Decisiones definitivas:

Ese mismo día, tras reunir las pruebas necesarias para confrontar a Tae-min, lo convocó en su hogar; cuando este quiso excusarse para asistir le dio un ultimátum que lo obligó a comprometerse en llegar. Tae-min se mostró sorprendido por las intrigantes palabras de Jimin y esa firmeza de carácter, tan diferente a la que siempre había exhibido.

— ¿Hola? ¿Jimin? Ya he regresado. ¿Cuál era la urgencia? Espero que no sea alguna de tus travesuras, ya que tenía un trabajo importante que realizar.

La casa se encontraba en penumbra, excepto por unas luces suaves que iluminaban un mural. Tae-min se acercó para observar con detenimiento lo que había en él.Al ver todas las fotos de él con Min-ho en situaciones íntimas y comprometedoras, sintió una gran pesadez en su cuerpo; no esperaba que Jimin llegara a enterarse, mucho menos que ya llevara tanto tiempo de sabiéndolo ya que las fotos y mensajes estaban fechados desde hace un año atrás.

Las luces se encendieron, revelando una mesa perfectamente decorada, repleta de comida. Las copas de vino estaban llenas y unas velas fueron encendidas por Jimin, quien se encontraba sentado al final de la mesa.

— Bienvenido a casa cariño, espero que la sorpresa te haya gustado, siéntate que la cena se enfría.

— Jimin, yo—

— Ven a la mesa y siéntate— Jimin adoptó una expresión más seria, lo que llevó a Tae-min a obedecer la solicitud.

— Hoy se cumplen exactamente dos años desde que nos casamos, qué bien que al menos has dejado a tu amante por hoy.

— Jimin, escúchame—

— No he terminado de hablar, espera tu turno— Tae-min solo pudo quedarse en silencio, esperando a que su esposo concluyera— aprendí a cocinar todos tus platillos favoritos, dejé mi trabajo porque decías que era innecesario, acepté apoyarte en todo lo que deseabas porque creía que, de esa manera, podrías ver el amor que sentía por ti. ¿Y cómo me lo pagas? Acostándote con mi mejor amigo, llevándolo de viaje mientras yo creía que estabas trabajando y comprándole todos los caprichos que te ha pedido ¿Y yo qué? Dime, Tae-min, ¿acaso no tengo importancia en tu vida? ¿Nunca he significado nada para ti? Sé que nuestro matrimonio fue concertado, pero siempre te he mostrado mi amor, y tú has tenido la desfachatez de serme infiel.

— Jimin, las cosas no son así esto es falso. Yo no te soy infiel.

Tae-min trataba de apaciguarlo, pero Jimin ya se encontraba gritando completamente cada palabra que decía. Sin esperar más Jimin se levantó de la mesa tirando todo lo que había en esta causando un gran estruendo.

— No, Tae-min, esas fotos son muy reales. Desde nuestro aniversario anterior, he sabido que me has sido infiel. Si no he dicho nada es porque esperaba absurdamente que solo fuera un pequeño desliz que se acabaría pero ver cómo seguías con tu relacion con Min-ho me ha hecho ver que nunca fue una aventura momentánea sino que era algo consolidado y sabes qué, ya ,e cansé de aceptar las migajas de un amor que no me pertenece así que a partir de hoy tienes el camino libre. Pedí el divorcio unilateral y al llevar todas estas pruebas me lo han consedido. Ya no somos nada Tae-min, espero que te vaya tan bien como te fue en el nuestro. Adiós.

Sin más Jimin le echó los papeles del divorcio a la cara y salió de aquella casa sin darle la oportunidad a Tae-min de seguirle mintiendo o de tratar de defenderse de las acusaciones. Se montó en el auto negro donde Yoongi lo estaba esperando y salieron de ahí. Jimin sentía que era un cierre de ciclo que había sido bastante tortuoso para él pero que era la última parte para emprender uno nuevo con aquella persona que ahora sostenía su mano.

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