Problema casi resuelto
Llegamos a casa y habíamos estado en un silencio tan cómodo y reconfortante que nuestras sonrisas desaparecieron cuando mi celular sonó por algún mensaje del fastidioso de Tobías.
—Quiere que vaya a su casa —dije a Gumball con una mueca de molestia en mi rostro. Luego suspiré—. Sabes, está bien, iré para terminar con él.
—Déjame ir contigo. No quiero que ese imbécil intente algo contra ti de nuevo.
Sonreí y juntos salimos de casa para ir a la de Tobías. Fui yo quien tocó el timbre, Tobías sonrió al verme, pero hizo una mueca llena de bastantes emociones negativas cuando vio a Gumball.
—Hola, Darwin —me saludó sin su sonrisa—. ¿Qué hace él aquí?
—Primero necesito hablar contigo —declaré dando algunos pasos hacia el frente—. Acabemos con toda esta farsa. Quiero cortar todos mis lazos contigo, nada de noviazgos ni amistades.
—¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! Él te dijo algo, ¿no? —señaló a Gumball indignado.
—Sí, sí, le dije la verdad —habló finalmente Gumball—, ¿y qué?
Después de nuestra declaración, Tobías empezó a rogarme que no lo dejara, que me amaba, ah. Yo solo miraba a Gumball de reojo mientras ambos hacíamos muecas de desagrado y pena hacia Tobías. Sé que no podría cambiar por consecuencia mía..., en definitiva este hombre estaba perdido.
No fue hasta que Tobías se acercó a mí y me abrazó que ambos tomamos acción. ¡Quería asfixiarme con sus brazos! Intenté empujarlo, pero no fue hasta que Gumball lo apartó de mí que pude finalmente liberarme.
—¡Ya deja a Darwin! No lo fuerces —dijo Gumball empujándolo por el hombro. Noté lo enojado que empezaba a ponerse.
—¡Esto es tu culpa! —Tobías le devolvió el empujón—. ¡Por tu culpa Darwin no me ama!
Mis ojos se abrieron con exageración cuando Tobías lanzó un golpe hacia Gumball, lamentablemente no pudo esquivarlo a tiempo, por lo que acabó con su mejilla herida. Sabía que Gumball no quería pelear, lo noté porque simplemente apretó los puños a sus costados mirando a Tobías con rabia, pero conteniéndose.
Tobías intentó golpear otra vez a Gumball, pero él sí logró esquivar el golpe esta vez, sin embargo, algunos de los demás que vinieron... no del todo. Supuse que Gumball ya no pudo contenerse más y no quería seguir recibiendo más golpes, por lo que después de golpear a Tobías en el estómago y sacarle el aire, lo empujo haciéndolo caer en el suelo. Procedió a patearlo y golpearlo.
Dejé que se desahogara un poco, porque de cierta forma yo también pensaba que se lo merecía por todo lo que hizo y seguía haciendo. Cuando vi muy herido a Tobías, me acerqué hacia Gumball poniendo una mano en su pecho para detenerlo.
Lo miré y él comprendió que ya era suficiente.
—La próxima vez no me contendré —dijo Gumball con su ceño fruncido hacia Tobías.
—Yo tampoco —dijo Tobías de igual forma mientras limpiaba la sangre de su labio inferior que se encontraba roto.
No quería que hubiera otra pelea ahí mismo, así que tomé a Gumball de su mano y empecé a arrastrarlo a casa sin prestar atención a los llamados de Tobías de fondo.
Cuando llegamos, mamá nos regañó por lo tarde que era y además Gumball estaba lleno de suciedad —dijimos que en realidad se cayó para ocultar la verdad— y luego de su sermón, nos dirigimos a nuestra habitación.
Ambos suspiramos con alivio al cerrar la puerta.
—En serio, con Tobías no se puede hablar —suspiré luego de un par de minutos de silencio.
—Para nada. Espero que con la paliza que le di por lo menos haya entendido.
Me acerqué a Gumball y limpié una mancha que tenía en su mejilla. Me sobresalté cuando sentí sus manos tomando mi cintura y por ello nuestras miradas se conectaron. Sonreímos y no lo pensé dos veces para besarlo, él me correspondió con mucho gusto.
Aparté sus manos de mi cintura para empujarlo y hacerlo caer en la cama boca arriba. Me senté en su vientre y continué besándolo, en realidad lo besé por todo su rostro, por parte de su cuello también. Incluso le quité el suéter para poder seguir besando su pecho y abdomen, intenté besar la mayor parte de su cuerpo expuesto.
Aún sentado sobre su vientre, le sonreí de forma pícara mientras dirigía mi mano hacia su miembro por debajo de su pantalón y por encima del bóxer. Me sorprendí al notar que ya estaba duro desde antes de que lo tocara.
—Gumball precoz —reí.
—¡Cállate, Darwin! —dijo con la voz entrecortada ya que yo ya estaba moviendo mi mano sobre esa zona.
Amaba todo aquello. Lo amaba a él y estaba ansioso por todo lo que vendría después.
Aaaa actualización en menos de un mes, creo.
Escribir está siendo una terapia para mí y además, es divertido. No me lo nieguen.
Espero poder traerles un smut en el próximo capítulo, si es que no me da vergüenza, un bloqueo o simplemente olvido actualizar,oh, y también dependiendo del amor que le den a este capítulo. Ya estoy afirmando que continuaré la historia xD pero sigo sin estar segura. Si no actualizo en un año, considerenla cancelada. Na, mentira, procuraré aunque sea subir un anuncio o algo.
Gracias por leer y nos vemos en el próximooooo. 💞✨
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