75.-

Después de guardar todo, ponerme mi chaqueta y recargarme en el auto para esperarlo, Erick sale con unos jeans y converse negros más mi sudadera azul claro y un teclado eléctrico en brazos, a lo que río y le ayudo a cargar cuando llega a mí.

—¿Chris te prestó su viejo teclado? —pregunto algo sorprendido.

—Me enseñó una canción de Vesperteen y me lo prestó para practicar —hace una mueca con una pequeña sonrisa—. Aunque no creo que sea lo mío.

—Aprendes rápido, seguro eres bueno —aseguro y me giro para comenzar a cruzar la calle con él a mi lado—. ¿Qué canción te enseñó?

Sonríe con picardía y mira al suelo.

—I Never Knew How To Love You (Nunca Supe Cómo Amarte) habla con voz bajita.

También sonrío un poco por la ironía y me detengo en el umbral de la puerta para esperar que Erick abra la puerta o toque el timbre ya que el teclado no me deja hacer ninguna de las dos.

Pero antes de que haga algo, Christopher ya abrió la puerta, viéndonos con una gran sonrisa a los dos.

—Te hice tu smoothie, Erickin —dice Chris mientras me ayuda con el teclado—. Pero lo tomarás en el camino. Zabdiel y yo creemos que podemos ir al parque para pasar la tarde —comenta mientras acomoda el teclado a un lado de la puerta, y yo aprovecho para tomar la mano de Erick y apretarla ligeramente para después soltarla y pasar las manos por mi cabello.

—En realidad... Erick tiene que estar en la estación a las seis, así que no puede quedarse mucho tiempo —hablo, esperando que Erick no me contradiga.

—Oh, ¿por qué tan temprano? —pregunta Christopher y veo por sobre sus hombros que Zabdiel viene hacia la puerta.

—Haré algo así como una escala —explica Colón después de entender—. El autobús de aquí me dejará en una estación a medio camino mañana, y de ahí me dejará cerca de la casa de mi tío, es... un largo viaje —hace una mueca.

Christopher asiente con la cabeza y mira de pies a cabeza a Erick, frunciendo el ceño.

—Oye... ¿Esa sudadera no es tuya, Joel? —me pregunta y yo siento un miedo desconocido entrar en mi pecho.

Niego con la cabeza y miro a Erick esperando que diga algo.

—E-es de mi mamá, por eso me queda algo grande —habla Erick apretando la orilla de la sudadera.

—Hola, Erick —saluda Zabdiel, mirándome con una sonrisa falsa. Tampoco quiere que Erick se vaya sabiendo que estamos peleando probablemente por su culpa—. ¿Nos vamos?

[...]

Son las tres en punto para cuando llegamos al parque en mi auto, con canciones de BigBang en el fondo, pláticas y algunas bromas.

Ellos bajan antes y yo tomo un momento para pensar que podría ser así durante mucho tiempo. Si Erick no se fuera, si yo le dijera a mis amigos lo que soy realmente y si Zabdiel no me odiara. Es algo nostálgico, no quiero pensar en ello, pero cuando Christopher toma las piernas de Erick para cargarlo sobre su hombro y correr con él hasta los juegos de los niños, con Colón rogando que lo baje de su hombro, no puedo evitarlo. No puedo evitar pensar en que he arruinado todo de nuevo.

—Te dije que se comporta como niño, y tú me lo negaste —le digo a Zabdiel, con un intento esperanzado de que hablemos.

Él ríe y yo sonrío mientras ambos vemos cómo Erick empuja el cuerpo de Christopher en los columpios. Mientras este se queja por ir muy lento.

—Investigué sobre su tío —habla aún sin mirarme mientras caminamos hacia los chicos.

El contraste del día es frío, pero de entre las nubes entran rayos de sol tan anaranjados que hacen ver los ojos de Zabdiel de un color más claro que ese tono café que tiene.

—¿Descubriste algo malo? —pregunto, viendo su perfil y luego el suelo.

—Era alguien normal. Tenía un trabajo básico en una empresa, pero... hace pocos meses recibió un puesto más alto y ahora es un funcionario de Gobierno —informa y mete sus manos a los bolsillos delanteros de sus jeans—. Gana bastante dinero y está comprometido —sonrío un poco—. La noticia de que tendrá a Erick hizo que algunos periódicos pusieran la vista en él y en la historia de Erick. Pero creo que estarán bien.

—Erick lo conoció cuando era pequeño —le digo y eso parece llamar su atención—. No me dijo mucho, pero creo que se llevarán bien.

Zabdiel me sonríe un poco.

—Me alegro —dice y apresura su paso para llegar a los chicos y él empezar a empujar a Chris para que Erick pueda subirse a un columpio y yo tener que empujarlo a él.

[...]

—¿Tienes planes allá? —le pregunta Zabdiel a Erick cuando finalmente nos sentamos en el pasto a descansar.

—Supongo que repetiré último año —responde con una mueca—. Me dijeron algo sobre que el estado me protege y cubre mis gastos hasta que mi tío tome la responsabilidad... Algo así como adoptarme hasta que mi mamá esté en una situación donde ella pueda cuidarme o hasta que cumpla veintiuno.

—Serás legal —dice Chris como burla y yo trago saliva con fuerza, evitando mirar a cualquiera. Solo viendo el pasto.

—Que asco, Chris —comenta Zabdiel y le lanza un poco del pasto que arrancó—. Es casi un bebé.

—No lo soy —se defiende Erick, con el ceño fruncido.

Y finalmente intercambio mirada con todos, soltando una risa algo fuerte al final, viendo como Erick se enoja más.

—Joel... —casi me amenaza con la mirada y yo me callo al instante—. ¿Qué edad tienes tú? —cuestiona y yo miro nervioso a los chicos, aunque ellos me miran normal.

—Tiene veintidós —responde Chris, aún quitándose el pasto que Zabdiel le lanzó al cabello.

Miro al cielo y muerdo mi labio inferior, ahora evitando mirar a Erick. Me siento mal, no como un enfermo que le gusten los niños pequeños, Erick realmente no es un niño. Es consciente de lo que hace, sabe diferenciar entre lo bueno y lo malo. E incluso me recuerdo que en otras partes la mayoría de edad puede ser hasta menos de los dieciocho años. Pero aún así me siento mal, con una estúpida astilla en el dedo.

Miro el reloj y suspiro con pesadez, aún será un largo día. O eso espero, porque no quiero que llegue el final del día y Erick tenga que irse.

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Volví, perdón por la tardanza pero actualizo en laptop y no le estaba sirviendo el cargador, gracias por su comprensión.

—Gabbb.

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