- ¿Tienes algo más que decir? - preguntó Shigaraki detrás de él.

Un chico rubio yacía sobre el suelo. Katsuki Bakugou.

El chico peliverde miraba al ocaso. Su rifle de asalto adornaba su espalda y las lágrimas corrían por su rostro. Combinaban con el sudor de su frente y la sangre fresca empezaba a secarse.

- Olvídalo. No vale la pena. - respondió el pecoso.

- Ya es hora de irnos. Pero antes debemos deshacernos del cadáver.

- ¿No puede hacerlo mamá kurogiri?

- Puede ser. Pero tú y yo hablaremos regresando. 

(Te aconsejo que acompañes el resto de la historia con la música que dejé arriba y que la insertes en el momento que sea necesario de la trama, muchas gracias por tanto apoyo. Hace un año desde que comenzó esta historia, y ahora debe terminar)

-Shigaraki, ¿quieres dar un paseo? -dijo Izuku con una sonrisa y se secaba las lágrimas.

-¿Un paseo? ¿Donde? -preguntó Shigaraki. No le gustaba ver a Izuku en ese estado.

-mmm, no lo sé. A algún lugar bonito, está oscureciendo.

-No podemos, están buscándonos por todos lados.

-Está bien -dijo un poco decepcionado. Pero no lo culpaba, debía recuperar tiempo.

Shigaraki colocó sus manos sobre los hombros. Ya tenía planeado un lugar para llevarlo desde que salieron juntos por primera vez, y aprovecharía esa ocasión para conocer la torre iluminada. 

-Ven, vamos. Te llevaré a un lugar con una buena vista. 

Fueron a la estación de trenes para tomar uno que los condujera al distrito donde estaba situada la torre iluminada que tanto anhelaba conocer Izuku. Una hermosa torre, con luces azules y moradas para alegrar la vista de los civiles que pasaban por las calles para salir a pasear, ir a sus casas después de una larga jornada de trabajo, o cualquier otro hobby que les apeteciera. Shigaraki tocó con su mano completa las cámaras del vagón vacío para no ser vistos. 

-¿Sabes? La otra noche estabas durmiendo en mi regazo, y puede que no lo hayas ido, pero te prometí traerte aquí -dejó de un lado a Orgullo en el vagón.

-¿En serio? -dijo Izuku sonrojándose a pesar de su palidez.

-Y este es un buen momento, creo yo. Me dijiste que te gustaría conocer este lugar. ¿Por que no darle un vistazo?

-¿Por qué no? Estoy cubierto de sangre. No veo nada de malo, nadie ha salido libremente cubierto de sangre por las calles. A Toga le daría envidia verme así -dijo burlonamente.

-Lástima que no traje un abrigo, ya está haciendo frío.

La respiración de Shigaraki sacaba vapor. 

-Te doy mi abrigo, Tomura.

-Olvidalo enano, me quedará apretado. No va a quedarme.

-Uno quiere ser buena persona contigo pero no te dejas chingadamadre v:<

-No es eso, Izuku. La verdad es que te ves elegante con ese abrigo puesto.

El tren se detuvo en la estación. Salieron camuflajeandose entre la multitud, e Izuku aprovechó la oportunidad para robarle sombreros a unos hombres que pasaban por allí. Pero al ser más ágil, logró colarse. Se detuvo a tomar aire porque hizo mucho esfuerzo al correr.

-No creí que iba a costarme mucho -suspiró- ¿Así es como se siente realmente?

-Izuku. 

-Ten, ponte esto. Hoy fue un 2x1 en sombreritos empresariales.

-Como los hombres de Negro.

-Algo así, ¿continuamos antes de que vengan los oficiales a estropearon todo?

-Por aquí -.le indicó Shigaraki. 

Condujo a Izuku hasta la escaleras de emergencia para subir.

-Yo no voy a subir todo eso, son muchas escaleras -dijo Izuku.

-Solo subiremos el primer piso, de allí tomaremos el elevador, Izuku.

-Ok ok, ya entendí.

Subieron las escaleras, y se fueron en elevador hasta al tope. Luego subieron otra escalera de emergencia que llevaba hasta el techo de la torre. Estaba con candado, pero Shigaraki lo hizo polvo y quitó las cadenas para poder abrir las puerta. Entraron. Habían bancas para pasar el rato y unos miralejos en cada dirección de los puntos cardinales. Izuku escogió el del lado Sur. 

-¡Este lugar es fabuloso! -exclamó. 

Shigaraki se acercó a él para abrazarlo. Rozó su nariz con la de él.

-Está fría.

-Tu igual tienes frio, Shiga kun -dijo sonriendo.

-Hey, te amo. 

-Yo igual te amo.

Lo besó en los labios. Su respiración era cada vez más cálida. 

-Tenía miedo de no cumplir mi promesa -dijo Shigaraki.

-Gracias, por traerme aquí. Es muy bonito. Se siente estar fuera de este mundo -bostezó. Ya no lo soportaba. Su costado le dolía cada vez más, su respiración se entrecortaba constantemente y se iba debilitando poco a poco.

Sin querer, cuando Orgullo disparó accidentalmente le dio a Izuku, por eso abrochó su abrigo: para que Shigaraki no viera que estaba herido. Ni siquiera sabía que hacer después.

-Shigaraki, en serio, gracias por todo.

Y esta vez sólo le besó la mano porque estaba seguro de que no tenía la fuerza suficiente para moverse y volver a besarlo en los labios una última vez.

No haré finales alternativos, así tenía planeado que terminara desde un principio la historia. 

Gracias por todo.