Saltos en el Tiempo
Este capítulo es importante, aunque no está más arriba dado que no pertenece a ninguna parte de la historia en sí, sino a toda ella.
¿Cómo podemos definir un salto temporal? Son técnicas o recursos narrativos que interrumpen el devenir de la historia e inciden en su desarrollo al aportar más información.
Hay de dos tipos: saltos estructurales y funcionales.
1. Los saltos temporales funcionales se realizan mediante las elipsis funcionales, que lo que hacen es que suprimen información constitutiva del argumento pero que no aporta nada a la trama. Por ejemplo: todos los días nuestro personaje se levanta, se ducha y se pone a desayunar. No hace falta que lo describamos cada vez porque se da por supuesto que lo hace. Solamente hay que narrar esos momentos cuando son importantes para el argumento.
2. Los saltos temporales estructurales: Son los que todos conocemos y se realizan mediante las elipsis estructurales. Podemos dividirlo en tres subgrupos, según hacia donde se realice el salto en la línea del tiempo.
Ahora bien, ¿cómo puedo yo como escritor generar un salto temporal?
Lo primero de todo: escribir las tres líneas de tiempo de tu historia. «Eso es muy difícil». No tanto, simplemente es dar unas pinceladas.
Por ejemplo, en Harry Potter comenzamos nuestra historia justo después del ataque de Voldemort en casa de los Potter. Pero no nos cuentan eso de primeras, sino que vamos descubriendo cosas extrañas a través de la visión de Vernon Dursley (hombres con capa, el hombre del tiempo que informa de estrellas fugaces, lechuzas...). Cuando cae la noche llegan Dumbledore y Hagrid para, junto con McGonagall, entregar al pequeño Harry a sus tíos. Y en el siguiente capítulo ya estamos en la línea temporal del presente.
¿Qué hizo la autora en ese capítulo? Nos presentó la línea temporal del presente de ese capítulo, para en el siguiente, hacer un avance hacia el futuro. Si lo queremos en términos narrativos, sería una prolepsis o flashforward. Pero a su vez, la historia de Harry con once años es el presente actual, por lo que el primer capítulo pasa a formar parte de la línea temporal del pasado.
Vale, genial, pero todavía no me has respondido a cómo se escribe un salto temporal estructural. Pues de tres formas -al final todo aquí es el tres-: con la voz del narrador, con la actividad mental de un personaje o con diálogo.
Antes de entrar en detalle con los tres tipos de saltos temporales estructurales y cómo podemos llevarlos a cabo, vamos a detallar los cuatro puntos comunes a todos ellos:
—Todos interrumpen la línea argumental del presente, pero van a otorgar información importante para comprender la trama.
—Todos van a ir precedidos de un anuncio en la historia que indiquen cuando van a empezar y a concluir. Si es muy largo ese salto, hay que dejar un espacio doble entre párrafos o iniciar un nuevo capítulo.
—Los inicios de los saltos pueden ir precedidos de un gancho, anzuelo o cliffhanger.
—Cuando el salto temporal acaba, volvemos al mismo punto de la línea temporal del presente en el que estábamos antes de ese salto.
Explicado esto, pasemos a los tres tipos de saltos que existen y cómo podemos escribirlos:
1. Analepsis: Es el recurso narrativo que provoca un salto temporal hacia atrás, hacia la línea temporal del pasado. Aunque ese es su término, hoy en día se prefiere el uso de flashback, debido a lo generalizado que está en la escritura de guiones de cine y televisión.
Formas para escribir un flashback:
—A través de la voz narrativa: Es el narrador el que da inicio al flashback, esto es un recurso muy propio de los cuentos infantiles, pero también en novelas de calado. Vamos a ilustrarlo con un ejemplo:
Cuando Pedro cambió de trabajo, pensaba que su vida iría a mejor. No había hecho caso a los consejos de sus amigos ni de sus familiares. Él tenía que decidir su futuro, solo él.
Por eso, cuando tres meses después la nueva empresa para la que estaban trabajando quebró, Pedro quedó sumido en un mar de dudas. Sin embargo, poco tiempo pasó hasta que consiguió un nuevo trabajo en una pizzería.
Pedro era feliz en su nuevo trabajo. Hacía ya seis meses que trabajaba en la Pizzería Queso a Fuego y había ascendido rápidamente en el escalafón, hasta conseguir ser el gerente del local que habían abierto en su barrio de la infancia.
Este es un ejemplo muy simple, pero creo que servirá. En negrita he marcado el recurso del flashback.
Ahora, hemos hablado de que también se puede hacer a través del pensamiento y del diálogo.
Un ejemplo de flashback con pensamiento sería:
Julia tomó una flor del jardín. La flor era blanca, como su vestido, y sus estambres amarillos producían un contraste con los pétalos. Una lágrima recorrió la mejilla de la pequeña.
«Esta era tu flor favorita, Nuria». —pensó—. «Hace ya años que te fuiste. ¿Te acuerdas de cuando jugábamos en el parque y tú me pedías que tuviera mucho cuidado con las margaritas?»
Eso sería un flashback a través del pensamiento, pero también podemos narrar esa actividad mental con el estilo indirecto.
Julia tomó una flor del jardín. Era blanca, como su vestido, y el color amarillo de los estambres contrastaba con los blancos pétalos. Una lágrima recorrió la mejilla de la pequeña al reconocer la flor. Era una margarita, la flor favorita de su mejor amiga, Nuria, de la cual no recibía noticias desde hacía años, y quien siempre le pedía que tuviera mucho cuidado con esas flores cuando de niñas jugaban en el parque.
El último tipo de flashback se realiza con diálogo. Para iniciar el mismo hay que entrecomillarlo y dejar un espacio aparte cuando se termina.
Marcos se acercó a su amigo Tulio:
—No te lo quería contar —suspiró– pero ayer oí a Guillermo decir a Julia: «¿Qué opinas del perro de Tulio?»
—Pues que es una monada, ¿no crees?
—Sí, aunque el pobre respira muy mal.
—Ya, tiene muchos años encima.
—Claro, es que mi Calisto es un ángel, ¿a que sí, pequeñín?
2. Racconto: El racconto no es más que una analepsis de mayor extensión, pudiendo abarcar toda la novela. Se realiza de la misma manera que el flashback.
Ejemplos de este tipo son las novelas Pedro Páramo, de Juan Rulfo, o El camino, de Miguel Delibes. También se incluye en este tipo Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes, aunque en este caso la historia pasada, la cual es la principal, se narra a través de un soliloquio de la mujer del difunto Mario.
3. Prolepsis: La prolepsis, o flashforward si utilizamos la terminología cinematográfica, supone un salto temporal hacia el futuro. Es habitual verlo en los inicios de las obras para generar expectación.
Ejemplos famosos: Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez; Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; El club de la lucha; Forrest Gump.
Un ejemplo rápido:
Horas después, el Emperador, el hombre que había conquistado medio continente, veía sin posibilidad de actuar cómo cientos de sus hombres se lanzaban sobre las heladas aguas del río. Preferían morir congelados que bajo las espadas de los cosacos. El ejército francés, el mejor y más preparado, había entrado en desbandada. Napoleón se dio la vuelta, abatido, y espoleando a su caballo para regresar a Francia lo antes posible.
¿Qué ha ocurrido antes para llegar a ese punto? Y eso nos genera otra pregunta más: ¿por qué los soldados franceses, que también están armados, temen tanto a los cosacos?
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