—¿Ves Penny? te lo dije —nos señaló con su índice, Tobias.

—¿Gumball?

Me separé lo suficiente de Gumball como para que no se malinterpretara la situación. No quería que él se metiera en problemas.

Mi rostro mostraba miedo y el de Gumball desinterés por lo que pasaba. Penny estaba asombrada y Tobias sonreía orgulloso.

—Hola Penny —saludó Gumball.

—E-Eh, hola Gumball.

Nadie podía creer la manera tan segura en la que Gumball actuaba.

—Hemos comprobado que Gumball es gay —rió Tobias.

—No diría que soy gay. Solo me gusta Darwin y ya —Se alzó de hombros—. Y por cierto Penny, ¿no te he presentado a mi novio?
—¿Novio?

—Sí, Darwin es mi novio.

Agh, Gumball.

—Muy bien por ustedes, eh... pero tengo que irme.

Penny huyó corriendo. A lo lejos vi cómo lloraba. De seguro Gumball la hirió.

Miré a Gumball con sorpresa.

—¿Qué creías Tobias que ibas a ganar? —retó.

—Pues... pues ¡ah!

Tobias también se fue, pero enojado. Gumball lo dejó en ridículo, supuse.

—Gumball ¡qué has hecho!

—Lo que tengo qué hacer.

—¿Cómo puedes estar tan tranquilo? ni siquiera yo soy tu novio.

Bueno, ahora que lo recordaba no.

—¿Cómo que no lo eres? me besaste, violaste y expresaste conmigo. Es obvio que eres mi novio.

—Sí, pero no me has pedido que sea tu novio.

Me levanté y alejé de él caminando de manera lenta.

•••

¿Tengo que pedírselo? creí que luego de ese beso ya éramos pareja.

Si tengo que hacerlo, lo haré, de la manera más romántica posible.

•••

La campana de final de recreo sonó. Planeé no estar con Darwin el resto de clases, para poder al final pedirle que sea mi novio. El único defecto es que Tobias estuviera con él todo ese tiempo.

—Estaré solo el resto de las clases. Tengo algo importante que hacer y necesito concentrarme —Le dije a Darwin.

—De acuerdo.

Me senté en un puesto vacío al fondo del aula. Los profesores explicaban y yo planeaba qué hacer para Darwin.

Penny estaba frente a mí. Se notaba triste y estaba sola, no me gustaba verla así.

Me levanté y tomé asiento a su lado.

—Hola Penny, ¿estás bien?

—Sí, estoy bien —noté como forzaba una sonrisa.

—Sé que te pasa algo. Puedes confiar en mí, somos amigos ¿no?

—Sí confío en ti —desvió su mirada de mí—. Solo que no tengo el valor para decírtelo.

—Está bien. No te preocupes.

Escuché como tomaba aire y avergonzada me miró de nuevo.

—Tú siempre me gustaste y duele no tener oportunidad contigo. Eres un gran chico, eres muy lindo pero no siento ser digna de tanto.

—¿Eh, en serio? —Ella asintió—. Tú también me gustabas e incluso ahora mismo serías mi novia, si no hubiera sido por Dar... ¡por mí, por mí! De verdad lo siento Penny. En el futuro habrá alguien mejor que yo para ti y no estés triste por un hombre. Eres muy hermosa para verte llorando por alguien que no vale la pena.

¿De qué hablo? Sí valgo la pena. Bueno, es solo una mentira piadosa.

—Gracias Gumball.

—De nada —sonreí.

Vi que su estado mejoró. Así que volví en lo que estaba. Pensé mucho en la mejor forma para pedírselo a Darwin. Espero que realmente le guste.