Como siempre tuve que tomar el autobús junto a mis dos hermanos.

En el vehículo vi a Penny. El asiento junto a ella estaba vacío, así que yo lo ocupé. Ella miraba al exterior a través de la ventana. Dirigió la mirada hacia mí, nos sonreímos mutuamente.

—Hola Gumball —me saludó.

—Hola Penny —saludé igual. Algo nervioso y un poco sonrojado.

—Quería preguntarte: ¿Quieres salir este sábado conmigo? A donde tú quieras —preguntó. ¿En serio esto está pasando?

Solo acepté. Quedamos en que iría a recogerla a la una de la tarde.

El resto de recorrido fue en silencio. Quise ver a Darwin, estaba sentado más adelante con Tobias. Me miraba con tristeza y enojo. ¿Qué hice para merecer esa mirada?

Al llegar me observaba de igual manera. Supongo que le preguntaré después el porqué de esa mirada.

Al entrar al aula, me senté solo y él, él con Tobias. Hablaban con tanta confianza. No sé, pero Tobias no me está agradando, le siento odio, verlos así despierta eso en mí. Mis sentimientos por mi hermano al parecer crecen, ni estoy seguro de lo que realmente siento por él.

Al salir al receso. Iba por Darwin, Tobias lo alejó rápidamente tomándolo del brazo.

Definitivamente odio a Tobias. Primero con Penny, ahora con Darwin ¿Qué sigue?

No me quedó más opción que ir con Penny —estaba sola—. Me senté a su lado sobre el césped, ella degustaba su comida.

—Hola Gumball —saludó finalmente. Le devolví el saludo—. ¿Por qué estás tan solo? —No quiero decirle lo que pasa con Darwin y Tobias.

—Solo quería pasar tiempo contigo —En parte, es verdad.

—Suena tan lindo de tu parte —jugaba con sus manos. Se veía tan linda.

Decidimos compartir el recreo juntos. Ella me daba de comer, me siento como un bebé, pero me gusta.

No sé en que momento llegó Darwin. Parecía enojado. Se sentó a mi lado y tumbó el jugo que tenía entre mis manos, el cual se derramó casi por completo.

—¡Oye ¿qué te pasa?! —grité con el ceño fruncido. Eso me molestó mucho.

—Eres un idiota —fue lo único que dijo. ¿Idiota, por qué?

No respondió, solo se fue, con Tobias. Me trata mal y más, me hace ver ridículo frente a Penny.

El receso terminó. Le agradecí a mi amiga por la comida y me fui.

En el camino hallé a Darwin, besó mi mejilla y huyó. ¿Qué significa todo esto? No lo entiendo.

Caminé algo pensativo sobre eso hacia el aula. Él aún estaba sentado con Tobias.

Durante las clases me mandaba besos por el aire —nadie lo notaba—. A una parte de mí le gustaba, a otra no y otra más decía que eso era raro.

Al salir Darwin se quedó un rato más en la escuela ya que tenía que entregar algo. Yo estaba afuera con Penny, hablábamos.

Ella se acercó mucho a mí, iba a besarme. No sabía que hacer, solo cerré mis ojos. Lo único que sentí sobre mis labios fue una textura extraña, abrí mis ojos: Era la mejilla de Darwin. Se interpuso entre Penny y yo.

—¿Ya nos podemos ir? —preguntó él. Sonaba un poco molesto ¡Yo debería ser el molesto!

—De acuerdo —acepté fulminándolo un poco con la mirada. Me disgustó lo que hizo.

Penny se despidió de mí. Darwin la miraba con odio. No entiendo su odio, no lo entiendo.