CAPITULO 3

Tn se deslizaba por las azoteas de Nueva York, su cuerpo moviéndose con una fluidez casi natural, como si estuviera en perfecta sintonía con el viento que le acariciaba el rostro. Cada salto, cada giro, era una danza con la ciudad que lo había visto crecer, y aunque la adrenalina pululaba en su interior, una parte de él seguía reflexionando sobre lo que realmente significaba ser quien era.

A medida que se columpiaba de un edificio a otro, persiguiendo a las patrullas que respondían a una llamada de emergencia, Tn sintió esa familiar carga de responsabilidad que siempre lo acompañaba. Los ciudadanos lo miraban con admiración, algunos incluso le lanzaban gritos de aliento, llamándolo héroe. Pero en su interior, la palabra resonaba con un eco distante y confuso.

Tn: Héroe -murmuró para sí mismo, mientras se impulsaba hacia adelante-. No sé si eso es lo que soy.

A pesar de las victorias sobre villanos como el Lagarto, Electro y Kraven, Tn no se sentía como un héroe. Para él, ser un héroe implicaba un nivel de nobleza y pureza que no podía reclamar. Había tomado decisiones difíciles, había perdido amigos y había llevado el peso de un secreto que lo aislaba. La verdad era que, a menudo, se sentía más como un chico común que intentaba hacer lo correcto en un mundo lleno de caos y confusión.

Mientras se acercaba a la patrulla que daba vueltas por una esquina, una parte de él se preguntaba si realmente estaba ayudando o simplemente jugando a ser un héroe. ¿Acaso sus actos realmente hacían una diferencia? La ciudad seguía enfrentando problemas, y aunque había logrado detener a algunos de los peores villanos, siempre había otros listos para tomar su lugar.

Con un giro ágil en el aire, Tn aterrizó en una cornisa cercana, observando cómo los oficiales de policía se movían con rapidez para controlar la situación en la calle. Su corazón latía con fuerza, no solo por la emoción de la caza, sino también por la presión de saber que, a pesar de todas las adversidades, debía estar allí para ayudar.

Tn: Tal vez ser un héroe no se trata de ser perfecto -pensó, sintiendo cómo la lucha interna comenzaba a calmarse un poco-. Tal vez se trata de levantarse una y otra vez, incluso cuando no te sientes como tal.

Con esa reflexión en mente, Tn se lanzó de nuevo al aire, su cuerpo cortando el viento mientras se dirigía hacia la escena, listo para hacer lo que debía hacer. En su corazón, sabía que la lucha por la justicia era un camino solitario, pero también estaba decidido a recorrerlo. Mientras volaba entre los edificios, sintió que, aunque no se considerara un héroe, podía ser algo más: un protector. Y eso, en su opinión, era suficiente para seguir adelante.

Inquebrantable

La luz del amanecer se filtraba a través de las cortinas de la habitación de Mary Jane, tiñendo el espacio de suaves tonos dorados. Ella estaba sentada en su escritorio, disfrutando de un desayuno ligero: tostadas con mermelada y un vaso de jugo de naranja. Sin embargo, el ambiente en su hogar no era tan cálido como el sol que se asomaba por la ventana.

Desde el piso de abajo, podía escuchar a sus padres discutir, sus voces elevándose en una mezcla de frustración y descontento. Mary Jane había aprendido a ignorar esos momentos; eran parte de su vida cotidiana, una constante que había decidido no permitir que afectara su día. Así que, mientras tomaba un sorbo de jugo, se concentró en el ruido de fondo de la televisión, que estaba sintonizada en el canal de noticias.

Noticiero: En la noche de ayer, un enfrentamiento de gran magnitud tuvo lugar en el distrito financiero de Nueva York -anunció la presentadora con un tono serio-. Un villano, que se asemeja al infame Electro pero con un poder mucho más destructivo, atacó la zona, causando caos y daños significativos.

Mary Jane frunció el ceño, sintiendo cómo su corazón se aceleraba con la mención de un nuevo peligro acechando en su ciudad. La pantalla mostró imágenes de la devastación: calles llenas de escombros, vehículos volcados y una multitud de ciudadanos aterrorizados.

Noticiero: Spiderman, nuestro héroe arácnido, respondió inmediatamente y se lanzó a la batalla -continuó la presentadora-. Según los pocos testigos presentes, se vio a Spiderman utilizar fuego celeste para detener al villano, una técnica que nunca antes había sido vista. Esta inusual manifestación de poder le permitió finalmente someter al criminal, aunque no sin antes causar una considerable destrucción.

Mary Jane sintió una mezcla de orgullo y preocupación. Sabía que Tn estaba en el centro de todo eso, enfrentándose a peligros inimaginables para proteger a la ciudad y a sus habitantes. La idea de que se había expuesto a tal nivel de riesgo la inquietaba, pero al mismo tiempo, admiraba su valentía y determinación.

Mientras los reporteros seguían analizando los eventos de la noche anterior, Mary Jane tomó un profundo respiro y trató de concentrarse en lo que tenía por delante. Sin embargo, no pudo evitar que sus pensamientos se dirigieran a Tn, preguntándose si estaba bien. La imagen de su sonrisa y su risa resonaba en su mente, y un ligero sonrojo se apoderó de su rostro al recordar el momento en que la había mirado aquella mañana.

Con una sacudida de cabeza, trató de ahuyentar esos pensamientos mientras se levantaba de la mesa. Sabía que debía prepararse para el día que la esperaba en la escuela, pero el eco de la pelea en la ciudad y la preocupación por Tn la seguían persiguiendo. Mientras se dirigía a su habitación, un sentimiento de determinación se apoderó de ella; quería estar a su lado, para apoyarlo en todo lo que pudiera. Después de todo, ser amigos significaba estar ahí el uno para el otro, en las buenas y en las malas. Así que, con el corazón latiendo con fuerza, se preparó para enfrentar el día, lista para descubrir cómo ayudar a su amigo, el héroe de la ciudad.

Inquebrantable...

Gwen Stacy despertó como cada mañana en su pequeño cuarto, el suave sonido del agua corriendo desde el baño la llenó de tranquilidad. A medida que se sumergía en el calor de la ducha, el vapor se elevaba a su alrededor, creando un entorno casi onírico. Con la piel delicada y suave, cada gota de agua parecía danzar sobre su cuerpo en desarrollo, un recordatorio de la juventud que aún poseía. En su mente, sin embargo, las sombras de la realidad se cernían sobre ella.

Mientras se enjuagaba el cabello rubio con shampoo, sus pensamientos viajaban a las últimas dos semanas. Dos semanas desde que todo cambió; dos semanas desde que se encontró atrapada en este universo alternativo, un lugar donde las calles parecían vibrar con la energía de los héroes, pero donde ella solo se sentía como una intrusa. La sorpresa y el miedo la habían invadido al principio, una sensación de vacío en el estómago cuando se dio cuenta de que no había forma de regresar a casa. Ahora, mientras se vestía con una camiseta sencilla y unos jeans ajustados, trataba de recordar el brillo familiar de su vida en Nueva York.

Gwen: Tengo que encontrarlo -murmuró para sí misma, mientras se miraba en el espejo, ajustando un mechón rebelde detrás de la oreja. La identidad que había creado en este universo le permitía pasar desapercibida como una chica más de preparatoria, pero en su interior, la urgencia crecía. Necesitaba encontrar al Peter Parker de este mundo, el héroe que podría ayudarla a regresar a su hogar. Se sentía como una sombra, esperando en la penumbra de un mundo que no era el suyo.

Gwen apretó los labios, una mezcla de determinación y frustración surgiendo en su pecho. Había recorrido la ciudad en busca de pistas, pero hasta ahora, no había señales de él. No había escuchado su nombre en los murmullos de las conversaciones ni visto su rostro en los carteles. La incertidumbre la envolvía, pero no se rendiría. Había aprendido, en su tiempo como heroína, que la lucha siempre valía la pena.

Con un último vistazo al espejo, Gwen salió de su habitación, lista para enfrentarse a la ciudad que la había acogido, sin saber que cada paso la acercaba más a su destino y a un encuentro que cambiaría todo.

El timbre sonó resonante en los pasillos de la preparatoria, marcando el comienzo de una nueva clase, pero Tn, el Spiderman de este universo, atravesaba las puertas de la escuela con un ligero retraso. La adrenalina corría por sus venas mientras corría entre grupos de estudiantes, su mente enfocada en llegar a tiempo. Los pasillos estaban llenos de conversaciones animadas y risas, pero él apenas las notaba, concentrado en su objetivo y guiado por sus sentidos mejorados, que le permitían percibir cada movimiento a su alrededor.

Al girar rápidamente en una esquina, se encontró de frente con una figura familiar que le hizo frenar en seco: Wen, la Gwen de este universo. Actuando instintivamente, Tn realizó un giro ágil, sus manos envolviendo la cintura de Wen para evitar que cayera. El contacto momentáneo hizo que el corazón de ella se acelerara, y sus mejillas se tiñeron de un leve rubor. Sin embargo, la sorpresa se desvaneció rápidamente, dando paso a una expresión de preocupación y algo de molestia.

Wen: ¡Tn! -exclamó, su voz llena de reproche-. ¿Qué te pasó? Estás lleno de moretones. ¿Te has vuelto a meter en problemas?

Él sonrió de manera despreocupada, pero el gesto se desvaneció al notar la seriedad en su mirada. Era evidente que ella no estaba contenta. Tn, con su rostro marcado por las huellas de las peleas recientes, se sintió un poco avergonzado. Sabía que su vida como héroe a menudo lo ponía en situaciones peligrosas, pero no quería que ella se preocupase.

Tn: Es solo un rasguño aquí y allá -respondió, intentando restarle importancia-. Sabes cómo es esto, Wen. A veces hay que lidiar con ciertos... "asuntos".

Wen frunció el ceño, sacando un pequeño pomo de su bolsa. Era un ungüento que había traído para situaciones como esta, un recordatorio de que siempre se preocupaba por él. Se acercó un poco más, su expresión cambiando de preocupación a determinación.

Wen: No es solo un rasguño. Esto no es normal, Tn. Necesitas cuidar de ti mismo -dijo, abriendo el pomo y aplicando un poco sobre una de las heridas en su mejilla con un toque suave-. Te preocupas tanto por los demás, pero a veces parece que te olvidas de ti mismo.

El roce de sus dedos sobre su piel le dio a Tn una extraña mezcla de calidez y incomodidad. A pesar de que estaba acostumbrado a lidiar con peligros, el cuidado de Wen lo hacía sentir vulnerable de una manera que no podía ignorar. Mientras ella se concentraba en su tarea, él la observó, sintiendo un profundo aprecio por su dedicación y la conexión que compartían.

Tn: Te prometo que seré más cuidadoso -dijo finalmente, mirándola a los ojos. Había algo en su mirada que era más fuerte que cualquier golpe que pudiera recibir. Un vínculo que lo mantenía en pie, incluso en los momentos más difíciles.

Wen terminó de aplicar el ungüento y se dio un paso atrás, cruzando los brazos con un ligero puchero. Sin embargo, la preocupación en sus ojos no se había desvanecido.

Wen: Ahora, ¡vamos! -dijo, empujándolo suavemente en dirección a la clase-. No podemos llegar más tarde, o el profesor nos matará.

Tn sonrió, sintiéndose afortunado de tener a alguien como ella a su lado. Mientras corrían juntos por los pasillos, sabía que, sin importar los desafíos que enfrentara, siempre habría un motivo para levantarse de nuevo. Y eso lo hacía Inquebrantable...

CONTINUARÁ.

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