81.

Llamada entrante: Número privado

—¿Hola? —digo al atender, viendo enfrente mío como Soonhi se prepara para lanzar la bola de boliche.

—¿Yoongi? —miro al suelo y luego a mis lados, enseguida siento mi corazón acelerarse y docenas de preguntas llegar a mi cabeza, aturdiéndome y dejándome sin palabras.

Mis manos comenzando a sudar y no han pasado ni cinco segundos, así que miro a los lados nuevamente y cierro los ojos con fuerza, intentando descubrir si es un sueño o alguna estúpida broma.

—¿C-Cómo?

—J-Jin me envió una carta a la casa de mi tío —muerdo mi labio con fuerza—. Venía su número y el tuyo. P-Perdón por llamar, es solo...

—No, no, Jimin —niego—. Me alegra que llamaras. Solo... No creí que lo harías en todo caso —miro a Soonhi, que está platicando con una chica.

—¿P-Por qué no lo haría? Me pediste que continuara y que prácticamente te reemplazara. Creí que harías lo mismo tú.

—No lo sé —miento—. Creí que estarías molesto conmigo.

—No podría hacer eso —su voz sigue siendo dulce, aún es como si cuidara sus palabras—. Prometiste que Seung no me volvería hacer nada y cumpliste tu promesa, me cuidaste y ahora... Honestamente estoy mejor.

—¿En serio? —sonrío un poco—. ¿Cómo es allá?

—Es lindo —suspira—. En Seúl todo es más... Diferente, local. Aquí todo es una gran ciudad. Pero mi tío es genial, me compró un piano cuando le dije que me gustaba la música. Y en lo que entre a la escuela está intentando convencerme de entrar a clases de piano.

—Eso es genial, Minie —sonrío y veo a Soonhi acercarse, así que me levanto y le hago señas, intentando decirle que saldré del boliche un momento—. ¿Entrarás a la escuela tan pronto?

—N-No lo sé. Mi tío está diciendo muchas cosas, e-es... Se preocupa mucho por mí. Cree que es su culpa lo que pasé, que él debió hacer algo.

—¿Y tú qué piensas sobre eso? —pregunto cuando salgo del lugar y veo el estacionamiento casi vacío.

—No creo que sea su culpa. Mi mamá le pidió que no hiciera nada y él solo hizo caso porque creyó que era lo correcto, respetar. Pero todos cometemos errores —suspira y escucho como al fondo se escuchan los típicos sonidos de un restaurante.

—Creo que él busca repararlo.

—¿Crees que lo está haciendo bien?

Silencio.

—¿Jimin?

—Sí —responde después de unos segundos—. Él quiere hacer algo estúpido, pero no estoy seguro de que funcione. Además, no solo me está dando cosas caras o cumpliendo caprichos. Realmente parece que quiere conocerme, como yo con él.

Literalmente siento como si hubieran quitado algo de mi espalda, como un peso extra que está desde que se fue. Y sé que era preocupación, pero también era mi necesidad de saber que soy bueno. Jimin me recuerda que a veces puedo no ser tan idiota. Y el simple hecho de escucharlo me recuerda que hice algo bien, aunque me haya dolido. Hoseok tenía razón, tenía que dejar de ser tan egoísta y dejarlo tener algo mejor.

—Estoy feliz por ti —cubro mi boca cuando escucho que mi voz tiembla.

—¿Qué hay de lo que te pedí yo? —frunzo el ceño, pero miro atrás y veo a Soonhi a través de las puertas de cristal—. ¿E-Eres feliz?

—No me preguntes eso, Minie —pido, sintiendo mi cara calentarse—. Soonhi y yo...

Detengo mis palabras y aprieto mis puños con fuerza. Jimin está haciendo lo que le pedí, y tal vez no exactamente por mí, sinó por su propio bien. ¿Cómo le diría que yo no? ¿Explicarle como me emborraché y desquité con la gente de mi al rededor por él? Cómo fueron las primeras semanas y que después de todo no es lo mismo. Tengo a mis amigos, pero ya ni siquiera quiero salir a coger con alguna chica. Los demás chicos son lindos pero supongo que es algo que todos ven en la gente, no me interesa salir con nadie, me encierro con los mismos amigos y no dejo que la gente se acerque a mí.

Supongo que no cambié tanto como creí, seguiré con la misma gente hasta que esta misma me abandone.

—Ella y yo volvimos —miento, sintiendo mis ojos comenzando arder y como cada palabra añade peso en mi garganta—. E-Estamos bien.

—Oh... E-Eso es genial —mientes, lo sé—. Creo... Solo... Me alegra —basta, Jimin—. ¿Estás con ella ahora?

—No —miento y veo a Soonhi verme desde adentro, pero solo se sienta y me sonríe mientras saca su celular, quitándome la presión por entrar pronto—. Vine con unos amigos a jugar boliche, pero ya perdí —en eso no miento, Soonhi siempre me dejaba ganar cuando éramos pareja. Pero ahora se limita a humillarme y registrarlo con su cámara.

—Sé que estás con ella —lo escucho sonreír, como si pidiera que dejará de mentirle.

—¿Por qué dices eso?

—Seokjin me dijo que peleaste con Nam, y aunque no dijo por qué, creo ser la razón —escucho su voz apagarse más y yo solo giro sobre mis talones, buscando algo por hacer para quitar esa sensación de impotencia de hacerlo sentir mejor—. No tienes muchos amigos aparte de ellos dos.

—Solo es una estúpida pelea, sabes que mañana volveremos a hablarnos —miento, sintiéndome peor al recordar a Nam—. Estamos bien. Estoy bien —y perdón por mentirte, mentirnos.

Jimin tartamudea un poco y luego escucho sonidos y voces opacas ya que ha tapado la bocina.

—T-Tengo que irme —dice y yo sostengo con fuerza el celular, negando—. Te llamaré luego.

—No, espera, Minie —mi voz tiembla y ya ni siquiera sé por qué—. Te extraño.

—No debí llamarte —su voz se quiebra—. Soy un idiota —se queja con una pequeña risa.

—¡No, basta Jimin! —grito y agradezco que no haya nadie cerca—. Por favor, deja de decir cosas así, ¿E-Es por tu tío? ¿Te dijo algo?

—No, Yoongi —inhala con fuerza, conteniendo un llanto—. Él me acepta. E-Es complicado, pero realmente no debí llamarte.

—Jimin...

—Es estúpido, ¿De qué sirve? No tenemos que hacer esto.

—¿¡Hacer qué!? —pregunto desesperado, gritándole al teléfono.

—Fingir que somos amigos. Porque jamás lo seremos —niego, pasando saliva con fuerza—. No puedo ser amigo de alguien a quién quiero de otra manera.

—No hagas esto. No nos hagas esto, Jimin —presiono mis ojos con mis dedos para que no salgan lágrimas.

Creo que dejé de extrañarte.

¿Alguna vez han sentido como si te sacaran todo del pecho? Como si simplemente hubiera un vacío por debajo de tu piel y luego todo es completamente lleno por algo que arde. Algo que te hace querer gritar, pero te quita la voz. Algo que te hace querer golpear algo, pero te quita las fuerzas hasta que simplemente no puedas ni cerrar tu puño sin que tiemble tu mano. Es así como me siento, pero ni siquiera con mis propias palabras logro describirlo. Porque eso es algo suave, lo que siento es simplemente un maldito océano negro. Y eso es lo que pasa cuando te das cuenta de que te enamoraste de alguien, pero es un estúpido amor no correspondido. Nunca me enamoré de Soonhi realmente, al parecer. Porque como me siento ahora es como me sentí nunca, me siento humillado, impotente e inútil.

—Tengo que dejar de aferrarme a algo que entonces me hizo feliz y seguro. Porque ahora es todo lo contrario —continúa, pero casi no lo escucho, es como si su voz estuviera debajo del agua—. Me lastima pensar en ti.

—Me lastima que digas eso, pero creo que ya no te importa, ¿Verdad? —no sé por qué dije eso.

—No me haces sentir mejor —río con amargura.

—¿Debería preocuparme ahora por hacerte sentir bien? ¿¡Después de lo que me acabas de decirme!? —grito—. ¿Qué me vas a olvidar y mandar a la mierda porque ahora estás mejor? —siento las finas manos de Soonhi tocar mi espalda y volteo a ella—. Creí que yo era egoísta.

—No estás entendiendo. No quiero mandarte a la mierda, no quiero que creas eso, Yoongi —siento la piel de mis mejillas calentarse por mis lágrimas—. También me enamoré de ti... ¿Crees que sea sano hablarnos? No puedo —carraspea con su voz—. ¡Y sé que te lo pedí, y realmente estoy feliz porque seas feliz con ella, pero no puedo evitar que me duela! Es estúpido hablar como si hubiera algo de que hacerlo. Eres feliz con ella y yo con mi nueva vida, no tiene sentido seguir con... Esto, sea lo que sea.

—Si eso es lo que crees, lamento reparar tu vida para luego volver a hacerla miserable —cuelgo la llamada y me giro para darle la espalda a Soonhi, no me gusta que nadie me vea llorar.

Pero ella me conoce, así que casi enseguida siento sus brazos rodear mi cuerpo y girarme para llorar en su hombro. Ella me sigue conociendo, aún la quiero, pero justo ahora ese abrazo no me hace sentir mejor en absoluto.

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