OO4 | NIÑA IMMADURA

Los días pasaron y Donghee ya había comprado el vestido, el cual acabó escogiendo Jungkook, ya que ella no se decidía. Había sido una buena tarde juntos, hasta algo divertido para ella, lo cual fue inesperado, pero es que parecía ser que cada día que pasaba junto a él, iba aumentando una química que no sabía que existía.

Estaba hasta olvidándose del hecho de que Jungkook era un hombre varios años mayor y maduro, pues siquiera parecía que pudiera llegar a existir un problema entre ellos, cuando con Hoseok era discutir desde un comienzo. Y es que estaba dándose cuenta de que Jungkook parecía tratarla como una mujer, y no una chiquilla a la que debía comprenderle los berrinches y tratar de buscar la manera de consentirla.

Todo iba más que bien entre ellos, pero al ser sábado, los nervios se apoderaron de Donghee al darse cuenta de que era el día en que tendría que conocer a los familiares de Jungkook y sus amigos.
Ella creía que podrían tan sólo actuar como una pareja y él le daría lo que necesitaba, pero se había equivocado, porque Jungkook la presentaría a las personas más importantes para él.

Donghee se había preparado en la casa de Jungkook, sintiendo la mirada de él cuando se colocaba el vestido blanco con mangas, sin escote y que el largo pasaba sus rodillas. Este se acercó rápidamente para subirle el cierre, mirándola con una pequeña sonrisa por el espejo, conectando sus miradas.
Dejó un beso sobre su mejilla, para luego acomodarle el cabello ondulado sobre los hombros, abrazándola suavemente por la cintura sin dejar de mirarla por el espejo, notando su seriedad.

—No estoy segura de este vestido...

—Lo escogí yo, ¿por qué no lo estás?

—Es que creo que me gustaba más el rosado —confesó por lo bajo, escuchándolo suspirar, pero la hizo voltear.

—Este es un vestido que deberías usar frente a mi familia, no uno que no deje mucho a la imaginación —explicó relajado—. Eso puedes usarlos después para mí. Hoy tienes que verte...un poco más seria —hizo una mueca—. Te ves preciosa.

Donghee estaba intentando procesar sus palabras, mientras que este dejó un pequeño beso sobre sus labios para luego acariciar su mejilla con el pulgar, mirándola con dulzura. Al escuchar unos toques en la puerta y la servidumbre informarle que lo esperabas sus amigos, sonrió para comenzar a caminar, sin notar cómo ella se tensaba aún más.
No quería conocer a nadie y menos luego de lo que le había dicho Jungkook, que no lograba comprender demasiado bien a lo que quiso referirse.

Mientras tanto, Jungkook se dirigía a la sala, escuchado las voces que podría reconocer fácilmente, y su pequeña sonrisa fue desapareciendo al ver al lado de Jimin a aquella castaña que no soportaba. Pero volvió a aparecer al ver a Yoongi y a Taehyung junto a ellos.

—¡Feliz cumpleaños, JK! —habló Taehyung, acercándose rápidamente para darle un abrazo, palmeando su espalda.

—Gracias. Y ya, suéltame que me asfixias —dijo riendo.

—Feliz cumpleaños, hermano —Yoongi se acercó estrechando sus manos, para luego darle un pequeño abrazo.

Taehyung observaba a su alrededor, hasta que escuchó unos pasos que lo hicieron girar, encontrándose con Donghee, lo que provocó que la mirase asombrado.

—Vaya, es una pena que estés con Jungkook —dijo por lo bajo acercándose con una sonrisa seductora, rodeándola, lo que provocó que rodeara los ojos—. Te ves muy bien y más de atrás...

—Como dijiste, estoy con Jungkook —recalcó alzando una ceja—. ¿Dónde queda el respeto?

—Oh, él no se enteraría...

—¿Qué rayos...? —preguntó haciendo una mueca de disgusto para comenzar a caminar.

—Oye, ¡era broma! ¡En serio lo era!

Donghee decidió dejar de prestarle atención, observando cómo Jungkook era abrazado por Jimin, y todos tenían algún obsequio para el pelinegro que dejaban en uno de los muebles. Ella le había regalado el reloj que llevaba ahora en su muñeca, todo gracias a Saerok que lo había pagado con la tarjeta que le dio Jimin.
Estaba realmente agradecida con ella, porque si no le hubiese hecho ese favor, estaba segura de que hubiese sido algo extraño para él. Y es que, siquiera sospechaba de que no tenía dinero como para regalarle algo así.

Ella conectó su mirada con Jungkook, intentando devolverle la sonrisa. Este llevaba su cabello rizado con unos mechones detrás de sus orejas y el flequillo algo desordenado cayendo por su frente.
Tenía una camisa negra con unos diseños que enseñaba un poco su pecho, chaqueta, pantalón y cinturón, como también zapatos del mismo color.

Al ver cómo este estiraba su mano, comprendió que estaba esperándola, por lo que se acercó, pero al ver a su mejor amiga al lado de Jimin, chilló al igual que ella. La abrazó aliviada al saber que estaría allí, porque la ayudaba a que se relajase un poco.

—Estás preciosa, Donghee —dijo tomándola de las manos.

—¡Tú igual! —aseguró con una gran sonrisa, escuchando una risotada de parte de Jungkook, que decidió ignorar—. Hola, Jimin.

—Es un placer volver a verte, Donghee
—dijo con una sonrisa, para luego observar al pelinegro.

Ella también fijó la vista en él, notando cómo pasaba la lengua por el interior de su mejilla desviando la mirada, pero al volver a ver a su amiga, notó cómo bajaba la mirada. Y es que, rápidamente comprendió que soltó esa risa porque no creía para nada que estuviese bien vestida. Pues, llevaba un vestido rojo y escotado, largo por encima de sus rodillas.
Jungkook tan sólo podía pensar en que siempre la veía tan vulgar, aun cuando no era para nada "correcto", y no comprendía cómo a Jimin parecía no importarle para nada eso. Sabía perfectamente que no era el único que pensaba así, ya que estaba seguro de que a su familia tampoco le agradaría.

—Oh, te presentaré a Yoongi —habló pasando la mano por su cintura.

Ella asintió aunque estaba algo tensa luego de esa situación y notar que había logrado que su amiga se sintiese incomoda, pero al ver cómo Jimin se acercaba a hablarle al oído, robándole una sonrisa, se relajó un poco.

Cuando se acercaron, ella fijó su mirada en aquel hombre que llevaba una camiseta blanca lisa, chaqueta y pantalón negros y zapatillas blancas. Tenía su cabello largo y rizado, pareciendo que intentaba cubrir un poco su rostro con este. Al conectar su mirada encontrándose con la suya felina y oscura, sintió su estómago revolverse por lo intimidante que se le hacía, más por la cicatriz que llevaba.

—Seo Donghee. Es un placer —dijo con la voz algo débil, estirando su mano.

—Min Yoongi —su voz salió algo profunda, ignorando por completo el hecho de que esperaba que tomara su mano.

Este, simplemente, volteó para acercarse a Taehyung, el cual se dirigía a la cocina, por lo que Donghee presionó sus labios, pensando en si no le agradaba para nada como le sucedía a Jungkook con Saerok. No le gustaba el hecho de pensar en eso, hasta volvía a estar tensa, lo que Jungkook notó rápidamente.

—No te preocupes. Él no es muy agradable con las personas —comentó por lo bajo.

Cuando volvieron a escuchar unos toques en la puerta, Donghee sólo podía pensar en que quería desaparecer porque estaba segura de que ahora se trataba de la familia de Jungkook. Rápidamente se dirigió hacia donde estaba Saerok, tomando su brazo, mientras que Jungkook con una gran sonrisa se acercaba a abrir la puerta.

Al escuchar unos gritos y risas, cerró los ojos con fuerza por un momento, tomando una bocanada de aire, pero luego vio cómo Jungkook era abrazado por un hombre y una mujer mayores. Segundos pasaron cuándo se les unió también otro hombre y mujer, aparentando ser más jóvenes, mientras a su lado se colocaba una mujer castaña con un niño que tomaba su mano.

—Oh, ¡me alegra que estén todos aquí! —confesó Jungkook, rompiendo el abrazo aún con el brazo del hombre mayor en sus hombros, el cual dejó un beso en su sien.

—En realidad, Wonhee no pudo venir. Está enfermo —habló la que se unió al abrazo después y parecía más joven, que Donghee pudo reconocer rápidamente que era la de las fotografías.

—Oh, de todas maneras, me llamó para felicitarme —informó con una sonrisa.

—Feliz cumpleaños, Jungkook —habló la mujer que llevaba un niño de la mano.

—Oh, muchas gracias, Chungha —le dio un pequeño abrazo—. ¡¿Cómo estás, Daehwan?! —alzó la voz haciéndola un poco aguda, a la vez que se ponía en cuclillas, para hacerle cosquillas al niño que soltó una risilla—. Nunca paras de crecer, ¿verdad?

—Feliz cumpleaños, tío Jungkook —dijo abrazándolo rápidamente, por lo que Jungkook sonrió emocionado, correspondiendo a su abrazo.

—Bien, ¿familia? —habló enderezándose—. Tengo que presentarles a alguien.

Donghee, al escucharlo, ejerció presión al agarre del brazo de Saerok, la cual le murmuraba que debía relajarse. Pues, ya sabía los nervios que podría llegar a sentir aunque, al contrario de ella, sólo debió conocer al padre y hermano de Jimin, ya que su familia era más pequeña.

Cuando Jungkook conectó su mirada con ella, estirando uno de sus brazos, haciéndole saber que debía acercarse, inhaló y exhaló intentando relajarse, para así comenzar a acercarse. Sentía su cuerpo entero temblar por los nervios, lo que esperaba que nadie fuese capaz de notar aunque sintiese que podría caer al suelo en cualquier momento.

—Ella es Seo Donghee —informó pasando el brazo por su cintura, mientras sonreía mirándola—. Estamos juntos.

—¿Qué? ¿Hace cuánto? —preguntó la más joven que Donghee reconocía por las fotografías. Ella rápidamente por la expresión de su rostro, pudo notar que no parecía agradarle para nada la noticia.

—No hace mucho en realidad, pero quería que la conocieran hoy —confesó algo tímido por las intensas miradas—. Decidí volver a rehacer mi vida.

Donghee los observaba con una media sonrisa, intentando ignorar la manera en la que se estaba debilitando y cómo todos parecían entre sorprendidos y tensos por las palabras de Jungkook.

—Oh, pues, ¡bienvenida a la familia Jeon! —habló el hombre, acercándose para darle un pequeño abrazo.

—Muchas gracias —algo aliviada correspondió por un momento al abrazo.

—Por cierto, Jungkook no me ha presentado aún, pero me llamo Jeon Dukho —se presentó con una sonrisa—. Soy su padre.

—Oh, es...es todo un placer —dijo sintiendo su rostro enrojecer por los nervios.

—Preséntate, cariño.

—Bienvenida, Donghee —se acercó una mujer que rápidamente pudo reconocer que se trataba de la madre de Jungkook, ya que tenía muchos rasgos parecidos aunque delicados. La fémina correspondió a su pequeño y delicado abrazo.

—Ella es mi madre. Se llama Hyewon —intervino Jungkook, mirando a la mujer con una gran sonrisa.

—Es un gusto —dijo tímida, Donghee.

—Bien, él es mi hermano...

—Junghyuk. Es todo un placer, Donghee  —habló este tomando su mano, por lo que ella sonrió asintiendo.

—Y ella es mi hermana pequeña...

—Hermana pequeña —murmuró molesta la fémina—. ¡Ya tengo casi veintisiete! —recalcó golpeando su brazo, provocando la risa de ellos—. Soy Jungsoo.

—Es un gusto —sonrió tomando su mano, aunque notaba que a ella parecía seguir sin agradarle la noticia.














(...)







Luego de la presentación, Donghee le costaba demasiado dejar de sentir la mirada de Jungsoo, mientras las palabras de Jungkook resonaban en su cabeza. ¿Era cierto que quería volver a rehacer su vida? ¿A quién tuvo antes de ella? Ahora sentía demasiada curiosidad porque eso era algo de lo que nunca hablaron antes, pues siquiera se había interesado en eso y suponía que él tampoco, lo que hizo que creyera que quizás no iban tan en serio.

Cuando todos dejaron sus obsequios en el mueble junto a los demás, se dirigieron a saludar a Jimin, Saerok, Taehyung y Yoongi, lo que permitió que Donghee notara que existía una gran confianza entre ellos, claro, sin contar a Saerok. La pelinegra, en el momento en que se acercaron a ella, pudo notar porqué Jungkook opinaba tan mal sobre su amiga, hasta de su manera de vestir.
Pues, todos la miraron de una forma que les permitió saber que no les agradaba para nada que Jimin estuviese con una mujer como ella.

Chungha, Jungsoo y Hyewon, se dirigieron a la cocina ya que tenían bandejas con comida en su mano y debían terminar con las preparaciones. Mientras tanto, Donghee se mantuvo a un lado de Jungkook porque este no soltaba su cintura, aun hablando con su padre y hermano, los cuales se veían bastantes agradables.

Una vez que la cena estuvo lista, todos tomaron asiento, Donghee a un lado de Jungkook y de Yoongi, sintiéndose así más cómoda, pero cuando se dio cuenta que Jungsoo estaba en frente, se tensó. Ella parecía no poder dejar de dedicarle miradas con una gran seriedad, lo que le llevaba a pensar si acaso tenía celos de que su hermano estuviese con alguien, o había algo más y no tenía ni la más mínima idea.

—Cuéntanos, Donghee —habló Dukho, llamando la atención de todos allí—. ¿Qué edad tienes?

—Veinticuatro —mintió intentando actuar normal, aunque sentía cómo los nervios la invadían.

—Pareces más joven —dijo Jungsoo, mirándola con una ceja alzada.

—Sólo un poco —comentó Hyewon, con una pequeña sonrisa.

—¿Trabajas, Donghee? —preguntó Dukho, tomando la copa de vino.

En ese momento, Donghee sintió su estómago revolverse y quería huir, aunque ya le había mentido a Jungkook, sentía que mentirle a su familia era aun más peligroso. ¿Acaso ellos serían capaces de creerle tan fácil cómo Jungkook? Con la experiencia que tenían, dudaba que no pudiesen notar que todo no era más que una farsa.
Giró a mirar a Jungkook que esperaba con una sonrisa que respondiera, pero es que la voz no le salía para nada, lo que provocó que él arrugara levemente la frente por el desconcierto al notar la desesperación en su mirada.

—Lo hace —respondió con una gran sonrisa, Jungkook—. Tiene una Clínica Veterinaria. Bueno, en realidad, es de su tío, pero trabaja allí con él.

—Oh, es algo familiar, ¿cierto? —preguntó sonriente, Junghyuk—. ¿Tus padres también trabajan con ustedes?

—Mi mamá es azafata —aclaró nerviosa.

—¿Y tu padre?

Al escuchar aquella pregunta, no pudo evitar tensarse ya que no era algo que le gustase para nada hablar. Jungkook sentía curiosidad también por saber de él, pero al notar que parecía demasiado incómoda y cómo jugaba con su comida, volvió su mirada a su familia.
Este quiso hablar para cambiar el tema de conversación, pero al escuchar el timbre, frunció el ceño por el desconcierto ya que no esperaba a nadie más.

—¿Quién será? —preguntó levantándose.

—¡Ve a fijarte! ¡Quizás es una sorpresa! —habló con una sonrisa, Jungsoo.

Este la miró completamente confundido porque no lograba entender a qué sorpresa podría referirse, mientras que Donghee deseaba que él no tuviese que levantarse a abrir. Temía más que nada que ahora sin él, la atacaran peor con sus preguntas, pero cuando Dukho y Junghyuk comenzaron a hablar con Jimin y Taehyung, que hacía algún que otro comentario, se relajó.

Lo que fue extraño para ella, fue que Jungkook parecía estar tardando para regresar y podía ver a Jungsoo mucho más tranquila, hasta sonriendo antes de darle un sorbo a su copa. Donghee miró a Saerok que estaba al otro lado de Yoongi. Al conectar sus miradas, se dio cuenta de que su amiga parecía notar lo mismo, por lo que le preguntaba qué podría hacer.
Notó cómo ella se inclinó hacia su prometido para hablarle al oído, y este frunció el ceño por un momento, mirando hacia las puertas.

—¿Por qué tardará tanto Jungkook? —preguntó Jimin.

—Déjalo. Ya volverá —habló Jungsoo.

—Yo creo que deberías ir a buscarlo, Donghee.

La fémina mordió su labio inferior al notar que Jungsoo no estaba para nada de acuerdo con eso, mientras que Jimin la miraba insistente, por lo que observó a Junghyuk, el cual asintió estando de acuerdo, por lo que decidió levantarse.

—Con permiso —dijo por lo bajo, dejando la servilleta en la mesa a un lado de su plato con comida.

Decidió ignorar las intensas miradas, para así comenzar a caminar hacia la sala de estar, preguntándose qué podría estar haciéndole tardar. Al escuchar unas voces, rápidamente reconoció la de Jungkook, pero al identificar una femenina, arrugó la frente a la vez que apresuraba su paso para entrar.

Rápidamente logró llamar la atención de Jungkook que pareció tensarse de gran manera, pero ella fijó su mirada en la rubia que estaba en frente con un obsequio entre sus manos. La tensión en aquella sala de estar era realmente asfixiante, y podía notar con gran facilidad que algo sucedía entre ellos, porque Jungkook parecía estar entre sorprendido y tenso, mientras que ella angustiada aunque intentaba disimularlo.

—¿Sucede algo? —examinó alzando una ceja, acercándose al pelinegro.

—Te presento a Seo Donghee. Es la mujer con la que estoy —habló tomándola de la cintura, conectando su mirada con la rubia que endureció sus facciones.

—¿Tú quién eres? —preguntó Donghee, mirándola de pies a cabeza.

—Soy Lee Yoosun —respondió esperando alguna reacción, pero eso al no pasar, la desconcertó.

—¡Yoosun! ¡Llegaste! —exclamó Jungsoo, sorprendiéndoles. Ella rápidamente con sus brazos extendidos se dirigió a darle un abrazo a la rubia, que le correspondió con una sonrisa.

—¿Tú la invitaste? —inquirió Jungkook, llamando la atención de ambas.

—Sí. Espero que eso no te haya molestado —respondió haciendo una mueca—. Ven, Yoosun. Aún no terminamos de comer.

—Está bien —dijo por lo bajo, observando el obsequio en sus manos.

Jungkook la observó y soltó un suspiro para tomarlo, diciendo un "gracias" de manera casi inaudible. La vio marcharse junto a Jungsoo, aunque por un momento volteó a verlo, lo que hizo que Donghee girara a ver de manera interrogante a Jungkook.

—Vamos a terminar de comer que deben estar esperándonos.

La fémina no quería para nada volver a aquel lugar, menos ahora tener que soportar a aquella rubia que no conocía para nada, pero Jungkook tiró de su brazo para que lo siguiese. Suspirando decidió seguirlo, intentando mantener la calma porque se encontraba la familia de él.













(...)








El tiempo siguió pasando y el ambiente pareció volverse mucho más tenso con la llegada de Yoosun, lo cual lo había notado hasta en los amigos de Jungkook, que parecieron intentar fingir. Pero más que nada fue notable la sorpresa para los padres de él, que no dudaron en levantarse y darle un gran abrazo, como también dirigirle una mirada al pelinegro, que desvió la mirada intentando concentrarse en Donghee.
La fémina intentaba soportar lo que sea que estuviese sucediendo, pero cada minuto le costaba mucho más.

Yoongi, al acabar de cenar, decidió marcharse, por lo que cuando acabó de despedirse de los familiares de Jungkook y sus amigos, el pelinegro lo acompañó a la salida. Mientras tanto, Donghee se encontraba con una copa de vino en la mano, observando por la ventana mientras que Saerok estaba a su lado, también bebiendo. Podía notar que ella parecía no estar bien, por lo que decidió dejar de prestarle atención a lo que sucedía a su alrededor y concentrarse en su amiga.

—¿Qué sucede, Saerok? —preguntó preocupada, acercándose más a ella.

—¿Tan mal me veo? —la miró angustiada.

—¿Qué? ¿Por qué me preguntas eso? —frunció el ceño—. Te ves preciosa. 

—Me veo horrible.

—Saerok, ¿desde cuándo eres insegura? —cuestionó desconcertada.

—Escuché a Dukho y a Jungsoo hablar con Jimin.

—¿Qué le dijeron?

—Que no debería casarse con una mujer como yo que deja mucho que desear —respondió dolida—. Me llamaron vulgar, Donghee.

—Juro que no los soporto para nada. ¿Por qué tuvieron que venir? —preguntó molesta cruzándose de brazos—. Sé que tampoco les agrado, así que quiero que se vayan de una vez.

—Pero ahora perteneces a esa familia. Jungkook ya te presentó como su pareja.

—Con toda esta situación, no creo que soporte mucho tiempo a su lado —confesó haciendo una mueca—. Créeme que prefiero soportar al adicto a follar de Taehyung.

—¿Crees que él podría verte cómo algo más que un pedazo de carne? No creo que lo haga siendo la exnovia de su amigo.

—Ya no lo sé. Podría buscar a alguien más —suspiró—. Sólo...ya no quiero volver a ver a su familia. Siento que saben que estoy mintiendo...

—Jamás debiste mentir así, Donghee —reprochó por lo bajo mirándola preocupada—. Si Jimin se entera que yo te encubrí en todo, podría molestarse demasiado conmigo y cancelar nuestro compromiso.

La pelinegra sabía perfectamente que tenía razón, jamás se había cruzado por su cabeza que también pondría en peligro el compromiso de su mejor amiga, por lo que ahora comenzaba a sentir culpa por estar haciendo que la cubriera. Presionó los labios sin saber que decir, mientras bajaba la cabeza soltando un suspiro.

—Oye, ¿dónde está Jungkook? —preguntó arrugando levemente la frente.

Donghee levantó rápidamente la cabeza, mirando a su costado, observando cómo Jimin, Taehyung, Jungsoo y Junghyuk se encontraban conversando animadamente, por lo que frunció el ceño al no ver a los demás allí.

—¿Dónde rayos está?

—Búscalo. Tampoco está la perra rubia esa —la animó empujando levemente su espalda—. Yo iré con Jimin. No soporto que esa Jungsoo esté cerca.

Donghee decidió comenzar a caminar, alejándose para así dirigirse hacia la sala de estar, sonriendo falsamente al ver a los padres de Jungkook. Hyewon estaba con el niño en su regazo, mientras conversaba y reía junto a Chungha, y Dakho los observaba con una sonrisa. Al seguir sin ver a Jungkook y mucho menos a Yoosun, sintió su estómago revolverse, pero siguió caminando, dirigiéndose al pasillo.

Al ver la puerta de su derecha entreabierta y con la luz encendida, se asomó, pudiendo escuchar las voces.

—Todavía no puedo creer que estés aquí otra vez, Yoosun.

—¿No te alegra? 

—No lo sé.

—¿No es algo bueno para ti? —preguntó acercándose a él, que estaba a un lado del escritorio.

—No es bueno que estés aquí ahora —aclaró desviando la mirada.

—¿No me has extrañado?

—Sabes perfectamente que me sentía morir sin ti —dijo conectando sus miradas.

—Y yo...

Donghee sentía su sangre hervir al notar que Jungkook parecía debilitarse ante ella y más cuando llevó la mano a su mejilla, por lo que abrió rápidamente la puerta, llamando así la atención de ambos que se sobresaltaron alejándose rápidamente. El pelinegro abrió los ojos a la par al verla, sintiendo su corazón golpear contra su pecho mientras que la rubia parecía solamente algo tensa.

—Donghee...

—Creo que mejor me voy —habló Yoosun.

—Créeme que sí. Lo mejor que puedes hacer es largarte de esta casa —dijo quedando en frente de ella, la cual la miró sorprendida.

—Por favor, relájate —intervino tomándola del brazo para alejarla.

—Lo siento —musitó la rubia para él, que asintió antes de verla marcharse.

—¡Tú no me toques! —murmuró quitando bruscamente su brazo.

—Te relajas y vamos a despedir a mi familia, así hablamos —ordenó con el semblante serio.

—¡Yo no pienso salir de aquí sin que me des una explicación!

—Vamos a despedir a mi familia y después te explicaré todo —repitió comenzando a caminar hacia la puerta—. Vamos —al verla aún con sus brazos cruzados sin moverse, tomó una bocanada de aire intentando mantener la calma—. Vamos, Donghee. No lo diré otra vez. No harás un escándalo con ellos presente.

La fémina tragó con dificultad, intentando poder actuar con tranquilidad y no volver a gritarle, para así salir de su despacho rápidamente, sin esperarlo en absoluto, lo cual le hizo suspirar frustrado. Jungkook salió de allí, notando cómo su familia miraban curiosos a Donghee que parecía no poder fingir su molestia.

Al volver a ver a su familia, pudo darse cuenta que ellos parecían estar preguntándole si estaba bien, por lo que decidió decir que se encontraba muy cansado y que había quedado en hacer un pequeño viaje en la mañana con Donghee, lo que notó que no le creyeron demasiado. De todas maneras, comenzaron a despedirse cariñosamente de él, pidiéndole que se cuidara y la pasaran bien en su viaje.

Jimin le deseó muchísima suerte, ya que había notado por dónde venía el problema, mientras que Taehyung se despidió riendo, demostrando que se encontraba ebrio. Jungkook pudo ver a Saerok acercarse a la pelinegra y murmurarle al oído, lo cual hizo que se tensara y tuviese que reprimir la rabia que le generaba lo que pudiese decir sobre él, para así crearle más ideas y que su enfado aumentase.

Cuando la puerta se cerró, Jungkook se tomó el puente de la nariz, sabiendo que había muchas posibilidades de que nada acabara bien entre ellos por cómo había actuado anteriormente la fémina, logrando irritarlo de gran manera.

—¿Quién rayos es ella, Jungkook? —examinó entre dientes.

—Es mi exnovia —respondió conectando sus miradas.

—¡¿Y por qué estuvo aquí?!

—¿Puedes calmarte? —preguntó frustrado—. Jungsoo y ella son amigas hace mucho tiempo, así la conocí.

—¡¿Acaso no pensabas decírmelo?!

—Dijimos de hablar y no paras de gritar, Donghee —recalcó molesto, acercándose—. Pensaba decírtelo en cuanto todos se fueran, ¿está bien?

—¡¿Está bien?! —repitió cínica—. ¡¿Cómo se supone que esté bien que me hayas dicho a último momento que tu exnovia estuvo aquí y encerrada contigo?! ¡Nunca me hablaste de ella!

—¿Y acaso tú me has hablado del tuyo? 

—¡Hoseok no importa ahora!

—¿Así se llama? ¿Hoseok? —arrugó levemente la frente.

—¡¿Qué importa él ahora?! ¡Yo no estuve hace dos minutos encerrada con él, por follármelo! 

—¡Deja de gritar, Donghee! —exigió exaltado—. ¡Ya no puedo escucharte hacerlo más y menos con las tonterías que dices!

El hecho de que este le alzara la voz por primera vez y que le dijese algo como eso, sólo logró que Donghee sintiese su sangre hervir y quisiera explotar en su contra, mientras que Jungkook inhalaba y exhalaba, intentando volver a relajarse para poder hablar.

—¿Tonterías? ¡Dije lo que vi, idiota! ¡Ibas a besarla! —apuntó enfurecida, mientras este soltaba una risa amarga.

—Perfecto. Eso era lo que faltaba, que me insultaras para demostrar que no sabes tener una conversación seria como una adulta —dijo acercándose a ella con el semblante serio—. No pienso hablar contigo de esta manera.

—¡Sabes que todo lo que digo es verdad! 

—¡Deja de gritar! ¡Ya no soporto seguir escuchándote!

—¡Dijiste que te gustaba todo de mí, así que ahora sopórtalo!

—Pues, ¿qué crees? —preguntó acercándose más a ella—. Acabo de descubrir que no me gusta para nada lo inmadura que eres.

—¡¿Inmadura?! —repitió con una risa cínica.

—¡Es lo que demuestras! 

—Oh, ¡te gustaría que fuese como la perra de tu exnovia! ¡¿Verdad?!

—¡No vuelvas a decirle así! —masculló tomándola del brazo.

Donghee lo observó indignada, notando cómo el pecho de él subía y bajaba por su respiración pesada y su mirada se oscureció. Se zafó bruscamente de su agarre, para dirigirse rápidamente hacia la habitación, desconcertando por completo a Jungkook.

—¿Qué haces, Donghee? —preguntó siguiéndola, pero al llegar a la puerta, ella salió rápidamente con su pequeño bolso en la mano y el celular—. ¿Qué haces?

—¡Me largo de aquí!

—No estoy para soportar berrinches de quien se supone que es una mujer, así que vuelve aquí y hablemos como las personas adultas que somos.

—¡Olvídalo!

—Entonces, déjame llevarte al menos, Donghee —pidió siguiéndola a la puerta.

—¡Vete al demonio! —escupió enfurecida, abriendo la puerta.

—¡¿En verdad harás ésto?! —preguntó indignado.

—¡No pienso seguir al lado de un idiota cómo tú! 

—¡¿Sabes qué?! ¡Yo tampoco pienso seguir al lado de una mujer tan inmadura cómo tú! —apuntó molesto—. ¡Sólo me haces un jodido favor! ¡Aquí se termina todo, así que no te atrevas a buscarme!

—¡Eso dices ahora, pero créeme que serás tú el que me busque! —aseguró con los ojos cristalinos, antes de salir dando un portazo.

—¡No lo haré! —alzó la voz esperando que pueda ser escuchado—.  ¿Por qué rayos me fijé en ella?

Jungkook no podía dejar de preguntarse cómo había terminado envuelto con ella, cuando había notado aquellos comportamientos inmaduros que no le gustaban para nada. Caminaba de un lado para el otro intentando mantener la calma, mientras inhalaba y exhalaba.
No quería volver a saber nada de aquella pelinegra que sólo lograba alterarlo de gran manera, pese a que era alguien que siempre buscaba la tranquilidad.













(...)










Jungkook se encontraba en su oficina, perdido en sus pensamientos con un vaso de Whisky en su mano, sin ganas de marcharse y volver a su departamento, porque eso lo llevaría a sentirse aun más solo. Detestaba sentir aquella soledad aunque debía estar más que acostumbrado, pero en las últimas dos semanas lo llevaban a replantearse si es que acaso había hecho bien en darle un fin a lo que tenía con Donghee.
Pues, si bien no toleró para nada su comportamiento tan explosivo e inmaduro, pensaba en que quizás si debieron hablar de sus anteriores relaciones, y que su comportamiento pudo haber sido sólo porque debía estar muy molesta. Quizás, si hubiese dejado que su cabeza se enfriara, podría haber hablado tranquila con él.
Pensaba demasiado en eso, llegando a frustrarse porque él acabó actuando dejándose llevar por la rabia, pero a la misma vez, la voz en su cabeza le decía que hizo bien. Y es que sentía que había algo que no estaba bien al tratarse de Donghee, pero desde que se fijó en ella decidió no darle atención a eso.

Unos toques en la puerta llamaron su atención, por lo que habló haciéndole saber que podían entrar. Al ver aquel pelinegro, intentó sonreír, pero le salió más una mueca torcida.

—Cuando me dijeron que seguías aquí, no me lo podía creer —habló Yoongi, dirigiéndose a la pequeña mesa redonda para así también servirse whisky.

—Decidí quedarme hasta tarde.

—¿A beber o a trabajar? —examinó volteando a verlo, alzando una ceja.

—A beber y a pensar —suspiró dejando el vaso en el escritorio, para apoyar sus brazos.

—¿Qué te tiene así? —indagó sentándose en la silla frente a él.

Min Yoongi era el Director financiero de la Empresa, en donde conoció a Jungkook, y la amistad fue dándose de manera lenta ya que Yoongi no era para nada alguien demasiado agradable o que permitiese que lo conocieran. Aun así, Jungkook no se dio por vencido, era alguien demasiado insistente cuando quería algo, por lo que Yoongi terminó dándose por vencido.
Nunca nadie se había interesado tanto en él, siquiera para una amistad cómo había sido con Jungkook. Ahora por más que estaban en el mismo grupo de amigos, este era con el que más podía hablar, pese a que tampoco era que se abriera demasiado.

—No es nada importante...

—Cuéntame. No vine por nada —rodeó los ojos, antes de darle un sorbo al whisky.

—No sé si hice bien en terminar todo con Donghee —respondió haciendo una mueca.

—¿Por qué?

—Es que...realmente lo que sucedió, tenía una solución. Tan sólo teníamos que sentarnos a hablar porque no pasó nada que pudiera romper lo que teníamos, Yoongi —explicó frustrado—. Pero es que ella es tan...explosiva, tan terca, tan inmadura, tan...no lo sé —suspiró masajeando su frente—. No sé porqué me interesé en ella.

—Algo bueno tiene que haber en ella para que lo hayas hecho.

—Juro que cuando pienso en eso, no encuentro nada —confesó conectando sus miradas.

—¿Tan seguro estás de eso? —arrugó levemente la frente.

—Sólo...follar —ríe amargo—. No puedo pensar en algo que me haga entender porqué me interesé en ella y eso me...desespera.

—¿No quieres buscarla para hablar? Quizás no es tan inmadura como crees, además, en mi opinión no deberían dejar que las cosas terminen tan mal —dijo encogiéndose de hombros—. Aunque sea poco tiempo el que estuvieron juntos, yo te vi más sonriente. Creo que, aunque no sepas porqué te interesaste en ella, de alguna manera te hacía bien, Jungkook.

—No lo sé —murmuró inclinando la cabeza hacia atrás.

—Deberías buscarla.

—¡Olvídalo! Ella me dijo que sería yo quien la buscara por más que le aseguré que no sería así, por lo que hacerlo, sería darle toda la razón —explicó molesto—. No haré eso.

—¿Y no crees que tú ahora estás actuando inmaduro con ese pensamiento? —inquirió frunciendo el ceño, por lo que este lo miró indignado.

—¿Ves lo que me provoca Donghee? No sólo supo acabar con mi paciencia cuando eso parecía imposible, ¡sino que también me vuelve alguien inmaduro! —alzó la voz frustrado—. ¡Siquiera la veo y sigue volviéndome loco!

—Creo que estás más perdido por Donghee, de lo que piensas —dijo riendo.

—Tú cállate.

—Sólo digo.

Yoongi aún con una sonrisa, medio giraba en su silla para acercar el vaso a sus labios, mientras que Jungkook suspiraba sintiéndose frustrado al pensar que él podía tener toda la razón. Necesitaba olvidarse por un momento de aquella fémina que estaba volviendo su cabeza un caos, por lo que fijó su atención en aquel pelilargo que tenía en frente. Recordaba que llevaba días viéndolo más desanimado, lo cual llamó su atención.

—¿Y tú qué? —preguntó llamando su atención.

—¿A qué te refieres?

—Te noto algo desanimado estos últimos días.

—¿Y?

—Dime qué anda sucediendo en tu vida para que sea así.

—Sólo he tenido días malos y ya —respondió encogiéndose de hombros.

—Te conozco, Yoongi. Dime.

—Sólo...Sohyun no se encuentra bien.

—¡¿Qué?! ¡Cuéntame!

—Es una mujer mayor, Jungkook. Su corazón ya no está funcionando bien —suspiró levantándose y acabó su vaso de un sorbo—. Me iré a descansar. Tú no te quedes mucho aquí.

—¡¿Qué?! ¡No! ¡Vuelve aquí y hablemos!

Al verlo marcharse, suspiró agotado y al pasar los minutos, Jungkook decidió que era mejor que se marchara de una vez, por lo que tomó su chaqueta negra para colocársela y comenzar a caminar.
En eso, no podía dejar de pensar en la conversación que tuvo con Yoongi, respecto a lo sucedido con Donghee. Quizás tenía toda la razón y lo mejor era buscarla, pero a la misma vez sentía que por primera vez el orgullo era demasiado intenso. No quería tener que darle la razón, mucho menos aumentar su gran ego, por lo que le frustraba al darse cuenta que Yoongi también tenia razón respecto a lo inmaduro que estaba siendo.

Una vez que sintió que ya no podía seguir allí en su oficina bebiendo, salió se la Empresa, dirigiéndose al estacionamiento. Soltó un gran suspiro al darse cuenta que no quería estar allí solo y tampoco podría llamar a Donghee como hacía antes, lo que hacía que pensara más sobre su decisión.

—¿Jungkook?

Al escuchar esa voz femenina, sintió cómo un escalofrío recorría su espina dorsal, pero de todas maneras volteó, encontrándose con aquella rubia con la que tenía un gran pasado. Ella llevaba su cabello largo hasta la cintura ondulado, un vestido blanco que le llegaba por las rodillas y una chaqueta negra.

Jungkook podía sentir su corazón golpear con fuerza contra su pecho como si quisiera escaparse, por lo que empuñó las manos diciéndose que debía mantener la calma.

—¿Qué...Qué haces aquí, Yoosun?

—Lamento lo que sucedió la última vez. La manera en la que volví a aparecer —habló nerviosa, acercándose a paso inseguro a él—. Sé que nada de eso fue correcto.

—Ya es un poco tarde, ¿no crees?

—¿Me odias? —preguntó mirándolo dolida.

—Sólo odio todo lo que me sigues haciendo sentir, aun años después —aclaró por lo bajo.

—¿En verdad? —Jungkook podía ver un brillo de ilusión en sus orbes cafés, sintiendo perderse en ellos como en el pasado y la última vez que se vieron, mientras que ella se acercaba más segura, empuñando su chaqueta.

—Tú lo sabes —musitó llevando la mano a su mejilla, acariciándola con dulzura—. Tú siempre has sido tan...perfecta. No lo sé —sonrió nostálgico—. Siempre sentí que serías la mujer que me acompañaría en mi vida.

Jungkook soltó un suspiro de frustración, bajando la cabeza, sintiendo cómo ella se acercaba aún más. Al sentir cómo juntaba sus frentes, como la calidez lo invadía y su corazón parecía agitarse, cerró los ojos fuerza.
Inconscientemente, se acercó más rozando sus narices, sintiendo cómo sus respiraciones se mezclaban, hasta que ella juntó sus labios.
Miles de sensaciones volvieron a invadirlo en ese momento, por lo que pasó sus brazos por su cintura, juntándola más a él, mientras ella pasaba los brazos por sus anchos hombros. Los recuerdos volvían a él al sentir la calidez de su cuerpo, como sus besos eran tan embriagadores para él.
Sus lenguas danzaban y Yoosun parecía querer sentirlo aun más, al igual que él, pero sus pensamientos no lo dejaban en paz.

Sentía que no era para nada correcto lo que estaba haciendo, porque hasta la conversación con Yoongi resonaba en su cabeza, por lo que acabó rompiendo el beso. Sus alientos se mezclaban y Jungkook se detestaba por no poder seguir besándola, por no permitir que todos los recuerdos, como promesas, volviesen a él.

—Te extrañaba tanto, Jungkook.

—Lo sé. Tenía la ilusión de recibir una llamada y que me dijeras que volverías antes, incluso te esperé todo el anteaño pasado —confesó dolido—. Pero no volviste y decidiste estar con alguien más, así que hace unos meses decidí que ya era momento de matar esa ilusión. Ya no podía seguir esperándote, Yoosun.

—Jungkook, estoy aquí por ti —confesó acunando su rostro.

—Es muy tarde, Yoosun.

—¿Qué? —preguntó dolida con su visión nublada por las lágrimas.

—Te esperé demasiado tiempo —musitó haciendo una mueca, llevando las manos a la suyas para apartarlas de su rostro—. Ahora necesito algo nuevo.

¡Hola!

¿Creen que Jungkook vuelva a buscar a Donghee? ¿Será que Jungsoo sospecha de que ella está mintiendo? ¿Las mentiras de Donghee están a nada de ser descubiertas?

Quiero agradecer las 6k leídas y sus lindos comentarios, se siente muy lindo todo el apoyo está recibiendo esta historia. Por cierto, sólo va a contar con 7 capítulos

Espero que les haya gustado el capitulo, si es así, no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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