charlie escupía su bebida al oír aquello, Billy pudo recordarlo. Pocas veces había compartido caminos con Del, pero recordaba vivamente aquella noche en la que lo vio acostándose con su hija.
"... Claro que sí. Seguramente prefiere estar con alguien que si la escuche y no haya cagado su relación con ella." siguió entristecido Billy.
"Huh. Toda esta situación me suena un poco familiar, por algún motivo." señaló Lucifer, antes de encogerse de hombros. "¡EEEEEN fin, no hay drama, alégrense un poco! De todas formas, el día de hoy vamos a introducir un nuevo miembro a la familia. Al único, excepcional, magnífico espécimen ... ¡Ferrrrrnando Morningstar!"
Del asiento que le pertenecía Priscilla, emergió un chivo peculiar a comerse su parte del desayuno.
"¿¡Me van a decir que no es la cosita más tierna y dulce que han visto en su vida?! ¡No sé de donde sacaste a este ejemplar, Billy, pero es adorable!"
"Je, sí, es aliado de un viejo amigo. No tengo idea de como putas se coló en el Infierno, pero ese carnal me entiende." comentó Billy, acariciando a Fernando.
"Beeeehhh." trató de comunicarse Fernando con Razzle y Dazzle, a lo que ellos retrocedieron, intimidados.
"Y lo más importante, no le grité a este pequeño que desearía no haberlo aceptado como hijo..." dijo Billy, su sonrisa apagándose.
Pero Charlie intervino, colocando una mano en su hombro.
"No pasa nada, todo tiene una solución en esta vida. ¡Mira, yo la llamaré y la convenceré de que te dé una segunda oportunidad para des-cagar su relación!" propuso Charlie, sacando su teléfono para llamar a Priscilla.
El celular de Priscilla sonó, pero no hubo respuesta, al más puro estilo de su abuelo. Ella estaba en el salón profesional de su actual novio, Del, trabajando a medio tiempo, ya que ser la asistente de Dortmund no era suficiente para pagar las cuentas.
"¿Cómo vas, bombón? Te veo muy determinada." apuntó Del, luego de hacerle un corte a uno de sus clientes.
"Necesito estarlo, sino no hay forma de que consiga desenredar el alambre que lleva este imbécil por pelo." respondió Priscilla, sin mucho ánimo.
El imbécil en cuestión era Gonzo, quien simplemente había pasado por la peluquería para darle una oportunidad a un estilo más hippie.
"Oyeee, chiquiguapi, me recuerdas mucho a una amiguapi que solía ser mi jeeefa. Era una cabrona como pocas, tu sabeeeee..." balbuceaba Gonzo, quien por si no se dan cuenta, andaba un poco bastante drogado.
"Wao, ¿en serio? ¿Quién será...?" respondía Priscilla sarcásticamente, aplicándole una crema hecha con moco de dragón.
"Uuuu, suenas igual a ella, mamaza. Tu voz me trae recuerdos que me llegan al corazón. Que recuerdos, la neta. Es casi como si nos hubiésemos visto esta mañana."
"Genio, nos vimos esta mañana." le recordó Priscilla, poniéndole gel en el cabello.
"Oooo, ya recuerdo. En un sueeeeeño, tu sabeeeeee. Estaba montado en el zorro de nueve colaaas."
Pero afortunadamente, las incoherencias de Gonzo fueron interrumpidas ante la llegada de una nueva clienta. A simple vista solo era una hellhound aleatoria, como muchas que hay por ahí.
"OK, joven, ya terminamos. La cuenta." exigió Priscilla, ya harta de lidiar con el peinado de alambre de Gonzo.
"Aquí tu tiene, mamaza." resopló Gonzo, dándole unas cuantas monedas y un... ¿chupete? "Ahí nos vemoooos, en el otro barrioooo..."
Y como por arte de magia, Gonzo salió volando, chocándose contra la puerta antes de salir.
"Yo quiero de lo que fuma ese tipo..." se dijo a sí misma la nueva clienta, mientras pasaba a buscar asiento.
"Bienvenida a Peluquería Deli, ¿en qué podemos servirla, madam?" saludó Del amablemente.
"Sí, mire joven, mis colegas de trabajo dicen que mi peinado parece de anciana, por lo cual... no sé, hagan su magia capilar, rejuvenézcanme la cutis, usen alguna crema sagrada para que se vea sexy." explicó la señora, que se notaba que era la típica mujer de mediana edad que veía telenovelas.
Del pestañeó en confusión ante esta ambigua petición, pero para no ser grosero, aceptó el pedido.
"S-sí, señorita, siéntese aquí, enseguida la atendemos." luego le susurró a Priscilla. "¿Recuerdas cuando te dije que a veces tendríamos la desgracia de tener que atender gente con un cromosoma de más? Pues, este es uno de esos casos. Lávale el pelo, ¿sí? Yo me ocupo del resto."
La hellhound se sentó, y Priscilla no pudo evitar sentir, en lo profundo de su ser, que esa mujer le resultaba familiar. Pero ignoró esto de momento y empezó por lavarle el pelo. De paso, y como es típico en las peluquerías, la mujer se puso a contarles de su vida solo por aburrimiento.
"Oigan, no sé si lo sabían, pero tengo un hijo. Un niño muy chambeador. Iba a visitarlo a su trabajo, pero fue entonces que la perra hocicona de Mariana se puso a hablar pestes de mi melena. Por lo cual decidí 'hasta aquí llegué, estúpidas, voy a consentirme un poquito y arreglarme el pelo'. Malditas golfas envidiosas, ¿no lo crees, jovencita? ... Joven-"
Priscilla estaba a punto de dormirse por esa historia, pero se despertó de golpe, accidentalmente cortándole un buen mechón de pelo a la clienta con tan solo sus garras.
"Ay, hijueput-"
"¿Pa... só algo, o...?" o preguntó la clienta, levantando una ceja.
"Estemmmm..." Priscilla se encorvó en nerviosismo, sin saber que decir.
Para distraerla y salvar a su novia, Del se metió a la conversación.
"¡Háblenos más sobre su hijo! Suena a que usted lo tiene en muy alta estima." interrumpió Del para salvar a su novia.
"Oh, claro. Es un rayito de luz infernal, sin duda. En realidad, umm... tengo dos hijos. Pero dejé a una de ellas atrás hace muchísimos años."
Priscilla levantó una ceja y Del se interesó más en la anécdota.
"Se fue a comprar cigarro, ¿eh? Típico..." escupió Priscilla.
"No quería hacerlo, lo juro. Pero para conseguir dinero fácil, me metí con la gente equivocada. Y no podía lidiar yo sola con ambos niños, así que me llevé a uno de mis bebés y dejé a mi marido con la otra. El resto es historia. Nunca... volví a ver a mi hija. Y no sé si consiga hacerlo."
Del terminó rapando la mitad del pelo de la clienta, con el pretexto de que era un "peinado moderno" que estaba de moda en la actualidad.
"Joven, ¿seguro que así me veo sexy?" cuestionó la señora al verse en el espejo y toparse con la calvicie.
"Si si, va a crear tendencia, usted..." aseguró Del, tomándole una foto.
"¿Cuánto es por todo?"
"Ehh, hoy tenemos descuento. Solo 500$, señorita."
De mala gana, la hellhound pagó la suma necesaria, sacudiendo la cabeza.
"Ya que-" refunfuñó, mientras pasaba 600$.
"Okay. Prisci, ve a buscar el cambio, ¿sí?" pidió Del.
"Ah sí... Tome, señorita." Priscilla agarró un billete del mostrador y se agachó para dárselo a la mujer, mostrando su inconfundible rostro.
"Aguanta..." interrumpió Linda, sintiendo que la reconocía. "Tú debes ser..."
"No pensé que llegaría a esto... Sí, lo admito, no puedo ocultarlo un segundo más. Yo soy la perra loca que destruyó el carrito de helados en ese video que por alguna razón fue subido a XX-"
"¡No hablaba de eso! ¡Priscilla, eres tú, mi hija! Mi querida niña, al fin te he podido encontrar. ¡Soy yo, Linda! Tu mamá." aclaró Linda, con aparente emoción.
Pero Priscilla pensó que simplemente era una desconocida quien la estaba confundiendo con alguien más, por lo cual se apartó.
"¿De qué habla usted, vieja loca? Seguramente estás pensando en otra Prisci. Porque yo sé exactamente dónde está mi madre y es en-... en..."
Pero no sabía la respuesta. Jamás se había preguntado acerca de sus verdaderos orígenes ni de su familia real. De momento, estaba en negación.
"¡En alguna parte! No puedes ser mi mamá, vieja sapa... creo..."
"Yo tengo una marca en forma de carita feliz en la frente... " le dijo Linda, mientras levantaba su cabello. "Mi hija nació con una exactamente igual, por lo cual..."
"No tengo una pinche carita feliz en la fren-"
Linda pasó una mano por debajo del pelazo de Priscilla, revelando debajo de él exactamente la misma marca.
"N-no... podría ser una coincidencia..."
"Solo... mira esto." De su billetera tomó una foto de su padre junto a sus dos hijos en el hospital. "¿No lo ves? Está clarísimo. ¡Soy tu mamá, perra!"
Linda le dio un abrazo fuerte a su hija, a lo cual Priscilla tímidamente lo regresó.
"Ok... tal vez si eres mi mamá."
"¿Suegra?" preguntó Del incómodamente, habiendo presenciado la inesperada reunión.
"Sí, este, será mejor que me vaya. Iré a ver a tu hermano. Creo que anda con estos, ¿cómo se llamaban? I.M.P., o algo por el estilo. Suena a empresa de lavabos, si me lo preguntan. Pero bueno, byeeee."
Linda se fue, no sin darle tremendos besotes a su hija.
"¡Puaj! Maldito labial de señora barato..." maldijo Priscilla, toda embarrada.
"Igual, esto cambia las cosas, ¿no? Es tu madre biológica, después de todo. ¿Qué vas a hacer al respecto?" cuestionó Szymon, sosteniendo su hombro.
Priscilla se quedó pensativa, procesando lo que esto significaba. Tal vez, su llamado era establecer una relación con esta mujer y empezar de nuevo. Quizás el destino quería que buscara a su verdadera familia.
Y mientras Linda se retiraba, no pudo evitar sentir que era acechada. Como una sombra que no era suya, la perseguía. Ligeramente, en su campo de visión, había una figura oscura, tan solo iluminada por una leve luz roja, acompañándola, como un retorcido ángel guardián.
"... Ya, déjame en paz. ¿Acaso no confías en mí? Haré lo que tu quieras, jamás dije que no lo haría. Solo espera un poco más... y tendrás lo que deseas." reclamó Linda en un tono de voz lo suficientemente alto para que ese ente escuchara. Una vez alzó la mirada, la figura había desaparecido. "... Por fin, coño."
Mientras tanto, Billy se encontraba en su oficina privada, firmando unos papeles importantes para tratar la creciente actividad del cartel en el Anillo de la Avaricia. Velvette también estaba ahí presente, contando una anécdota de más temprano.
"... Y el que me llama dice que es un supuesto Goetia, y necesita que le mande nudes para participar en una rifa." contaba Velvette, sentada en su regazo. "¡El descaro de algunos de mis seguidores! ¿Puedes creerlo, pastelito?"
No podía prestarle atención a Velvette por pensar en Priscilla, su hijastra. No podía evitar sentirse fatal por todo lo que había hecho, su culpa consumiéndolo.
"Ey, ¿escuchaste algo de lo que dije?" preguntó Velvette, jalándole de la bata.
"Este... sí, mi amor. Escuché todo." aseguró Billy, besándole el cuello.
"A ver, ¿qué fue lo que acabo de decir?"
"... oh no..."
(Oficinas I. M. P, Pride, Jiffer Sutterman: "Uy, se ve mi casa" xd)
En las oficinas de la empresa de Blitz, un hellhound pasaba de visita con un gran número de regalos para el jefe y sus trabajadores.
"¡Santa llegó temprano, papus!" gritó Szymon, al llegar a la oficina.
"¡OHHH! ¿Regalos? ¿Para mí? ¡Quiero, quiero, quiero, quiero!". Los ojos de Blitz se iluminaron de emoción al ver todos esos regalos, su cola agitándose mientras saltaba de su silla.
"Son regalos para todos, cabrón." Szymon sacudió la cabeza, asegurándose de que Blitz no le quitara la bolsa.
"Es bueno escucharlo. ¿Qué traes ahí, San Nicolás?" preguntó Millie, con curiosidad.
"Espero que no sean como los explosivos baratos que nos consiguió el jefecito la semana pasada..." pensó Moxxie, precavido.
"Nada de eso. Lo que tengo aquí viene de segunda mano. Para Blitz, fan de Los Nicks, tengo un vaso coleccionable de las Olimpiadas del Dolor de 1993." anunció Szymon, sacando un vaso brillante incrustado en joyas que formaban símbolos extraños.
"¡Whoa! ¿De dónde sacaste esa cosa, Szymon? ¡Está mamalón!" Blitz se veía fascinado, inspeccionando la reliquia brillante.
"Eh, no es para tanto, solo se la pedí prestada a un ángel." Szymon se encogió de hombros como si no fuera la gran cosa.
Loona asomó la mirada por encima de su escritorio, intrigada.
"Ese vasito en un par de años va a valer millones. Sugiero que lo guardes bien, pa." recomendó Loona, reconociendo el objeto.
"Eso no puede ser-" trató de decir Moxxie.
"¿¡Es neta!? En un par de años lo vendemos y por FIN podré comprar un jacuzzi para el cuarto de descansos." propuso Blitz, frotándose las manos.
"... ah, claro..."
"Anímate, Moxxie, Roxxie, Foxxie, mira. Tengo una pistola de juguete que un vaquero dejó... tirada en el camino. Los ojos se te vuelven blancos con sólo mirarla" posteriormente, Szymon tomó el rifle de Striker, con su estuche y todo.
"Esta no es una pistola de juguete. Es una creación de Carmilla Carmine con punta de acero angelical." notó Moxxie, admirando su estructura. "Y se parece mucho a la que solía tener-..."
"¡Puta madre, que suerte! Si nos consigues más de estas, tendremos la vida resuelta. Podremos defendernos de quien sea como si nada." interrumpió Blitz, sosteniendo el arma. "Prometo no romperla... mucho."
"Ten cuidado con eso, seguramente vale más que lo que ganamos semanalmente." intervino Millie, alejando el rifle de ambos.
"Para Millie, unas croquetas picantes que conseguí en Hong Kong. No pregunten cómo las conseguí, ni tampoco si contienen murciélago." anunció Szymon, sacando una bolsa de frituras.
"He comido rellenos peores." insistió Millie, agarrando la bolsa para probar las croquetas. "Mmmm, no están mal."
"No me convencen del todo..." sospechó Moxxie, agarrando una croqueta.
"Y para Loona la Tuna.... " dijo Szymon, mientras hacía el sonido de un tambor redoblante para dar más emoción al momento. "... Ay, cabrón, no quedó más nada. Bueno Loona, tu regalo es el aire."
*sonido de trompeta decepcionante.mp3*
"... Vaya. Eso apesta." respondió simplemente Loona, estando más enfocada en su teléfono.
Y mientras Moxxie se atragantaba con una croqueta con ala de murciélago incluida, Szymon escuchó el sonido de notificación en su teléfono, por lo cual lo sacó para ver de que se trataba. Había recibido un mensaje por parte de su madre, quien estaba afuera, esperándolo.
"Bueno, fue un gusto venir a presumir mis encuentros con ustedes, chicos, pero ya me tengo que ir." avisó Szymon, dirigiéndose a la puerta.
"¿Seguro que no te quieres quedar? Íbamos a tener noche de películas de terror, con shot game incluido." preguntó Blitz, pegándole un madrazo a Moxxie para que escupiera el ala de murciélago.
"Me encantaría participar, muchachos, pero... es un asuntillo personal." insistió Szymon, agarrando su bolsa vacía. "Bueno, se me cuidan, cuates."
Una vez salió, bajó las escaleras para saludar a su madre, recién bajada de su uber. De paso, Priscilla también se había atrevido a seguirla, algo interesada en saber más de su familia y sobre su hermano.
"¡Hijito!" saludó Linda, dándole un abrazo. "Que gusto saber que estás de una pieza. Oí que esos imps tienen rabia. ¿No te ha salido espuma por la boca verdad? A ver, abre esa boquita."
"Ma, ya te dije. Esos imps no me van a contagiar de ninguna enfermedad extraña." aclaró Szymon con algo de irritación en su tono. "¿De dónde sacas esas cosas?"
"Internet, duh." dijo Linda sin pelos en la lengua.
"No todo lo que ves ahí es verdad..."
"¿Me vas a decir que Winifred Boilrich mintió en su artículo basado en una investigación profunda de las empresas freelance llevadas a cabo por estudiantes de la Universidad Snooze del Anillo de la Pereza? Déjate de babosadas."
"Primero que todo, Winifred Boilrich es conocida por publicar artículos amarillistas basados en fuentes robadas de otra gente. Segundo, no estoy diciendo estas cosas por decirlas, ma, literalmente paso por aquí todos los días y aun no me pasa-..." elaboró Szymon, antes de ver una figura detrás de su madre.
Priscilla estaba conduciendo su bicicleta, sin saber cómo aproximarse sin parecer una stalker.
"(Puta, no pensé que llegaría tan lejos...)" pensó Priscilla.
"No. Puede. Ser. Ma, ¿es-?" Szymon estaba estupefacto, acercándose a la hellhound en cuestión. "No, no puede ser..."
"Quien-" confundida, Linda se dio la vuelta y se percató de la presencia de Priscilla. "¡Ah, sí! Sí, es tu hermana, de la que tanto he parloteado últimamente. ¿Lo ves, chiquito? Por fin estamos los tres juntos, después de tantos años."
Priscilla decidió que iba a tratar lo mejor posible de darle una buena primera impresión a su hermano perdido, poniendo su mejor actitud.
"Youuu. Así que... hermanos, ¿eh? Que loco. En mi vida solo he tenido a mis hermanos adoptivos. Nunca pensé que llegaría a ver a alguien tan parecido a mí. Es como verme en un espejo de la rule 63." Priscilla intentó entablar una conversación normal.
"Yo no sabía que tenía una hermana, sino hasta hace un par de meses. Igual, aún me cuesta creer que seamos parientes. Es extraño, ¿no lo crees?" divagó Szymon, frotándose el cuello.
"Ahora que están juntos, ¿porqué no van a tener una pijamada? Así se conocen mejor." sugirió Linda, colocando sus manos en el hombro de cada uno.
"Okay... pediré un uber para que vayamos a nuestro departamento en Pereza-" propuso Szymon en respuesta, sacando su teléfono.
"¡No, no, no, no! ¡NO!" rehusó Linda de inmediato "Yo, regresaré a nuestro departamento y tu irás a pijamear... ¿Dónde vives, Prisci?"
"¿Cómo lo explico...? No es mi casa en sí, sino que por el momento estoy quedando en la casa de mi novio." admitió Priscilla con algo de pena.
"Pues dile a tu noviecito que tu hermano se quedará durante la noche. No creo que tener a dos tus le moleste demasiado." demandó Linda, tirándole un café a un taxi para llamar la atención del conductor. "Cualquier cosa, solo llámame, Szy. Y ni se te ocurra desactivar el GPS de tu teléfono, ¿capiche?"
"Pero no entiendo. ¿Por qué no podemos ir a nuestro departamento? Adivinaré, ¿otra de tus 'reuniones de trabajo'?" señaló Szymon, levantando una ceja.
"¡Aajajajajaja! Szymon, mi niño, tu sabes que soy una mujer muy ocupada. Y créanme, me ENCANTARÍA pasar tiempo de calidad con ustedes. En especial contigo, Pris. Pero neh, hoy no, ya es muy tarde. Quizás otro día. ¡Okei, chau!" se despidió Linda abruptamente, montándose en el taxi a toda prisa.
"Ey, si es un inconveniente, simplemente me quedaré aquí hasta tarde. No quiero incomodarte a ti ni a tu pareja." se excusó Szymon tímidamente.
"No no, si puedes quedarte con nosotros, no pasa nada." aseguró Priscilla, metiendo un contenedor entero de gasolina dentro de su bicicleta. "Vamos, súbete a mi nave. Te llevaré allí en menos de lo que canta un hellhog."
Szymon asintió con la cabeza y se subió en el segundo asiento de la bicicleta. Prisci se subió inmediatamente con mucha emoción, tocando la campanita del vehículo.
"Secuencia de despegue iniciada." anunció dramáticamente, a lo que la bici reveló propulsores y nitro super tecnológicos.
"En la madre..." comentó Szymon, impactado con lo que estaba viendo.
"¿Saben en que cosas se van sus impuestos?" preguntó Priscilla a nadie en particular, a lo que sonó el claxon de la bici. "Estabilizador aerodinámico, activado."
El estabilizador aerodinámico en cuestión, era una banderita. Por último, Priscilla presionó el enorme botón rojo de la bici, activando los propulsores y el nitro.
"Sistema de propulsión avanzado, ¡LISTO! ¡AGÁRRATE FUERTE, PORQUE NOS VAMOS A-!"
Interrumpiendo a Priscilla, la bici salió disparada a enormes velocidades, por lo cual, como típicos canes, los hermanos hellhound sacaron la lengua cómicamente durante el agitado viaje.
En la casa de Del, este ya estaba listo para la noche, con su traje con orejas de conejo puesto, para pasar la noche con Priscilla, como era lo usual. Al escuchar el sonido de motores a alto volumen y posteriormente algunos toques en su puerta, salió para ver de que se trataba.
"Seguramente ya regresó. Ojalá haya tenido un buen día con su madre." pensó Del para sí mismo.
Una vez abrió la puerta, se percató de que había no uno, sino dos hellhounds con apariencias extremadamente similares.
"... ¿Estoy viendo doble? Prisci, no pusiste tus pastillas azules en mi café esta mañana, ¿verdad?" preguntó Del, achicando los ojos en caso de que fuera un producto de su imaginación.
"No es una ilusión óptica, es mi hermano perdido del que nos habló ya-sabes-quien." desmintió Priscilla, dándole una palmadita en la espalda.
"Oh, con razón. Un gusto conocerte..." saludó Del, haciendo una pausa para permitirle decir su nombre.
"Szymon. Igualmente, caballero." se presentó Szymon, cordialmente, aceptando un apretón de manos. "Em, están ocupando mi departamento para una reunión en estos momentos. ¿Sería apropiado que me quedara tan solo por la noche?"
"Si sale ratero, lo saco a patadas, no te preocupes." susurró Priscilla, guiñando el ojo.
Del le dio un codazo a Priscilla juguetonamente.
"No hay ningún problema, pasa." aceptó Del con una sonrisa. "Puedes dormir en el sofá, si quieres."
"Wao, ¿así de fácil-? Digo, gracias." respondió Szymon, pasando al interior de la casa.
Afortunadamente para él, la casa de Del, aunque era modesta, era acogedora y limpia.
"¿Quisieras algo de comer? Podría prepararles algo." le preguntó Del, tratando de ser servicial.
"Ah, no es necesario. Aquí mismo traigo mi cena." negó Del, sacando otra bolsa con frituras chinas. "Achinga, como que esta está un poco más apretada que la que le di a Millie..."
Una vez abrió la bolsa, Szymon desató un géiser de murciélagos rabiosos, esparciéndose alrededor de la casa.
"¡¡¡OH, POR DIOS-!!!" exclamó Del, agarrando a Priscilla para ocultarse debajo de una mesa.
"Colega, lo LAMENTO tanto-" se disculpó Szymon, sacando una katana para deshacerse de las alimañas desatadas.
"... ¿saben bien con guacamole?" preguntó Priscilla, agarrando uno que estaba medio muerto.
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Bueno, esta es la parte donde pondría una excusa pedorra de porque vergas me tardé en actualizar xD
Y la verdad no hay ninguna, tampoco es culpa de mi colaborador. De hecho, ya tenemos dos borradores más hechos.
Realmente, el único motivo por el que me demoro es por mi inseguridad a la hora de publicar capítulos, que queden lo mejor redactados y coherentes posibles (claro, esto no significa que sean perfectos). Y además, estamos inventando todo un lore super potente para la historia, por lo que quiero que esté mamalón, aunque esto implique que hayan demoras.
Diseño de Szymon by Saory_143
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