Prefacio.
INTRODUCCIÓN.
Kyungsoo estaba molesto porque ninguno en la empresa confiaba en sus capacidades. Había estudiado periodismo para hacer notas, investigaciones e incluso documentales, pero todos lo ignoraban, seguía siendo el chico de edición y eso no era lo que deseaba.
—Kyungsoo, a las 12 en la oficina de Junmyeon.
Abrió los ojos y vio la hora, solo faltaban 10 minutos y estar en la oficina de Junmyeon no siempre eran buenas noticias. Se estaba maldiciendo por despreciar el trabajo de edición ahora, ¡seguro sería despedido!
Respiró profundo y se encaminó a la oficina de su jefe. Lle descolocó ver un poco ahí a su rival, sip, el idiota de Park Chanyeol, tan presumido y ególatra como siempre.
—Quiero hablar seriamente con ambos.
—Usted dirá señor Kim – dijo su compañero.
—Hace unos meses que estoy necesitando a alguien para que haga un programa especial. Quiero algo que atraiga a la gente de una manera diferente, documentales e investigaciones en ciertos temas. —El jefe se puso de pie—. Quiero darle la oportunidad a uno de ustedes, pero tienen que presentarme un proyecto en dos semanas.
—¿¡Dos semanas!? —preguntó Kyungsoo muy exaltado.
—¿No puedes? —cuestionó su compañero a su lado—. De mi parte no habría ningún problema.
—Estarán a cargo de absolutamente todo, desde la grabación, la edición y la investigación, les daré una cámara —indicó y les entregó unas pequeñas cámaras que KyungSoo no conocía—. Aunque son pequeñas, graban con buena calidad. Es importante que sepan manejar estas herramientas porque nunca sabes cuándo encontrarás algo magnífico.
Tenía en su mano una canon VIXIA mini y ya estaba fascinado de poder usarla.
—Otra cosa, el tema es abierto a ustedes, y también influye lo que elijan para eso. No debe ser algo fácil. Por ahora eso es todo, sus trabajos se presentarán en dos semanas a la junta directiva, así que espero estén listos a tiempo.
El hombre se levantó de su asiento y se dirigió a la puerta para despedirlos de la oficina.
Kyungsoo de repente estaba feliz, así que corrió al departamento de audio a contarle a Baekhyun la oportunidad que se le había ofrecido.
—¡Baek!
—Shh… —El chico le causaba tanta gracia con ese pelo rubio enmarañado y esos enormes lentes que tapaban su cara—. Estoy arreglando el sonido del nuevo reportaje de Sehun.
—Tiene que ser perfecto.
—Claro, se folla al CEO, no puedo arruinarlo. ¿Qué pasa?
—¡Podría tener mi propio programa!
—¿No me estás jodiendo? —KyungSoo le mostró la cámara y sonrió formando un corazón con sus labios—. Soo, por Dios, es algo que he estado esperando desde que te ayudé a entrar aquí. Debemos buscar un tema.
—Chanyeol también tiene una oportunidad.
—Ese idiota —masculló.
—¿Te ha dejado en paz?
—No —respondió con un puchero en los labios—. Lo dejé entrar en mis pantalones y ahora no me libro de él. Le dije que solo quería una noche, resultó ser que el estafador resultó estafado porque le gustó meter su polla en mi apreta… —Kyungsoo lo detuvo.
—No quiero saber eso. El punto es que no sé qué tema tratar. Me gustaría abordar algo muy diferente, algo que la gente no se espere y que cuando lo vea quiera saber mucho más.
—Vaya, vaya —Chanyeol, alias "el idiota", hizo su entrada—. Baekhyun, ¿ayudarás a esta persona?
—No te interesa.
—No lo lograrás, Do Kyungsoo.
—Lo voy a lograr, pero si no lo hago, renunciaré a esta empresa, no importa que tenga que vender mis órganos para vivir. Tú no que quedarás con ese puesto.
Mientras se desataba una batalla de miradas, el teléfono de Baekhyun sonó y la melodía terminó por atraer por completo su atención. Su mejor amigo era un grande fan de una artista latina llamada Shakira y el sonido de su teléfono lo trasladó a un mundo que desconocía.
Los gitanos.
No estaba seguro de si encontraría una comunidad gitana en Seúl, tal vez no lo habría, pero quería saber más de ellos, por lo que, sin despedirse, salió corriendo de la cabina de sonido para sentarse en su computadora y revisar.
Para su sorpresa —y buena suerte—, encontró una pequeña comunidad gitana a las afueras de la ciudad. Se sentía sorprendido y algo impactado con eso, porque quería investigar, pero no solo de forma superficial, estaba anhelando involucrarse con la gente de esta comunidad, quería vivir toda una experiencia para poder transmitir todo lo vivido y visto con sus ojos, a través de su cámara.
No dudó en tomar su auto y conducir por casi dos horas hasta llegar a aquel lugar. Habían casas pequeñas y uno que otro remolque. Justo ese día la gente celebraba afuera de sus casas como si celebraran una gran fiesta. Salió del auto con un poco de temor, pues no tenía idea de dónde se estaba metiendo.
Su atención fue capturada por un hombre danzando sin camisa casi en medio de la multitud, pero no era momento para pensar con su polla, así que se acercó a una mujer que estaba alejada del lugar.
—Un payo. ¿Qué haces aquí?
—Necesito hablar con… —La mujer de piel morena y rasgos occidentales no parecía interesada en lo que tuviera por decir, ya que sin tacto alguno se marchó, dejándolo con la palabra en la boca.
Caminó un poco más, percatándose de las malas miradas que recibía por parte de los habitantes. KyungSoo ni siquiera sabía lo que payo significaba.
—¿Hola? —saludó inseguro.
Otra mujer de preciosa sonrisa y piel morena le sonrió.
—¡Vaya! Tenemos un payo aquí —dijo en un idioma que no entendía y un hombre de rasgos orientales se acercó a él.
—Hola. —saludó el hombre en coreano—. Soy Kim Raehee y estás a las afueras de mi hogar. ¿Qué te ofrece?
—No es mi intención ofenderlos —KyungSoo se apresuró a explicar—. Solo quisiera hacer una investigación acerca de su comunidad. Si les soy sincero, no sabía que en Corea había alguna.
—Todo es gracias a mí, se podría decir que soy el fundador. —El hombre abrió la puerta y lo invitó a pasar. KyungSoo no sabía en dónde dejar sus zapatos y quería hacerlo pero el hombre lo detuvo—. Entra, joven payo.
La casa tenía muchos adornos y cosas colgando por todos lados, lo que le pareció fascinante.
—¿Usted fundó esta comunidad?
—Conocí a mi esposa cuando llegó Corea y me enamoré de su belleza exótica. Tuve que ir y hablar con su familia, muy difícil porque era un simple chico como tú —explicó—. Les dije que tenía una tierra enorme en donde podrían vivir y enseñarme sus costumbres, todo con tal de estar con ella. Y bueno, aquí estamos, en esta pequeña pero gran comunidad.
—¿Cuántos son?
—Somos 80 personas en total.
—¿Están celebrando algo? —indagó.
—Mi hijo por fin contraerá nupcias, ya es algo mayor y esperábamos este día con ansias.
KyungSoo pensó que esta podría ser su gran oportunidad que no debía desaprovechar.
—¿Le importaría si grabo y documento el proceso?
—Claro que no, joven payo. Solo asegúrate de dirigirte a todos nuestros integrantes con respeto.
—No se preocupe por eso —aceptó con amabilidad—. Por cierto, ¿podría conocer el nombre de su hijo? Es para comenzar la investigación y explicarle con mayor detalle de qué se tratará.
—Por supuesto. Mi hijo se llama Kim Jongin.
🔆
Cuando llegó a su casa empezó a investigar más acerca de todo lo que había visto y cómo era que la pequeña comunidad se había establecido en ese lugar.
Tomó la cámara y la miró de frente.
—Me llamo Do Kyungsoo y estaré estudiando las costumbres de una comunidad gitana en Corea del Sur. Para conocerlos mejor, estaré documentando todo el proceso de la boda del hijo del fundador de la comunidad, su nombre es Kim Jongin.
Sabía que sería un documental difícil de hacer, lo que no sabía era que ahí mismo encontraría más que una buena historia.
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